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Juan María Uriarte entre la alcaldesa de Madrid Carmena y el lehendakari Urkullu |
A raíz de la carta de protesta de la hermana de Jordi Turull supimos que algunos obispos, de forma discreta habían visitado en las cárceles a algunos de los políticos presos, incluso el obispo de Vic Romà Casanovas lo había hecho cuando durante un tiempo fue perseguido y vilipendiado por no ser suficientemente catalanista. Recordemos que en su entrada como obispo vicense fue recibido con pancartas de rechazo y de insulto en que le decían poco más o menos que era un esbirro de Rouco Varela. Su delito fue afirmar algo tan evidente como que la Iglesia catalana no existe, que lo que existe es la Iglesia que es una sola y que peregrina en Cataluña.
También sorprende la actitud del arzobispo Joan Enric Vives, su reconocido talante independentista se está viendo muy poco o casi nada, sus obligaciones como copríncipe andorrano le impiden significarse en esta cuestión, porque no sería el obispo de Urgel el que hablaría o actuaría sino todo un Jefe de Estado de un país soberano.
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Uriarte al lado del arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol |
No creo que sea casualidad, Don Juan José había apostado claramente hasta ahora por la linea jesuítica para dar estos ejercicios, y además se había fijado en sacerdotes de la Compañía de fuera de Cataluña y con un cierto prestigio en la materia, incluyendo al hasta hace poco omnipresente P. Germán Arana, ahora más desapercibido después de su actuación poco clara en el tema de la pederastia en Chile.
Por eso llama la atención que ahora se le haya encargado esa misión a un obispo que se significó tanto en la defensa de los presos etarras y de los que hicieron apología del terrorismo, especialmente de Arnaldo Otegui, para el que siempre pidió su libertad y se manifestó cercano a los presos de la ya desaparecida organización terrorista, afirmando que se sentía muy identificado con ellos. Además se mostró muy distante y faltó gravemente como pastor a las victimas de los terroristas y a sus familiares
En un momento en que la gran campaña del independentismo se basa en la defensa de sus políticos presos, porque de la secesión ya no se habla, es muy significativo que Omella nos traiga a alguien que tan identificado con los líderes del terrorismo y del separatismo abertzale. Porque estamos hablando de delitos mayores que los de aquí, que son de desobediencia a las leyes y de intento de golpe de Estado al querer romper España, pero es que en las tierras vascas esos delitos eran de sangre, y en muchos casos de una crueldad muy grande.
Omella tendrá muy contentos a los sacerdotes trabucaires que vayan a esos ejercicios y a los políticos independentistas especialmente los que están presos. Pero está creando una reacción de sorpresa e indignación por traer a semejante personaje. Ya sabemos que el obispo maño nos intentará vender que trae a Uriarte porque es muy buen predicador y porque otras diócesis también lo han llevado, pero teniendo en cuenta la situación tan delicada políticamente en Cataluña, aquí no cuela.
Francesco Della Rovere