A pesar de ese "corazón partido", tristeza porque pierden a su pastor, pero alegría por tan importante nombramiento para el futuro de su hasta ahora obispo, en el encuentro se respiraba un "buen rollo" impresionante. No nos vamos a engañar, hay sacerdotes de todo tipo y condición como recordaba Don Juan José en su homilía: «Es verdad que somos todos distintos. No hay un molde común en el seminario. Cada cual es como es. Somos distintos y, aceptando esa diferencia, hacemos el colegio presbiteral con colores distintos y matices distintos», pero lo que está claro, es que ese día se observaba el clero local como una piña, unido, animado y con ganas de pasárselo bien en un momento siempre difícil para esto, como es una despedida.
El obispo turolense también tuvo unas palabras para la autocrítica, pidiendo perdón «por su torpeza y limitaciones, que son muchas» y reconociendo sus errores diciendo: «Yo no soy perfecto». También pidió para que surjan nuevas vocaciones al sacerdocio y para que «se potencie mucho en La Rioja la pastoral vocacional con niños y jóvenes para que haya renovación». En pocas palabras resumió el sentimiento del más de un centenar de sacerdotes que se congregaron: «Con esa alegría me voy, con esa pena de dejaros. Os dejo en las manos de Dios».
Les dejo como muestra de ese "buen rollo" algunas de las estrofas del "Carrascal, carrascal" personalizado que le hicieron a Don Juan José y que él, como si fuera una más y no fuera para él, cantaba junto al resto de sacerdotes:
y con los ojos cerrados
para no ver despedirse
a su pastor diocesano
El gallo de La Calzada
entona con frenesí
notas del himno blaugrana
en vez del kikiriki
Las torres de La Redonda
piden que el nuevo arzobispo
como aquí, allí en Barcelona
pueda predicar a Cristo"
Mientras tanto en Barcelona, n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach se despedía del clero y del Pueblo fiel barcelonés, en una ceremonia fría y protocolaria, como no, en "su" Sagrada Familia. Nuestro hasta ahora arzobispo nunca ha sido la alegría de la huerta ni ha levantado los corazones de sus fieles, en esos sermones monótonos, adormecedores y sin ninguna chispa, leídos para no dejar nada a la improvisación. Ni siquiera en este último acto masivo diocesano se salió del guión.
Con todo esto no estoy diciendo que Don Juan José va a ser un buen obispo para Barcelona, eso es algo que sólo el tiempo y "Déu nostro Senyor"dirán. Simplemente estoy indicando algo que está fuera de toda duda, y es el carácter cercano, sencillo y el buen humor que habitualmente muestra el que va a ser nuestro próximo arzobispo diocesano. A su eminencia parece que el carácter se le ha agriado algo más de lo habitual, no se si será porque las relaciones con su hasta ahora auxiliar aún han empeorado más, desde que éste se siente liberado de las cadenas de su hasta ahora superior, o porque está empezando a asimilar que a partir del día 26 su vida cambiará completamente.
Antoninus Pius