Vamos ahora a analizar dos diócesis que no tienen en principio una previsión de sustitución inmediata, pero que ya se está hablando de ello. Lo normal es que estas quinielas y pronósticos sucesorios fueran más adelante, cuando sus prelados estuvieran a punto de presentar su renuncia a los 75 años, pero por circunstancias concretas ya se está hablando de ello, especialmente en el caso de Urgell.
URGELL: Un obispo que busca ya coadjutor
Joan Enric Vives, tiene en este momento 73 años y cumplirá 74 en el mes de julio, eso significa que aún tiene más de un año antes de presentar la renuncia. Pero Urgell es una diócesis singular, porque en su territorio tiene el principado de Andorra y el obispo titular de esa diócesis, es a la vez copríncipe de ese pequeño Estado pirenaico, con todas las consecuencias políticas que eso conlleva.
Es por ello que el actual titular de la diócesis, al igual que su antecesor, es arzobispo ad personam, aunque no sea el prelado de una archidiócesis. También el tema de la sucesión tiene su complicación, porque una diócesis puede estar un tiempo sin obispo, pero un país sin uno de sus dos Jefes de Estado es algo más complicado, por lo que la sucesión se asegura de forma automática a través de un obispo coadjutor, es lo que sucedió cuando se nombró a Vives para suceder a Martí Alanís y es lo que se está poniendo ahora en marcha para suceder al actual copríncipe.
El problema es que el arzobispo Vives quiere pilotar su sucesión, y ya tiene su candidato, que no es otro que su Vicario General Ignasi Navarri, de esa manera él se aseguraría continuar mandando, aunque fuera en la sombra, y tener como sucesor a alguien de su máxima confianza. Pero no son esos los planes de Omella, que es bastante notorio, que no tiene demasiado feeling con Vives, y que no quiere darle ese gustazo, el candidato ideal para el cardenal turolense sería Sergi Gordo, además sería una manera de dejar bien colocado a su obispo auxiliar y encargado de la Curia de una gran archidiócesis como la barcelonesa, lo que da mucho el perfil para tener un cargo como es el de copríncipe.
Pero Gordo no puede abandonar ahora Barcelona, Omella le necesita, al menos, mientras sea Presidente de la Conferencia Episcopal Española, por lo que la candidatura de su auxiliar para Urgell y Andorra va a tener que esperar. Vives tiene prisa para colocar a Navarri, pero Omella no la tiene para colocar a Gordo. Veremos quien gana esta partida, pero a primera vista la lógica indica que será el aragonés, porque Vives no tiene aparentemente demasiadas influencias en el Vaticano del Papa Francisco, aunque es conocida su habilidad y sus estrategias para conseguir sus objetivos.
TERRASSA: Una sucesión que puede estar ya decidida
Salvador Cristau, tiene un año menos que Vives, es decir 72 y hará 73 este próximo mes de abril. Al no tener la urgencia política de Andorra, parecería que no tendría que plantearse tan pronto la sucesión, pero todo indica que la jugada de traer a David Abadías, precisamente de esa diócesis, es una jugada de ida y vuelta, y si no hay cambios inesperados el recientemente nombrado auxiliar de Barcelona, podría retornar a Terrassa como titular en unos pocos años.
Terrassa no es una diócesis pequeña, con un millón doscientos cincuenta mil habitantes, no se puede colocar a cualquiera, por eso se prefirió con la salida de Saiz Meneses a Sevilla, el nombramiento de un obispo y no de un sacerdote, que además aseguraba la continuidad de su antecesor porque no solo era su auxiliar sino también su amigo y hombre de confianza desde los tiempos que ambos compartieron Seminario en el Toledo de Don Marcelo González Martín. De esta manera, Cristau se convirtió en un epílogo de Meneses, es decir, que todo continúe, más o menos igual, en un pontificado que no será largo por la edad en la que se nombró al actual prelado egarense.
Ni a Sistach ni a Omella les ha gustado que Terrassa vaya por libre y se sienta muy poco parte de la provincia eclesiástica de Barcelona, algo que no sucede con la diócesis de Sant Feliu, mucho más integrada con su archidiócesis metropolitana. Un ejemplo claro de ello es que los seminaristas egarenses se forman en un Seminario propio y no en el de Barcelona, al menos de momento, ya veremos después de la visita canónica a los Seminarios españoles. Pero la realidad es que es una diócesis floreciente, con un clero joven envidiable, con vocaciones y con un buen ambiente diocesano. Por eso Omella no se atrevió a tocar nada cuando quedó vacante con la marcha de Saiz Meneses. Pero ahora hay otra oportunidad muy buena, el cardenal puede ir formando a Abadías y después enviarlo a sustituir a Cristau. Ya es obispo y además provenía de esa diócesis por lo que la conoce a la perfección y tiene una muy buena imagen en el clero local. Podríamos decir una jugada perfecta de Omella si los planes acaban saliendo como se preveen.
El Directorio de Mayo Floreal
de Germinans Germinabit