Los jesuitas catalanes no paran de disgustos, a la falta de vocaciones y de relevo generacional, se les ha unido casos de pederastia por todos los lados, y lo peor de todo es que no son aislados, sino que a veces se concentran en algunos de sus colegios más emblemáticos, lo que provoca mucha desconfianza en los padres que tienen que inscribir allí a sus hijos, porque en todas partes puede aparecer una oveja negra, pero cuando son unas cuantas, se demuestra que algo no ha funcionado bien, porque no es posible que a las máximas autoridades de la Compañía de Jesús, se les haya ido de las manos situaciones tan numerosas como las que se han vivido en el que hasta hace unos años era el prestigioso Colegio de la Calle Caspe, o los que sucedieron en la "Casa de los Horrores" del colegio jesuítico de Cochabamba en Bolivia, donde por cierto estuvieron implicados unos cuantos catalanes.
Hasta ahora conocíamos los casos de los jesuitas Francesc Peris y Francesc Roma, denunciados por algunos de sus antiguos alumnos, por casos de pederastia acontecidos en el colegio del Sagrat Cor, entre los años 70 y 90. Ahora son cuatro ex-alumnas los que han denunciado tocamientos por parte de un jesuita que ejerció de enfermero del Colegio. Los hechos sucedieron entre los años 2000 y 2001 por lo que son más recientes que los anteriores. Dos de las denunciantes lo han hecho en Comisaría y las otras dos ante la Fiscalía.
El religioso de nombre Amado, que actualmente tiene 78 años, ha declarado no acordarse de esas alumnas y ha afirmado categóricamente que no abusó de nadie, hay que tener siempre en cuenta la presunción de inocencia, pero cuando son cuatro las denuncias, no parece que se trate de ningún montaje y más después de los antecedentes en el mismo Colegio, ya que vuelve a llover sobre mojado.
Según las denunciantes, el jesuita enfermero, habría abusado de sus víctimas cuando estas tenían entre seis y ocho años, aprovechando que las alumnas del colegio tenían que acudir a la enfermería para la revisión médica anual, momento en el que el denunciado se sobrepasaba en su función, según coinciden las denunciantes.
Por su parte, tanto el Colegio como la Compañía de Jesús en Cataluña, han actuado con algo de más de sensibilidad e interés que en otras ocasiones, ya que anteriormente la falta de transparencia y de contundencia había sido denunciada por un numeroso grupo de antiguos alumnos, concretamente 234, que reclamaba una actuación más decidida y clara por parte de los responsables del Colegio y de los jesuitas. Motivo por el que el arzobispado de Barcelona tuvo que intervenir y enviar al obispo auxiliar David Abadías para calmar los ánimos de las personas afectadas.
Esta vez la reacción ha sido inmediata y se ha hecho público un comunicado en que la Compañía de Jesús se pone a disposición de la justicia, facilitando toda la información que sea necesaria y colaborando en todo lo que sean requeridos. Condenan cualquier abuso en sus centros y piden perdón a las víctimas. Aun así, no se da ningún tipo de información sobre la situación en la que queda el jesuita Amado, como tampoco antes se hizo con los casos de Peris o Roma. Los jesuitas han apuntado alto, para dar una imagen de transparencia y de esclarecimiento de los casos de pederastia contratando los servicios del gabinete de abogados Roca-Junyent, algo parecido a lo que ha hecho Omella a nivel estatal con Cremades-Calvo Sotelo.
El caso de la pederastia no deja de salpicar a la Iglesia, y más después del informe del defensor del Pueblo, el socialista, Ángel Gabilondo, que ha disgustado enormemente a Omella y cuyas conclusiones han sido catalogadas de "mentira" por el presidente del episcopado español. Más allá de las gestiones de la consultora Cremades-Calvo Sotelo, sería bueno que todos también supiéramos donde se concentran más los casos de pederastia, porque evidentemente abundan más en unos sitios que en otros, y al final siempre pagan justos por pecadores.
Francesco Della Rovere