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Las cartas entre jesuitas catalanes revelan que estaban al corriente de los abusos de Lluís To en Bolivia

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En mayo de 2023 la fiscalía registró la sede de la Compañía de Jesús en Bolivia, en la ciudad de La Paz, y se llevó, entre otros documentos, una carpeta que contenía las cartas, faxes y correos electrónicos, entre los jesuitas catalanes de España y Bolivia, en relación al caso de Lluís Tó, que había sido condenado por la Audiencia de Barcelona por el abuso a una niña de 8 años en el Colegio Sant Ignasi de nuestra ciudad, y que se marchó a Bolivia donde continuó en contacto con menores y siguió abusando de ellos, con total impunidad. Esto era algo conocido, pero este material confirmaría que los jesuitas eran conscientes de la situación y no hicieron nada para solucionarlo.
 
Como sucede en los casos de pederastia de la Casa de Santiago, de los que ayer nos hablaba Oriol Trillas, la solución del momento era enviar a los abusadores a tierras lejanas, como si la simple distancia corrigiera los errores cometidos. La experiencia de los jesuitas no pudo ser más nefasta, porque algunos de sus miembros, huidos de España, encontraron en Bolivia muchas más facilidades que en nuestro país para continuar haciendo sus fechorías.

Algún ingenuo jesuita muestra su dolor en esas cartas por el hecho de que su compañero Lluís Tó, continuara haciendo de las suyas, creía que el hecho de marchar de España haría reaccionar al pederasta, pero nada más lejos de la realidad. La Compañía de Jesús lo sabía y aun así no dieron ningún paso para que Tó no estuviera en contacto con menores, y para imponerle un severo correctivo, más allá de proporcionarle algún psicólogo simpático, que simplemente cumplía el expediente.

 

 

Cartas intercambiadas entre los Jesuitas de Catalunya y los Jesuitas de Bolivia demuestran que la organización religiosa ha ocultado que el sacerdote Lluís Tó continuó en contacto con menores y que siguió abusando sexualmente de ellos en el país sudamericano. Tó fue condenado por la Audiencia de Barcelona en 1992 por abusar de una alumna de 8 años del colegio Sant Ignasi de Barcelona y enviado a Bolivia, donde murió en 2017. Hasta la fecha -como también se recoge en el documental 'La fugida'-, la compañía ha mantenido que Tó no había abusado de menores en Bolivia. Sin embargo, los documentos a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, en una investigación conjunta con TV3, prueban que los jesuitas han faltado a la verdad. 

En mayo de 2023, la fiscalía registró la sede de la Compañía de Jesús en Bolivia, que se encuentra en La Paz, y se llevó, entre otros documentos, una carpeta que contenía las cartas, faxes y correos electrónicos que los responsables catalanes y bolivianos se han mandado desde 1992 para consensuar la gestión del caso de Tó.

 

 

Los jesuitas han admitido que actuaron con poca diligencia décadas atrás cuando ocultaron que un sacerdote catalán, Lluís Tó, siguió abusando sexualmente de menores en Bolivia, país al que fue enviado después de ser condenado en España por abusar de una niña.

En un comunicado hecho público este viernes, la Compañía de Jesús en Bolivia ha lamentado que hace tres décadas no se actuara “de forma diligente para evitar situaciones de riesgo para la población vulnerable en sus obras en Bolivia, con la presencia de Lluís Tó, quien llegó al país con acusaciones previas y una sentencia por abusos en España”.

Las cartas entre jesuitas de Cataluña y de Bolivia

Los jesuitas han reaccionado así a las informaciones publicadas por TV3 y El Periódico, que han tenido acceso a cartas intercambiadas entre los Jesuitas de Cataluña y los Jesuitas de Bolivia sobre este caso.

Las misivas demuestran que la organización religiosa ocultó que el sacerdote Lluís Tó, después de trasladarse de España a Bolivia, continuó en contacto con menores y que siguió abusando sexualmente de ellos en el país sudamericano.

Tó fue condenado por la Audiencia de Barcelona en 1992 por abusar de una alumna de 8 años del colegio Sant Ignasi de Barcelona y enviado a Bolivia, donde murió en 2017.

Los jesuitas de Cataluña también han calificado de “nefasta” la gestión de este caso, décadas atrás: “Es incomprensible cómo no se tomaron actuaciones contundentes para ponerlo en manos de la justicia ordinaria”, ha afirmado el delegado en Cataluña de los Jesuitas, Pau Vidal, en declaraciones a El Periódico.


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