Hemos ganado: somos más libres que nunca (01/02/2007)
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Cuenta un comunicador radiofónico, que llegó a su cadena sumida entonces en una profunda crisis de audiencia tras el inesperado óbito de su indiscutible líder y creador, que pasó cuatro largos meses comenzando su programa matutino pinchando al entonces líder de audiencia de manera habitual y metódica. Pronunciaba su nombre saludándolo cada mañana, realizando ora una crítica directa ora una jocosa parodia de su estilo y maneras. Por parte del directamente aludido fueron también cuatro largos meses de silencio e indiferencia a las puyas que le lanzaba el rival adversario, que no enemigo. Una mañana de febrero por fin se produjo el milagro: el aludido se desayunó en el programa lanzando una diatriba de insultos y acusaciones, de improperios y escupitajos contra el molesto piojo que le andaba provocando. Entonces el baturro en cuestión, no se podía esperar otra cosa de alguien que nació en el páramo turolense sujeto al recio frío de la sierra de Albarracín y en un pueblo bajo la protección y amparo de la Virgen del Tremedal, espetó con sumo gozo: «Hoy hemos ganado». Y así fue, la cadena subió como la espuma, él se colocó como líder indiscutible de la mañana radiofónica y el gran locutor D. Luis del Olmo, en los premios que organiza en su Ponferrada natal, le concede este mes junto a otros colegas, el Micrófono de Oro, distinción si cabe más preciada por venir de quien viene.
Pues mis queridos legionarios y gladiadores así nos ha sucedido a nosotros.
Cuando aquellos que teníamos como rivales ideológicos y adversarios se constituyeron en nuestros enemigos, cuando se rindieron a la bajeza de urdir un ataque frontal e infame utilizando «hackers» para destruir nuestra libertad de expresión y eliminar las manifestaciones de nuestra disidencia, tenemos el orgullo sereno y el temple convencido como para proclamar hoy, en esta mañana de febrero: HEMOS GANADO.
Cuando un auxiliar nos dedicó el final de su columna semanal en Cataluña Cristiana para acusarnos de «irresponsables» y faltos de caridad y comunión, cuando un Sr. Arzobispo con palio y todo, se ha roto los cuernos para interrogar y buscar a los responsables de manera airada, cuando Manent (la Bruixa Pixanera) se ha arrancado los cabellos desesperado tratando por todas las maneras posibles de destruirnos (utilizando medios como Tribuna Catalana y cartas navideñas a manera de misivas),cuando personajillos becados vitalicios como Listerinus (el cara de marmota alto-pirenaica) han perdido el sueño y las ganas de comer únicamente obsesionados por lo que decíamos y como lo decíamos, cuando un Sr. Rector de ColleAlbo ha maquinado el envío de cartas de acusación a compañeros sacerdotes, señores: ES QUE HEMOS TOCADO EL TUÉTANO. Si, senyors: Hem tocat el moll de l´os.
De nada ha servido el cambio en el estilo y la forma más considerados de los últimos posts. De nada nuestras ostentosas muestras de filial devoción al ministerio episcopal. De nada nuestras bien argumentadas tesis. Ellos como el baturro de Tarazona: Erre que erre.
Jamás, caso de ostentar el poder, cosa que por otra parte no deseamos, hubiéramos ni siquiera prestado oído a unas páginas tan efímeras y banales como estas. Nunca hubiéramos dado pábulo a los maledicentes ataques de la blogosfera. Hubiéramos conservado la dignidad y, de darse el caso, con humildad meditado el fondo de lo que nos era manifestado. Y punto.
Ellos no: han descendido a lo más bajo, a la censura y al recorte de nuestra libertad de expresión. Y además de manera tan rastrera como lo han hecho: deseándonos la muerte (R.I.P) e insertando una bandera republicana; aunque eso sí, dejando su huella indeleble: Scripta non MANENT.
Pues con su pan se lo coman. Nosotros, gracias a la multitud de laicos que nos apoyan y ayudan en la gestión: «Sicut Mons Sion non conmovebitur». Ferms com la muntanya de Sió. Inaccesibles al desaliento. Y como diría en sus películas el malogrado Paco Martínez Soria: «Todico tieso pa´lante,que llegamos».
Prudentius de Bárcino
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Diccionario Latino-Barcino:
-Listerinus: El periodista Jordi Llisterri
-ColleAlbo: Collblanc. Se refiere al párroco de Collblanc (Parroquia de Sant Ramon) que por entonces era Mn. Joaquim Brustenga
Pues mis queridos legionarios y gladiadores así nos ha sucedido a nosotros.
Cuando aquellos que teníamos como rivales ideológicos y adversarios se constituyeron en nuestros enemigos, cuando se rindieron a la bajeza de urdir un ataque frontal e infame utilizando «hackers» para destruir nuestra libertad de expresión y eliminar las manifestaciones de nuestra disidencia, tenemos el orgullo sereno y el temple convencido como para proclamar hoy, en esta mañana de febrero: HEMOS GANADO.
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| El ya fallecido Albert Manent |
De nada ha servido el cambio en el estilo y la forma más considerados de los últimos posts. De nada nuestras ostentosas muestras de filial devoción al ministerio episcopal. De nada nuestras bien argumentadas tesis. Ellos como el baturro de Tarazona: Erre que erre.
Jamás, caso de ostentar el poder, cosa que por otra parte no deseamos, hubiéramos ni siquiera prestado oído a unas páginas tan efímeras y banales como estas. Nunca hubiéramos dado pábulo a los maledicentes ataques de la blogosfera. Hubiéramos conservado la dignidad y, de darse el caso, con humildad meditado el fondo de lo que nos era manifestado. Y punto.
Ellos no: han descendido a lo más bajo, a la censura y al recorte de nuestra libertad de expresión. Y además de manera tan rastrera como lo han hecho: deseándonos la muerte (R.I.P) e insertando una bandera republicana; aunque eso sí, dejando su huella indeleble: Scripta non MANENT.
Pues con su pan se lo coman. Nosotros, gracias a la multitud de laicos que nos apoyan y ayudan en la gestión: «Sicut Mons Sion non conmovebitur». Ferms com la muntanya de Sió. Inaccesibles al desaliento. Y como diría en sus películas el malogrado Paco Martínez Soria: «Todico tieso pa´lante,que llegamos».
Prudentius de Bárcino
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Diccionario Latino-Barcino:
-Listerinus: El periodista Jordi Llisterri
-ColleAlbo: Collblanc. Se refiere al párroco de Collblanc (Parroquia de Sant Ramon) que por entonces era Mn. Joaquim Brustenga