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| Gospel en St. Ignasi con Alberdi en el cuadrante superior derecho, brazos Mr. Proper |
Nuestro insigne adversario Xavier Moretó, ha acogido este pasado fin de semana en su parroquia de Sant Ignasi, un stage de góspel del Little Light Gospel Choir como una oportunidad -afirma él- de mejorar el canto de góspel y anunciar de una manera más abierta la Buena Noticia. ¡Animalico!
La información nos la pasan feligreses de esta parroquia, escandalizados una vez más del talante innovador y creativo de su párroco, que en su afán de modernizar la Iglesia poniéndole la cara del revés, se inspira en este caso en los protestantes.
No es este el momento ni el lugar para explicar detalladamente a Moretó y a todos los sacerdotes que acogen en sus parroquias tales coros, ni la inconveniencia de apoyar y difundir en nuestras comunidades católicas el góspel, canto de raíz protestante. Tesis doctorales se han escrito sobre esta cuestión nada banal. El relativismo ha alcanzado a muchos católicos y lamentablemente a muchos sacerdotes, para quienes da lo mismo cantar temas católicos que protestantes. No ven la diferencia, o si la ven no les importa: y se dejan llevar por el puro sentimiento, por el gusto o por el afán de originalidad y notoriedad. Como trasfondo, el desconocimiento de la música católica y la proliferación de temas protestantes que, según sus partidarios católicos, aporta variedad para las intervenciones y fomenta el ecumenismo. Si fuera verdad esta última valoración, los “hermanos separados” también interpretarían nuestros cantos; pero no lo hacen, ¡jamás!, y bien saben el motivo. Simplemente, ellos sí ven reflejada nuestra doctrina en los cantos: por eso los rehúyen.  |
| El siniestro Alberdi |
Pero no es éste el motivo de nuestra denuncia en esta ocasión. Bien, de hecho no es nuestra denuncia, sino la de un nutrido grupo de feligreses de St. Ignasi que han visto de nuevo la presencia de Óscar Alberdi, el siniestro y lóbrego personaje ex director del Instituto de Góspel de Barcelona, que fue acusado de vejaciones, maltratos y abusos por parte de 16 alumnas suyas en el periodo que va desde 2003 a 2006. Diversos medios se hicieron eco de ello. Entre ellos La Vanguardia y El Mundo-Catalunya. Las barbaridades relatadas por sus “esclavas” alumnas dan cuenta del siniestro y sectario personaje. El juicio se celebró en septiembre de 2015; y aunque los hechos se probaron, Alberdi salió absuelto porque al ser sus alumnas denunciantes mayores de edad, y por consiguiente las relaciones supuestamente consentidas, los hechos no constituyeron motivo de delito.
Ahora este personaje busca refugio en la Iglesia. O un modus vivendi: porque no se le conoce ni oficio ni beneficio y vive de las cuotas de los que van a aprender a cantar en las parroquias, los stages o los conciertos supuestamente benéficos que organiza bajo el amparo de algunos sacerdotes y parroquias de la diócesis, entre ellos Xavier Moretó. Son doce al parecer, las parroquias en cuestión interesadas en montar estos singulares coros parroquiales, de las que da cuenta la web del Arzobispado en un artículo ad hoc Ésta es la nueva iniciativa del gospélico Moretó. ¡Oh feliz Xavi! ¿O deberíamos decir infeliz? Porque sólo un infeliz podría obrar así. Una cándida y virginal paloma que cual incauta doncella de alma pura se deja engatusar por personajes y por movidas de ese tipo. O un malvado personaje que, conocedor de la trascendencia de sus acciones y signos y de la catadura del personaje que los promueve, pretende o permite la protestantización y banalización de las comunidades católicas y la infiltración en ellas de tipos como Alberdi.
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| Su happy web |
Germinans, sí, tu obsesiva Germinans, no puede sino dar voz a tus sometidos y esclavizados feligreses, que se sienten vejados y ofendidos por unas iniciativas pastorales como éstas, que incomodan y alarman a tu misma feligresía. Ahora ya sólo esperamos la llegada de otra boutade inconsciente o malvada del evangélico y happy Xavi; o mejor sea dicho, del gospélico e infeliz Xavi Moretó, párroco de Sant Ignasi de Barcelona.
Prudentius de Bárcino