Salutem plurimam (09/05/2007)
Muchas veces a lo largo de los siete meses del "De Bello Pallico" me complací en saludaros con este saludo clásico un tanto arcaizante, aunque a mi juicio jamás anacrónico: Salutem Plurimam. Hoy recae sobre mi persona de nuevo el ónere de saludar el nacimiento de esta nueva plataforma de expresión y reflexión que ojalá llegue a ser de referencia para todo nuestro clero, como lo fue aunque a regañadientes de muchos, mi blog personal. Y hago hincapié en lo de personal, porque aunque fuisteis muchos los que con vuestra ayuda y apoyo hicisteis posible tal cometido, fue y permaneció una iniciativa personal que mantuve con mayor o menor acierto hasta que en conciencia creí que había agotado sus posibilidades. Los motivos creo que llegué a explicarlos con suficiente detalle y no voy a insistir más en ello.
En primer lugar hoy recae pues sobre mí la carga, y es un honor y un orgullo, de explicaros los detalles "sui generis" de este diario. Procedamos a ello. El nombre: Germinans Germinabit. Si buscásemos algún lema que a la vez sugiriera la historia de nuestra espiritualidad sacerdotal, tan arraigada en la Liturgia, y la voluntad de ser provechosos en nuestra contribución al nacimiento de nuevos frutos en nuestra Iglesia diocesana, no encontraríamos ningún otro como el Canto de Entrada o Introito del Propio de la Solemnidad de Nuestra Señora de Montserrat, tomado del capitulo 35 de Isaías: Fructificará copiosamente. Es un deseo de aportar y ver nacer nuevos frutos entre nosotros, frutos que quizás nuestros ojos no lleguen a ver pero que esperamos germinen y fructifiquen con el paso del tiempo: queremos ser, y puede parecer un exceso de voluntarismo un tanto irreal, esperanzados y optimistas. Además no queremos otra protección y amparo que el de la Virgen Santísima bajo cuyo nombre e invocación ponemos esta obra.
En primer lugar hoy recae pues sobre mí la carga, y es un honor y un orgullo, de explicaros los detalles "sui generis" de este diario. Procedamos a ello. El nombre: Germinans Germinabit. Si buscásemos algún lema que a la vez sugiriera la historia de nuestra espiritualidad sacerdotal, tan arraigada en la Liturgia, y la voluntad de ser provechosos en nuestra contribución al nacimiento de nuevos frutos en nuestra Iglesia diocesana, no encontraríamos ningún otro como el Canto de Entrada o Introito del Propio de la Solemnidad de Nuestra Señora de Montserrat, tomado del capitulo 35 de Isaías: Fructificará copiosamente. Es un deseo de aportar y ver nacer nuevos frutos entre nosotros, frutos que quizás nuestros ojos no lleguen a ver pero que esperamos germinen y fructifiquen con el paso del tiempo: queremos ser, y puede parecer un exceso de voluntarismo un tanto irreal, esperanzados y optimistas. Además no queremos otra protección y amparo que el de la Virgen Santísima bajo cuyo nombre e invocación ponemos esta obra.

Las abejas de la Constantia, fueron ya divisa del perseverante Padre de la Iglesia y Doctor San Ambrosio de Milán, incansable y robusta columna de la Fe y la Liturgia. Es una llamada a la perseverancia y a no cejar en nuestros empeños sacerdotales y en nuestro esfuerzo por construir el Reino de Cristo en la tierra, antesala y preludio de la gloria eterna.
La torre de la virtud moral y a la vez don de la Fortaleza es una exhortación a utilizar los medios e instrumentos morales y éticos que en conciencia juzguemos más adecuados y proporcionados siguiendo aquel sencillo lema "Fortiter in re, suaviter in modo": Fuerte en los argumentos y la materia, suave y dulce en las maneras y formas. Pienso que no tenéis necesidad de más precisiones. Trataré de ser el primero en aplicarme el cuento.
Finalmente, y quizás el cuartel y la divisa más querida, las tres lagrimas de la negación con las llaves de San Pedro, símbolo de la fidelidad absoluta a Pedro y a sus sucesores los Romanos Pontífices. Y con ella, la atención a todo su Magisterio, Ordinario y Extraordinario, así a como todos los detalles y signos de su carisma y talante, siempre fuente de alimento para nuestra fe y nuestro sacerdocio.
La torre de la virtud moral y a la vez don de la Fortaleza es una exhortación a utilizar los medios e instrumentos morales y éticos que en conciencia juzguemos más adecuados y proporcionados siguiendo aquel sencillo lema "Fortiter in re, suaviter in modo": Fuerte en los argumentos y la materia, suave y dulce en las maneras y formas. Pienso que no tenéis necesidad de más precisiones. Trataré de ser el primero en aplicarme el cuento.
Finalmente, y quizás el cuartel y la divisa más querida, las tres lagrimas de la negación con las llaves de San Pedro, símbolo de la fidelidad absoluta a Pedro y a sus sucesores los Romanos Pontífices. Y con ella, la atención a todo su Magisterio, Ordinario y Extraordinario, así a como todos los detalles y signos de su carisma y talante, siempre fuente de alimento para nuestra fe y nuestro sacerdocio.

Y aquí el sentido del titulo de mi columna, Non Omnis Moriar, tomado del Libro de las Odas Horacio, en concreto la 3ª y sugerido como expreso deseo por uno de los comentaristas más fieles a mi antigua página. ¿Su traducción? Tan ambivalente como doble declaración de intenciones: No todo en mí morirá o No moriré del todo, lo dejo a vuestro gusto y capricho.
Bene valete.
Prudentius de Bárcino