Ayer Oriolt se preguntaba porqué la jerarquía eclesiástica catalana no había criticado nunca públicamente la corrupción, y porqué el cardenal Sistach calificaba a Jordi Pujol como un "referente de honestidad". Con su vista de lince, nuestra habitual columnista de los martes, se daba cuenta de que algo olía mal, y deducía que la Iglesia también se ha beneficiado de unos suculentos porcentajes de ayudas que no tienen demasiada justificación.
Entonces recordé aquella fabulosa subvención que recibió el Arzobispado de Barcelona por parte de la Generalitat para modernizar su página web y el Full Dominical. Ni más ni menos que 43.000 € que no es ninguna propina. ¿Era necesario? Ciertamente que no. Fue un capricho del Delegado de Medios de Comunión, el diácono-pelota de Sistach, Ramon Ollé Ribalta, para que el rostro del cardenal pudiera salir a tamaño póster y a todo color en la mayoría de las Hojas Dominicales, y para cambiar una web que sigue recibiendo las mismas pocas visitas que recibía anteriormente. Pero Sistach no iba a pagar de su bolsillo semejante despropósito, así que tenían que buscar un pagano que se hiciera cargo de esos gastos y se llamó a la puerta del amigo Mas, como anteriormente tantas veces se había llamado a la puerta del amigo Pujol.
Las otras diócesis catalanas no se beneficiaron de estas ayudas. ¿Porqué? ¿No son también catalanas?, ¿No tenían las diócesis de Terrassa, Sant Feliu, Lérida, Tortosa... aunque tengan obispos no nacidos en Cataluña, el mismo modelo de Full, que se hace conjuntamente en la capital catalana, antes de que cayera la morterada de dinero para Barcelona?. Pero al diácono Ollé solo le interesaba Barcelona, porque Sistach es su obispo y a los otros obispos no le hace falta pelotearlos. Y a la Generalitat también le venía bien, porque Barcelona es la diócesis más grande y al frente de ella está el amigo Sistach, el eclesiástico con más alta graduación. Y multiplicar 43.000 € por 10 diócesis era demasiado dinero y un descaro demasiado evidente a favor de la Iglesia en Cataluña.
Pero lo que Ollé y Sistach no se imaginaban es que la critica a este proyecto no vendría de la izquierda anticlerical sino del propio clero barcelonés. En una unión sin precedentes, el clero progresista y el más conservador se unieron para criticar un Full Dominical y una web que escandalizaba a unos y a otros. Algunos sacerdotes de ambos lados expresaron su crítica al faraónico proyecto, decían que como era posible que en tiempos de crisis, y con tantas familias pasándolo mal, la diócesis se gastara tanto dinero en un proyecto totalmente innecesario. El diácono Ollé no paraba de repetir una respuesta que no convencía a nadie: "La renovación no va a costar ni un céntimo ni a la diócesis ni a las parroquias". Y era cierto, pero lo que no decía es que la pasta la había puesto Artur Mas y más concretamente la vicepresidenta democristiana Ortega, encargada de dar las subvenciones para estas cuestiones.
En una situación completamente diferente se encuentra el Full Dominical de la diócesis de Vic. Cuyo obispo, un catalán por los cuatro costados, Mons. Romà Casanovas Casanovas no está bien visto por el nacionalismo catalán desde que afirmó aquella evidencia de que "La Iglesia catalana no existe, sólo existe una Iglesia que es la Universal". El Full no sólo no ha recibido ninguna subvención de la Generalitat, sino que coincidiendo con la crisis, ha reducido el número de páginas a color y ha apostado por la austeridad, con bastantes fotografías a blanco y negro, siempre en un papel sencillo. Austeridad económica, pero con mucha dignidad, y sobre todo unos contenidos excelentes, sin pelotear para nada a su magnífico obispo, todo a años luz del panfleto barcelonés.
El que peor parado ha salido de todas ests historias es Josep Antoni Durán Lleida, el lider de Unió Democràtica, que pensó ingenuamente que dando generosamente dinero de la Generalitat a través de Joana Ortega (UDC) y del Director General de Asuntos Religiosos Enric Vendrell (UDC), la Iglesia en Cataluña le estaría eternamente agradecida, y cuando Unió se separara de Convergència, haría campaña pública en favor de la formación democristiana. Pero Durán no ha entendido que la mayoría del clero y una parte de la jerarquía no quieren saber nada con una formación que no apuesta claramente por la independencia, por mucho que esté en contra del aborto y de otras cuestiones inmorales para los católicos. Dicho de otra manera, esa Iglesia oficialmente nacionalista, sólo apoyará a Pujol, a Mas y al sucesor de Mas.
Francesco Della Rovere
Entonces recordé aquella fabulosa subvención que recibió el Arzobispado de Barcelona por parte de la Generalitat para modernizar su página web y el Full Dominical. Ni más ni menos que 43.000 € que no es ninguna propina. ¿Era necesario? Ciertamente que no. Fue un capricho del Delegado de Medios de Comunión, el diácono-pelota de Sistach, Ramon Ollé Ribalta, para que el rostro del cardenal pudiera salir a tamaño póster y a todo color en la mayoría de las Hojas Dominicales, y para cambiar una web que sigue recibiendo las mismas pocas visitas que recibía anteriormente. Pero Sistach no iba a pagar de su bolsillo semejante despropósito, así que tenían que buscar un pagano que se hiciera cargo de esos gastos y se llamó a la puerta del amigo Mas, como anteriormente tantas veces se había llamado a la puerta del amigo Pujol.
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Sistach junto a su fiel diácono Ramon Ollé |
Pero lo que Ollé y Sistach no se imaginaban es que la critica a este proyecto no vendría de la izquierda anticlerical sino del propio clero barcelonés. En una unión sin precedentes, el clero progresista y el más conservador se unieron para criticar un Full Dominical y una web que escandalizaba a unos y a otros. Algunos sacerdotes de ambos lados expresaron su crítica al faraónico proyecto, decían que como era posible que en tiempos de crisis, y con tantas familias pasándolo mal, la diócesis se gastara tanto dinero en un proyecto totalmente innecesario. El diácono Ollé no paraba de repetir una respuesta que no convencía a nadie: "La renovación no va a costar ni un céntimo ni a la diócesis ni a las parroquias". Y era cierto, pero lo que no decía es que la pasta la había puesto Artur Mas y más concretamente la vicepresidenta democristiana Ortega, encargada de dar las subvenciones para estas cuestiones.
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Fotos de Sistach, tamaño póster, en el Full Dominical |
El que peor parado ha salido de todas ests historias es Josep Antoni Durán Lleida, el lider de Unió Democràtica, que pensó ingenuamente que dando generosamente dinero de la Generalitat a través de Joana Ortega (UDC) y del Director General de Asuntos Religiosos Enric Vendrell (UDC), la Iglesia en Cataluña le estaría eternamente agradecida, y cuando Unió se separara de Convergència, haría campaña pública en favor de la formación democristiana. Pero Durán no ha entendido que la mayoría del clero y una parte de la jerarquía no quieren saber nada con una formación que no apuesta claramente por la independencia, por mucho que esté en contra del aborto y de otras cuestiones inmorales para los católicos. Dicho de otra manera, esa Iglesia oficialmente nacionalista, sólo apoyará a Pujol, a Mas y al sucesor de Mas.
Francesco Della Rovere