Esta semana pasada hemos visto todo tipo de declaraciones y acciones de eclesiásticos e instituciones religiosas para solidarizarse con los condenados por el Tribunal Supremo. Es grave la falta de neutralidad de una parte importante de la Iglesia en Cataluña, que perecen más políticos que hombres y mujeres consagrados a Dios, pero a mi me molesta especialmente que se hagan servir las cosas sagradas para las reivindicaciones partidistas.
El pasado viernes hubo una Aturada de pais (huelga-paro territorial). Los dos únicos sindicatos independentistas (con asesinos confesos entre sus dirigentes) convocaron una huelga general como protesta por la sentencia, Muchos se sumaron a la iniciatiava y otros muchos se vieron obligados a sumarse contra su voluntad como consecuencia de los cortes de carreteras y de transportes públicos, además de los piquetes que obligaban a muchos establecimientos a cerrar.
Sorprende que voluntariamente algunas iglesias se sumaran a esa acción, y que presumieran de ello con comunicados como el que puede verse encabezando este escrito, firmda personalmente de puño y letra por el párroco. Como si los templos fueran una tienda más o una institución pública o privada, cierran sus puertas a los fieles que quieren rezar o simplemente encontrar un momento de paz en medio de tanta convulsión, como la de estos días.
Esta acción en Barcelona sería bastante ridícula, porque las parroquias controladas por el nacional-progresismo están todo el día cerradas, algunas ni siquiera tienen misas entre semana. Pero en los ambientes más comarcales la iglesia local es todo un símbolo de la población, como por ejemplo en Montblanc, por eso esta acción sin duda que fue aplaudida a rabiar por el independentismo de esa comarca tarraconense.
En Barcelona suele coincidir casi siempre ese clero anciano, "trabucaire", progresista en las formas y en las ideas, especialmente en la forma de vestir (nunca sacerdotalmente), es el que se moviliza en defensa del Procés. Pero fuera del area metropolitana de Barcelona, se dan situaciones que desde aqui nos son difícilmente comprensibles, como es por ejemplo ver a sacerdotes jóvenes, vestidos con alzacuellos, y de recta doctrina católica, que se suman a este tipo de movidas independentistas.
Es el caso que nos ocupa, el de Montblanc. Viendo el comunicado, cualquiera se imaginaria uno de esos sacerdotes setentones o ochentones, vestido como un camionero y con cara de malas pulgas. Pues no, no han acertado, el Plebà (título honorífico para el párroco de esta localidad), es el Rvdo. Simó Gras Solé, un sacerdote de 40 años, con estudios en Roma y con cargo en el Tribunal eclesiástico tarraconense. Viste siempre de calle con alzacuellos, en la Santa Misa con casullas tradicionales y fomenta actos de de devoción y adoración al Santísimo. Un sacerdote al que podríamos denominar en casi todo "germinante".
Pero cuando sale el tema de Cataluña, las cosas cambian, se trata de un sacerdote que se ha posicionado claramente a favor del proceso soberanista catalán y además lo argumenta:
"Nuestra vocación cristiana nos debe permitir aportar, en el momento histórico y el lugar concreto en el que vivimos, lo que el Evangelio nos dice. El amor a la patria es un deber moral, es un deber de todo cristiano. Debemos profesar amor a la gente que nos rodea y en el territorio donde Dios nos ha puesto. También debemos saber concretar el amor de Dios en las estructuras sociales de nuestra geografía. El amor de la tierra es un bien que como Iglesia debe preservar, cultivar y potenciar.
Es simple. En el momento en que nuestra gente sufre, es normal que la parroquia se ponga al lado de todos aquellos que piden una serie de derechos y libertades legítimos. Son conceptos que la Iglesia reconoce y reclama de una manera pacífica y civilizada, y que valora como válidos."
Estamos de acuerdo, en que el amor a la Patria es un deber moral, el problema es que para él su patria es Cataluña, pero para muchos otros catalanes, su patria es España y Cataluña su región, ¿cómo tienen que sentirse esos católicos que no comparten su visión ni participan de sus reivindicaciones, entre las que está cerrar las puertas de su parroquia para apoyar a unos condenados por la justicia?
Fuera de la zona metropolitana de Barcelona, es muy difícil no ser secesionista, te sientes señalado, y despreciado porque la mayoría lo son. Las nuevas generaciones crecen en un ambiente en que lo normal es reclamar la independencia, tristemente también los jóvenes que aspiran al sacerdocio, en esas zonas, que ya nada tienen que ver con sus antepasados, es decir curas progres en vías de extinción, también han mamado desde pequeños ese sentimiento y les parece lo más normal del mundo.
Antoninus Pius
El pasado viernes hubo una Aturada de pais (huelga-paro territorial). Los dos únicos sindicatos independentistas (con asesinos confesos entre sus dirigentes) convocaron una huelga general como protesta por la sentencia, Muchos se sumaron a la iniciatiava y otros muchos se vieron obligados a sumarse contra su voluntad como consecuencia de los cortes de carreteras y de transportes públicos, además de los piquetes que obligaban a muchos establecimientos a cerrar.
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Mn. Simó Gras Solé, Plebà de Montblanc |
Esta acción en Barcelona sería bastante ridícula, porque las parroquias controladas por el nacional-progresismo están todo el día cerradas, algunas ni siquiera tienen misas entre semana. Pero en los ambientes más comarcales la iglesia local es todo un símbolo de la población, como por ejemplo en Montblanc, por eso esta acción sin duda que fue aplaudida a rabiar por el independentismo de esa comarca tarraconense.
En Barcelona suele coincidir casi siempre ese clero anciano, "trabucaire", progresista en las formas y en las ideas, especialmente en la forma de vestir (nunca sacerdotalmente), es el que se moviliza en defensa del Procés. Pero fuera del area metropolitana de Barcelona, se dan situaciones que desde aqui nos son difícilmente comprensibles, como es por ejemplo ver a sacerdotes jóvenes, vestidos con alzacuellos, y de recta doctrina católica, que se suman a este tipo de movidas independentistas.
Es el caso que nos ocupa, el de Montblanc. Viendo el comunicado, cualquiera se imaginaria uno de esos sacerdotes setentones o ochentones, vestido como un camionero y con cara de malas pulgas. Pues no, no han acertado, el Plebà (título honorífico para el párroco de esta localidad), es el Rvdo. Simó Gras Solé, un sacerdote de 40 años, con estudios en Roma y con cargo en el Tribunal eclesiástico tarraconense. Viste siempre de calle con alzacuellos, en la Santa Misa con casullas tradicionales y fomenta actos de de devoción y adoración al Santísimo. Un sacerdote al que podríamos denominar en casi todo "germinante".
Pero cuando sale el tema de Cataluña, las cosas cambian, se trata de un sacerdote que se ha posicionado claramente a favor del proceso soberanista catalán y además lo argumenta:
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Mn. Simó Gras arrodillado ante el Santísimo |
Es simple. En el momento en que nuestra gente sufre, es normal que la parroquia se ponga al lado de todos aquellos que piden una serie de derechos y libertades legítimos. Son conceptos que la Iglesia reconoce y reclama de una manera pacífica y civilizada, y que valora como válidos."
Estamos de acuerdo, en que el amor a la Patria es un deber moral, el problema es que para él su patria es Cataluña, pero para muchos otros catalanes, su patria es España y Cataluña su región, ¿cómo tienen que sentirse esos católicos que no comparten su visión ni participan de sus reivindicaciones, entre las que está cerrar las puertas de su parroquia para apoyar a unos condenados por la justicia?
Fuera de la zona metropolitana de Barcelona, es muy difícil no ser secesionista, te sientes señalado, y despreciado porque la mayoría lo son. Las nuevas generaciones crecen en un ambiente en que lo normal es reclamar la independencia, tristemente también los jóvenes que aspiran al sacerdocio, en esas zonas, que ya nada tienen que ver con sus antepasados, es decir curas progres en vías de extinción, también han mamado desde pequeños ese sentimiento y les parece lo más normal del mundo.
Antoninus Pius