Aunque la diócesis menorquina es una de las más insignificantes de las demarcaciones episcopales españolas, con sólo 80.000 habitantes y 37 sacerdotes, se está desarrollando en ella una interesante partida de ajedrez que viene a constituir fiel ejemplo de la división actual del episcopado español. Vacante desde el pasado mes de julio, en que su anterior obispo, Mons. Salvador Giménez Valls, fue trasladado a Lérida, parecía que la designación de un nuevo prelado no iba a requerir especial problemática. Tan es así que el cardenal Cañizares, arzobispo de Valencia y metropolitano de Menorca, visitaba la isla el pasado mes de febrero y declaraba que el nombramiento podría conocerse por Semana Santa. Es más, el obispo Piris, que había sido residencial de la diócesis, antes de su destino ilerdense, presidió la última misa crismal y se atrevió a decir que el nombramiento “ja està ben cuit”.
Ni cuit ni tan siquiera a l’olla. Los vaticinios de Cañizares y Piris han resultado erróneos y el proceso de designación ha vuelto a empezar. Y cuando los dos prelados valencianos, especialmente todo un cardenal y metropolitano, afirmaban que el trámite estaba ultimado, a nadie se le escapa que es porque se había designado al candidato auspiciado por el propio Cañizares. O un sacerdote valenciano o, quizás, su fiel colaborador Juan Miguel Ferrer Grenesche, que volvió de Roma con él y al que no puede colocar como auxiliar valentino. Otro feo que le están haciendo a Cañizares.
Con esta jugada queda claro que se está orillando premeditadamente al cardenal de Valencia. Y quienes lo están orillando son los obispos que tienen mano en los últimos nombramientos episcopales. Osoro y Omella, la doble O del papa Francisco en España. Especialmente, Omella por su cargo en la Congregación para los Obispos. Las últimas designaciones de Mondoñedo, Ciudad Real, Jaén, Palencia y el desbloqueo del auxiliar del cardenal Blázquez, provienen del área de influencia de la doble O. A su vez, esta aceleración en la provisión de vacantes episcopales se ha efectuado con el nuncio Fratini tan desaparecido en combate, que no asistió, por primera vez, a la última plenaria de la Conferencia Episcopal.
Y es que el interés de la doble O se prolonga hacia las elecciones del año que viene en la CEE, cuando finalice el mandato del cardenal Blázquez. Cierto es que al prelado vallisoletano le cabe la prórroga por un segundo trienio, pero tanto el hecho de que se hallará ya en edad de renuncia como su perfil bajo, aconsejan a la doble O pasar a la acción e intentar tomar las riendas del episcopado español. Además, por su edad, si no lo intentan en 2017, seguro que se les pasa el arroz. Por esta causa, se han decidido a postular nuevos obispos, tanto residenciales como auxiliares, que sean de su cuerda. Especialmente religiosos, como los preconizados obispos de Mondoñedo y Palencia.
La próxima partida se juega en Menorca y Osoro, y especialmente Omella, han tomado partido en ella, obviando el candidato de Cañizares y presentando una nueva terna. Terna en la que no está presente Taltavull, que podría ser el candidato natural, pero al que Omella quiere a su lado durante su pontificado barcelonés. Tampoco está el administrador diocesano Gerardo Villalonga, un prestigioso canonista, formado en el seminario de Astorga, que no parece que goce de las preferencias de la doble O. Como tampoco estará Cristau, del que Sáiz Meneses es muy reacio a desprenderse, a no ser que le designen un auxiliar de inmediato. Con toda seguridad va a tratarse de un sacerdote y a nadie le extrañaría que se tratase de un religioso catalán, preconizado especialmente por Omella. Nombres hay más de uno sobre el tapete. Lo que es indudable es que Menorca es la próxima partida de la doble O. Después vendrán Logroño, Plasencia, Osma- Soria y algún auxiliar. Todo ello con la vista puesta en su operación Añastro 2017.
Oriolt
Ni cuit ni tan siquiera a l’olla. Los vaticinios de Cañizares y Piris han resultado erróneos y el proceso de designación ha vuelto a empezar. Y cuando los dos prelados valencianos, especialmente todo un cardenal y metropolitano, afirmaban que el trámite estaba ultimado, a nadie se le escapa que es porque se había designado al candidato auspiciado por el propio Cañizares. O un sacerdote valenciano o, quizás, su fiel colaborador Juan Miguel Ferrer Grenesche, que volvió de Roma con él y al que no puede colocar como auxiliar valentino. Otro feo que le están haciendo a Cañizares.
Con esta jugada queda claro que se está orillando premeditadamente al cardenal de Valencia. Y quienes lo están orillando son los obispos que tienen mano en los últimos nombramientos episcopales. Osoro y Omella, la doble O del papa Francisco en España. Especialmente, Omella por su cargo en la Congregación para los Obispos. Las últimas designaciones de Mondoñedo, Ciudad Real, Jaén, Palencia y el desbloqueo del auxiliar del cardenal Blázquez, provienen del área de influencia de la doble O. A su vez, esta aceleración en la provisión de vacantes episcopales se ha efectuado con el nuncio Fratini tan desaparecido en combate, que no asistió, por primera vez, a la última plenaria de la Conferencia Episcopal.
Mn.Gerard Villalonga Hellín, Administrador diocesano de Menorca |
La próxima partida se juega en Menorca y Osoro, y especialmente Omella, han tomado partido en ella, obviando el candidato de Cañizares y presentando una nueva terna. Terna en la que no está presente Taltavull, que podría ser el candidato natural, pero al que Omella quiere a su lado durante su pontificado barcelonés. Tampoco está el administrador diocesano Gerardo Villalonga, un prestigioso canonista, formado en el seminario de Astorga, que no parece que goce de las preferencias de la doble O. Como tampoco estará Cristau, del que Sáiz Meneses es muy reacio a desprenderse, a no ser que le designen un auxiliar de inmediato. Con toda seguridad va a tratarse de un sacerdote y a nadie le extrañaría que se tratase de un religioso catalán, preconizado especialmente por Omella. Nombres hay más de uno sobre el tapete. Lo que es indudable es que Menorca es la próxima partida de la doble O. Después vendrán Logroño, Plasencia, Osma- Soria y algún auxiliar. Todo ello con la vista puesta en su operación Añastro 2017.
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