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¡Se acabó el aguachirle: Viva el caldo gordo!

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Nuestro amigo Llisterri, nuestra entrañable marmota del Matarraña, está de suerte. Al jubilarse el indepe Oriol Domingo como responsable de la página de religión de la Vanguardia fue sustituido por la genial periodista Mari Paz López, que sin embargo a inicios de este año fue enviada como corresponsal en Berlín, dejando la página dominical en manos de becarios y alguna colaboración suelta. Desde aquí deseamos enviarle nuestra más sincera felicitación. Antes de su periodo de tiempo en Barcelona ya había sido corresponsal del diario insignia de los Godó en Roma, siendo una especialista en información religiosa, veraz y ponderada, tras la aciaga y convulsiva etapa Domingo. 
Desde principios de septiembre escribe Llisterri como “servicio especial”. Eso quiere decir que no es periodista en nómina pero por esa colaboración cobra 100 euros por pieza. He leído sus artículos del 13 y del 20 de septiembre: el primero titulado “Un santuario ecológico” da coba al copríncipe Vives y al monumento dedicado por él a la encíclica Laudato Sii ante la ermita de San Gil del santuario de Nuria, en el segundo “La Iglesia espera a los exiliados” resume una conversación ( no llega a más) con Salvador Busquets, el director de Cáritas Diocesana de Barcelona sobre la respuesta a la llamada de Francisco a la comunidad católica para salir al encuentro de los refugiados. Acostumbrado a la manipulación, al engaño y a la corrupción semántica, Llisterri califica como exiliados a los refugiados, pasándose por el forro de la chaqueta la diferencia entre refugiados, exiliados y emigrantes. Un exiliado, es alguien que es expulsado a otro país  por razones ajenas a su voluntad, y se le impide regresar al mismo. Un refugiado, es alguien que debe cruzar las fronteras de su nación hacia otra por razones de conflictos armados, raciales o de crisis humanitaria. A diferencia de un inmigrante que es alguien que sale bajo su propia decisión a otro país por distintas razones, entre ellas lograr un mejor nivel de vida.
Mari Paz López (izquierda) y el convulso e indepe Oriol Domingo (derecha)
No son disquisiciones semánticas a modo de disputas bizantinas, un periodista jamás debe dejar de ser riguroso y preciso tanto en el lenguaje como en la actitud. El director del rotativo barcelonés, Màrius Carol, lo es y mucho. En medio del tsunami ideológico en que vive Cataluña, a fuer de persona de seny, aún a pesar de ser caballero de fuertes convicciones personales, ha sabido mostrar ante el procés una actitud moderada y crítica a la vez, tanto como Josep Cuní en la guía del programa “8 al día” líder de audiencia con la cadena 8tv, el buque insignia televisivo del Grupo Godó.
El pensionista Domingo no ha sabido mantener los modos versus su antiguo director y no ha dejado de fustigarlo a mansalva por lo que él condena como una actitud tibia ante el soberanismo. Carol únicamente ha mantenido una actitud elegantemente crítica, propio de alguien que sabe que el lector clásico de La Vanguardia no es presa fácil de la manipulación. Ni están los tiempos y la economía para demasiados extremismos. Jamás animadversión ni declarado frentismo. Añadamos que “sotto sotto” la censura a la que el convulso Domingo fue sometido por dos artículos y la prohibición expresa de volver a escribir jamás de los jamases la lleva grabada como sello en su corazón. Y Domingo es de reacción fácil. Él no sabe esperar a servir la venganza como plato frío. ¡Boca suelta de niños y viejos! Incontinencia urinaria.
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Puchero del Bajo Aragón
Y como LListerri no es hombre de fidelidades más allá del bolsillo, ha tenido que prescindir de Oriol Domingo en su página “Catalunya-Religió” como peaje a su entrada como colaborador especial en La Vanguardia. Parece chantaje de camorra napolitana pero es Barcelona. Ricatto e fedeltà alla famiglia. Godó por supuesto ¿a quién si no?
Una de las preguntas más extendidas estos días en Cataluña es saber cómo nos vamos a sentar las familias estas Navidades, tras el 27S y las generales decembrinas. Ya venimos diciendo desde el inicio de la deriva separatista que entre amigos, sociedades y familias se ha creado un fuerte sentimiento de división  y quiebra sentimental. Suerte tienen las élites que “saben estar y cuentan” que desde siglos en Cataluña, en la mesa no hablan ni de política ni de religión. El pueblo sencillo es más visceral desgraciadamente. Y menos ecuánime a la hora de conservar la figura. Carne de tropa y cañón decía el santo de Barbastro.  
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Viandas del Matarraña
Al menos nos consuela saber que en casa Llisterri, tras la puñalada en la espalda  de Jordi a Oriol, entraran pelas y podrán dejar atrás el aguachirle de escudella a la que venían acostumbrándose y los canelones escaldufados de otros años. Al menos quedarán farts d´olla. Cuatrocientos euros al mes dan para mucho tajo. Y siempre habrá meses de quinientos. Lástima que fuera de nómina no habrá paga extra. Seguro que Llisterri sabrá ingeniárselas y  se hará merecedor de alguna cesta aunque sólo tenga un pernil de Teruel. De su Matarraña ancestral donde su estirpe tiene raíces. ¡Menudo es Judas con los cuartos!
Prudentius de Bárcino

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