Vamos a intentar colocar unas pocas teselas, necesitadas de restauración por el paso del tiempo, de la famosa salamandra gaudiniana (medio dragón, medio serpiente) colorida y atrayente. Se dice, según la alquimia, que las salamandras aunque se las arroje al fuego, no sólo no mueren, sino que cobran vida y fortaleza. Eso sí, evitaremos acercarnos demasiado al detalle, no sea que nos llevemos alguna sorpresa tóxica o quedemos algo quemados.
No nos pueden pasar desapercibidas las colas de feligresía barcelonesa agolpadas en las puertas de delegaciones, cofradías, movimientos, asociaciones, congregaciones, parroquias y demás, deseosas de depositar, cual electores obligados a votar, el fajo de propuestas para el futuro Plan Pastoral Diocesano. ¿Lluvia de ideas o cantando bajo la lluvia?

Las estadísticas de los Seminarios españoles arrojan cifras interesantes. La punta del iceberg es Lérida con cero candidatos. Ni un año de intensivos "lifeteens" intentando recoger manzanas, aliviaría la sequía. El mismísimo James Mallon, de tanto predicamento estos días para renovar nuestras parroquias, padecería allí abundantes espejismos y enmudecería ante tanta inanidad.
Las manifestaciones contra el "obispado especulador", (así dicen las pintadas por los aledaños del convictorio) por el caso del Hotel de los horrores del Dr. Matabosch, en lugar de menguar van subiendo como la espuma. Puede ser que la mano izquierda no sólo no sepa nada de la otra, sino que ya amputada, haya dejado a la derecha su final pastoral.
Como en nuestras villas tan faltas de población, los incentivos para atraer vecinos y responsabilizarse de vicarías episcopales u obispados auxiliares está atrayendo a lo peor. Más concretamente el hampa que se define por su acción individual y carente de autoprotección: a diferencia de la mafia que es una familia y defiende a sus miembros. De ahí sus talantes más despóticos cuando acceden a cuotas de poder. Mientras, los mejores activos siguen "ora et labora"; pero con más ganas de constituirse como mafia eclesial a imagen del grupo de Saint-Gall: del que es buen modelo y maestro el transparente cardenal Daneels. Encontrar, como ellos, una sigilosa abadía suiza para establecer una hoja de ruta de presión sobre cardenales, papas y conclaves (pero adaptada a la fabulosa red ferroviaria AVE), es nuestra tarea pendiente. ¿Cómo sería catalogado este grupo y toda su patraña golpista en un buen retiro para sacerdotes? Se lo dejamos al intrigante Taltavull.

Y, por último, nos quedaba una tesela perdida. Lo sentimos: Sistach vuelve a la Sagrada Familia el domingo de Ramos. Todos los que quieran evitar un inicio inane de la Semana Santa, acudan a sus parroquias de siempre y eviten, en unos días tan sobrios, inadecuados delirios de grandeza.
Justus ut Palma