El Arzobispo Martínez, el Consejo Presbiteral y el polvo zombi (cum mica salis) (28/05/2007)
Esta semana ha vuelto a la programación de TV3 la serie "Afers exteriors" que el locutor (dejémoslo así) Miquel Calzada había interrumpido meses atrás. En este capítulo dedicado a Haití conocíamos de primera mano el testimonio de una campesina familiarizada con el vudú explicándonos en qué consistían los zombis. Sin embargo, todo cuanto ella explicaba había sido ya recogido de manera científica por el investigador de Harvard el Dr. Wade Davis que realizó hace algunos años un estudio sobre el tema publicado en su libro "La serpiente y el arcoíris". En él narraba la experiencia de una campesina haitiana que vio morir a su hermano Clairvius Narcisse en 1962 y cómo 18 años más tarde lo reencontró vivo en la plaza del pueblo. Este, al parecer, se había sometido a un hechicero vudú que le inoculó el llamado "polvo de zombi" que lo condujo a una "muerte aparente", y tras ser enterrado por espacio de 48 horas, le administró otra substancia tóxica que lo reanimó, pero con un perfil bajo en su capacidad de reacción, y por lo cual, podemos decir, lo tuvo sometido y esclavizado a su antojo.Junto con el psiquiatra Dr. Nathan Kline, que conocía la existencia de la reserpina, droga extraída de una planta india, y la serpentaria, utilizada para pacientes en psiquiatría, llegaron al conocimiento del uso por parte de los hechiceros haitianos de una substancia extraída del hígado y de los órganos sexuales del "pez globo", la tetrodotoxina (TTX) capaz de paralizar el sistema nervioso. Los japoneses conocen hace cientos de años el poder letal de esa substancia extraída del "fugu" o pez globo y como tras su extracción se puede reanimar a la víctima.
Los hechiceros narran que trascurridos los efectos del "polvo de zombi" (entre 36 y 48 horas) es administrada otra substancia extraída de otro animal marino, el "pepino zombi" que no es otra que el "stramonium datura", que contiene dos elementos psicoactivos: la atropina y la escopolamina. Ambos causan: DESORIENTACIÓN, CONFUSIÓN, AMNESIA, ESTUPOR y demás comportamientos anormales. De hecho la escopolamina es llamada "suero de la verdad" por su poder de desorientación y como calmante. Después de absorberla el sujeto no tiene energía mental para fabricar una mentira, responde con aserciones simples: "si o no". Acerca de todo esto se puede leer un artículo publicado hace algún tiempo en la prestigiosa revista científica inglesa The Lancet, referido a un suceso acaecido en Singapur tras la ingestión por un individuo de un pez globo mal cocinado, así como lo relativo a la necesidad de la ingestión de sal (cloruro de sodio) para neutralizar los efectos de la tetrodotoxina (TTX) *.
Tras estas puntualizaciones, vayamos a nuestro caso. Este jueves 24 de mayo ha tenido lugar la reunión del Consejo Presbiteral de Barcelona presidido por nuestro arzobispo el Dr. Martínez. Lo acaecido allí no nos puede pasar por alto. La voz cantante, los de siempre, que para eso son inmensa mayoría en el Consejo. Las propuestas, desalentadoras. La reacción pedagógica y correctora de S.E. el Dr. Martínez, más que tímida, NULA. Ya advertí hace meses (ver de Bello Pallico del 11 de enero en VOX NON CONCORDAT ) que llegaría la hora en que la "serpiente" que él salvaba con la actitud proclive y condescendiente con sus postulados, le mordería un día, y ese día llegó. Y lo ha hecho en el seno del Consejo Presbiteral como lo rematarán el miércoles con la conferencia de Boff en Santa María del Pino. Saben que en el proceso de promoción del Dr. Martínez que ellos capitanearon, desde la sede de Tarragona hasta la sucesión de Mons. Carles, le inocularon el "polvo de zombi" y que con su promesa de aparente pacificación, que no era otra cosa que de "segregación" de los sectores de mayor fidelidad a Roma en el gobierno diocesano, suministraron la suficiente dosis de escopolamina para tener SOMETIDO, REHÉN y CAUTIVO a su victima.
Este, el Dr. MARTÍNEZ, nuestro Arzobispo, ni siquiera tiene capacidad para reaccionar con aquella viveza y aparente desparpajo con que simulaba llevar por sí mismo las riendas de la Diócesis: se limita a simples y asombrosas aserciones a todo cuanto oye. Sólo podemos esperar un milagro. No hay más. O una casualidad providencial: que en medio de ese proceso alguien le suministre la suficiente cantidad de SAL como la que recibiera el día de su bautismo cuando se le dijo: "Luis, recibe la sal de la Sabiduría, que te lleva a la VIDA ETERNA".
Más no podemos decir, pues entre libertad y gracia no hay más espacio que el que le otorgamos cada uno con nuestro libre albedrío. Ojalá toda solución pasase por suministrar aquellos pedruscos de sal que los payeses de la Cerdaña dan a sus vacas campando a sus anchas por los valles y montañas del Pirineo. Propondría una peregrinación a Cardona para trasladar rocas de sal si fuese útil...
Bene valete (cum mica salis)
Este, el Dr. MARTÍNEZ, nuestro Arzobispo, ni siquiera tiene capacidad para reaccionar con aquella viveza y aparente desparpajo con que simulaba llevar por sí mismo las riendas de la Diócesis: se limita a simples y asombrosas aserciones a todo cuanto oye. Sólo podemos esperar un milagro. No hay más. O una casualidad providencial: que en medio de ese proceso alguien le suministre la suficiente cantidad de SAL como la que recibiera el día de su bautismo cuando se le dijo: "Luis, recibe la sal de la Sabiduría, que te lleva a la VIDA ETERNA".
Más no podemos decir, pues entre libertad y gracia no hay más espacio que el que le otorgamos cada uno con nuestro libre albedrío. Ojalá toda solución pasase por suministrar aquellos pedruscos de sal que los payeses de la Cerdaña dan a sus vacas campando a sus anchas por los valles y montañas del Pirineo. Propondría una peregrinación a Cardona para trasladar rocas de sal si fuese útil...
Bene valete (cum mica salis)
Prudentius de Bárcino