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Mallorca: Un pulso entre cardenales

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El 4 de septiembre de 2016 al malogrado obispo Salinas el Papa le aceptaba la renuncia y se nombraba administrador apostólico de Mallorca al obispo auxiliar de Barcelona Sebastià Taltavull, menorquín de nacimiento.Del obispo Salinas nada más vamos a decir porque ya conocemos sobradamente su desafortunada historia de su supuesta relación con Sonia Valenzuela, secretaria de relaciones institucionales del obispado de Mallorca, esposa de Mariano de España Morell. 

Del obispo Taltavull si hay algo que decir y que puede afectar al devenir de la diócesis mallorquina y a sus fieles y habitantes. Sebastià Taltavull, menorquín y por tanto catalanoparlante, fue impuesto como obispo auxiliar de Barcelona para que no hubiera un catalán. Pero poco se imaginaron las autoridades eclesiásticas que el menorquín pronto confraternizaría con los “catalanistas”, tenía que hacerse perdonar claro.

Cañizares y Taltavull con la reina Sofía en Palma
Cuanto Taltavull llegó a Mallorca de administrador apostólico se le hincharon las glándulas de la soberbia hasta casi estallar. Iba pregonando sin ton ni son, por aquí y por allá, que iba a resucitar un viejo proyecto de erigir al archipiélago balear (tres diócesis, Mallorca, Menorca e Ibiza) en provincia eclesiástica. Él no era todavía obispo residencial y ya se veía como arzobispo de Mallorca. La intención no era otra que la de desligarse de Valencia, a la que pertenece como provincia eclesiástica y unirse a Cataluña. Porque como dice Taltavull: “nosotros hablamos como los catalanes y pensamos como ellos y no tiene sentido que estemos unidos a Valencia”. Todo esto en este momento histórico es sumamente peligroso ya que la unidad de España está amenazada y toda esta operación solo daría aire a los catalanes en su proyecto de secesión. 

El cardenal Omella encantado, su acólito le aumenta su “imperio” y su influencia (no hay que olvidar que dentro de dos años hay elecciones a la presidencia de la Conferencia Episcopal Española y todos los cardenales y arzobispos ya han empezado su campaña). El cardenal Cañizares, más españolista y partidario de la unidad de España, no quiere ni oír hablar de la estrategia taltavullista. Por esa razón los dos cardenales mantienen un pulso sobre la isla de Mallorca y sobre sus habitantes.

Si gana el pulso Omella, adiós. Si gana el pulso Cañizares quizá no todo esté todavía perdido.Evitar que Taltavulll sea obispo de Mallorca es hoy, sin duda, una razón espiritual y religiosa pero también es una razón de Estado.

Lluc Bibiloni

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