Los tintes mafiosos del modus operandi del sistaquismo
Segis lleva 13.747’44 euros de déficit solo de enero a setiembre.
La gestión de Segis en Santa María ha sido voluntariamente opaca. Segis no quiere feligreses activos y con criterio a su alrededor porque no quiere que le controlen. Prefiere un parroquia de perfil bajo -donde no haya que trabajar mucho- al dinamismo que le coartaría o incluso evidenciaría su aletargado ritmo de vida. Y que conste que nos parece que detrás de todo hay mas un hombre apoltronado y desnortado que una mala persona. El problema es que muerde en forma de episodios recurrentes y hace daño a los que le rodean.
Segis va a quebrar Santa María también económicamente. De enero a setiembre de 2015 la diferencia entre las entradas y las salidas de tesorería alcanzan ya el déficit de 13.747’44 euros. A este paso y con una regla de tres va acabar el año con mas de 18.000 euros de agujero.
Su carácter autoritario y sin criterio ha enfriado a su feligresía. Muchos van a Misa a Santa Ana. Otros han reducido sus aportaciones a la mínima expresión. No solo es el envejecimiento de la feligresía. La gente no es tonta y ve como su párroco pasa de todo y de todos pese a las buenas caras cuando hay que hacer el paripé.
Se confunde con el nombre de su cofradía de Semana Santa y no acude a la procesión de su 25 aniversario; le repatea el despacho parroquial; cuesta verle en el templo parroquial; sus sermones son de puro trámite y siempre desconectados de cualquier dimensión con la Iglesia universal; sus discursos están llenos de tópicos manidos progresistas y previsibles; su eclesiología es heterodoxa; su Escuela de Teología escandalosa; su papel en Caritas nulo; sus conocimientos de Historia de la Iglesia local y Universal y sobretodo la interpretación de la misma patética; su relación con el Museu Arxiu, enfermizo; su interés por los temas parroquiales no situados dentro del estricto espacio de la Basílica son cero (Centro Católico-Sala Cabañes, Escuelas Católicas, Comedor Sant Joaquim…); sus referencias a lecturas espirituales, desconocidas…
El ultra-clericalismo de Segis, su confianza en Batlle y el desprecio a propuestas que provienen de su propia feligresía
Algunos fieles, a su entrada como párroco, le propusieron la restauración actualizada de la plurisecular y Venerable Junta de Obra parroquial. La institución formada por laicos y el párroco que desde la Edad Media tenía a su cargo la búsqueda de recursos y gestión y conservación del patrimonio inmobiliario parroquial y que fue extinguida en los años sesenta del siglo XX tras una interpretación suicida del Concilio.
Se propuso a Segis la fórmula siguiente como idea base a discutir y mejorar: Una junta formada por cinco o seis personas: el párroco, un empresario director de su propia empresa con una larga trayectoria profesional y diversos años como alcalde en una localidad del Bajo Maresme; un profesional del mundo del marketing; un economista gestor administrativo; un abogado y un miembro del Museo Archivo de Santa María como historiador experto sobre la historia del edificio. Se le propusieron unos nombres concretos (que habían dicho que sí). La media de edad no llegaba a los 50 años. Segis no hizo ni caso.
Esta junta tendría que trabajar para hacer rentable alguno de los inmuebles de la parroquia. Conseguir alguna renta. Diseñar un plan adulto y sensato que permitiera algún desahogo para la parroquia. The question era buscar un punto de equilibrio entre la mentalidad perro-fláutica que no entiende que una comunidad parroquial y mas una Basílica necesita una cierta estructura de ingresos mínimos mas o menos fijos; y la de convertir a Santa María en una máquina de hacer dinero y tener solo criterios mundanos economicistas. Mucho se podría haber hecho con una Junta de Obra pequeña (no a la unipersonalidad) de laicos con un cierto grado de experiencia en la gestión económica y con comportamiento previo no escandaloso con la moral privada y social de la Iglesia.
Pero Segis no quiso compartir la gestión económica de la parroquia con laicos y prefirió delegarlo todo en Mossèn Bísness, es decir a Batlle, encantado de acapararla.
Segis, muy justito también por lo que se refiere a la administración económica de una parroquia, depositó toda la confianza en Batlle porque este le solucionaba todos los problemas económicos gracias a su poder en las finanzas del obispado. Batlle, el hada madrina de las finanzas del obispado, tiene un poder enorme, desproporcionado y sin contrapesos en la administración económica de la diócesis. Segis podía también despreocuparse de dicha gestión. Además esta entrega absoluta a Batlle de la gestión de los dineros tenia una segunda variable, el ultra-clericalismo: “Que el laico no se meta, para que no se entere y no me limite”.
La compra-venta de afectos y obediencias.
La gestión- no solo de su vida sacerdotal- de Batlle es la antítesis de la transparencia. Batlle necesita poder gestionar solo (= el solito) su ámbito de poder porque es la plataforma que le permite los recursos para comprar afectos. Ya lo dijo también otro articulista en esta web cuando habló que tiene tarjeta del obispado. Recursos económicos y recursos de influencias. Acapara la gestión económica para poder acceder a los instrumentos que le permiten comprar lo que no se puede comprar a nivel intra-parroquial y extra-parroquial. De esto a la amoralidad hay solo un paso.
Sistach en vez de corregir este dramático percorso como padre solícito, lo ha utilizado para contar a su lado de personal servil de obediencia ciega. Ha jugado a ello, lo ha explotado, para beneficiarse. Este es el lado sombrío del sistaquismo. El que llegó incluso a hacer gestiones en Madrid para lograr el despido del periodista Pablo Ginés acusado de pertenecer a Germinans cuando nunca ha participado en esta web. El que pretendió chantajear a Mn. Ramon Mor en el palacio episcopal con unas fotografías hechas por unos detectives privados contratados por Sistach en las que aparecía comiendo una pizza con una chica en una pizzería (¡¡qué escándalo!!). O el despido de la bibliotecaria del Seminario tras 21 años de servicio y acusarla de hacer mobbing para ahorrarse la indemnización (¡¡cuando sus compañeros de profesión la habían nombrado tesorera de la Asociación de Bibliotecarios de la Iglesia en España!!).
Una pirámide de relaciones interpersonales de obediencia y fidelidad donde se pide que no haya frenos morales al “módico” precio de una prebenda que permite dinero o influencias mundanas con los que llenar vacíos existenciales. Alejados cada vez más de la Verdad y de la Gratuidad en unos hombres con unas vidas muy tristes, todo se llega a justificar, incluso lo injusto.
Aviso a navegantes sobre la gestión de Batlle, entre los cambalaches, la opacidad y la huida hacia delante. La pelota que va a dejar el todopoderoso Batlle
La gestión de Batlle es del todo opaca. Avisamos que se hace necesaria una auditoria completa, pormenorizada y a saco de la gestión de estos personajes al frente de sus cargos, especialmente en su vertiente económica. Los compañeros sacerdotes y los feligreses necesitan transparencia, exigen transparencia. Se nos pide ser buenos y generosos, no estúpidos.
Batlle necesita presentar resultados para no poner en cuestión su cargo porque como hemos dicho necesita el cargo para mantener su nivel de ingresos y libertad de maniobra, elementos necesarios para las vidas B. Al no tener resultados, imagina realidades que son virtualidades. Esto le hace tomar decisiones imprudentes que acaban provocando agujeros (gastos) que deben ser rellenados con ingresos virtuales de otros embolados que solo están en la mente de la lechera del cuento. Al elaborar sus planes, mezcla problemáticas y hace cambalaches de un tema a otro, contando que con los ingresos del proyecto A – que le ya da por seguros- podrá pagar los gastos de B, como si las problemáticas económicas de los temas del obispado estuvieran todas interconectadas por vasos comunicantes y que sus afectados de A estuvieran todos dispuestos a sacrificar sus intereses para el proyecto B. Para seguir con este modus operandi necesita presentar las realidades ya como hechos consumados o como irreconducibles hacia otras soluciones tras una falta absoluta de información durante el proceso a los afectados. Una huida hacia adelante una tras otra hasta el precipicio final en la mente que no llamaremos desequilibrada porque no somos expertos en psiquiatría.
Si alguien duda de lo anterior. Pida explicaciones pormenorizadas a Batlle. Verán como se escurre como una anguila. No todos somos como el rústico Segis que se lo traga todo. Pidan detalles, sobre qué construye sus previsiones de ingresos, sobre la verosimilitud de dichas previsiones. Vayan a los presupuestos de partida de las que basa sus conjeturas y no se queden un sus ventas de humo. Vayan acompañados de algún experto, algún gestor, algún abogado o economista y sométanlo a un tercer grado y verán como se escapa.
Como hemos dicho, se nos pide ser buenos y generosos, no estúpidos. Que no sea demasiado tarde.
Septimius Severus Reditum
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Segis, a lo “aquí mando yo” |
Segis fue enviado por Sistach a Mataró para controlar el gallinero. El toma y daca no fue en clave de beneficio pastoral para las parroquias sino el del cargo a cambio de controlar la situación en Mataró ante las sospechas que la web Germinans tenía su sede en el arciprestazgo.Segis obtuvo el cargo a cambio de pasar el “parte” cada semana al Palacio Episcopal. Bajo la apariencia simpática y populachera de una inofensiva tieta convergente, el sistaquismo esconde su dimensión killer.
Segis ha sido un hombre que ya llegó cansado a Santa Maria de Mataró. Después de una vida laboral dedicada a la enseñanza en un colegio, la(s) parroquia(s) le ahoga(n). Por eso desaparece entre semana. Para cubrirle tal dejación, puso a Sistach como condición para ocupar las dos parroquias del centro tener siempre vicario. Y no tuvo uno, sino dos. Mossen Bísness (tal cual, no Business) es decir Ramon Batlle y Birras, el vicario lenguaraz de alegre trote cochinero y chupito final de noche cervecera, Josep Teixidó, verdadero tapón a la pastoral juvenil arciprestal. Dos de los productos mas refinados de la factoría Arenas.
Segis deleitó al personal con una clase de eclesiología progresista durante la homilía de sus 50 años de sacerdote en Santa María de Mataró. Con un maniqueísmo infantil: antes todo era malo en la Iglesia, y el Concilio –su interpretación del Concilio- todo bueno. Un insulto a la inteligencia de su auditorio, que le dejó retratado como lo que es: un pobre hombre. Una mezcla de indolencia, falta de formación y autoritarismo ante los feligreses como mecanismo de defensa ante sus deficiencias y limitaciones que denotan que su acceso a las parroquias del centro de Mataró no se debió al mérito ni al celo pastoral. Segis se lo debe todo a Sistach por haber estado dispuesto a pasar el parte durante todos estos años a Barcelona. Este es un ejemplo mas del modus operandi de los tintes eclesio-mafiosos tan intrínsecamente vinculados al sistaquismo. Por eso le nombró además vicario episcopal de zona, un servicio donde la nulidad ha sido aun mas exagerada que en su labor como párroco. Que lo digan sino los sacerdotes del arciprestazgo y su escapismo ante todos los pollos que han ido surgiendo estos años. El último, el de Caritas.
Pese a ello Sistach no se acababa de fiar de los partes de un no muy perspicaz Segis y envió -para asegurar la jugada- a Mataró a Ramon Batlle, el protegido de Matabosch, a su vez el único amigo-confidente de Sistach. El vigilante vigilado.
Segis ha sido un hombre que ya llegó cansado a Santa Maria de Mataró. Después de una vida laboral dedicada a la enseñanza en un colegio, la(s) parroquia(s) le ahoga(n). Por eso desaparece entre semana. Para cubrirle tal dejación, puso a Sistach como condición para ocupar las dos parroquias del centro tener siempre vicario. Y no tuvo uno, sino dos. Mossen Bísness (tal cual, no Business) es decir Ramon Batlle y Birras, el vicario lenguaraz de alegre trote cochinero y chupito final de noche cervecera, Josep Teixidó, verdadero tapón a la pastoral juvenil arciprestal. Dos de los productos mas refinados de la factoría Arenas.
Segis deleitó al personal con una clase de eclesiología progresista durante la homilía de sus 50 años de sacerdote en Santa María de Mataró. Con un maniqueísmo infantil: antes todo era malo en la Iglesia, y el Concilio –su interpretación del Concilio- todo bueno. Un insulto a la inteligencia de su auditorio, que le dejó retratado como lo que es: un pobre hombre. Una mezcla de indolencia, falta de formación y autoritarismo ante los feligreses como mecanismo de defensa ante sus deficiencias y limitaciones que denotan que su acceso a las parroquias del centro de Mataró no se debió al mérito ni al celo pastoral. Segis se lo debe todo a Sistach por haber estado dispuesto a pasar el parte durante todos estos años a Barcelona. Este es un ejemplo mas del modus operandi de los tintes eclesio-mafiosos tan intrínsecamente vinculados al sistaquismo. Por eso le nombró además vicario episcopal de zona, un servicio donde la nulidad ha sido aun mas exagerada que en su labor como párroco. Que lo digan sino los sacerdotes del arciprestazgo y su escapismo ante todos los pollos que han ido surgiendo estos años. El último, el de Caritas.
Pese a ello Sistach no se acababa de fiar de los partes de un no muy perspicaz Segis y envió -para asegurar la jugada- a Mataró a Ramon Batlle, el protegido de Matabosch, a su vez el único amigo-confidente de Sistach. El vigilante vigilado.
Segis lleva 13.747’44 euros de déficit solo de enero a setiembre.
La gestión de Segis en Santa María ha sido voluntariamente opaca. Segis no quiere feligreses activos y con criterio a su alrededor porque no quiere que le controlen. Prefiere un parroquia de perfil bajo -donde no haya que trabajar mucho- al dinamismo que le coartaría o incluso evidenciaría su aletargado ritmo de vida. Y que conste que nos parece que detrás de todo hay mas un hombre apoltronado y desnortado que una mala persona. El problema es que muerde en forma de episodios recurrentes y hace daño a los que le rodean.
Sistach abrazando a Segis |
Su carácter autoritario y sin criterio ha enfriado a su feligresía. Muchos van a Misa a Santa Ana. Otros han reducido sus aportaciones a la mínima expresión. No solo es el envejecimiento de la feligresía. La gente no es tonta y ve como su párroco pasa de todo y de todos pese a las buenas caras cuando hay que hacer el paripé.
Se confunde con el nombre de su cofradía de Semana Santa y no acude a la procesión de su 25 aniversario; le repatea el despacho parroquial; cuesta verle en el templo parroquial; sus sermones son de puro trámite y siempre desconectados de cualquier dimensión con la Iglesia universal; sus discursos están llenos de tópicos manidos progresistas y previsibles; su eclesiología es heterodoxa; su Escuela de Teología escandalosa; su papel en Caritas nulo; sus conocimientos de Historia de la Iglesia local y Universal y sobretodo la interpretación de la misma patética; su relación con el Museu Arxiu, enfermizo; su interés por los temas parroquiales no situados dentro del estricto espacio de la Basílica son cero (Centro Católico-Sala Cabañes, Escuelas Católicas, Comedor Sant Joaquim…); sus referencias a lecturas espirituales, desconocidas…
El ultra-clericalismo de Segis, su confianza en Batlle y el desprecio a propuestas que provienen de su propia feligresía
Algunos fieles, a su entrada como párroco, le propusieron la restauración actualizada de la plurisecular y Venerable Junta de Obra parroquial. La institución formada por laicos y el párroco que desde la Edad Media tenía a su cargo la búsqueda de recursos y gestión y conservación del patrimonio inmobiliario parroquial y que fue extinguida en los años sesenta del siglo XX tras una interpretación suicida del Concilio.
Se propuso a Segis la fórmula siguiente como idea base a discutir y mejorar: Una junta formada por cinco o seis personas: el párroco, un empresario director de su propia empresa con una larga trayectoria profesional y diversos años como alcalde en una localidad del Bajo Maresme; un profesional del mundo del marketing; un economista gestor administrativo; un abogado y un miembro del Museo Archivo de Santa María como historiador experto sobre la historia del edificio. Se le propusieron unos nombres concretos (que habían dicho que sí). La media de edad no llegaba a los 50 años. Segis no hizo ni caso.
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El Águila y la Policía observan a Segis a su salida de la fiesta de las Santes de este año. |
Pero Segis no quiso compartir la gestión económica de la parroquia con laicos y prefirió delegarlo todo en Mossèn Bísness, es decir a Batlle, encantado de acapararla.
Segis, muy justito también por lo que se refiere a la administración económica de una parroquia, depositó toda la confianza en Batlle porque este le solucionaba todos los problemas económicos gracias a su poder en las finanzas del obispado. Batlle, el hada madrina de las finanzas del obispado, tiene un poder enorme, desproporcionado y sin contrapesos en la administración económica de la diócesis. Segis podía también despreocuparse de dicha gestión. Además esta entrega absoluta a Batlle de la gestión de los dineros tenia una segunda variable, el ultra-clericalismo: “Que el laico no se meta, para que no se entere y no me limite”.
La compra-venta de afectos y obediencias.
La gestión- no solo de su vida sacerdotal- de Batlle es la antítesis de la transparencia. Batlle necesita poder gestionar solo (= el solito) su ámbito de poder porque es la plataforma que le permite los recursos para comprar afectos. Ya lo dijo también otro articulista en esta web cuando habló que tiene tarjeta del obispado. Recursos económicos y recursos de influencias. Acapara la gestión económica para poder acceder a los instrumentos que le permiten comprar lo que no se puede comprar a nivel intra-parroquial y extra-parroquial. De esto a la amoralidad hay solo un paso.
Sistach en vez de corregir este dramático percorso como padre solícito, lo ha utilizado para contar a su lado de personal servil de obediencia ciega. Ha jugado a ello, lo ha explotado, para beneficiarse. Este es el lado sombrío del sistaquismo. El que llegó incluso a hacer gestiones en Madrid para lograr el despido del periodista Pablo Ginés acusado de pertenecer a Germinans cuando nunca ha participado en esta web. El que pretendió chantajear a Mn. Ramon Mor en el palacio episcopal con unas fotografías hechas por unos detectives privados contratados por Sistach en las que aparecía comiendo una pizza con una chica en una pizzería (¡¡qué escándalo!!). O el despido de la bibliotecaria del Seminario tras 21 años de servicio y acusarla de hacer mobbing para ahorrarse la indemnización (¡¡cuando sus compañeros de profesión la habían nombrado tesorera de la Asociación de Bibliotecarios de la Iglesia en España!!).
Una pirámide de relaciones interpersonales de obediencia y fidelidad donde se pide que no haya frenos morales al “módico” precio de una prebenda que permite dinero o influencias mundanas con los que llenar vacíos existenciales. Alejados cada vez más de la Verdad y de la Gratuidad en unos hombres con unas vidas muy tristes, todo se llega a justificar, incluso lo injusto.
Aviso a navegantes sobre la gestión de Batlle, entre los cambalaches, la opacidad y la huida hacia delante. La pelota que va a dejar el todopoderoso Batlle
La gestión de Batlle es del todo opaca. Avisamos que se hace necesaria una auditoria completa, pormenorizada y a saco de la gestión de estos personajes al frente de sus cargos, especialmente en su vertiente económica. Los compañeros sacerdotes y los feligreses necesitan transparencia, exigen transparencia. Se nos pide ser buenos y generosos, no estúpidos.
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Los músicos interpretes de la Misa de Gloria de les Santes |
Hagan la prueba: exijan transparencia.
Como hemos dicho, se nos pide ser buenos y generosos, no estúpidos. Que no sea demasiado tarde.
Septimius Severus Reditum