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Carta del obispo Juan José Omella a los niños que celebran la Primera Comunión

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Cada año, el obispo Don Juan José Omella escribía una carta a los niños de la Rioja que iban a recibir la Primera Comunión. Reproducimos íntegramente la que corresponde a este año 2015. Aunque hace muchas referencia a realidades riojanas, éstas pueden ser substituidas por realidades similares de Barcelona y ser aprovechada para este mismo año de catequesis.

Queridos niños y niñas:

Una antigua tradición del siglo XIV, confirmada por diversas fuentes históricas y arqueológicas, dice que sobre el altar de la capilla lateral de la iglesia de Cebreiro, en Galicia, estaba celebrando la eucaristía un sacerdote benedictino. Pensaba que aquel crudo día de invierno, en que la nieve se amontonaba y el viento era insoportable, nadie vendría a la misa. Pero se equivocaba. Un paisano de Barxamaior, llamado Juan Santín, se acercó caminando hasta Cebreiro para participar en la Santa Misa. El monje celebrante, de poca fe, no supo valorar la fe y el sacrificio del campesino que viajó a pie en un día de tanto frío. En el momento de la Consagración el sacerdote percibe cómo la Hostia se convierte en carne sensible a la vista, y el cáliz en sangre, que hierve y tiñe el mantel del altar.

El sacerdote no salía de su asombro. Se preguntaba qué significaba aquello que estaba viendo con sus ojos. Jesús quería afianzar la débil fe de aquel monje, pero quería también afianzar la de todos los hombres de la tierra. La verdad es que se trataba de un milagro asombroso. Jesús mostraba al sacerdote que Él está realmente presente en el pan y el vino consagrados en la misa. 

La noticia del milagro se propagó por todas partes propiciando así una gran devoción a Cristo en la Eucaristía. A pesar del tiempo, guerras e incendios, el milagro llega hasta nosotros como signo poderoso de la verdad: Cristo está vivo, resucitado, Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, en la Eucaristía.

Ya en los primeros años del siglo XVII el P. Yepes escribía: "Yo, aunque indigno, he visto y adorado este santo misterio, he visto las dos ampollas, en una de ellas está la sangre, que parece apenas coagulada, roja como la de un cabrito recién sacrificado y he visto también la carne, que es roja y seca".

No lo olvidéis, queridos amigos, Jesús, nuestro amigo, el Hijo de Dios, a quien recibiréis en la Comunión, está presente está presente en el trocito de pan que os entrega el sacerdote en  la misa. A veces la gente dudde si es verdad; puede ser que tú también tengas dudas en algún momento, pero el Señor ha hecho tantos milagros recordándonos que está presente, que no sé por qué dudamos tanto. Él nos invita a tener una profunda mirada de fe y a decirle: “Señor creo que estás presente en la Eucaristía, pero aumenta mi fe”.

Dentro de pocos días harás tu Primera Comunión. Deja que Jesús entre en tu corazón,  acógelo con cariño y no dudes en dejar que sea tu amigo. Sí, cuando comulgues haz silencio, cierra los ojos, háblale a Jesús en el silencio de tu corazón y sabrás que Él te quiere y te acompaña.  Y sentirás que Él te invita a mirar con cariño a todas las personas, especialmente a los más pobres, a los que sufren, a los que nadie quiere, a los que están solos y abandonados. No dejes de mirarlos con amor y de rezar por ellos.

Queridos niños y niñas: 

Decidles a vuestros padres que no queréis que gasten mucho dinero en vuestra fiesta de la Primera Comunión. Decidles que estamos en crisis económica y mucha gente no tiene trabajo ni comida, que muchos niños en el mundo se mueren de hambre. Decidles que lo que le gusta a Jesús es que vuestro corazón esté limpio de pecado y dispuesto a hacer siempre el bien. Decidles también que lo importante es que recen con vosotros, que ellos también se confiesen y comulguen, que sean amigos de Jesús y que se quieran mucho y vivan muy unidos, porque lo pasáis mal cuando los veis discutir con malos modos, con mal genio.

Y no os olvidéis de pedirle a Jesús que no falte en vuestras casas, en vuestras familias, el buen vino del amor como en Caná de Galilea. Pero recordad lo que les dijo la Virgen a los sirvientes, antes de convertir el agua en vino: “Haced lo que Él os diga”. El secreto de la felicidad está en hacer siempre lo que nos dice Jesús, lo que a Él le agrada que hagamos, pues Él nos hizo y sabe cómo somos, sabe lo que nos hace bien, lo que nos daña, nos deshumaniza, nos destruye .

Y como a Jesús le gusta que miremos con amor a los demás, que ayudemos a los niños más necesitados y que compartamos nuestras cosas con ellos, queremos que los niños riojanos que hacen la Primera Comunión entreguen un donativo a los niños más pobres del mundo. Este hermoso gesto, compartir lo que tenéis con los que no tienen, dice mucho del vuestro buen corazón.

Este año os propongo que ayudéis a niños y adolescentes malnutridos, y con minusvalías físicas y psíquicas de FIANARANTSOA en Madagascar; allí trabaja la hermana misionera ÁNGELA MARTÍNEZ DE TODA, Hija de la Caridad, natural de Badarán. Esos niños son muy pobres y necesitan de vuestra ayuda.

¡Sed generosos! Pero no olvidéis que más hermoso que dar un donativo es rezar todos los días por los niños que no conocen a Jesús . ¿Queréis comprometeros a ello? Os animo a participar en todas las actividades de la Infancia Misionera y no os olvidéis de apuntaros en vuestras parroquias o colegios a la revista GESTO. Participad en las actividades que organiza la Delegación de Misiones: Peregrinación a Javier, a Valvanera, Sembradores de Estrellas etc. Ojalá que un día, cuando seáis mayores , os decidáis a ser misioneros y marchar al Tercer Mundo a trabajar para que otros niños puedan conocer y amar a Jesús, el Hijo de Dios, el amigo de todos los hombres. Rezad por los misioneros. ¡Qué buenos y generosos son!, ¿verdad?

Y no quiero despedirme de vosotros sin recordaros tres cosas, que os harán mucho bien a vosotros, a vuestros hermanos y vuestros amigos:
1. Que pongáis en vuestra habitación el rinconcito de oración. Los catequistas y el sacerdote os explicarán cómo hacerlo. Ellos os darán, la imagen, el icono, de la Sagrada Familia de Nazaret. Y no dejéis de rezar todos los días en ese rincón, vuestro rincón de oración.

2. Que forméis parte de Naz@red, es decir, del gran grupo de niños que rezan diariamente para que haya muchos y buenos seminaristas. ¿Conocéis el Seminario y los seminaristas de nuestra Diócesis? Decid a los catequistas que os lleven al Seminario, es una casa muy grande y bonita. Podréis conversar con los jóvenes que viven allí y se preparan para ser sacerdotes.

3. Que queráis mucho a vuestros padres, hermanos y abuelos. Obedecedles siempre, colaborad en las tareas de la casa, y no seáis caprichosos y niños mimados. Haced todo lo posible para que la alegría y la unión reinen entre vosotros, sabiendo compartir con alegría lo que tenéis.

Os quiere y os bendice:

+ Juan José Omella Omella
Obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño
Marzo de 2015

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