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Anatomia de un hundimiento

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Salida de los padres conciliares
Existe una cuestión-tabú ampliamente ocultada en nuestra Iglesia, un debate que no se quiere afrontar. Se trata del análisis imparcial del Concilio Vaticano II. Las posiciones al respecto son tan frontalmente contrapuestas, que se ha preferido preservarlo como un objeto intocable, cerrado a cualquier crítica. El mayor peligro está en las que provienen de medios calificados de integristas, cuya línea argumental ni siquiera están dispuestos a considerar los que ven en el Vaticano II la salvación de la Iglesia, a través sobre todo de algo tan elástico como “el espíritu del Concilio”. Un “espíritu” que monopolizó el progresismo (en Cataluña, hibridado con el nacionalismo). Baste recordar el libro de Mons. Pere Tena en conmemoración del vigésimo aniversario de la clausura del Concilio: “La impossible restauració” (1985) editado en castellano por PPC en 1987.
Mi convicción es firme, compartiendo tesis con numerosos sociólogos del catolicismo europeo de hoy en día: la crisis del catolicismo en Cataluña de los años 60 y 70 se produjo a partir del Vaticano II, mucho antes de la Transición política española o de las reacciones contrarias a la encíclica Humanae Vitae sobre la contracepción. No es que esos elementos no hayan tenido importancia; pero sólo amplificaron la ola, no la crearon. El Concilio Vaticano II parece haber creado esa reforma, que hizo estallar la crisis que pretendía evitar. La reforma era probablemente necesaria, pero el espíritu con que se aplicó no fue reformista, sino revolucionario. La reforma quedó en manos de auténticos enemigos de lo que había sido la Iglesia hasta entonces. Y fue imposible evitar que se comportaran como furibundos talibanes ansiosos de desfigurar esa imagen detestable de la Iglesia. Es la que Benedicto XVI llamó hermenéutica de la ruptura. Una hermenéutica que se impuso tanto en la liturgia como en la moral.
Si realizásemos una radiografía del catolicismo en la Cataluña de los años 60 y 70 y aún inicios de los 80, convendríamos en observar un ambiente de cierta estabilidad general. Aún una generación con una inmensa mayoría de bautizados y una práctica dominical en torno al 25%; aunque se anunciaba  un hundimiento en la práctica religiosa. En la generación más joven se hizo visible en términos de asistencia a misa dominical, vocaciones, pero también confesión. Eran indicios indudables de una grave crisis. Hoy en día los índices han caído vertiginosamente, tanto en bautizados, como en toda la práctica religiosa: matrimonios, entierros, primeras comuniones y confirmaciones. La asistencia a misa dominical no supera el 2%. 

Pero en el examen de la situación no hemos de ceder a la fácil tentación de  explicar este hundimiento cayendo en uno u otro de los dos extremos: el de los dogmáticos que monopolizaron el “espíritu del Concilio y el de los tradicionalistas. Los primeros, al valorar al Concilio se enorgullecen de él viendo una nueva primavera de la Iglesia y rechazan de manera sistemática el establecer un nexo entre el Vaticano II y la crisis, constantemente negada a pesar de la abrumadora evidencia. Los segundos han hecho del Concilio el alfa y el omega de la crisis, responsable de todos los males, rechazando comprender el contexto sociológico real y la necesidad de las reformas que emprendió el Concilio.
Éxodo rural de los 60-70. Santa Coloma de Gramenet. Barrio del Fondo
Si queremos ser sinceros y rigurosos, hemos de considerar la amplitud de la crisis por la simultaneidad de dos mutaciones: una religiosa, otra socio-cultural. La mutación religiosa más notoria estuvo básicamente en manos de la Iglesia. “El pueblo” se convirtió en el eje de la acción religiosa, desplazando a Dios. La liturgia se enfocó de cara al pueblo, con lo que Dios fue quedando cada vez más relegado como razón última de la liturgia.  Y en cuanto a la mutación socio-cultural, ésta va ligada al final de las reservas rurales del catolicismo, que se produce en ese periodo de urbanización y éxodo hacia los grandes núcleos urbanos; y esto coincide con una menor vitalidad demográfica de las familias católicas, fenómeno muy poco analizado.
En cuanto a la mutación religiosa, hay que subrayar el hecho de que el Vaticano II fue percibido (con la contribución de tantísimos sacerdotes por no decir la mayoría) como el final de la cultura de la práctica obligatoria. A esto hay que añadir la destrucción de la noción de pecado, que ha tenido efectos devastadores sobre el nivel de práctica religiosa. Ambas cosas se vendieron como los frutos más selectos del Vaticano II. No nos podemos imaginar qué efectos desencadenó en el alejamiento de los jóvenes de la Iglesia. Pero más importante quizás ha sido el silencio de los sacerdotes sobre la escatología cristiana, es decir los novísimos. Ese silencio, a mi entender culpable, ha modificado la concepción de la salvación que parecía compartida por todos hasta los años 60.
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Dr. Narciso Jubany Arnau
Podría desde la Teología más clásica o la Apologética más consistente o quizás el recurso a Cartas Pastorales muy pretéritas, reafirmar esos elementos difícilmente contestables. Pero voy a recurrir simplemente a las Glosas Dominicales del que fuera Arzobispo de Barcelona Mons. Narciso Jubany. Estoy procediendo a  una lectura sistemática y minuciosa de todas ellas. Del gobierno pastoral del Cardenal Jubany podemos criticar muchas cosas y atribuirle el origen de muchos males. Cierto. Pero lean sus Glosas Dominicales y Cartas Pastorales. Impresionantes. Incisivas, realistas, ponderadas, exigentes, bien fundamentadas en la doctrina. Jubany era un pastor. Y no traten de compararlas con las de otros prelados. Quizás en lo que dijeran tendrían razón. Pero Toledo no era Barcelona.
Otra de las razones que influyeron en el estado de cosas en el que nos encontramos, es la voluntad de ruptura con el pasado que ha predominado en dos o tres generaciones sacerdotales y por extensión, del laicado. También en los obispos. Voluntad fundada en el llamado “espíritu del Concilio” del que Benedicto XVI subrayó los profundos desequilibrios, y por qué no decirlo, maldades.
C:\Users\Francesc\Desktop\aberracic3b3n-liturgica.jpgSi el Vaticano II ha contribuido mucho al hundimiento observado a partir de los años 60-70, no es por sus textos, que no son en absoluto rupturistas, sino en razón del estado de ánimo suscitado en el contexto optimista de la época de modernización absoluta. El Concilio desencadenó una puesta al día indispensable, sin la cual el hundimiento hubiera sido aún mayor y sin el cual la renovación iniciada por Juan Pablo II hubiera sido quizás imposible. Pero esa puesta al día, ese aggiornamento se desmadró hasta el punto de que tanto en liturgia como en moral, cada uno hizo de su capa un sayo.
Analizar todo ello, reflexionar concienzuda y honestamente, así como poner manos a la obra en reparar los errores, será el inicio de cualquier proceso de recuperación y nueva evangelización. Es mi convicción. Capítulo aparte merecería la influencia de los abusos litúrgicos y de una liturgia desacralizada en todo ello. Pero eso es harina de otro costal.Figues d´un altre paner!
Mn. Francesc M. Espinar Comas
Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet

Licenciado en Derecho Canónico e Historia

La Iglesia Patriótica Amarilla

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La foto que encabeza este artículo corresponde a la concentración de “avis per la llibertat” que tuvo lugar el pasado día 15 de junio en el monasterio de Montserrat. 800 abuelos que tomaron literalmente la montaña santa, vestidos de amarillo, con el colofón de colocar el manido lacito en la imagen de la Virgen situada en el camarín. Una performance de tal calibre, bendecida y auspiciada por el cenobio benedictino, que no viene a ser más que otro eslabón en la evidente división del catolicismo catalán. Una Iglesia patriótica, oficial y respaldada por el régimen (como en China) y una Iglesia clandestina, todavía no oficialmente prohibida, pero absolutamente desamparada tanto del poder político como del propio poder eclesiástico, con unos obispos que se colocan de perfil, mientras más de la mitad de su rebaño se siente despreciado por unos pastores que permiten la utilización política y partidista de los templos. 

Aunque no se trata solo de la utilización política y partidista, sino de la absoluta apropiación del lugar sagrado y de los símbolos más queridos por los fieles, en especial la Virgen de Montserrat, de cuyo Santuario se viene abusando hasta la náusea. Cuando nuestros altos dignatarios religiosos facilitan esa invasión del espacio religioso; cuando amparan con oraciones y plegarias por los presos, mal llamados políticos o por los llamados exiliados, cual si estuviesen el campo de refugiados de Argelès-sur-Mer, parece que estén enviando el mensaje de que Dios está con ellos y no con aquellos que no solo estamos radicalmente en contra del proceso independentista, sino que creemos que los políticos que lo perpetraron merecen castigo penal por su abierta transgresión de la Ley. Y esto es muy grave. Tan grave como cuando había obispos saludando brazo en alto.

Una gran parte (yo diría que mayoritaria) del pueblo fiel catalán está absolutamente harta de esta manipulación. Una gran parte del pueblo fiel catalán no está dispuesto a aguantar que le digan -aunque sea subliminalmente- que sus oraciones valen menos. Porque deben valer menos, si en los templos se permiten las manifestaciones políticas y la exhibición ostentosa de símbolos (esteladas, lazos amarillos y chapitas) con la aquiescencia de párrocos, abades y prelados. Especialmente lacerante es la adulteración del templo montserratino, verdaderamente ocupado por los mercaderes independentistas. Ahí se predican homilías a favor del derecho a decidir, se elevan plegarias por los “presos políticos y exiliados”, se manifiestan monjes con pancartas y ahora se celebran misas por el rito amarillo. El de la Iglesia Patriótica Catalana. 

Nunca, jamás, en los cuarenta años que llevamos de democracia se había visto una utilización tan groseramente partidista de la Iglesia, con un agravante: los que permanecen absortos, callados, pero cada vez más indignados ante esa continua ofensa, son mayoría. 

Los estudios sociológicos vienen señalando que el independentismo es minoritario entre los católicos catalanes. Entonces, ¿a qué viene esa verdadera sumisión, ese temor reverencial a no contrariarlos en nada? Sé positivamente que varios de nuestros obispos, y especialmente nuestro cardenal, no ven con buenos ojos el proceso secesionista. Sé también positivamente que les preocupa esa apropiación de los símbolos y espacios religiosos. Pero no hacen nada. Permanecen oficialmente mudos, aunque en petit comité se quejen y despotriquen. Tienen miedo a significarse. 
Pero llegará el día en que tendrán que hacerlo. Muchos católicos no podemos permanecer mudos y pasmados mientras se ocupa el santuario de Montserrat por los holligans amarillos; semana sí, semana no. Esta semana fueron los abuelos, otra semana hubo otra concentración y una cadena humana a favor de los presos. Montserrat amarilla con la bendición de su abad mitrado. Cuando se repite tanto una actitud acaba pareciendo de lo más normal. Y no, no puede ser normal que muchos católicos nos veamos expulsados del templo por unos mercaderes vestidos esta vez de amarillo. Pronto vamos a tener que protestar ruidosamente y será entonces cuando nuestros prelados comprueben hasta donde ha llegado esa división que con una mano pretenden evitar mientras con la otra la propician. 

Oriolt

El "bueno" de Rovira Belloso

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Este domingo informé a un matrimonio conocido de la muerte del Rvdo. Josep Maria Rovira Belloso, son buenos católicos y habían estudiado en los colegios opusianos de Xaloc y Pineda, lo habían conocido en la parroquia del Gornal de l'Hospitalet. Mantuvieron con él los vínculos incluso después de cambiar de ciudad y el mismo Dr. Rovira había bautizado a su primer hijo trasladándose a su parroquia actual. Me sorprendió su reacción cuando les informé del fallecimiento, se pusieron a llorar y entre sollozos me dijeron: "¡Era tan buena persona!".

Esa es la imagen que muchos han tenido del Rvdo. Rovira Belloso, la de aquel anciano entrañable, sencillo y cercano a pesar de sus grandísimas cualidades intelectuales. También yo tuve contacto personal con el finado y reconozco que humanamente fue exquisito, una persona agradable y de buen trato, nada que ver con la tirantez de otros sabios y doctores que te miran por encima del hombro y te consideran como un inculto.

La imagen de hombre bonachón, incapaz de romper un plato, como una especie de Papá Nöel sin barba es la que para muchos quedará de este sacerdote barcelonés, querido y hasta idolatrado por el nacional-progresismo, y respetado por personas de talante más conservador como es el caso del actual obispo de Terrassa Don José Angel Saiz a quien dirigió su tesina teológica “Génesis y teología del Cursillo de Cristiandad” (1993).
Entierro de Mn. Rovira Belloso en la parroquia de Sant Raimon de Penyafort, presidido por el cardenal Sistach
Porque hay que reconocer que era brillante en la exposición de cuestiones doctrinales, fidelísimo al espíritu del Concilio Vaticano II, no es nada fácil encontrar posicionamientos que puedan considerarse heréticos a pesar del coqueteo continuo con las tesis del progresismo teológico. Uno de sus discípulos, el Rvdo. Josep Maria Turull, intentó imitarlo, pero con tan poca clase que se salió rápidamente de la ortodoxia, motivo por el que tuvo que volverse de Roma sin su tan anhelado doctorado y ahora tiene que poner en su currículum "Estudios de doctorado",  como su otro maestro, el copríncipe Vives.

El problema del Dr. Rovira eran sus círculos de amistades, entre los que se encontraban los teólogos más progresistas y díscolos con el Magisterio con los que había firmado diversos manifiestos muy peligrosos. En el ámbito de la política había firmado manifiestos en favor de reivindicaciones progresistas así como dando su apoyo publico a candidatos y candidaturas de izquierdas, aunque tengo que decir que no recuerdo ningún posicionamiento suyo a favor de temas independentistas o muy nacionalistas. También es cierto que en la segunda parte del pontificado de San Juan Pablo II y en estos últimos años, había tenido posiciones más moderadas y había rebajado mucho su ímpetu reivindicativo.

Mn. Manuel Claret, también fallecido estos días
Fue uno de los impulsores de la Fundació Joan Maragall, junto al Rvdo. Antoni Matabosch y al diputado socialista Josep Maria "Pipo" Carbonell (actualmente presidente), un espacio de diálogo entre fe y cultura que se fundó en las postrimerías del pontificado de Don Narcís Jubany, muy bien visto por los poderes políticos (tanto en periodo nacionalista como en el tripartito socialista), porque da una imagen progresista y "moderna" de la Iglesia catalana intentando no salirse de los mínimos exigibles de la ortodoxia. Por todo ello el Dr. Rovira recibió como tantos otros eclesiásticos la Creu de Sant Jordi en 1999.

Se está yendo toda una generación de teólogos del post-concilio, entre los que también está el Rvdo. Manuel Claret, otro profesor de la Facultad de Teología de Cataluña que ha coincidido muchos años con el Rvdo. Rovira en el claustro de profesores y que también falleció este pasado viernes. Aunque en este caso si que tengo que decir que el Dr. Claret no dudó en expresar posicionamientos muy críticos ante la doctrina oficial de la Iglesia en cuestiones morales y mostrando su oposición a documentos pontificios como la "Hamanae Vitae", por eso siempre estuvimos en contra de su nombramiento como Delegado de Familia por parte de n.s.b.a... y jubilado cardenal Martínez Sistach, y pedimos su cese, que se ha producido ya con Don Juan José como arzobispo, justo tres días antes de su fallecimiento.

Encomendemos a ambos, a la misericordia de Dios.

Antoninus Pius

Y el primer jefe de Estado que visita Torra es... el copríncipe y obispo Vives

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Torra y Vives sonrientes en el Palacio Episcopal de la Seu con las banderas catalana y andorrana de fondo
TV3, la televisión autonómica catalana ha vendido la visita del president Quim Torra al obispo de Urgel como un gran acontecimiento político. El titular es que el actual máximo mandatario catalán, con el permiso de Puigdemont, ha realizado su primera entrevista con un Jefe de Estado, la manipulación de esta televisión, como en tantas otras ocasiones, es evidente, porque lo que presumen como un gran logro de la Cataluña que camina hacia su independencia es una ridícula visita a un jefe de Estado honorífico, en un diminuto y curioso país como es Andorra. Y no se lo pierdan, no es una república sino un Estado principesco, porque los andorranos no han votado a Mons. Joan Enric como su copríncipe, al menos el otro Jefe de Estado, Emanuel Macron, ha sido votado democráticamente en un gran pais como es Francia.

Y si presumen de ello en TV3 y otros medios oficiales del independentismo es porque pocas fotos de este tipo van a conseguir. Empezando por la más fácil y teóricamente la más lógica que es la del Jefe de Estado de la nación a la que pertenece que es España, porque el mismo Torra ya ha dicho públicamente que el rey Don Felipe VI tiene que retractarse de las palabras que pronunció en el discurso televisivo del 3 de octubre, en los días más cruciales de la fugaz declaración de independencia catalana. Pues Torra puede esperar sentado, y no precisamente en el palacio de la Zarzuela, donde no creo que ponga los pies hasta que le llegue a la cabeza un poco de sensatez, cosa que dudo.

Pero para que esta pantomima haya sido realidad, se ha necesitado la complicidad de la otra parte, que evidentemente se ha prestado encantada, no solo porque al copríncipe le gusta ser protagonista y salir en las fotos, sino también porque es un ferviente defensor de la nació catalana, y está dispuesto a echar una mano, siempre que inteligentemente no pueda perjudicarle personalmente. Porque Vives a diferencia de Novell tiene cabeza, una cosa es lo que siente y otra es lo que puede o debe decir o hacer, porque en muchas ocasiones hay que guardar las formas.

La cuestión es que Torra ha aprovechado la ocasión para aparecer junto al jefe de Estado andorrano, criticar al monarca español, como diciendo: ¡El andorrano si que es un buen jefe de Estado, no como el que hay en Madrid! y decir la estudiada frase: "Como os envidiamos a los andorranos", cuando curiosamente la reunión no tuvo lugar en el pequeño principado sino en la catalana-española localidad de La Seu d'Urgell donde Vives tiene su sede episcopal. La envidia lógicamente es porque Andorra es un Estado independiente y Cataluña no, cuando ambos tienen el catalán como su lengua propia. Ese deseo de comunión catalano-andorrana ya le conllevó un serio problema al expresidente Artur Mas cuando tuvo la luminosa idea de que los atletas catalanes podían competir bajo la bandera andorrana para no hacerlo con la española. Idea que lógicamente fue rechazada por el gobierno andorrano.

Vives, que es un hombre muy calculador, ha pensado que este episodio no le desgastaría eclesialmente y le haría sumar muchos puntos ante el gobierno nacionalista, cosa que nunca viene mal. En honor a la verdad hay que decir que el coprincipe está siendo muy comedido con lo que es él, y se muerde mucho la lengua, para no tener que decir lo que piensa, aunque alguna vez no pueda contenerse.

El Papa y el Secretario de Estado Vaticano han dejado claro al episcopado catalán que no debe meterse en política, porque saben lo delicada que es la cuestión y el daño que se está haciendo habiendose provocado una terrible división entre los catalanes, lo que pasa es que hecha la ley, hecha la trampa. Ellos dirán que no hacen política y que sólo expresan de manera muy matizada el sentimiento mayoritario de los catalanes, algo que no es cierto, porque más del 50% de los católicos catalanes se encuentra desamparado, marginado y hasta humillado por sus obispos, entre los que se encuentra, como no, el copríncipe Vives.

Francesco Della Rovere

La basílica del Pino escenario de una oración por la libertad de los "presos políticos"

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Oración por la libertad de los presos políticos el pasado martes en la Basílica de Santa María del Pi
El presidente de la Generalitat Quim Torra, el president del Parlament Roger Torrent, la consellera de Justicia, Ester Capella, el ex-diputado de la CUP David Fernández entre otros muchos, asistieron este martes a la oración intereligiosa por la libertad de los mal llamados "presos políticos" en la basílica barcelonesa de Santa María del Pino, a cuatro pasos del obispado de Barcelona, donde reside nuestro cardenal arzobispo. El acto estaba convocado por la Associació Catalana pels Drets Civils, entidad que agrupa a los familiares de los políticos y activistas presos por actos de rebelión, así como de los fugados de la justicia y tenía como objetivo según los organizadores "denunciar el encarcelamiento de los dirigentes políticos y sociales catalanes y la vulneración de sus derechos y los de sus familias".
 
La presentación corrió a cargo de Mónica Terribas, también conocida como la "bienpagá" por el sueldazo que cobra por la propaganda política que realiza desde la emisora pública Catalunya Ràdio, que ha recibido diversas denuncias por falta de imparcialidad, y también de la Guardia Civil, por movilizar a la audiencia hacia los sitios donde estaban los cuerpos de Seguridad del Estado el día del Referéndum ilegal.

Diversos representantes de confesiones religiosas, especialmente mujeres realizaron sus parlamentos leyendo algunos de sus textos sagrados, Montse Castellá lo hizo en nombre de los budistas por la Paz y los Derechos Humanos, Moriah Ferrús por la Comunidad Judía ATID de Catalunya, Aicha Mahmassani de la Comisión de Mujeres del Consejo Islámico cultural de Cataluña, Marta López Ballalta, pastora de la Iglesia protestante, Gagandeep Singh Khalsa, portavoz de la comnunidad sikh de Catalunya o el coro de la Iglesia Ortodoxa "Protección de la Virgen María". Hubo momentos para el silencio y la oración pero también gritos altisonantes impropios de una iglesia como los ya tan manidos de "llibertat, llibertat..."

Los ponentes apelaron mayoritariamente de una forma genérica a la paz y al entendimiento, sin entrar directamente en el tema de los presos o en reivindicaciones políticas, cosa que sí que hizo la representante católica, la benedictina Conxa Adell, que utilizó el fragmento del libro de los proverbios "Absolver al culpable y condenar al inocente: el Señor detesta ambas cosas" para defender la inocencia de los encarcelados y criticar en nombre de Dios a quienes les han  puesto en prisión.

Es evidente que el independentismo cuenta con las religiones para tirar adelante su proyecto secesionista, siempre que estas defiendan el "procés" en caso contrario serán atacadas y maltratadas con toda crueldad. Todavía recuerdo las palabras del entonces conseller Felip Puig cuando llamó "carcas e integristas" a su antiguo compañero de filas Josep Miró i Ardèvol y a su organización E-Cristians, por oponerse al Estatut de 2006, porque estaba en contra de los principios cristianos.
Una vez más un templo se ha convertido en escenario político, y ya van... ante la indignación de más del 50% de los católicos de esta tierra. Y una vez más los obispos mirando para otro lado. No quieren perder, ni ellos, ni los representantes de otras religiones presentes en Cataluña, los privilegios y las prebendas que da estar al lado del poder establecido. Pero ese silencio y consentimiento acabará pasando factura a una Iglesia que ya de por si está bastante maltrecha. Cuando se den cuenta de las consecuencias, entonces al cabo de 20 o 30 años pedirán perdón, como los obispos vascos. Será demasiado tarde.

Josep del Pino

La Glosa Dominical de Gérminans

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SU  CABEZA  LA VUELVE  LOCA
La degollación (Caravaggio)
Como un amante desmemoriado. Porque el reloj y el calendario no aceptan distracciones. De esta manera la sentencia se ha convertido en definitiva. Y él ha llegado demasiado tarde para hacer carrera entre los profetas: de Zacarías, ultimísimo profeta del Antiguo Testamento, ya se advierten los cantos fúnebres. Por el lado opuesto, ha llegado con demasiada antelación: las esposas de los viejos pescadores aún no están encinta y no se oye hablar de las primeras andanzas de sus hijos, los primeros pescadores de Galilea. Apenas cerradas o aún por abrir, las inscripciones no dejan escapar a este hermoso niño de Isabel y Zacarías: los tiempos han sido mal calculados. Y sin embargo, el anciano padre, medio ciego de tanto estudiar las Sagradas  Escrituras, revolviendo entre éstas y los vaticinios de la Antigua Alianza, sabía bien que Allá Arriba lo importante no era vencer o perder, sino que te encontrasen preparado y a punto cuando se encendiese y abriese el desafío. Por eso, sobre la tablilla escribió sin dudarlo: “Juan es su nombre”. Lo habrá leído en los astros o en algún crepúsculo de las madrugadas hebreas, superando la espera en el umbral del templo o acariciando la trenza de su Isabel. O simplemente escuchando con atención al Eterno que desde hacía días le susurraba muy de cerca.
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“Juan es su nombre”
El hecho es que de un vientre estéril, parecido a un taller de artesano sin herramientas, nació el hombre cremallera entre lo que había sido prometido y lo que será mantenido. Él y el Otro: como Otelo y Desdémona, Tristán e Isolda, Lancelot y Ginebra, Don Quijote y Dulcinea, Ulises y Penélope. Dos primos, a la vez amigos inseparables, con una única gran pasión: la Palabra. Porque su religión, hecha de miradas más que de dogmas, estaba fundada sobre la verdadera Palabra. La que se trasplanta al corazón en el sentido botánico del término Juan es uno de ellos (puso mi boca como espada aguda): antes habíamos tenido a Jeremías y Amós, Isaías y Habacuc, Oseas y Elías.
Después de él tendremos un efluvio innumerable de gente de voz contagiosa, desde lo más hondo del vientre de la historia.  De las orillas del lago de Genesaret a los barrios de barracas de las periferias orientales, pasando por los ampulosos centros comerciales o las grandes y suntuosas catedrales. Como viejos ebanistas en trabajos de taracea e incrustación.
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San Juan en el desierto (Caravaggio)
Gente dura y sin medias tintas: con el Evangelio en una mano, y en la otra el periódico. Una marabunta de gente confundida y fundida por el Amor que arriesga hasta lo inverosímil, después de haberse arrodillado: y esto permanecerá como la convencida sospecha de su éxito; porque lo contrario es arriesgar por arriesgar, y eso es de locos. Del Bautista nos quedó un cuerpo sin cabeza. De él no pidieron un brazo, una mano o un pie. O un trozo de oreja como en los secuestros más infames. Herodías quiso la cabeza porque era la zona con el más alto potencial explosivo. Una cabeza de miedo unida al corazón, y el corazón anudado a una estrella. No por casualidad el primo y amigo Jesús derrochó palabras densas de gozo: “entre los nacidos de mujer no ha salido uno mayor que Juan Bautista”.
El pescado comienza a echarse a perder por la cabeza: también los hombres funcionamos así. La cabeza del Bautista -modelo de tantos miles de profetas posteriores- no estaba podrida. Y Herodías -madre de miles de verdugos cortacabezas- lo sabía. Pero se le escapaba un detalle: que cortando una flor, el perfume no desaparece sino que se expande imparable. Es la ley de la naturaleza. Por eso es también ley de Dios, el artesano de todo lo que es natural.
La Sagrada Liturgia celebra el nacimiento de sólo tres figuras, además de la muerte que no es otra cosa que el nacimiento al cielo. De Él, es decir del Hijo de Nazaret: pues al nacer empezó a brillar la historia. De Ella, Belleza de Nazaret: porque sin su nacimiento, el Eterno no hubiera tenido un vientre en el que hacer aterrizar la esperanza. Y finalmente del Bautista: porque siempre es necesario uno que caliente los ánimos en vistas a la Fiesta. El nacimiento de Ella fue temido por Lucifer, el nacimiento de Él fue el inicio de la capitulación de Herodes. Y el nacimiento de Juan se convirtió en la certeza de que cuando tú piensas que se equivocan, ellos te dejan la sospecha de haber sido los únicos hombres que han llegado puntuales a la cita con la Historia. Por eso los han querido muertos. Y es que a pocos les gusta el sonido del despertador al llegar la jornada.
Del vientre de mi madre me llamó el Señor por mi nombre, reza el introito de hoy. Y puso mi boca como espada aguda. Me protegió bajo la seguridad de su mano y me dirigió como flecha elegida.  Éste es san Juan Bautista. El gran precursor.  
Mn. Francesc M. Espinar Comas
Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet

Álvaro en los barrios pobres de Madrid

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San Josemaría llamaba a don Álvaro “Saxum”-Roca
He acabado de leer el libro de Javier Medina Bayo sobre la figura de don Álvaro del Portillo, el gran colaborador de San Josemaría y su primer sucesor en la guía del Opus Dei. Hace unos años había leído alguna cosa en transversal de su biografía. Necesitaba perfilar más su figura.
Y hay algo que me ha impactado profundamente: su amor y entrega a los más pobres de Madrid. Desde su juventud, Álvaro fue un católico practicante. Y como tal no se limitaba a la asistencia regular a la Santa Misa, a la confesión y a la oración. Se ocupaba activamente de los pobres, que entonces eran muy numerosos en Madrid. En enteros barrios, la gente vivía en barracas…
Opus Dei - Álvaro del Portillo nei quartieri poveri di Madrid
Álvaro, el cuarto por la izquierda
En 1934, Álvaro se inscribió en las Conferencias de San Vicente de Paúl en su ciudad. Tomaba parte en las reuniones de coordinación del comité directivo, a las cuales pertenecía también el estudiante de medicina Pedro Arrupe, más tarde Prepósito General de los Jesuitas. Iban en grupos a las zonas abandonadas de alto riesgo, para salir al encuentro de las necesidades materiales y espirituales de las personas. Distribuían limosnas, bonos para víveres y comidas calientes en comedores, tanto para niños como para adultos, medicinas y un largo etcétera. Los domingos daban clases de religión y catecismo en una parroquia tanto para niños como para adultos. Todos los participantes estaban impresionados por el afecto y la comprensión que Álvaro mostraba hacia aquellas personas.
Una vez, junto con un amigo, encontró a cuatro hermanos abandonados en una barraca: el más pequeño tenía apenas un año. No tenían nada que comer y temblaban de frío. Supieron que la policía había arrestado a sus padres y los había encarcelado, abandonando a los niños a su suerte. Los dos estudiantes llevaron a los niños a la comisaría, que estaba cerrada. Entonces convencieron a un vecino para que se encargase de ellos a cambio de algo de dinero. El día después recogieron a los niños y volvieron a comisaria. Álvaro llevaba en brazos al más pequeño, que aún no caminaba. Los policías sin embargo no quisieron saber nada de ellos, y los estudiantes se vieron obligados a buscar otra solución. Afortunadamente encontraron una organización humanitaria dispuesta a acoger a los niños, cerca de la Universidad.
Álvaro en aquellos años de juventud
El compromiso con los barrios de barracas de Madrid exigía no sólo amor al prójimo y generosidad, sino además una buena dosis de valentía. Los anarco-sindicalistas y los comunistas usaban estos barrios miserables como zona “de caza” y como caladero de agitadores para desestabilizar políticamente al país y tal como confesaba uno de sus más destacados jefes, para provocar una guerra civil. Las intervenciones sociales de los católicos en estos barrios les ponía el palo en las ruedas para la obtención de sus propósitos.
Álvaro experimentó esta hostilidad de un modo especialmente violento el 4 de febrero de 1934. Aquel día, él y sus amigos impartían el catecismo en la parroquia de San Ramón del barrio de Vallecas. Un grupo de agitadores, gente que no dudaba en recurrir a los asesinatos, les esperaban y hacia el fin de la clase les atacaron. A un amigo de Álvaro le cortaron una oreja; él mismo recibió en el cráneo un fuerte golpe con una llave inglesa. Álvaro huyó con el abrigo empapado en sangre a través de una estación de metro cercana donde el convoy estaba llegando. Entró corriendo y las puertas se cerraron tras él, apenas poco antes de que los asaltantes pudiesen alcanzarlo. Acudió a urgencias donde lo sometieron a un tratamiento médico que dejaba mucho que desear. El resultado fue que la herida se infectó y le procuró meses de dolores tremendos, que soportó con una fortaleza que sombró al médico que lo curaba.
Según testimonio de su amigo Manuel Pérez Sánchez, en tiempo de Cuaresma pensaron organizar ejercicios espirituales para gente necesitada, y Álvaro intervenía con la sencillez y dulzura que siempre caracterizaron su vida: sabía tratar a aquellas personas con mucho afecto y comprensión. Participaron una veintena de hombres.
Años más tarde, Álvaro del Portillo afirmó haber aprendido siempre de los pobres que encontraba. “Aprendía siempre de ellos: eran personas que no tenían qué comer y yo veía en ellos sólo alegría. Eran para mí una tremenda lección”.  Y aún: “El contacto con la pobreza, con el abandono, produce un shock espiritual enorme. Nos hace ver que a menudo nos preocupamos de tonterías que no son otra cosa que egoísmos nuestros, pequeñeces.”
Justamente este shock lo preparó al encuentro, más tarde, con San Josemaría, encuentro que le condujo al don de sí mismo en el Opus Dei.
Este pasado mes de mayo leía el relato sobre el ministerio sacerdotal de don José Manuel Horcajo en aquella misma parroquia a la que acudía de estudiante don Álvaro del Portillo. 


Y pensé que el nexo entre las dos historias, la del joven Álvaro del Portillo y la de este joven sacerdote vinculado a la Obra, sería muy estimulante y ejemplar para tantos sacerdotes jóvenes y seminaristas que la Iglesia necesita allí donde la pobreza no sólo es material: nuestras periferias de las grandes ciudades, las parroquias de los barrios obreros, donde como en ningún otro lugar un sacerdote de Cristo encontrará una misión que le hará sentirse profundamente útil y provechoso y hondamente feliz en el ejercicio de su ministerio.
Pero entre el clero e incluso entre los seminaristas, no son éstas las más apetecidas, porque no son precisamente éstas las que gozan de la consideración de “buenas parroquias” y por tanto de “buenos destinos” pastorales.
Y mañana, día 26 de junio, que es la fiesta de San Josemaría, recordemos aquella frase suya tan célebre: “Las almas grandes tienen muy en cuenta las cosas pequeñas.”
Mn. Francesc M. Espinar Comas
Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet
Licenciado en Derecho Canónico e Historia

El bucle político-eclesial

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El jesuita P. Enric Puig (izquierda) y Marcel.lí Joan Alsinella (derecha)
Se ha designado nuevo director general de Afers Religiosos en la persona de Marcel.li Joan Alsinella. El nombramiento ha causado cierta sorpresa, debido a que se esperaba que el anterior director general, Enric Vendrell Aubach, hubiese sido confirmado en el cargo, habida cuenta que, según se aseguraba, se estaba llevando a cabo la “restitución” del gobierno anterior a la aplicación del artículo 155, lo cual implicaba unos cambios mínimos en el sottogoverno catalán. Entre esos cambios mínimos se ha efectuado la remoción del titular de esa dirección general, creada en el año 2000 por Jordi Pujol (en un principio como secretaria general) y que se ha ido manteniendo a lo largo del tiempo, a pesar de que su homóloga estatal fue suprimida en julio de 2010 y subsumida en la Dirección General de Cooperación Jurídica Internacional. 

Explican que el cambio obedece a que la dirección general pasó del departamento de Gobernación al de Justicia, siendo titular de esta última Esther Capella de ERC y que el anterior director general era del partido Democrates, rama escindida de la extinta Unió Democràtica. Sin embargo, Marcel.li Joan jamás ha sido miembro del partido de Oriol Junqueras ni tan siquiera cercano al mismo. El motivo de la reciente elección debe buscarse en otros arrabales. Y éstos se corresponden con un bucle político-eclesial que forman el jesuita Enric Puig, el diputado de ERC Joan Capdevila y el Grup Sant Jordi. 

En un artículo reciente en Nació Digital, el siempre bien informado Pep Martí decía que Matabosch era el Andreotti de la iglesia barcelonesa. Debo corregirle: aquí el Andreotti por excelencia es el padre Enric Puig Jofra. Este jesuita, nacido en 1945, no se ha apeado de un cargo oficial (político o eclesial) desde el año 1980, en que fue designado director general de Juventud en el primer gobierno de Jordi Pujol, cargo que retuvo hasta el año 1989. Posteriormente fue elegido por el cardenal Carles como canciller-secretario del arzobispado de Barcelona, de donde tuvo que salir en el año 2000 después de la crisis propiciada por el semi-apartamiento del obispo Carrera, que había sido su auténtico mentor. Y desde el año 2005 es secretario general de la Fundación de la Escuela Cristiana e incluso tuvo tiempo de ser el organizador del viaje de Benedicto XVI a Barcelona. Ya en la dirección general de Juventud tuvo a su lado a Marcel.li Joan. Un joven periodista que fue elegido Jefe de Prensa. Volvió a acordarse de él al aterrizar en la curia diocesana y logró que lo designaran Delegado de Medios del Arzobispado. Jamás volvió a quedarse Marcel.li sin trabajo y de Puig pasó a García Clavel, otro histórico de CIU, hoy en día presidente del Patronato de la Fundación de Escuelas Parroquiales. Con él fue adjunto a la Dirección General de la que hoy es titular y jefe de relaciones externas en el departamento de Servicios Penitenciarios. Cabe decir que en ninguno de sus puestos se guarda buen recuerdo de él. Ni tan siquiera en Afers Religiosos, por donde jamás dejó de pulular.
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 Joan Capdevila Esteve  

Pero ni Puig ni García Clavel ni el propio Marcel.li Joan son de la órbita de ERC. Por eso tenemos que acudir a la otra pata de banco que explica el nombramiento y ésta no es otra que la del diputado de ERC en Madrid, Joan Capdevila Esteve (1965), quien se pasó al partido republicano después de abandonar la UDC de Duran Lleida. Este diputado, al que se conoce como el Capi, aunque no es periodista de profesión, fue el primer director de El Matí Digital, donde coincidió con el hoy presidente de la Generalitat, Joaquim Torra. Capdevila ha sido, pues, el nexo que ha propiciado la designación del nuevo director general. En ese digital se juntaron todos los católicos independentistas críticos con la política de Duran i Lleida. Entre ellos, el propio Torra. Todos ellos, además, forman parte del Grup Sant Jordi de defensa y promoción de los derechos humanos, del que el padre Puig es consiliario y en el que encontramos tanto a Marcel.li Joan como a Capdevila. También son miembros de la Lliga Espiritual de la Mare de Déu de Montserrat, ésta presidida por el Comisario Armengol, otro que empezó su vida pública también bajo el auspicio del todopoderoso jesuita, ostentando la jefatura de la Sección de Relaciones y Estudios en la dirección de Juventud.

Un auténtico bucle político-eclesial que viene repitiendo nombres y rostros desde hace 38 años. Siempre bajo la sombra alargada del jesuita Enric Puig y hoy con la inestimable ayuda de la democracia cristiana independentista, recalada en ERC, que tiene a Joan Capdevila como verdadero estandarte, muy bien conectado con el nuevo inquilino de la Plaza Sant Jaume. Siempre los mismos, sin renovar jamás la savia. 

Oriolt

Es peligroso proclamar la verdad

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Homilía pronunciada en la Parroquia de San Bartolomé de Benicarló en la Solemnidad de la Natividad de Juan Bautista.
 
El profeta es un llamado, convocado al Consejo de Dios. “Del vientre de mi madre me llamó el Señor por mi nombre”, dice el introito de la misa. “Y puso mi boca como espada aguda”.El profetismo es pues institución de Dios y está provocado por su Espíritu
Jesús es el verdadero y definitivo profeta y por el bautismo participamos de su misma misión: profetas que deben anunciar la verdad, sacerdotes que ofrecen su vida como oblación agradable a Dios y reyes que no se arrodillan ante nadie, sino sólo ante Dios, rey y soberano de Cielos y Tierra
El auténtico profeta es portavoz del Señor y su palabra se cumplirá porque habla en nombre de Dios Todopoderoso, por mandato suyo.
Dios irrumpe en la vida del profeta. En el caso del Bautista -el mayor de los nacidos de mujer- aún antes de ser concebido, ya existe en el corazón de Dios que le confía una tarea, una misión. El profeta descubre y denuncia el pecado del pueblo y pone en juego toda la existencia humana, a favor o en contra de su anuncio. Juan es el que prepara el camino a Jesucristo, nuestro Salvador.

Y como profeta que estoy llamado a ser por la ordenación sacerdotal, "el Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”…pensaba esta semana sobre nuestro pueblo, sobre Benicarló. Cómo era antes y cómo es ahora.
Antes… en la clase de párvulos de doña Benilde, allí en el Marqués, donde con cuarenta chiquillos -ella sola- nos enseñaba a hacer la señal de la Cruz y nos explicaba historias profanas y sagradas y de tal manera lo hacía, que nos mantenía atentos y boquiabiertos.    
Y la novena del Cristo del Mar… que vino a liberarnos del cautiverio del pecado y de la peste del error: el templo lleno a reventar, gente de pie o sentada en los laterales. Aquellos predicadores que nos hablaban del precio de la salvación: la sangre de Cristo, el Cordero sin mancha ni pecado. Que nos hablaban de la necesidad de implorarla misericordia de Cristo en la confesión… porque todos hemos pecado.
Y recuerdo que a los pies de la barca del Cristo del Mar yo pensaba muy pequeño, de la mano de mi abuela, que un día yo subiría con Jesucristo a esa barca y navegaría con Él en medio de todas las tempestades, con la seguridad de atravesarlas todas.
Recuerdo también como, para ir a confesar cualquier día, había que hacer cola en la capilla del Santísimo durante un buen rato.
Miraba en mi infancia el altar mayor y contemplaba el icono de Jesús partiendo el pan de la Eucaristía y sentía como me acompañaba en Benicarló la fe de un pueblo, no de boquilla y cumplimiento, sino una fe operante en la práctica del bien.
Iglesia de San Bartolomé de Benicarló
Pero ¿y ahora? ¿cómo es ahora Benicarló?
No es sólo que el templo parroquial rara vez se llene, ni siquiera en la Novena.
No es sólo que los sacerdotes se pasen el rato en el confesionario más solos que la una, escuchando como se dice a la Santísima Virgen “ruega por nosotros pecadores”; y a pesar de repetir tantas veces el “ruega por nosotros pecadores”, muy pocos se sientan constreñidos a confesar sus pecados.
No es sólo que los colegios, no ya los públicos, sino también los católicos, estén llenos de niños con familias que ya no pisan la iglesia salvo en contadísimas ocasiones y donde confesar la fe y la moral católicas o no se hace o se hace tantas veces de manera vergonzante.
No es sólo eso…
El Ilmo. Ayuntamiento de Benicarló, al que contribuimos todos con nuestros IBIS y tasas diversas, ha organizado del 26 al 28 de junio diversos actos de apoyo al activismo LGTBIQ -en inglés: Lesbian, Gay, Transexual, Bisexual, Intersexual (a los que les va todo) y Queer (los que no son ni una cosa ni otra, sino todo lo contrario). La iniciativa oficial se llama Haciendo latir resistencias. Consistirá en la proyección de una película pornográfica con sexo lésbico y con discapacitados; en una obrita de teatro, una performance de postporno feminista en la capilla de San Francisco -el antiguo convento desamortizado y propiedad del Ayuntamiento- una serie sobre una mujer atrapada en un cuerpo de hombre, un espectáculo con Frau TravestiResidente, todo ello en la plaza pública, y un acto institucional en el Ayuntamientoen favor de todas las filias que hasta hace nada eran los peores tabúes, y contra todas la fobias habidas y por haber.
Y este es el objetivo que persigue la incitativa del Ilmo. Ayuntamiento. Lo dicen ellos mismos: “Haciendo latir resistencias es el proyecto que ha iniciado el Ayuntamiento de Benicarló para reconocer la diversidad afectiva, corporal y sexual que existe en Benicarló. Se han diseñado diferentes actividades y acciones para informar y sensibilizar a todos los colectivos locales alrededor de la diversidad de los diferentes lenguajes; tanto en los modelos afectivos o familiares (dos mamás, dos papás) como en la orientación sexual de las personas. El objetivo que se persigue es su plena normalización, sin permanecer ciegos a los diferentes ejes de desigualdad (como la raza, el poder adquisitivo, la procedencia o la religión) que empobrecen y vulnerabilizan a las comunidades Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales, Intersexuales, Queers y más.”
Y acaba: “Respetar la diversidad social y trabajar por la igualdad legal y social de todas las personas sin diferencia es nuestra responsabilidad como servicio público.”
O sea, que antes de que llegaran ellos al Ayuntamiento en Benicarló no se respetaban los derechos de los diferentes… ¿Alguno de nosotros les ha perseguido para hacerles daño? Desde el Ayuntamiento nos quieren enseñar a respetar las diferencias que parece que en Benicarló, hasta ahora, nunca se han respetado.
Pero hay más…  se atribuye el Consistorio Municipal la obligación de hacernos comer con patatas -normalizar- lo que ahora y siempre la tradición y la doctrina católica, con San pedro y San Pablo, ha considerado un pecado gravísimo y una preocupante perversión.
Se atribuye también el Ayuntamiento de Benicarló el derecho de señalar nuestra religión no ya católica, sino simplemente cristiana, como un eje de desigualdad y de maltrato para los que viven su sexualidad de espaldas a los Mandamientos de Dios.
Ciertamente nadie puede obligar a nadie a vivir conforme a la doctrina y moral cristiana, pero nadie tiene la potestad de obligar a los cristianos a pensar como piensan ellos. Y se han empeñado en conseguirlo.
Y los mismos que, con nuestro dinero, viven de nosotros con sueldos más que decentes, y que organizan y pagan estas sesiones públicas de pornografía, son los mismos que desfilan en lugar de preferencia detrás del Cristo de Mar en la procesión y están en la primera fila en la Misa de San Bartolomé…
Hace sólo cincuenta años nuestros padres y abuelos los hubieran corrido de la Iglesia a gorrazos. Pero, ¿Y ahora? Sí, sí… Alguno de vosotros me ha dicho que él no irá a los actos. ¡Sólo faltaría! Pero eso ¿es suficiente para tranquilizar nuestra conciencia tan tranquila y acomodaticia ya de por sí?  
Dentro de un año en las elecciones municipales ¿volveréis a votar a los mismos? ¿A estos o a los otros? ¿Es que en una ciudad de 25000 habitantes no hay 22 personas de bien que quieran trabajar por su pueblo, independientemente de las directrices de los corruptos que nos gobiernan en Castellón, Valencia o Madrid? ¿Es que no hay nadie que quiera hacerlo? Ufff… alguno me dirá que la gente buena, honrada y competente no quiere líos… Ah, claro. “Fuera hace mucho frío”. Es más cómodo vivir a la sombra de los millones que nos llegan desde Castellón, Valencia o Madrid, aunque vendamos nuestra filiación divina por un plato de lentejas. Y alguno dirá que estoy haciendo política… ¡No! Hablo de fe y de moral, pero no de una cualquiera, sino de una fe y una moral operante en la práctica del bien: la fe de nuestros padres y nuestros abuelos.
¿O es que se va a cumplir de nuevo aquello que me explicó mosén Tomás Sanz? El anciano sacerdote que fue capellán de las monjas concepcionistas me contaba: “Cuando empezó la Guerra Civil hacía dos años que yo era sacerdote. Me escapé de Forcall y estuve escondido un tiempo en Benicarló. Un conocido del comité revolucionario me consiguió un salvoconducto -también había gente compasiva en el Comité- para viajar a Valencia y esconderme allí con mi madre con más facilidad. En octubre de 1936 me dirigí a la estación y allí me reconocieron los patrulleros de la CNT-FAI, me rompieron el salvoconducto y me metieron en un tren para fusilarme junto con mi madre en la siguiente estación. Sólo el padre de mosén Federico salió en mi defensa… y lo apartaron a empujones.”
“La Estación de Benicarló -me decía- estaba llena de gente. Todos me conocían…Todos se apartaban de mi como si tuviera la peste.” Y afirmaba mosén Tomás con un dolor inmenso: “Es que los católicos del año 36 son, en gran parte, como los de ahora: Conservar lo suyo… ¡Sin comprometerse!”.
¿Es así también ahora Benicarló?¿La sangre de nuestros mártires no tiene ya importancia para nosotros? ¿Sus nombres se han borrado de nuestra memoria? ¿Alguien piensa que lo que se decide en Castellón, Valencia o Madrid no va a llegar más pronto que tarde hasta aquí?
Cuando a vuestros hijos y a vuestros nietos los que nos gobiernan les hayan robado la inocencia de sus cuerpos y de sus almas… Cuando en los colegios -también en los católicos- aparezcan los educadores afectivo-sexuales de la Generalitat o del ayuntamiento y vistan a las niñas de príncipes y a los niños de Adas madrinas… y les digan que pueden elegir su sexo cuando quieran. Cuando multen a sus padres y les quiten la patria potestad… por decirles que ser hombre o mujer es un don definitivo de la naturaleza y que la práctica de la homosexualidad es un grave pecado. Cuando en el hospital más cercano den el matarile con la eutanasia -ahora voluntaria, después obligatoria- a los ancianos enfermos crónicos y saneen así la caja de las pensiones… Entonces, sólo entonces irá alguien a llorar al Cristo del Mar… y al Cristo del Mar, que escucha a los que le son fieles, ¿le habremos dejado algún resquicio en Benicarló para que pueda ayudarnos?
¿Creéis acaso que los musulmanes que están entre nosotros, nos respetarán y nos admirarán por el festival de depravación que nos ha organizado el ayuntamiento? Permitidme que os ahorre la durísima calificación que nos dedican por haber aceptado el sometimiento de nuestros niños y niñas, jóvenes y adolescentes a esta estremecedora ingeniería sexual: promovido todo desde el poder político. Lo más terrible para nosotros es que, igual que nosotros respecto a ellos juzgamos a bulto, ellos creen que el cristianismo es exactamente eso que van a ver estos días en nuestras calles. ¿No habéis caído en la cuenta de que tanta depravación alimenta su conciencia de que tienen la obligación sagrada de luchar contra tanta infamia?¿No os dais cuenta de la hipocresía que representa respetarles el Ramadán y el menú halal en el colegio e incluso pretender eliminar la Navidad por no ofenderles, al tiempo que les pasamos por los morros lo más antimoral que ellos pueden concebir?
Los responsables de enseñar la recta doctrina a los fieles, no tenemos derecho a pasar de largo de estas cosas sin hacer oír la voz de la Iglesia, nuestra Madre y Maestra. No es plato de gusto y acarrea muchos sinsabores llama al pan “pan”, y al vino “vino”. Pero ahí tenemos el ejemplo de san Juan Bautista. Denunció la mala conducta de Herodes, y éste le hizo callar cortándole la cabeza.  
Si me persiguieron a mí -dice Jesús-, también os perseguirán a vosotros (Juan 15,20). Quien no toma su Cruz y me sigue no puede ser mi discípulo (Mateo 10,38). Porque aquello de Aquí paz y después gloria es una soberana memez que sólo puede consolar a los que quieren creer que tras la muerte no hay juicio ni condenación para todos los inicuos: los de dentro y los de fuera.
Dice el Apóstol Pablo:"Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual. Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto" (Romanos 12, 1-2). Que así sea. 

Custodio Ballester Bielsa, pbro. 
www.sacerdotesporlavida.info

Cuidados paliativos, suicidio asistido y eutanasia

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Carta dominical del arzobispo Joan Enric Vives 
 En la última reunión de hace justo un mes de todos los Obispos de Cataluña, tenida en Tarragona, en nuestro Comunicado final manifestábamos estar preocupados por "algunas recientes iniciativas legislativas en relación a la eutanasia y el suicidio asistido, y recordábamos el compromiso de la Iglesia en favor de la vida, sobre todo de las personas en situaciones de especial vulnerabilidad, que en palabras bien recientes del papa Francisco «debe ser clara, firme y apasionada». Asimismo, expresamos que la Iglesia pide mitigar el dolor y el sufrimiento mediante cuidados paliativos y el acompañamiento a los enfermos y a los cuidadores, y legislar en favor de buenas medidas sociales que permitan una mejor atención a los enfermos". Preocupa constatar la distorsión con que son tratados a menudo estos temas de la enfermedad grave, el final de la vida y el acompañamiento de la muerte, que son tan importantes para las personas, las familias y toda la sociedad.

Abundando en ello, el 21 de mayo los Obispos de la Subcomisión de Familia y Vida de la CEE han aportado una Nota breve que deseo resumiros para que ayude a la reflexión. Los Obispos la estructuran en 7 puntos y un recordatorio inicial, donde afirman con claridad: "El mandamiento "no matarás" se encuentra en el fundamento de toda ética verdaderamente humana y, de manera particular, en la tradición cristiana. "Explícitamente, el precepto «no matarás» tiene un fuerte contenido negativo: indica el límite que nunca puede ser transgredido. Implícitamente, sin embargo, lleva a una actitud positiva de respeto absoluto por la vida, ayudando a promoverla y a progresar por el camino del amor que da, acoge y sirve." (Ev.Vitae. 54).
  1. La eutanasia y el suicidio asistido son presentados hoy por algunos como respuestas viables y aceptables al problema del dolor y del sufrimiento. Lo que no queremos es sufrir. Benedicto XVI afirmaba: "es cierto que tenemos que hacer todo lo posible por superar el sufrimiento, pero extirparlo del mundo por completo, no está en nuestras manos, simplemente porque no podemos desprendernos de nuestra limitación, y porque ninguno de nosotros es capaz de eliminar el poder del mal, de la culpa, que -lo vemos- es una fuente continua de sufrimiento" (Spe Salvi, 36).
  2. La eutanasia en sentido verdadero y propio se debe entender como una acción u omisión que por su naturaleza y en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor. La Iglesia siempre ha considerado la eutanasia como un mal moral y un atentado a la dignidad de la persona, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana (cf. E.V. 65).
  3. La proposición de ley ahora presentada en el Parlamento defiende una absolutización del principio de autonomía y de la pura subjetividad como criterios fundamentales de la decisión. Pero nadie es dueño absoluto de la vida. No existe un derecho a disponer arbitrariamente de la propia vida. Las decisiones terapéuticas tienen su raíz en los conocimientos de la medicina basada en la evidencia y buscan curar.
  4. Por otra parte, no es posible entender la eutanasia y el suicidio asistido como algo que se refiera exclusivamente a la autonomía del individuo, ya que estas acciones implican la participación de otros, en este caso, del personal sanitario. Ya el juramento hipocrático afirma: "“no daré ninguna droga letal a nadie, aunque me la pidan, ni sugeriré un tal uso”.
  5. La eutanasia es ajena al ejercicio de la medicina y a las profesiones sanitarias, que siempre se rigen por el axioma de “curar, al menos aliviar y siempre acompañar y consolar”. El artículo 36.3 del Código de Ética y Deontología Médica de la OMCE afirma que “el médico nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de petición expresa por parte de éste”. A este respecto, el Papa Francisco afirma: “no siempre se puede garantizar la curación de la enfermedad; a la persona que vive debemos y podemos cuidarla siempre: sin acortar su vida nosotros mismos, pero también sin ensañarnos inútilmente contra su muerte. En esta línea se mueve la medicina paliativa que reviste también una gran importancia en el ámbito cultural, esforzándose por combatir todo lo que hace la muerte más angustiosa y llena de sufrimiento, es decir, el dolor y la soledad.” (Roma, noviembre 2017). 
  6.  También es necesario reconocer que la eutanasia y el suicidio asistido conciernen al conjunto de la sociedad y sus instituciones. En el pensamiento que subyace a la proposición de ley (presentada en el Congreso), el ser humano aparece como aislado de los demás, y la sociedad no es considerada como un tejido de interacciones humanas, sino como mero ámbito en el que existe una libertad absoluta de los individuos encerrados en sí mismos sin ninguna referencia a los otros. Ante esta concepción, es necesario resaltar que el ser humano es un ser con los otros y para los otros. Este es el fundamento último de la sociedad. Y en este contexto, el Estado tiene la obligación de proteger la vida de todos los ciudadanos.
  7. Lo que realmente demandan los enfermos y sus familias es la ayuda para asumir los problemas y las dificultades personales y familiares que se suelen presentar en los últimos momentos de la vida. El tratamiento del dolor y el abordaje del sufrimiento, el control de efectos secundarios y colaterales, la mejora de la calidad de vida y de la autonomía del paciente, la ayuda a las familias en estas situaciones, el morir en compañía de los seres queridos, con la asistencia espiritual y sacramental, y otros muchos aspectos importantes, son los elementos reiteradamente demandados. Y estos elementos son precisamente los que configuran lo que conocemos como cuidados paliativos. Es llamativo que se quiera proponer una ley de eutanasia cuando no se ha legislado a nivel estatal sobre la instauración de los cuidados paliativos, así como la necesaria formación reglada de esta disciplina de altísimo valor científico y ético en el ámbito universitario y sanitario. Son precisamente estos cuidados los que son demandados ampliamente por la sociedad y por los profesionales sanitarios en particular.
  8. Todo ser humano es un don que refleja el rostro de Dios y que merece acogida, protección, respeto y amor. “Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40). Es lo que el Papa Francisco ha denominado “el gran protocolo” sobre el que seremos juzgados (Gaud.Esx. 95).
Nos acogemos al cuidado materno de la Virgen María, salud de los enfermos. Ella nos enseña a amar a los más débiles y vulnerables, los que han perdido el gusto por vivir o están en un momento de total dependencia. No recurramos a soluciones rápidas o fáciles que pueden esconder otros intereses. Defendamos la vida y ayudemos a mitigar el dolor con respeto por la dignidad de toda persona.

Joan Enric Vives Sicilia
Arzobispo-Obispo de Urgell

Escrito publicado en la Hoja Dominical y la Web del Obispado de Urgell

Nota del Directorio: Desde esta web hemos sido muy críticos con el obispo Joan Enric Vives, pero cuando se hace algo bien, como en esta ocasión, no hemos tenido ningún reparo en reflejarlo.

    El Estado del bienestar animal y el Aquarius

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    Me lo temía: cualquier día iba a aparecer en nuestro horizonte “el Estado del Bienestar Animal”. Un auténtico peligro, puesto que nos permite ver nuestro tan ponderado Estado del Bienestar desde otro Estado del Bienestar distinto, que va ganando espacio en nuestra filosofía de la vida: el de los animales. Es la enorme ventaja (¡y el peligro!) de vernos desde fuera de nosotros mismos. Ver nuestro Estado desde otros Estados (por ejemplo, vernos desde los diversos totalitarismos que en el mundo han sido, y desde los distintos sistemas de explotación) nos da una gran perspectiva; y ver nuestro Estado del Bienestar desde el recién descubierto Estado del Bienestar Animal, en pleno desarrollo, nos da una gran profundidad de campo. La foto, finalmente nuestra foto, resulta mucho más interesante. Me consuela saber que las vacas también tienen su seguridad social: de lo contrario, no habría manera de garantizar su productividad exuberante. Medicina laboral llaman a eso. Es un pilar fundamental de nuestro Estado del Bienestar.  

    Es el caso, todo hay que decirlo, que siendo un adicto de los quesos y demás productos lácteos, no puedo quitarme de la conciencia el sufrimiento de las pobres vacas para procurarme a mí esos placeres. Pero me llegó la redención de mi pequeño o gran pecado contra los animales que me procuran esos placeres. Tuve la alegría de escuchar que la marca de leche que suelo consumir (a los quesos, yogures, flanes y natillas no alcanzo), cuenta con la certificación de cumplimiento de las normas de bienestar animal de todas las granjas proveedoras de esa marca. ¡Qué alegría!, ¿no? A mí todas las vacas me ríen y me sonríen, porque se sienten felices de suministrarme su leche. No es cualquier cosa poder disfrutar de esos exquisitos manjares con una conciencia libre de culpa. ¿He dicho culpa? Yo a las vacas las quiero muchísimo; y a los toros, aún más. ¡Oh, la buena conciencia! Necesitamos sentirnos buena gente. Otra cosa es que lo seamos.
    ¿Y quién decide que puedo disfrutar felizmente del fruto de la explotación de las vacas? ¿Quién decide lo que es moralmente correcto en la explotación de los animales? ¡Quién va a ser! El mismo que decide que son moralmente correctos el aborto y la eutanasia, ya que al reducir la población dependiente, libera muchísimos recursos para aumentar el bienestar del resto. El mismo que decide la ideología de género, la destrucción de la familia, el adoctrinamiento sexual de los niños; el mismo que decide la desarticulación política de muchos países con el pretexto de democratizarlos, y el rechazo de la inmensa mayor parte de la inmigración resultante de ese destrozo; el mismo que da carta de moralidad a formas cada vez más inmorales de explotación.

    Nos hemos dejado atrapar en el Estado del Bienestar, y estamos encantados. Sin caer en la cuenta, ¡pobres ingenuos!, de que la manutención (todos los servicios del Estado del Bienestar son manutención) es pieza clave de la dominación. ¿Qué tal si nos miramos en los recién llegados al Estado del Bienestar? Me estoy refiriendo a las vacas. ¡Qué bien!, ya tenemos entes certificadores de su Estado de Bienestar. Igualito que en nuestra especie. Por cierto, en la especie humana cada vez son más los desagradecidos con el Estado del Bienestar que se suicidan. No deja de ser una manifestación extrema de bienestar. Como la de la vaca, que al final, cuando ya no da más de sí, nos entrega su vida generosamente. Es la última y definitiva expresión del Estado del Bienestar de la vaca. Cuando para producir su última leche extrae el calcio de los huesos, incapaces ya de sostenerla, y al fin cae destrozada de tanta generosidad entregándonos su leche, va y nos entrega su vida. Y el organismo certificador certifica que ha muerto una vaca feliz: que ha muerto de risa. ¡Oh, sí, qué risa, tía Felisa!
    Nos está fallando estrepitosamente la filosofía de la vida. Resulta, ¡mira por dónde!, que el Estado del Bienestar, cruzado con nuestro sagrado principio de igualdad en nuestros territorios, es la altísima frontera que hemos levantado los países desarrollados para cerrarles el paso a los inmigrantes procedentes de países que nos hemos ocupado de arruinar previamente. Si viene un inmigrante de África, de Asia o de la América pobre, en cuanto entra en nuestro país tiene los mismos derechos que los demás habitantes. Es decir que llega a un Estado del Bienestar. Nadie admite que esto pueda discutirse.  
    Pero da la casualidad de que al costar tantísimo dinero ese Estado del Bienestar, no hay más remedio que limitar la entrada de inmigrantes a las posibilidades económicas del país de acogida. Porque si eliminamos las fronteras, cualquiera de estos maravillosos Estados del Bienestar, se convierte en menos de un año en un Estado del Malestar: en unas condiciones que es mejor que nos ahorremos hasta de imaginarlas. Decenas de millones de pobres, pugnan por venir a formar parte de nuestros Estados del Bienestar. Es decir que la infinita bondad que nos ha hecho tan benéficos, nos obliga a una tremendísima crueldad para con aquellos cuya admisión no podemos costearnos. Nada de un Aquarius al año para lucirse. Siendo moderados, varios al día. Y eso, no hay Estado que lo resista. Y respecto a la Iglesia, ¿qué necesidad tiene de subirse al primer Aquiarius que le pase por delante? A los políticos, claro que les viene estupendo un Aquarius para hacer alardes de bondad; pero la Iglesia no necesita alardear de nada en el terreno asistencial. ¡Qué mal administra sus silencios la jerarquía eclesiástica!
    La otra alternativa es hacer que donde comen 3, coman 30. Así que esos 3 tendrán que ponerse a dieta para que alcance para todos los comensales. Pero nadie se ha planteado aún rebajar los niveles de nuestro Estado del Bienestar (que es la auténtica muralla que les cierra el paso a los inmigrantes), para que así alcance para todos, cualquiera que sea su número. Una más ágil política de eutanasia (nada nuevo bajo el sol) que redujese la ingente carga de la dependencia, tan cara, y de las pensiones, liberaría descomunales recursos para los inmigrantes. Una eutanasia más expeditiva, precedida ya de un aborto ilimitado, nos hará mucho más laicistamente benéficos.
    Es que no puede ser, nos salen todos los tiros por la culata: resolvemos brillantemente la mortalidad infantil, convirtiéndonos así en sociedades avanzadísimas; y para mantener el nivel de bienestar y progreso adquiridos, decidimos implantar el aborto universal y a la carta. Más que nada, por reequilibrar la situación. Conseguimos que la gente vaya sorteando todas las enfermedades que antaño fueron mortales, y para resolver el tremendísimo problema de una creciente sociedad dependiente (que representan una tremenda sangría de recursos sanitarios y pensiones), nos inventamos la eutanasia. Y es recomendada por las instituciones con una insistencia tan desmedida, que los familiares la perciben tan “moralmente obligatoria” como el aborto. Descubrimos el Alicia en el país de las maravillas del Estado del Bienestar (¡qué buenos somos!), y para mantenerlo nos vemos obligados a ser cada vez más crueles con los inmigrantes que se han empeñado en vivir como nosotros, cobrando esa pensión mínima de subsistencia a la que tiene derecho todo el que vive en ese Estado, junto con los demás derechos asistenciales, que en muchos casos empiezan en la vivienda con sus consumos. Y como esto es insostenible, hemos reinventado los campos de concentración. ¡Qué bien!, ¿no?
    Y por si no fuera suficiente castigo la responsabilidad del bienestar de los inmigrantes (¡sin límite!), porque a ellos les encanta nuestro Estado del Bienestar, pagando nosotros el precio de nuestra mirífica bondad, ahora nos vienen con el Estado del Bienestar Animal, que tampoco sale gratis. El que quiere asumir su responsabilidad en el bienestar de los animales que le dan de comer, sabe que eso tiene un precio nada menguado. Con lo que nos enfrentamos a otra enorme dificultad de conciencia: para ser buenos con los animales y para comer de los frutos de su explotación con buena conciencia, hay que ser de buen nivel adquisitivo; de lo contrario hay que aguantar la mala comida (porque la de explotaciones miserables es bastante peor) y encima, cargar con la mala conciencia.
    Claro, claro, ¿quién no aspira a ser un modélico amante de los animales? Aunque eso le exija pagar mucho más cara la leche, el queso, los huevos, la carne y el pescado (que las piscifactorías se parecen mucho a los ergástulos industriales). ¿Y quién está dispuesto a aceptar que sus representantes políticos rechacen a los inmigrantes que se dirigen a sus fronteras para compartir su Estado de Bienestar? Nadie. Y eso a sabiendas de que tanta generosidad y tanta bondad es imposible que salga gratis.
    En fin, ahí lo tenemos: los nuevos filósofos de la bondad humana, guiados por el dedo de los poderes políticos y mediáticos, nos lo están poniendo cada vez más difícil. Pero nos dotan al mismo tiempo de todos los recursos de la hipocresía, para que donde no llegue el ser, alcance el parecer. Total que un Aquarius al año no hace daño; pero uno cada día sin duda acabaría con nuestra bondad y hasta con nosotros. Y lamentar la mala vida de las vacas al tiempo que se manifiesta no ya la condena de su lidiada muerte, sino la envidia por la vida regalada de los toros, sólo disgustos puede traernos.
    Entretanto ocupémonos en buscarles nombres atractivos y benéficos a las perrerías que tendremos que hacerles a los centenares de miles de inmigrantes a los que no podremos agasajar como a los del Aquarius. El buen nombre que encontraremos, lo arreglará todo.
    Virtelius Temerarius       

    La Glosa Dominical de Gérminans

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    https://2.bp.blogspot.com/-KS3WSziD6oE/VY0amoHwclI/AAAAAAAAHg8/0QDiBKuvxaw/s1600/Domingo13.jpg

     * Palabras del Papa Benedicto XVI en el Ángelus del Domingo 1 de julio de 2012, 
     coincidiendo con el Domingo XIII del Tiempo Ordinario del Ciclo B.

    Este domingo, el evangelista san Marcos nos presenta el relato de dos curaciones milagrosas que Jesús realiza en favor de dos mujeres: la hija de uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y una mujer que sufría de hemorragia (cf. Mc 5, 21-43). Son dos episodios en los que hay dos niveles de lectura; el puramente físico: Jesús se inclina ante el sufrimiento humano y cura el cuerpo; y el espiritual: Jesús vino a sanar el corazón del hombre, a dar la salvación y pide fe en él.
    En el primer episodio, ante la noticia de que la hija de Jairo había muerto, Jesús le dice al jefe de la sinagoga: «No temas; basta que tengas fe» (v. 36), lo lleva con él donde estaba la niña y exclama: «Contigo hablo, niña, levántate» (v. 41). Y esta se levantó y se puso a caminar. San Jerónimo comenta estas palabras, subrayando el poder salvífico de Jesús: «Niña, levántate por mí: no por mérito tuyo, sino por mi gracia. Por tanto, levántate por mí: el hecho de haber sido curada no depende de tus virtudes» (Homilías sobre el Evangelio de Marcos, 3).
    El segundo episodio, el de la mujer que sufría hemorragias, pone también de manifiesto cómo Jesús vino a liberar al ser humano en su totalidad. De hecho, el milagro se realiza en dos fases: en la primera se produce la curación física, que está íntimamente relacionada con la curación más profunda, la que da la gracia de Dios a quien se abre a él con fe. Jesús dice a la mujer: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad» (Mc 5, 34). 

    https://2.bp.blogspot.com/-PkchxL5ClZE/VY0bsbke4xI/AAAAAAAAHhI/8NI33it9uBY/s400/benedicto.jpgPara nosotros estos dos relatos de curación son una invitación a superar una visión puramente horizontal y materialista de la vida. A Dios le pedimos muchas curaciones de problemas, de necesidades concretas, y está bien hacerlo, pero lo que debemos pedir con insistencia es una fe cada vez más sólida, para que el Señor renueve nuestra vida, y una firme confianza en su amor, en su providencia que no nos abandona.

    Jesús, que está atento al sufrimiento humano, nos hace pensar también en todos aquellos que ayudan a los enfermos a llevar su cruz, especialmente en los médicos, en los agentes sanitarios y en quienes prestan la asistencia religiosa en los hospitales. Son «reservas de amor», que llevan serenidad y esperanza a los que sufren. En la encíclica Deus caritas est, expliqué que, en este valioso servicio, hace falta ante todo competencia profesional —que es una primera necesidad fundamental—, pero esta por sí sola no basta. En efecto, se trata de seres humanos, que necesitan humanidad y atención cordial. «Por eso, dichos agentes, además de la preparación profesional, necesitan también y sobre todo una “formación del corazón”: se les ha de guiar hacia el encuentro con Dios en Cristo que suscite en ellos el amor y abra su espíritu al otro» (n. 31).


    Pidamos a la Virgen María que acompañe nuestro camino de fe y nuestro compromiso de amor concreto especialmente a los necesitados, mientras invocamos su maternal intercesión por nuestros hermanos que viven un sufrimiento en el cuerpo o en el espíritu.

    Eutanasia, la primera piedra del nuevo gobierno y primera pedrada del Parlamento de Cataluña

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    Marta Ribas de “En comú/Podem” defiende en el Congreso la ley de eutanasia
    Cualquiera medianamente supersticioso, se atrevería a pronosticarle al gobierno de Sánchez que con mal fario está iniciando la construcción del edificio de gobernación de España. Ha elegido como primera piedra de este edificio, la ley que permite matar al viejo y al enfermo. Una ley al fin y al cabo, que regula el derecho de matar. Aportación del parlamento de Cataluña al parlamento de la nación. Por lo visto es lo que más nos urge: una ley para la muerte. Un vestido a la medida de la desfondada Cataluña y de la decrépita España: la nación más decrépita de Europa.
    A este paso, nuestros originalísimos representantes y gobernantes, cualquier día nos dan el desayuno con una ley que regule el robo y con otras más que vayan regulando la violación, el incesto, la pederastia, la corrupción de menores… La ley de la eutanasia con la que pretenden modernizarnos, es una ley que para más pistas sobre los negros augurios que acompañan al nuevo presidente del gobierno español, ha sido impulsada por quienes no sueñan precisamente con el bien de España, y por tanto de su presidente. A partir de esta ley que regula el derecho de matar a los que no merecen vivir (según criterios que alguien determina y valora), nuestras vidas quedan a merced de la persona o institución que tome esa decisión. Lo sustancial de esta ley es que se proclama (y se regula, ¡faltaría más!) el derecho a matar.
    Como hemos visto hasta la saciedad en la ley del aborto y en el recorrido que lleva ya en algunos países la de la eutanasia, se cumple siempre inexorablemente la ley del plano inclinado. Es que si se hace una ley del aborto, es para abortar. Y si se hace una de la eutanasia es para eutanasiar. La sola existencia de la ley constituye por sí misma un elemento de promoción del recurso a la eliminación del que no reúne las condiciones necesarias para vivir dignamente. El hecho de que la ley sea restrictiva, tanto como se quiera, no contribuirá en absoluto a reducir abortos ni eutanasias, sino a incrementarlos. Siempre, siempre, siempre: que para eso es la ley.
    Una ley de eutanasia, que puede ser tan restrictiva y perfecta como se quiera, lo que hace realmente es promover la práctica de rematar al enfermo o al anciano que cumple determinadas condiciones para poder ser liquidado. No nos engañemos pues: se trata de una ley para matar: una ley que obedece a la voluntad de dotar a la sociedad del derecho a matar a los adultos en cuya vida se den las circunstancias que define la ley y cuya valoración y decisión se pone básicamente en manos de los médicos.   
    Lo que no podemos poner en duda es ese halo de bondad en que se envuelven siempre esas leyes de muerte. Se trata siempre de mirar por el bien de aquel a quien se quita la vida. Dejando ese bien a criterio de la madre, de los hijos, de los cuidadores y de los médicos. Lo importante es que quede garantizado que se le mata por su bien y por ahorrarle a la familia gastos y sinsabores; y al Estado, pensiones y más gastos. Si la economía es la medida y el patrón de valor de las personas y las cosas, está claro que la muerte es más barata que la vida. Si es por economía, sale más barato el aborto que el parto y la vida subsiguiente, y más barata la eutanasia que los cuidados paliativos. La muerte tiene un precio: más asequible que la vida.
    ¿Y qué hace la Iglesia ante este desplome de la dignidad humana? Bien poca cosa. El Papa decía hace poco, refiriéndose al avance de las leyes pro eutanasia, que la defensa de la vida “debe ser clara, firme y apasionada”. Le faltaba decir “machacona”, porque se está liquidando el gravísimo compromiso de la Iglesia con tibias notas y comunicados de aburrida hechura académica. Sin pasión, sin condena, sin poner el grito en el cielo.
    La Conferencia Episcopal Española (y no en tromba, sino a través de la Subcomisión de Familia y Vida) ha despachado el tema con una “Nota breve” (nada que ver con la actitud “firme y apasionada” que pide el Papa). De ella se hace eco el obispo Vives en su  hoja dominical. Es el eco de una voz a la que no le faltan sabiduría y santidad; pero que anda sobrada de moderación y prudencia. El tema de la eutanasia, como en su día (que no tiene fin) el del aborto y el infanticidio prenatal, no son como para andarse con paños calientes.
    Si la voz de la CEE ya fue escandalosamente discreta (nada apasionada, evidentemente), su eco en uno de los miembros más significados de la Tarraconense (el órgano en que se aglutinan los obispos de Cataluña), sonó a eso, a eco obligado. Y sonó también a que no estaba previsto hacer resonar ese eco en acciones que recordasen su trascendencia. En la breve nota de la citada Subcomisión de la CEE, tampoco se adivinaba ningún plan de acción para remachar el clavo.
    Conviene recordar la novedad de esta táctica tan sumamente discreta. En efecto, la CEE mantuvo durante años un potente plan de acción en defensa de la Vida y de la Familia. Un plan del que también se hizo eco la Tarraconense. En Cataluña la movilización de la Iglesia en defensa de la Vida y de la Familia nunca alcanzó las dimensiones que se dieron sobre todo en Madrid, si exceptuamos la constancia de la manifestación mensual de oración Pro Vida marchando desde el hospital de San Pablo a la Sagrada Familia, a la que puso fin Omella.
    Lo más llamativo es que la Iglesia ha hecho tremendos equilibrios por no ventilar en exceso el drama del aborto (“no podemos estar hablando de él todos los días) porque se mueve con unos complejos terribles (es que se pilló ahí los dedos) cuando se trata de la manifestación más estremecedora de violencia sexual, encubierta con una hipocresía de enorme envergadura, puesto que en ella se trata de mantener rigurosamente exculpado al hombre. Sí, la Iglesia pasa sobre este delito (en el que ni argumentos caben, cuando su modalidad es la de un evidente infanticidio prenatal) como quien pisa ascuas. Ni se ha dignado dar la batalla en favor de la estabilidad de la familia, porque ahí vuelve a haber conflicto sexual: y la Iglesia últimamente lleva fatal todo lo que huela a sexo.
    28 de junio: Gil Tamayo advierte que la eutanasia no es un derecha
    Pero no es ése el caso de la eutanasia: en esta tan bien adornada figura legal, lo que se pretende es tener licencia para matar sin que el sexo juegue ningún papel. Se entiende la inclinación a la indulgencia tanto del poder político como de la Iglesia, cuando el sexo está de una u otra forma en el fondo del asunto. Inclinación a la indulgencia y miedo a ir contra corriente o a que te saquen los colores. Pero repito, no es el caso de la eutanasia, no es ése el caso. Y sin embargo la Iglesia se despacha con declaraciones formales con las que ninguno de los promotores se sienta ofendido. Porque por lo visto, ellos tienen derecho de defender sus posiciones morales y hay que respetarles (hay que callar ante ellos). La Iglesia en cambio actúa como si no gozase de ese derecho.
    Y todo esto que es aplicable a la Iglesia en toda su geografía (es decir en su catolicidad), adquiere unos tintes muy intensos aquí en Cataluña. Porque el derecho a matar al inútil, al muy enfermo y al moribundo es una tremenda aberración que afectará severamente a la calidad humana de toda la humanidad: también la de Cataluña, cuyos mandamases se han erigido en adalides promotores de esta aberración para toda España (conocidas sus aviesas inclinaciones, hasta podría ser que lo hubiesen hecho con la peor intención).
    Porque lo llamativo es que siendo la Iglesia en Cataluña tan histéricamente (y a veces, histriónicamente) activa en cuestiones políticas; habiendo exhibido enorme capacidad de movilización y convocatoria para sus misas amarillas y para sus grandes reuniones de oración para causas políticas que en el plano de la moral representan una brizna de paja frente al peso abrumador de la eutanasia; teniendo la enorme capacidad de “hacer algo”, no haya puesto el grito en el cielo viendo cómo el poder político de Cataluña se ponía a la cabeza de la eutanasia, promoviéndola para toda España. Que al menos se hubiese ofrecido el cardenal Omella como portavoz de la máxima jerarquía de la Iglesia para mediar ante las autoridades políticas para que no incurrieran en semejante obscenidad. 

    Virtelius Temerarius   

    El coloso de Cretas

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    Hasta la creación cardenalicia de Don Juan José Omella no existía en su población natal otra celebridad que el torero Nicanor Villalta, apodado en el ambiente taurino como “El coloso de Cretas”. Había nacido en dicha localidad en 1897 y fue diestro de renombre desde el año 1922 hasta 1935 en que se despidió por primera vez, reapareciendo en 1939 hasta el año 1943, cuando se retiró definitivamente. Aunque desde que tenía corta edad había emigrado con su familia a México y luego residió en Madrid, era lógico que un pequeño pueblo de 600 habitantes lo tuviese como ídolo y como tal le erigieron un busto en los jardines de la localidad. 

    Pero desde que Omella alcanzó la púrpura él es la otra celebridad local y, aunque todavía no se le ha erigido estatua, se halla ya en el nomenclátor del callejero cretense, con plaza dedicada a su nombre. No obstante, no va a haber pugna entre el torero y el obispo. Al revés, acabamos de enterarnos que nuestro obispo es (o era) aficionado a los toros, habiéndosele despertado la vocación taurina, previamente a la del sacerdocio, justamente gracias al ídolo local.

    Resultado de imagen de plaza del cardenal omella cretasSin embargo, el tema tiene su miga. Esta confesión del cardenal se produjo en una entrevista en Catalunya Radio, a cargo de una sobreactuada y meliflua Silvia Cóppulo. Les enlazo el audio, para que juzguen ustedes mismos. Pero en el tema taurino a mí no me la van a dar con queso. He ido a la Monumental de Barcelona desde que llevaba pantalones cortos hasta el infortunado día en que definitivamente cerró sus puertas, por alcaldada de nuestros políticos. Y digo eso, porque cuando Omella confiesa que quiso ser torero, nos habla de un matador de su pueblo, que era muy buen estoqueador. Hasta aquí cierto. Omella no nos dice el nombre, pero no hay otro que Nicanor Villalta, si bien a partir de aquí empieza el proceso fabulador del cardenal. Dice que era de la época de Manolete, cuando era de una generación anterior, pero cuando la inventiva alcanza su cota máxima es cuando cuenta que lo veía torear una vez al año en Cretas. En Cretas jamás ha habido plaza de toros, tan solo una plaza de talanqueras que se monta en las fiestas del pueblo. No existe constancia de que un afamado torero como Villalta se rebajase a matar un toro en tal “gache”, aunque fuese su pueblo natal. Ahora bien, lo que es absolutamente imposible es que Omella lo viese torear. Nuestro cardenal nació en 1946 y el torero dejó de torear tres años antes. Ni por asomo puede guardar en sus retinas el obispo tan siquiera una de las certeras estocadas de su paisano.
    El tema no pasaría de una cierta anécdota, sino fuera porque esa capacidad fabuladora del cardenal parece signo distintivo de su personalidad. Así, si volvemos a la entrevista, escucharemos, sólo empezar, que nos explica que habrá leído unas mil veces el libro “El principito” de Antoine de Saint Exupéry. ¡Mil veces! Se dice pronto. Pero a medida que se va desarrollando el programa (si consiguen aguantar la pedantería cursilona de la Cóppulo) irán descubriendo como de la fabulación pasa al fanfarroneo. De ahí el farol de su mediación entre Rajoy y Puigdemont, cuando trascendió hace tiempo que se limitó a una visita al ex presidente del gobierno juntamente con el cardenal Osoro y que los posteriores propósitos mediadores fueron vetados desde la Santa Sede. Y, al final, como en todo fanfarroneo viene la fase de envalentonamiento y es entonces cuando Omella se lanza a la piscina y nos habla del traslado de los presos de la declaración independentista, de la injusticia de la prisión preventiva e, incluso, se permite hablar de una posible reclusión de aquellos en su domicilio, que en ningún momento está prevista en nuestra legislación penal.

    Desde querer ser torero gracias a ver a un torero al que jamás vio torear a interesar una prisión preventiva similar a un arresto domiciliario, que no se halla regulada legalmente. Estos son algunos de los ingenios de un personaje con una gran capacidad fabuladora. Parece que de coloso de Cretas sigue habiendo solo uno. En su toreo sí había verdad. 

    Oriolt

    Sueño de una noche de verano: El Maresme se independiza de la Archidiócesis de Barcelona

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    Un grupo de sacerdotes de la comarca del Maresme deciden separarse de Barcelona, algo parecido a lo que sucedió con la zona de Monzón que dejó de ser del obispado de Lérida aunque en este caso para integrarse a la diócesis aragonesa de Barbastro. Aquí se pide la independencia, aunque también habían sopesado la posibilidad de integrarse en la diócesis de Gerona, pero su obispo Don Francesc Pardo, no les parece el más adecuado, a pesar de haber sido en el pasado de los suyos, el viraje que realizó hacia la ortodoxia en la era de Don Ricardo Carles, y su buena conexión con Don José Ángel Saiz, lo descarta como su futuro pastor.

    Los Comités de Defensa del "Obispado" del Maresme, ubicados en la parroquia de Sant Josep de Mataró, han hecho una campaña muy bien orquestada, para convencer a los fieles de esa zona de las bondades de la independencia. Una diócesis más catalana, más progresista y más asamblearia. Todo lo contrario de Barcelona, que tiene un obispo foráneo (Don Juan José), que lógicamente no tiene sentimientos nacionalistas, y que ya ha dado varias estocadas en Mataró, como decir que las celebraciones comunitarias con absolución colectiva no están permitidas por la Iglesia. Y no sólo lo ha dicho sino que se ha presentado en esa ciudad para presidir él mismo la celebración comunitaria de la penitencia con absolución individual, dejando en ridículo a aquellos que decían que las absoluciones ilícitas se podían hacer sin ningún problema.

    Cartel secesionista, burlándose de Don Marcelo,
    pidiendo que no se vote
    Después de confirmar su deseo de independencia, han montado una consulta, para que la decisión sea democrática, dicen que nadie puede tener miedo a las urnas y que una decisión votada no puede ser rechazada por nadie. El arzobispado de Barcelona ha alertado a los convocantes que no tienen permiso para hacer el referéndum y que si tiran para adelante que se atengan a las consecuencias canónicas que ello conlleva, se les recuerda que estas decisiones no se pueden tomar en una votación y que competen sólo a la Santa Sede.

    A pesar de ello los convocantes insisten, que una vez aprobada la independencia, Roma les reconocerá como nueva diócesis y así lo ha avalado un monje de Montserrat que ve con buenos ojos la movida del Maresme. También dicen que la mayoría de las diócesis del mundo aplaudirán y alabarán su decisión por el precedente que supone y por abrir los caminos a a la democracia en la Iglesia.

    Así que a pesar de los intentos de Don Juan José de poner paz, y mira que es un hombre que presume de dialogante, los insurrectos no han querido escuchar sus palabras, han tirado para adelante y han montado el referéndum a pesar de las prohibiciones jerárquicas. La consulta se realiza en un clima de tensión, los párrocos fieles a su arzobispo y a las directrices vaticanas, se niegan a dejar sus parroquias para la consulta ilegal, lo  que provoca enfrentamientos y acciones contra los sacerdotes no independentistas, acusados de fascistas y pre-conciliares.

    La mayoría del pueblo fiel, no asiste a la consulta, pero son muchos  los que se han dejado engañar por las promesas de la que tendría que ser la mejor diócesis del mundo. Evidentemente el resultado es favorable a la independencia, porque los contrarios a ella no han ido a votar y porque han aparecido papeletas extrañas, como las de una parroquia que tiene 3000 habitantes, de los cuales ni una tercera parte va a Misa y en cambio han salido más de 4000 síes. 

    Los curas revoltosos avalados por el resultado del referéndum deciden unilateralmente independizarse de Barcelona y hacen efectiva la creación de una nueva diócesis. Pero entonces salta para ellos la sorpresa. La Santa Sede se muestra indignada con el proceso, afirma que de ninguna manera reconoce la nueva diócesis y concede al arzobispo de Barcelona la potestad para que se diriman responsabilidades hasta que todo vuelva a la normalidad y se vuelvan a respetar las normas y los procedimientos eclesiales. Los insurrectos esperaban el apoyo de otras diócesis, pero ni una sola en todo el mundo ha mostrado su solidaridad con el proceso que tan fatídicamente habían iniciado.

    Don Juan José que es buena persona pero que como buen aragonés cuando se enfada lo hace de verdad, decide castigar ("misericordear", en terminología bergogliana) a los organizadores del referéndum y los envía durante una buena temporada al destierro, fuera del Maresme y de la archidiócesis de Barcelona (algo  que ya hizo con el P. Custodio Ballester por muy poco). 

    Los seglares partidarios de la segregación del Maresme, empiezan campañas de apoyo a los desterrados, incluso inventan unas cruces amarillas para ponerse en la solapa, pero este tipo de decisiones en Omella son firmes así que pueden ir esperando y tiñendo de amarillo toda la comarca que no van a conseguir sus objetivos.

    Hasta aquí el sueño, supongo que mi subconsciente ha inventado esta historia a partir de las declaraciones de Don Juan José en los micrófonos de Catalunya Ràdio solidarizándose con los mal llamados "presos políticos" y diciendo que la prisión preventiva era abusiva. Y es que mi mente no llega a entender que si el sueño hubiera sido real, nuestro arzobispo hubiera sido implacable con los instigadores de semejante despropósito, en cambio si no es en su casa, sino que afecta al poder político, él es mucho más comprensivo y complaciente con los que han puesto en juego la convivencia y el Estado de Derecho y las normas democráticas que nos hemos dado entre todos.

    Antoninus Pius

    Análisis de la pena de destierro de mosén Custodio

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    Si alguien piensa que el fenómeno Custodio es una anécdota del obispado de Barcelona con respecto a un cura montaraz, o incluso de la Iglesia Nacionalista Catalana, ya puede ir quitándose la venda de los ojos. Las aguas que lo han expulsado como náufrago en la playa desierta, vienen moviéndose desde el fondo. El caso Custodio no es más que una manifestación local del problema dramático en que está sumergida la Iglesia católica.
    En Calanda, donde tan bien conocemos a Omella, nos avisaron que el cardenal iba a salir en un programa de radio. Y como es natural, no podíamos perdernos el retrato que iba a salir de esa entrevista. Escuchamos al Omella que conocemos hablando ya un “chapurreau" casi desconocido: dispuesto a echarse flores, malabarista mediocre de palabras y argumentos… Nos llamó mucho la atención el desparpajo con que distorsiona la realidad, primero respecto al Coloso de Cretas y luegorespecto al “destierro” de mosén Custodio. Sus justificaciones fueron pobres, cuando no burdas. Pero era evidente que le daba lo mismo que se le notase que faltaba a la verdad. Ha fabulado tanto y la fábula (en defensa propia o en lucimiento propio) forma parte tan consustancial de su personalidad, que no le importa lo más mínimo que le pillen cazando moscas. Lo arregla con sus personalísimos malabares dialécticos. Es decir, tapando una trola con otra o con otras tres. Sus explicaciones no resisten el más elemental análisis.  
    Empiezo por el final, es decir por el desencadenante de la pena fulminante y furibunda de destierro, sin que hubiese nada que lo hiciera previsible. Más bien al contrario: era totalmente imprevisible esta decisión del cardenal-arzobispo porque ésa era justamente la pena que venían reclamándole los políticos no sólo a él, sino también a su predecesor, mucho más taimado. Sistach, entrenadísimo en los tejemanejes con los políticos, logró con ellos algunos pactos vitales (para su carrera); pactos con los que Omella, esforzado aprendiz, ni tan siquiera puede soñar.
    Omella, tan “echao palante”, ha sido víctima de su petulante bisoñez. Ha caído en la trampa que se ha tendido él mismo. Ha querido hacerse una imagen y se ha empeñado en que la gente tratase no con él (que siempre queda unos pasos por detrás) sino con su imagen de cercanía y de inmediatez. Ha caído víctima de la “persona” que llevaba ya y que ha acabado de perfilar últimamente. Con su investidura ha calzado coturnos, sobre los que anda notoriamente torpe, y le ha pintado con fuerza hondos rasgos a su drámatis persona.
    ¿Acaso ha caído Omella en la trampa del soberanismo, y ha ofrecido por ello a ese ídolo la cabeza de Custodio? Pues no, ésa me parece a mí la lectura ingenua. Había caído ya en la trampa que le tendieron sus colegas en el episcopado catalán. Una trampa astuta, dijeron, en la que cayó evidentemente complacido. No, esa trampa no le hizo mella, puesto que al dejarse atrapar tan astutamente, puso de su lado a la inmensa mayoría del clero de su diócesis. Sin entusiasmo, es verdad; pero lo puso de su lado (más propiamente se puso él del lado de ellos: un pastor que huele a oveja). En fin, que la célebre NOTA soberanista fue un prudente acto de pacificación, o al menos de armisticio. ¡Algo tenía que hacer por sus curas! Y de paso se puso también del lado de los políticos. ¡Carambola! Así que por este flanco no tenía más problemas que la caspa de los casposos. Y eso lo podía resolver con un gesto displicente de su mano. Sin problema pues por este lado.
    Evidentemente no ha sido víctima del pacto independentista entre la Iglesia de Cataluña y el poder político catalán, porque en ese sentido ya había hecho mérito suficiente con la NOTA para que no le pidieran más. En ese sentido pues, la cabeza de Custodio estaba bien firme sobre sus hombros. Para los políticos valía inmensamente más la NOTA, que la cabeza de un cura que al fin y al cabo era en la diócesis una extravagancia, una nota de pintoresquismo y hasta una muestra de libertad y tolerancia en esa cuestión tan vital para ellos.
    ¿Cuál fue pues el desencadenante de esa decapitación fulminante de mosén Custodio? No fue lo que hizo (las procesiones del Cristo de la Buena Muerte con los Legionarios, ni la misa por los difuntos de la División Azul con la secuencia del acto académico en el teatro de la parroquia, ni la marcha mensual por la Vida los días 25 desde el hospital de San Pablo hasta la Sagrada Familia), que al fin y al cabo los políticos pueden lucirlo a su favor como muestra de respeto a la “libertad religiosa”, aunque el que la ejerce use esas fórmulas tan extremas.
    Resulta que por donde fueron a trincarle fue por lo que dice. Con eso sí que no pueden. Así que el Ayuntamiento de Hospitalet (donde está radicada la parroquia de Custodio y que se la tiene jurada almosén) vio su ocasión dorada en la misa de San Pedrito de Chimbote para la comunidad peruana, que al coincidir con la celebración del día del orgullo gay en Barcelona, les vino como anillo al dedo. La misa se grabó para que pudieran verla en Perú. Y fue Ernesto Carrión, a sueldo del ayuntamientosocialista, el que cuidó de hacer el corte del sermón en que el mosén se refería a la homosexualidad, y pasárselo a los medios para montar el escándalo. Del tema del nacionalismo se les pudo escapar; pero de ésta, no se les escapaba. Y en efecto, liaron a la Generalidad a instar a los jueces para que lo juzgaran por instigación al odio. Tenemos ya pues liado al poder político en controlar lo último que le quedaba por controlar: Los sermones de los curas.  
    No fue pues la cuestión nacionalista la que desató la tempestad, porque en las agendas políticas ésa es una cuestión secundaria. Fue la ideología de género en la que todos los políticos intentan ser los primeros de la clase. Y más los nacionalistas, claro. Si no se hacen querer por nacionalistas, se han propuesto que el mundo les quiera por ser los más fervientes idealistas de la ideología universal. Y he aquí que mosén Custodio, que no les había dado motivos para cargar definitivamente contra él por el tema nacionalista, va y se atreve a proclamar en público la doctrina de la Iglesia contra la homosexualidad, rompiendo el pacto tácito (¡y no tan tácito!) de silencio.
    Y eso sí que no. Ataques a la nueva ideología de género, ni uno; porque ahí están todos los políticos de todas las tendencias vigilando que la reacción sea todo lo contundente que merece la gravedad de la agresión verbal. Y la Generalidad hizo lo que se esperaba de ella: mandar el asunto a la fiscalía para que instase la instrucción de diligencias sobre el particular.
    De esa línea de actuaciones resultaba un enfrentamiento entre la Iglesia y el Estado por el conflicto más grave que existe entre estas dos instituciones. Un conflicto del que huye la Iglesia por más que la provoque el Estado; conflicto que la Iglesia no está dispuesta a afrontar de cara y por el que no da la cara, tan desfigurada por sus escándalos justo en ese tema.
    ¿El resultado? Carambola. La Generalidad (Área para la igualdad de trato y no discriminación de personas LGTB, de la Dirección General de Igualdad, del Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia de la Generalidad de Cataluña) archiva el expediente administrativo con esta nota: Una vez analizadas las palabras del padre Custodio Ballester se constató que no era posible abrir un procedimiento administrativo sancionador porque no incurría en ninguna infracción administrativa regulada en el artículo 34 de la Ley 11/2014, del 10 de octubre, y que su exposición se situaba en el ámbito del ejercicio del derecho de la libertad de expresión, opinión e ideología de esta persona. Por tanto, en fecha 12 de julio el Área para la Igualdad de trato y no discriminación de personas LGBT, procedió a cerrar y archivar este expediente.
    Segundo hecho: el Fiscal del odio… Dicta auto del mismo tenor… por el que reconoce el derecho de la Iglesia a exponer su doctrina sin por ello infringir la legislación sobre igualdad y no discriminación.
    Tercer hecho: la cabeza de mosén Custodio salta por los aires de manera inexplicable, es decir sin la menor relación con los dos hechos anteriores.
    Pero hay un aspecto de la decapitación del párroco que pone los tres hechos en íntima conexión, y es la exorbitada reacción del cardenal y la desproporcionadísima “pena” que le impuso al mosén un hombre tan bondadoso y de instinto tan humano, como es Omella.
    Esa reacción no tenía nada que ver con lo que hizo y lo que dijo Custodio, sino con las brutales presiones a que fue sometido el cardenal, a raíz del montaje mediático a cargo de los enemigos políticos (Ayuntamiento de Hospitalet) del sacerdote. Porque la cosa no quedó en montaje mediático, sino que además “se personó” la Generalidad en el asunto, abriéndole expediente administrativo al mosén (¡es decir a la Iglesia!), e intervino la justicia a través de la Fiscalía del odio, siendo su resolución favorable a la Iglesia, es decir a Custodio.
    Parece lo coherente que si tanto la Generalidad como la justicia dictaminaron a favor del señor cura, la Iglesia hubiese tenido que felicitarle por esa gran victoria moral; porque la Iglesia no puede andar podando y silenciando su mensaje a conveniencia del mundo. Pues no, el cardenal no sólo no le felicitó ni le condecoró, sino que le castigó con una crueldad nunca antes vista en la Iglesia. Con una particularidad más, y es que la última persona de la que podíamos esperar una conducta así, porque tiene un natural inclinado a la bondad (sólo opacada por su vanidad), justo esa persona, el cardenal Omella, incurrió en esa conducta extrema tan inexplicable.
    Por consiguiente, si vemos que ocurren cosas inexplicables, tendremos que pasarnos a otro plano para encontrar explicaciones. Una conducta así en una persona tan pacífica es indicio bastante evidente de que las presiones que sufrió, fueron feroces. Y aquí viene la gran pregunta, a la que prefiero no responder: ¿Las presiones vinieron sólo del bando político o también de la Iglesia? ¿Y sólo de la Iglesia catalana? Parece evidente que pasaron cosas muy gordas, y que al final hubo un apaño debajo de la mesa: “Eminencia, lo matamos todo, a condición de que Su Eminencia se cargue a ese cura”. Punto final.   
    La política es así de desvergonzada: lo estamos viendo tanto en la derecha como en la izquierda como en el nacionalismo. Desvergüenza total. Y no sólo de los curas, frailes y monjas sueltos, sino también de sus superiores. De los obispos en el caso del clero secular.

    Pero están a lo que están: a lo suyo, que es lo suyo. ¿Acaso no nos hemos acostumbrado a que Rajoy no tenga ninguna responsabilidad en la corrupción del PP, Pedro Sánchez en la del PSOE, Pujol, ¿Mas o Puigdemont en la de CIU y así todos los demás? Si los políticos no son responsables de las tropelías de su partido ¿cómo van a ser los obispos (de innegable vocación y praxis política) responsables de las aberraciones que cometan los sacerdotes en sus diócesis? Eso no les incumbe. Lo suyo es liderar el procés, ofrecerse como mediadores, acariciar impúdicamente las manos de los políticos (Valderas dixit). Ellos están para eso. Además, tienen buen olfato: ven que el gobierno español (hipotético rival del independentismo) está negociando con los indepes  y les está financiando con una generosidad inaudita. Saben muy bien por quién apuestan. Cuando se gire el viento ya cambiarán de apuesta. Pero van al día: están donde ha de estar un político.

    De ahí que sea una ingenuidad afearle al cardenal Omeya su rigor patológico en la persecución de mosén Custodio, cuyo mayor delito es no ser de la cuerda por la que ha optado el episcopado catalán en peso, también en lo que se refiere al lobby gay. ¿A quién se le ocurre semejante desatino? Bien se le está al padre Custodio por no estar donde tácitamente (aunque con signos inequívocos) le manda su obispo que esté. Se necesita ser terco para no darse por enterado viendo tanta foto y tanto aquelarre de tanto cura metido en el procés hasta las cachas. Y no es que éstos no sean castigados por sus obispos: es que son premiados y promocionados para que sirvan de ejemplo al resto del clero. El que no está con el ganador, ya sabe lo que le pasa. Custodio no es la cruz de Omella. Es su corona, es su triunfo, es el mayor signo de su poder (yo diría que el único porque, aunque lo tenga, no lo ejerce). Le basta con mostrar su trofeo, como hacían los generales romanos volviendo de sus conquistas.
    El Cojo de Calanda

    A vueltas con la laicidad y el laicismo

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    Carta Dominical del obispo José Ángel Saiz Meneses
    La llegada del verano comporta, entre otras cosas, en muchas poblaciones de la geografía diocesana la celebración de sus fiestas patronales. Unas fiestas que ofrecen posibilidades de relación no sólo entre las personas sino también entre las diferentes instituciones; así pasa entre la Iglesia y las administraciones, ya que en el origen de dichas fiestas acostumbra a encontrarse habitualmente un motivo religioso. Esto me lleva a reflexionar en esta carta sobre la sana laicidad y el laicismo.

    El papa emérito Benedicto XVI, cuando se dirigió en el año 2006 a los juristas católicos, introducía una distinción que me parece muy oportuna. Recordando los principios del Concilio Vaticano II sobre la legítima autonomía de las realidades temporales, afirmaba que la sana laicidad por parte de la Iglesia comporta el reconocimiento de que las realidades de este mundo gozan de una autonomía efectiva y que consecuentemente a la Iglesia no le toca inmiscuirse para indicar cuál es el ordenamiento político o social de una comunidad. Eso sería una injerencia. Su misión es en este sentido de orden moral.

    A su vez, la sana laicidad por parte del Estado implica no considerar la religión como un sentimiento únicamente individual, confinado al ámbito privado. La religión  Compete a cada persona, que tiene una dimensión privada y una dimensión pública; además, la religión se organiza en estructuras visibles que están  presentes en medio de la sociedad; en consecuencia, el Estado tiene que garantizar el libre ejercicio de las actividades de cada religión ya sean de culto, educativas o caritativas.

    El Papa emérito advertía que cuando tiene lugar una manifiesta oposición a la presencia pública y cultural de la religión, de los símbolos religiosos, etc., pretendiendo recluir la actuación de la religión al ámbito exclusivamente privado, entonces ya no se trata de una sana laicidad, sino de un laicismo hostil. De alguna manera esta concepción se convierte en una ideología que pretende excluir el hecho religioso de los ámbitos de la sociedad y generar una sociedad en la que la dimensión religiosa o trascendente esté ausente en la vida de las personas, por tanto coartando uno de los derechos del ser humano, es decir, la libertad religiosa.

    Más recientemente, el papa Francisco recordó ante los dirigentes brasileños en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud del año 2013, que “la convivencia pacífica entre las diferentes religiones se ve beneficiada por la laicidad del Estado, que, sin asumir como propia ninguna posición confesional, respeta y valora la presencia del factor religioso en la sociedad”.

    Esta presencia y valoración del hecho religioso en medio de la sociedad a la que alude el papa Francisco es la consecuencia de esa sana laicidad que tiene que estar en el fundamento de las relaciones entre la Iglesia y las administraciones. Fruto de este reconocimiento mutuo se pueden seguir tendiendo puentes de colaboración y ayuda en amplios ámbitos de la sociedad, de respeto por las opciones religiosas y también de valoración de la aportación del hecho religioso en la construcción de la sociedad desde sus mismos fundamentos.

    Desde esta sana laicidad deseo que las celebraciones de la fiesta mayor en nuestros pueblos y ciudades sean un verdadero encuentro entre personas y entre instituciones, en sana convivencia y respecto, en fructífera colaboración, en conocimiento y reconocimiento beneficioso para todas las partes, y en especial, para el pueblo al que todos estamos llamados a servir.

    Mons. José Ángel Saiz Meneses
    Obispo de Terrassa

    *Carta dominical del 1 de julio de 2018, publicada en la web del obispado de Terrassa y en la Hoja Dominical

    La Glosa Dominical de Gérminans

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    https://2.bp.blogspot.com/-2WAHnzY-zCY/VZZZxMLIBeI/AAAAAAAAHlk/0Ji4_M5Egpk/s1600/Nemo.jpg

    EL PRIMER FRACASO DE JESÚS
    Es entre los de su familia y los de su propio pueblo que Jesús vive su primer fracaso. San Juan sugiere que ese rincón perdido entre las montañas de Galilea era despreciado y Natanael se admira al saber de dónde ha de venir el Mesías: “De Nazaret” ¿Puede salir algo bueno de allí? Los arqueólogos sostienen que se trataba de una población con no más de una veintena de casas.
    Este fracaso, a los ojos de San Marcos, no hace sino confirmar la misión del Mesías, pues los más grandes profetas del Pueblo de Dios, como Moisés, Jeremías y Zacarías, también sufrieron la oposición de sus más cercanos y allegados.
    https://lh5.googleusercontent.com/xv5titUsdTciduGAjfseBjSddnVs3bLUSInpPfcx2eOfBmz9GE5tI5IHVf49ITHyJxGQvWGjIyZfuoaaDzXxMaRrK7uNdd3lJ8p4jcmsysHU0D-RX8q7JnQXM6bCz7uLHsqyjV6TFi0ERXX0
    Durante los cinco primeros capítulos de este evangelio, la misión se anuncia fulgurante: Jesús ha reunido los discípulos y numerosas multitudes le seguían. Sin ir más lejos, el domingo pasado, al borde del lago, Jesús ha resucitado a la hija de Jairo el jefe de la sinagoga. Después ha entrado en el pueblo, engrandecida su figura por el suceso milagroso. Pero en lugar de acogerle con gozo y alegría, los suyos se ofuscan y le rechazan. San Marcos escribe que estaban escandalizados (o profundamente impactados) por su causa. El verbo “skandalizo” es el utilizado para referirse a una sacudida que hace temblar una estructura, una persona o una casa para derribarla.
    Todos están inclinados, un día u otro, a pedir milagros como condición precedente a la fe. Mostrar un milagro para creer en el Mesías. En cambio el evangelio presenta la fe como condición necesaria para el milagro: es un don gratuito que representa y confirma la liberación en aquellos que han creído.
    C:\Users\FRANSESC\Desktop\mqdefault.jpgDe esta manera, Jesús libera a quien ha tocado su manto: “Hija, tu fe te ha salvado, vete en paz y seas sanada de tu mal”. De la misma manera, cura a un enfermo llevado por la fe de la comunidad. Pero rechaza todo signo a los fariseos incrédulos y sólo obra milagros allí donde detecta fe, siendo el milagro el signo y la confirmación de su misión liberadora
    El rechazo de la fe se hace más evidente en la segunda fase del ministerio de Jesús. Cuando Jesús en persona enseña en su propio medio rural y no convence a todos. Es el drama psicológico del Señor, que como nosotros experimentó el aparente fracaso humano ante el anuncio del evangelio. 

    Mn. Francesc M. Espinar Comas
    Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet

    Una cadena con eslabones sin cerrar

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    Con esta frase que encabeza el artículo y de esta manera tan acertada y plásticamente reveladora, el recién nombrado pro-Vicario General de la Archidiócesis Mn. Joan Galtés, calificó la situación de los nombramientos parroquiales para el nuevo curso pastoral: una cadena con eslabones sin cerrar. Y añadamos: donde todo es posible. Y susceptible de evolucionar hacia lo críptico y misterioso, y por supuesto empeorar.
    Empecemos por arriba. Por Upper-Diagonal. En primer lugar se comenta la posible jubilación de Mn. Sauró como párroco de la codiciadísima parroquia de la Bonanova (¡ésta sí que tiene novios!) tras haber comentado a su secretaria parroquial que en el caso de que él se jubilase continuara un año más hasta que el nuevo párroco fuese tomando contacto con la realidad para poder ayudarle en el aterrizaje. A esta joya de la corona de todos los ambiciosos y codiciosos de la vida ociosa y regalada, añadir inesperadamente la parroquia de la Virgen de la Paz también en Sarrià-St. Gervasi, y pues con muchos novios también, tras la inesperada muerte de su párroco Mn. Claret. No se alteren los numerosos buitres que revolotean relamiéndose alrededor de ella. Será para uno de los queridos de los queridos, que aquí todo sigue igual o peor.  También, y tras el nombramiento de Mn. Felip Juli como Rector del Seminario, la de Santa Eulalia de Vilapicina, que aunque pertenece a una zona de clase trabajadora, por su privilegiada situación geográfico-urbanística (en Pza. Virrey Amat) es una de las de más culto del Distrito, si no de Barcelona entera.  El párroco que vaya, tendrá suerte con el simpático y muy trabajador Mn. Carlos Barba, el coadjutor, al que podrá confiar múltiples tareas sin problema.
    C:\Users\Francesc\Desktop\untitledsordomuds.png
    Mn. Pagès, párroco de la Medalla Milagrosa
    Tras muchos dimes y diretes, permanece en la Medalla Milagrosa Mn. Pagès, archimandrita de la zona, pues de facto tiene confiados todos los sacerdotes del sector que orbitan en torno al Opus. Algunos viven incluso con él. Desconocemos si se queda por decisión propia o por desinterés episcopal. Si es por propia elección, la consideramos acertadísima. ¿Dónde iba a estar mejor y dando mejor provecho el cura de los sordomudos que en la Nova Esquerra de l´Eixample?
    Y ahora las noticias cómico-caricaturescas de algunos otros cambios, esta vez sin nombres para no comprometer al personal.
    C:\Users\Francesc\Desktop\549.jpgCoadjutores que abandonan la parroquia tras muchos años de trabajo pastoral, con sus labios sellados con lacre negándose por ahora a comunicar su nuevo destino.
    Sacerdotes apenas llegados hace un año a sus parroquias que ya ponen su cargo parroquial a disposición del Cardenal, que no da crédito a lo que ve y oye. ¿Qué se pensaba, que aquí atábamos los perros con longanizas?
    Párrocos que niegan que estén preparando su traslado pero que llevan días haciendo cajas y rellenando maletas, y sobre todo limpiando, aseando y no sabemos si pintando, la casa parroquial tras muchos años de incuria.
    ¿Ver para creer? ¡No! ¡Vivir para ver y reír! ¡Qué divertidos que son algunos curas! ¡Y cómo se les ve la patita enharinada bajo la puerta como en el cuento del “Lobo y las siete cabritillas” de los hermanos Grimm!

    Y ahora las Crónicas Marcianas. Y tristemente desoladoras, pues revelan la naturaleza de la realidad eclesial barcelonesa tras el envío del Fabulador Dicharachero, el Coloso de Cretas. Éste, después de prometer y jurar hasta la saciedad que todos los nombramientos diocesanos los ejecutaría tras un profundo conocimiento de los cargos y las personas, de los términos a quo y ad quem, llega a una Delegación diocesana donde se encuentra ausente el Delegado, pero no su secretario. Éste le pregunta el nombre del sucesor en la Delegación; y el baturro en cuestión no sabe decir nada de él, ni siquiera su nombre. Y no es que no lo quisiera decir, pues el nombramiento estaba hecho, firmado y publicado, ¡es que no lo sabía! ¡Real, chicos, real!
    El paje-secretario Mn. Labori, inspirador de muchos nombramientos
    Que don Juanjo se ahorre esfuerzos en disimular: no va a ser creíble, puesto que sabemos cómo se cuece todo aquí desde hace décadas. Con pelos y señales. For example: algunos cándidos podrían pensar que el nombramiento de Mn. Andreu Oller como Vicario Episcopal no de la antigua demarcación de Badalona-Santa Coloma sino también de la de La Cisa-Mataró reagrupadas ahora en una única zona, se debería a la acción directa de Mn. Salvador Bacardit.
    C:\Users\Francesc\Desktop\oller.png
    Mn.Oller, super Vicario Episcopal
    ¡Pues no, se equivocarían de lleno! Y es que aunque sin duda alguna Bacardit haya apoyado y secundado esta opción, el direct influencer de este nombramiento es Mn. Marc Labori, el paje-secretario personal de Omella, miembro de esa llamada Comunidad Episcopal, que  se reúne todos los miércoles con su amiguísimo Mn. Oller y con la otra pata del banco, Mn. Jaume Aymar, el poderosísimo párroco de Santa María de Badalona y presidente de la multimillonaria Fundación Roca i Pi, a comer en la parroquia de San José de Badalona. ¡Menudos repasos extra-escolares intensivos deben hacer a diestro y siniestro!  Y que quede claro quién va a seguir mandando en Badalona. Pero lo más divertido del caso es que a menudo les acompaña el Coloso de Cretas, no el torero Villalta, sino el Fabulador Dicharachero. ¡Tanto para tan poco!
    Así con estas crónicas, más terrenas que celestiales, el Directorio de Mayo Floreal se despide de todos ustedes dedicando a los personajes que ostentarán los nuevos cargos tras los nombramientos y a todos ustedes, un fragmento de  la canción de Joan Manuel Serrat titulada “El Carrusel del Furo”.
    “Cuando la llama de la fe se apague, y los doctores
    no hallen la causa de su mal, señoras y señores,
    sigan la senda de los niños y el perfume a churros
    que en una nube de algodón dulce le espera el Furo”


    El Directorio de Mayo Floreal
    de Germinans Germinabit

    Adiós, Norbert, adiós

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    Mientras en Barcelona esperamos la provisión de nuevos nombramientos de párrocos (¡cómo le cuesta parir a nuestro cardenal!), en otras diócesis se han venido anunciando con la suficiente antelación para tener preparado el nuevo curso, antes de que empiece el éxodo vacacional. Particularmente significativa ha sido la remoción que se ha llevado a cabo en la archidiócesis de Tarragona, donde han designado  la friolera de 19 nuevos rectores. Parece que, a menos de un año de presentar su renuncia por edad, al arzobispo Pujol le han entrado las prisas que jamás tuvo a lo largo de su pontificado. Pero la noticia más importante no se hallaba en los 19 nuevos párrocos, sino en la sustitución del rector del seminario tarraconense y, a la sazón, rector del seminario interdiocesano de Cataluña, Mn. Norbert Miracle Figuerola.

    El nuevo rector del Seminario Interdiocesano será Mn. Javier Vilanova Pellisa, de la diócesis de Tortosa y el seminario tarraconense será dirigido por Mn. Jaume Gené Nolla, que, a su vez, será director espiritual del mentado Interdiocesano, que agrupa las diócesis de Tarragona, Gerona, Lérida, Solsona, Tortosa, Urgel y Vic. El sacerdote de Urgel, Mn. Gabriel Casanovas Vila ha sido designado como su vice-rector.

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    Mn. Javier Vilanova Pellisa
    Pocos esperaban la salida de Miracle. Sacerdote aupado por Sistach, en sus tiempos de primado tarraconense, designado por Pujol como rector, mantenido durante los últimos 13 años, especialmente gracias a la influencia de Vives, parecía promocionado a más altas responsabilidades, siendo habitual en las últimas ternas de candidatos a prelados catalanes e incluso de las Baleares. Sin embargo, a pesar de compatibilizar dicho cargo con el de secretario de la Conferencia Episcopal Tarraconense, jamás llegaron a cuajar sus ambiciones mitrales. Ahora no solo se ha visto despojado de su importante responsabilidad, sino que ha sido desplazado de Tarragona a la demarcación de El Vendrell, importante parroquia, pero muy alejada del centro neurálgico de la diócesis. Parece como si Pujol tuviese unas ganas enormes de quitárselo de en medio, antes de finalizar su mandato.

    No ha sido Miracle un sacerdote que haya despertado muchas simpatías, ni entre su clero ni entre los seminaristas. Calificado de despótico y soberbio, últimamente sólo tenía el apoyo del todopoderoso Vives, que sigue siendo el presidente de la Comisión de Seminarios de la CEE. No es que Miracle sea un progresista redomado, ni muchísimo menos, pero sí un nacionalista fetén, obsesionado por preservar el Seminario de la tentación de las vocaciones extranjeras. Con toda probabilidad sus devaneos políticos han influido a la hora de cortar las alas de una carrera que se intuía prometedora.
    El nuevo vice-rector, Mn Gabriel Casanovas Vila
    El nuevo rector, Mn. Javier Vilanova Pellisa, proviene de la diócesis de Tortosa, de la que es rector de su Seminario y Delegado diocesano de Catequesis y Pastoral Vocacional. Nacido en La Fatarella en 1973, sacerdote desde 1998 y hombre muy próximo en su carrera al actual obispo de Vic, Mons. Romà Casanova. Desde hacía dos años era director espiritual del Interdiocesano. No se le conoce ninguna veleidad política y ha mantenido sus parroquias de Alfara de Carles y Roquetas lejos del sarampión independentista que afecta a numerosas parroquias de pueblo en Cataluña. Nos hablan de él como de un sacerdote muy místico y particularmente devoto, fiel al estilo de su maestro, el obispo vicense. Su promoción también revela el poder emergente del obispo dertosense, Mons. Enrique Benavent, muy bien situado en la línea de sucesión de Tarragona, si algunos problemas cardíacos que ha sufrido no le impiden mantener una óptima salud.

    Sin embargo, el nuevo organigrama del Interdiocesano conlleva un par de hándicaps. En la tradición de la Iglesia siempre se ha separado el gobierno del fuero interno. Nombrar rector a quien hasta el momento era director espiritual, con el conocimiento que posee de cuestiones íntimas de la mayoría de seminaristas parece realmente desaconsejable. El otro hándicap se halla en la designación del vice-rector, donde vuelve aparecer la longa manus de Vives, al nombrar a un presbítero ordenado por él hace tan solo dos años, al que todo el mundo en La Seu califica como “la nineta dels ulls” del obispo. Ciertamente, la defenestración de Miracle y el ascenso del tortosino pillaron con el pie cambiado al co-príncipe, al cual se le permitió meter baza con un nombramiento de su cuerda, sin otro afán que compensarle el desaire.

    Y mientras tanto en Barcelona seguimos esperando… Al menos, también hemos dicho adiós a Turull. Parece que los seminarios van a librarse, cuanto menos, de intromisiones independentistas.

    Oriolt
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