Se reafirmó en que los bienes del Museo de Lérida tienen que volver a los pueblos propietarios de Aragón
Estos días hemos tenido noticia de las declaraciones que nuestro arzobispo Don Juan José hizo a la COPE en referencia la última sentencia judicial que ordena devolver los bienes artísticos que se encuentran en el Museo de Lérida a sus propietarios originarios. Una sentencia que sentó como un verdadero jarro de agua fría a los representantes de la Generalitat y al mismo obispo Salvador Giménez-Valls que aparecieron ante la prensa con cara avinagrada para manifestar su disconformidad con la sentencia.
A algunos puede sorprenderles el hecho de que Omella, que está cuidando mucho sus relaciones con la Generalitat y otros poderes públicos catalanes, para no ganarse enemigos políticos, haga una declaraciones tan contundentes y tan políticamente incorrectas en Cataluña, donde ya sabe que los ladrones son siempre los otros, y donde todos los medios de comunicación afectos al nacionalismo hace años que van repitiendo por activa y por pasiva que esos bienes son catalanes y que no se moverán de aquí.
A mi personalmente no me sorprenden estas declaraciones, no por lo que dice en sí, sino porque Don Juan José es maño por todos los lados, ya pueden hablar algunos de "la Franja" como una zona catalana que no pertenece políticamente a Cataluña, pero la realidad es que el arzobispo nacido en Cretas se siente aragonés por todos los costados, y no es sólo una cuestión de sentimiento sino también de carácter, con todo lo que eso tiene de bueno y de malo.
Porque Omella como buen maño no cambia de opinión y si dijo en el pasado cuando era obispo de Barbastro-Monzón, y el tema le afectaba directamente a él y a sus fieles de entonces, que esos bienes tenían que volver a Aragón, no se amilanó cuando llegó a Cataluña como arzobispo de Barcelona, y a preguntas de los periodistas catalanes dijo exactamente lo que había dicho cuando era prelado aragonés, y ahora que el tema está de máxima actualidad, cuando le pregunta la COPE sobre el asunto vuelve a reiterarse en lo mismo.
Y no sólo eso, sino que manda un aviso a navegantes catalanes, tan amantes de no cumplir con las leyes y con las sentencias judiciales, empezando por el propio President de la Generalitat y sus antecesores. Afirma que "las sentencias son para cumplirlas, guste o no". Algo que no deja de ser de sentido común, pero aquí en Cataluña, hay una idea que revolotea por todo el ámbito nacionalista y es que las sentencias que no vienen directamente del gobierno de Cataluña, no hay que cumplirlas.
Es una cualidad ser coherente y constante en lo que uno dice. No como otros que un día dicen blanco y al siguiente negro. Omella tendrá muchos defectos, pero le honra el ser fiel a sus opiniones y principios aunque en algunos momentos eso le lleve a remar contracorriente. Lo ha demostrado como obispo de Barcelona, una diócesis donde el nacional-progresismo eclesial se había acostumbrado a presionar y condicionar a los obispos para que se echaran para atrás si alguna decisión o nombramiento no les gustaba. Con el arzobispo maño lo tienen claro, no se echará para atrás y se apuntará la matrícula de los que han intentado presionarle para que lo haga.
El problema es que si un día toma una decisión objetivamente equivocada o le coge ojeriza a algún sacerdote o realidad eclesial tampoco le van a cambiar de opinión, por mucho que le insistan en que está equivocado o que tiene que escuchar otras versiones. Él erre que erre, que para eso es maño.
Francesco Della Rovere
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El cardenal Omella cantando Jotas junto a sus paisanos de Cretas |
A algunos puede sorprenderles el hecho de que Omella, que está cuidando mucho sus relaciones con la Generalitat y otros poderes públicos catalanes, para no ganarse enemigos políticos, haga una declaraciones tan contundentes y tan políticamente incorrectas en Cataluña, donde ya sabe que los ladrones son siempre los otros, y donde todos los medios de comunicación afectos al nacionalismo hace años que van repitiendo por activa y por pasiva que esos bienes son catalanes y que no se moverán de aquí.
A mi personalmente no me sorprenden estas declaraciones, no por lo que dice en sí, sino porque Don Juan José es maño por todos los lados, ya pueden hablar algunos de "la Franja" como una zona catalana que no pertenece políticamente a Cataluña, pero la realidad es que el arzobispo nacido en Cretas se siente aragonés por todos los costados, y no es sólo una cuestión de sentimiento sino también de carácter, con todo lo que eso tiene de bueno y de malo.
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Las caras del obispo y el Director del Museo, un poema |
Y no sólo eso, sino que manda un aviso a navegantes catalanes, tan amantes de no cumplir con las leyes y con las sentencias judiciales, empezando por el propio President de la Generalitat y sus antecesores. Afirma que "las sentencias son para cumplirlas, guste o no". Algo que no deja de ser de sentido común, pero aquí en Cataluña, hay una idea que revolotea por todo el ámbito nacionalista y es que las sentencias que no vienen directamente del gobierno de Cataluña, no hay que cumplirlas.
Es una cualidad ser coherente y constante en lo que uno dice. No como otros que un día dicen blanco y al siguiente negro. Omella tendrá muchos defectos, pero le honra el ser fiel a sus opiniones y principios aunque en algunos momentos eso le lleve a remar contracorriente. Lo ha demostrado como obispo de Barcelona, una diócesis donde el nacional-progresismo eclesial se había acostumbrado a presionar y condicionar a los obispos para que se echaran para atrás si alguna decisión o nombramiento no les gustaba. Con el arzobispo maño lo tienen claro, no se echará para atrás y se apuntará la matrícula de los que han intentado presionarle para que lo haga.
El problema es que si un día toma una decisión objetivamente equivocada o le coge ojeriza a algún sacerdote o realidad eclesial tampoco le van a cambiar de opinión, por mucho que le insistan en que está equivocado o que tiene que escuchar otras versiones. Él erre que erre, que para eso es maño.
Francesco Della Rovere