Me llamo Oriol Trillas, casado, padre de dos hijos, abogado en ejercicio desde hace 28 años. Lamento defraudar las rocambolescas teorías pergeñadas por parte del nacional-progresismo eclesial que situaban detrás de mi seudónimo a prestigiosos sacerdotes de esta diócesis. Mira que lo tenían fácil. Oriolt: mi nombre de pila y la primera inicial de mi apellido. Incluso lo tenían más fácil: si hubiesen rastreado la red, habrían hallado mi nombre y apellidos, junto con mi seudónimo (siempre fue el mismo), en el antiguo Foro JAI. Pero ya se sabe que nuestros progres no destacan por su pericia, sino más bien por su indolencia y la afición a las historias conspiranoicas. Detrás nuestro estaba el obispo de Terrassa, cuando no el cardenal Rouco. ¡E ingenuos de nosotros, sin recibir ni una triste prebenda!
Cuando me invitaron a participar en la aventura Germinans, no quise adoptar ningún seudónimo latino, sino continuar con el que había usado de Oriolt. Me fijé como norma no escribir nada que no pudiera escribir con mi nombre verdadero. A su vez, pensé que la aventura iba a ser breve y pronto saldríamos con nuestro nombre y apellidos. ¡Qué equivocado estaba! A los cuatro meses de nuestra irrupción, ya se hacía circular por las parroquias de Barcelona una carta mccarthystaen la que se acusaba a once sacerdotes barceloneses de formar parte de nuestro grupo. Tan solo un año después aparece en la Vilaweb de Vicenç Partal, un llamado “Informe Germinans” en el que pone nombres y apellidos a cada uno de nuestros seudónimos. Después vino la creación de la contra-página “El Integrismo es pecado”y la de “Qui és Germinans”. Se ha demostrado que no acertaron ni una. Todas ellas perecieron y Germinans siguió su singladura.
Únanse a ello las investigaciones por medio de detectives, las amenazas a sacerdotes, el juicio por el que nos pedían penas de cárcel y el cierre del portal o el intento de despido de Pablo Ginés de La Razón, por acusarle de colaborar con esta página. ¡Con estos antecedentes, cómo iba a escribir sin seudónimo!
Han pasado casi nueve años y no han podido callarnos, a pesar de habernos atacado por tierra, mar y aire. Creo que, al final, se nos acepta como parte de esta diócesis. Respetada como medio de información y detestada, todavía, como corriente de pensamiento. Por eso salgo ahora a la palestra. ¡Porque nadie me lo pide! ¡Simplemente, porque quiero! Bueno, lo pide Mn. Moretó, pero este buen hombre llega tarde. Sigue con la página web de su parroquiadedicada en exclusiva a Germinans y si por él fuese ni Frederic Soler podría haber firmado como Pitarra ni Mariano Jose de Larra como Figaro. Por cierto, él que nos acusa de tener tiempo de sobras, debo decirle que atiendo mi despacho, preparo mis juicios y redacto informes, sin que escribir en Germinans suponga la mayor merma en mi trabajo profesional. Él que dice que no le queda tiempo para contestar mails y whatsapps. Realmente, la indolencia del nacional-progresismo eclesial se revela en la pereza de Moretó.
Nunca he tenido que ocultarme de nada y seguiré escribiendo con el seudónimo de Oriolt. Los curiosos ya saben ahora que sencillo era averiguar mi verdadero nombre. En 9 años no lo han conseguido. He tenido que salir a contarlo. Muy espabilados no han demostrado ser.
Oriolt
Cuando me invitaron a participar en la aventura Germinans, no quise adoptar ningún seudónimo latino, sino continuar con el que había usado de Oriolt. Me fijé como norma no escribir nada que no pudiera escribir con mi nombre verdadero. A su vez, pensé que la aventura iba a ser breve y pronto saldríamos con nuestro nombre y apellidos. ¡Qué equivocado estaba! A los cuatro meses de nuestra irrupción, ya se hacía circular por las parroquias de Barcelona una carta mccarthystaen la que se acusaba a once sacerdotes barceloneses de formar parte de nuestro grupo. Tan solo un año después aparece en la Vilaweb de Vicenç Partal, un llamado “Informe Germinans” en el que pone nombres y apellidos a cada uno de nuestros seudónimos. Después vino la creación de la contra-página “El Integrismo es pecado”y la de “Qui és Germinans”. Se ha demostrado que no acertaron ni una. Todas ellas perecieron y Germinans siguió su singladura.
La carta mccarthysta anti-Germinans |
Han pasado casi nueve años y no han podido callarnos, a pesar de habernos atacado por tierra, mar y aire. Creo que, al final, se nos acepta como parte de esta diócesis. Respetada como medio de información y detestada, todavía, como corriente de pensamiento. Por eso salgo ahora a la palestra. ¡Porque nadie me lo pide! ¡Simplemente, porque quiero! Bueno, lo pide Mn. Moretó, pero este buen hombre llega tarde. Sigue con la página web de su parroquiadedicada en exclusiva a Germinans y si por él fuese ni Frederic Soler podría haber firmado como Pitarra ni Mariano Jose de Larra como Figaro. Por cierto, él que nos acusa de tener tiempo de sobras, debo decirle que atiendo mi despacho, preparo mis juicios y redacto informes, sin que escribir en Germinans suponga la mayor merma en mi trabajo profesional. Él que dice que no le queda tiempo para contestar mails y whatsapps. Realmente, la indolencia del nacional-progresismo eclesial se revela en la pereza de Moretó.
Nunca he tenido que ocultarme de nada y seguiré escribiendo con el seudónimo de Oriolt. Los curiosos ya saben ahora que sencillo era averiguar mi verdadero nombre. En 9 años no lo han conseguido. He tenido que salir a contarlo. Muy espabilados no han demostrado ser.
Oriolt