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La Glosa Dominical de Gérminans

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Reflexión a modo de notas hacia dónde nos orienta la liturgia dominical
¡SE MARCHARON!  Y AHORA AGÁRRALOS SI PUEDES…
Aún recuerdo un anuncio televisivo en la RAI de finales de los años 80, cuando estaba estudiando en Roma: un fontanero entra en una habitación y ve un agujero del que sale agua. Coloca un grifo para taponarlo. Entre tanto se abre otro. Y coloca otro grifo. Pero una grieta se abre en el suelo. Tapada. Después otro en la pared, en el techo, en la esquina. Y ves a ese fontanero empapado de agua que corre, tapa agujeros pero no da abasto.
¿Y que tendrá que ver esto? Míralos. Parten de Antioquía: los toman por locos. Pasan por Antalia, Perge, Antioquía de Pisidia, Frigia, Iconio: latigazos, palizas, piel ensangrentada. No se rinden: sandalias en los pies y a la conquista de Listra, caminando por tierras de Derbe. Sobrepasan los confines de Galacia, entran en Triade, reúnen multitud en Samotracia, hablan de Cristo en Neápolis. Insultos y escupitajos, algún tímido aplauso; pero éxito cero. No se rinden: llegan a Filipos y Anfípolis, desembarcan en Tesalónica, Corinto y Atenas. Prometido: otra vez les escucharán, hoy no. Céncreas, Samos, Mileto, Patos, Clivia y Rodas. Son la ruina de los sumos sacerdotes, la pesadilla de las plazas, la angustia de los gobernadores. Allí donde van, crean confusión hablando del Hombre de Nazaret. Y tú te preguntas: ¿qué ha sucedido? Simple: se han tropezado con el Hombre. Aún más sencillo. Pedro ha pensado que si él tiene un euro y otro tiene otro euro y se lo intercambian, siguen teniendo un euro. Pero si él tiene una idea y el otro tiene otra idea y se la intercambian, al final se van con dos ideas cada uno.
Un Hombre que los ha amado, buscado, encontrado, seducido y enviado al mundo. Y yo les agradezco la generosidad. Si yo soy cristiano hoy, en cierto modo es gracias a ellos, que a pesar de las amenazas han escogido no obedecer, sino que dejando de lado los miedos han contado una historia prohibida. Se han dejado la piel por Cristo. Y han señalado el inicio de una historia que alguien quería que fuese olvidada. No han pedido el aplauso, la lagrimita emocionada, unos sentimientos edulcorados. Hubiera sido poco: pidieron la conversión. Todos pretenden tu asentimiento. Y después la publicidad, las modas, los gurús que pasan, los vendedores de las últimas novedades. Si quieres tener éxito, has de decir “sí”. Si quieres hacer carrera, si quieres hacerte paso, si deseas una posición privilegiada, si quieres aquella chica, aquel futuro prometedor, debes decir que “sí”. Por suerte, los primeros cristianos eran como trovadores en las esquinas de las plazas, impertérritos; sin calcular el número de espectadores, reprenden su poesía y su canto, siempre nuevo, siempre antiguo. No esperan unas monedas, sólo que transmitas la historia a otros, que la guardes en el fondo del corazón. Y si los desalojan, reclutan a un grupo de niños y retoman la historia, entonan de nuevo el canto. Se sientan en medio de la gente, sienten el sabor y el perfume del pueblo, se emborrachan con una canción. Y esto es espléndido porque es el significado de la vida. Es así: el Señor es capaz de darte la felicidad hasta el punto que sientes la necesidad de trasmitirla a otros. De contarla a todos los que se te acercan por el camino de la vida. Pueden prohibirte el relato que habla del Amor. Pero no podrán destruir la poesía que nace de un Amor.  
¿Acaso no lo veis? Intentamos todo para ser felices. Lo intentamos también nosotros. En realidad es con Jesús con el que soñamos al soñar la felicidad. Nos avergonzamos de decirlo, pero en realidad aquel Hombre nos encanta. Nos embruja la profundidad de aquella mirada, la ternura de sus manos, la belleza de su boca, la hondura de aquella mente. Nos enloquece su ser niño, ese esconderse bajo los ropajes de aquel Caminante curioso hacia Emaús, aquella capacidad de amar sin aprisionar, aquella sonrisa que custodia semillas de esperanza. Nos desconcierta que aquel Hombre sin un móvil, sin ver la última película de moda, sin haber salido nunca en la televisión, enganche a millones de personas. Un Hombre que murió exactamente por aquello por lo que vivió: para enseñarnos a mirar y ver a lo grande.
Fr. Tomás M. Sanguinetti 

Dispuestos a vivir juntos en la brecha

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Infinidad de veces y con diversas imágenes he tratado de explicar, a lo largo de casi nueve años de andadura de Gérminans, cuál es el propósito y los porqués de esta lucha singular que nos hemos propuesto llevar adelante. Hoy quisiera detallar, esta vez bajo la imagen de los soldados que viven en la trinchera y defienden o abren brecha en el frente de combate, los rasgos que creemos necesarios en esas personas que en la Iglesia se ponen al frente para guiar la Iglesia y protegerla, alimentando al pueblo de Dios.
Afirmar que hacen falta hombres que trabajen muy duro, física y espiritualmente,  para restaurar la “Ciudad de Dios”, puede sonar a épico, si no a poético, y quedar reducido a algo teórico y por tanto irreal. Sin embargo estoy convencido de que Dios quiere que edifiquemos una nueva cultura cristiana y presentemos una nueva esperanza; y a otra cosa no me refiero cuando, siguiendo a san Pablo, afirmo la necesidad de “restaurar” todo en Cristo.
Por definición, una brecha representa un lugar donde hay debilidad, vulnerabilidad y peligro. Es un lugar de indefensión causado por la exposición y la limitación; un sitio en el cual la persona se enfrenta a amenazas reales. Que existen brechas en nuestra sociedad, en nuestra Iglesia, en nuestras comunidades parroquiales y religiosas, o en nuestros movimientos o incluso en nuestras familias, es cosa que nos hemos permitido señalar durante este largo periodo de singladura informativa. Son muchos los que nos abominan por ello, otros tantos quizá los que se felicitan por nuestro trabajo y contribución.
Estamos convencidos de que la gloria de Dios habita en cada uno de los hombres y mujeres a los cuales está destinado el mensaje cristiano de salvación. El proyecto de Nueva Evangelización que tan en el corazón tienen los últimos papas, no tiene otro fundamento que éste: salvar almas, llevándolas a Cristo y santificarlas. Como católicos, tanto seglares como sacerdotes, tenemos la obligación de defender y albergar la gloria de Dios que está en el hombre: es por ello que hemos de preservar la integridad del mensaje cristiano y la obediencia al mandato evangélico con fe, esperanza y amor. Si por ello nos llaman integristas, somos integristas. Aunque nosotros no nos tenemos por tales: sólo abogamos por la integridad de la fe.
En nuestro campo de batalla, nuestra querida Cataluña, alrededor de nosotros, el enemigo ataca continuamente al pueblo de Dios; pero hay quienes se hallan demasiado absortos en las dudas, la codicia y el temor para contratacar. Su templo ha sido saqueado, y sus muros se hallan en ruinas. Algunas veces, no son nuestros parientes, amigos o compañeros de trabajo los que se encuentran en ese estado de devastación. A veces somos nosotros mismos.
Dios siempre está buscando alguien que se pare en la brechay responda a su llamada. Para ello es necesario soltar el lastre de la respetabilidad y la comodidad que supone no implicarnos y dejar que otros hagan el trabajo, para seguir siendo hombres de confianza respetados por todo el mundo. Quienes nada quieren comprometer, no son aptos para la tarea de la Nueva Evangelización.
Una de las responsabilidades que recaen sobre nosotros es ser hombres y mujeres de oración, que no se apresuran a tomar conclusiones ni actuar de manera impulsiva. Todos tenemos el corazón quebrado por tantas miserias, empezando por las más hondas en nuestra alma: necesitamos prepararnos antes de actuar. Estamos llamados a llorar, ayunar y orar. Son los medios que nos da el Señor para asegurarnos el éxito. Únicamente con la oración podemos obtener la perspectiva de Dios sobre cada una de las situaciones con las que nos iremos encontrando. Parece una obviedad, pero no lo es. Y cuando digo ayunos, me refiero muy especialmente a ayunar de esa búsqueda de reconocimiento y gratitud a la que estamos demasiado acostumbrados. Esta tarea exige renuncia también de las glorias humanas. Como de la misma manera están aseguradas muchas lágrimas. Llantos de soledad, de impotencia, de incomprensión, de persecución, de calumnias, de aparentes fracasos. Todo eso dadlo por descontado. Es la preparación para la acción a la que somos llamados.
C:\Users\FRANSESC\Desktop\ALS10132.jpgTodo pastor, líder, maestro, sea seglar o consagrado es llamado a actuar.En momentos y lugares concretos, necesitamos superar nuestros temores para hacer lo que Dios nos está llamando a hacer.
Los santos rezaron y su oración la llevaron a un plan. Sabemos que Dios nos proporcionará los recursos necesarios para reconstruir la Iglesia. Ha llegado el momento de la verdad en nuestra Archidiócesis de Barcelona. Podemos sentirnos débiles o temerosos de sucumbir ante la tarea. Pero Jesucristo nos infundirá valentía para esa misión. Y nos obsequiará con una alegría que nadie nos podrá arrebatar. No nos desilusionemos por los resultados quizá magros que podremos cosechar al principio. Corremos muchos riesgos y tenemos derecho a expresar nuestras preocupaciones. Pero el Señor nos dará el salvoconducto para el viaje y para realizar la labor.
La semana pasada afirmaba la convicción de que nuestro Arzobispo, don Juan José, está dispuesto a vivir en la brecha. Él tiene necesidad de identificar los problemas y después trazar un plan para solucionarlos. Creo que está dispuesto a arriesgar su vida. Si fracasa, estamos obligados a seguir adelante: pero hemos de mostrarnos muy cercanos a él.
Estoy personalmente muy contento de que no hable con nadie acerca de su visión de los problemas y de sus planes. Está inspeccionando la diócesis y los restos de lo que queda de ella. Un día nos convocará personalmente a cada uno: hablémosle con sinceridad, digámosle que todo lo bueno que desea hacer no es algo que únicamente él ha soñado. Respondamos positivamente a la invitación de unirnos a su gran tarea. Pongamos las  herramientas y la ropa de trabajo que él nos pida. Acudamos a él para que nos dé instrucciones. Dejémonos persuadir para el bien. Seamos también persuasivos ante él con nuestras convicciones. Eso nos dará la autoridad necesaria para poder ser sus fieles colaboradores.
C:\Users\FRANSESC\Desktop\Agustina.jpg
Ponerse en la brecha trae consigo dificultades y provoca hostilidades. Cuando alguien pone las manos a la obra aparecen los conflictos. Cuando nos enfrentamos a males como los que sufrimos, debemos esperar hostilidad. Gérminans con sus virtudes y errores ha hecho experiencia de todo eso. Estamos curtidos en esa lid. Nos hemos sentido amenazados. Pero nuestra obligación es aferrarnos a Cristo, sufrir el sarcasmo y la humillación, y sobre todo no sucumbir ante la intimidación. Jesucristo nos dará sabiduría y fortaleza para mantenernos firmes contra la tentación de hacer concesiones en cuanto a nuestra ética, en cuanto a la verdad y en cuanto a la visión que Dios nos ha dado.
Es posible que nuestro trabajo cause resentimiento, confusión y división. Desde Gérminans creemos que los conflictos en sí no son problema: el problema lo constituyen los conflictos sin resolver. Cuando las personas son sinceras unas con otras, cuando perdonan y restauran, las relaciones se vuelven más fuertes que antes. Winston Churchill hizo una vez esta observación: “¿Tiene usted enemigos? Eso es bueno. Significa que usted ha tomado una firme posición a favor de algo en algún momento de su vida”.
No sé cuántas veces se desalentarían los santos, pero siguieron  buscando en Dios su esperanza y su fortaleza. No sé cuántas mentiras inventaron en su contra, pero sí sé que ellos confiaron en que Dios protegería su reputación. Las tormentas eran feroces. Dios no los protegió de ellas, pero sí les dio la valentía necesaria para salir triunfantes de todas ellas. Cerraron  los oídos a la murmuración y a la crítica, y les abrió el corazón a Dios y a su llamada para que se pusieran en la brecha y siguieran en ella: no un breve tiempo, sino siempre, hasta el final de sus días. Eso hará de nosotros auténticos creyentes.
C:\Users\FRANSESC\Desktop\images5YA9AB40.jpgMuchos nos han aconsejado en los últimos tiempos que cerremos Gérminans y dejemos que las cosas fluyan a su propio ritmo. Yo les he dicho: “No. Vamos a vivir también en la red. Queremos tener presencia y voz. Estar así en medio de nuestra gente, compartiendo en internet sus esperanzas y temores”. Por supuesto desde aquí no hay tanta seguridad como tras la barrera. Las amenazas jamás han cesado. Durante un corto tiempo temí que hubiéramos tomado una decisión equivocada. Pero entonces, recordé lo importante que es vivir en el vecindario al cual servimos. El pueblo de Dios se enfrenta todos los días a amenazas. ¿Cómo podrán saber que los comprendemos, si no vivimos en su mundo? Mis compañeros de Gérminans y yo queremos vivir, guiar y movernos junto con el pueblo de Dios que Él nos ha encomendado. También en la red.
Hoy nos encontramos ante el peligro de que la Nueva Evangelización sea interpretada como una puesta al día del Evangelio, una modernización de la Iglesia para hacerla más amable a los ojos del mundo, una selección del Evangelio tipo Reader´s Digest que lo haga más digerible y más simpático, una nueva puesta en escena, incorporando esos toques de modernidad espiritual de autoayuda. Y no es eso, sino la vuelta al Evangelio del que tanto nos hemos alejado. He ahí una brecha por la que se nos escapa la energía a chorro. Ahí estaremos, luchando en esta trinchera.
Otra enorme brecha es el ya vergonzante AMDG que con tanta discreción llevamos la gente de Iglesia. No, ya no nos mueve la gloria de Dios, eso ya no se lleva, es cosa arcaica y de integristas: pero lo cierto es que no paran de vaciarse las iglesias orientadas a rendir culto al pueblo de Dios en vez de rendírselo a Dios. La gente de Germinans también en esto somos integristas: nos importa la gloria de Dios.   
Encontremos el valor para identificar los problemas, sumergirnos en ellos y resolverlos. Así seremos personas que nos pararemos y viviremos en la brecha.
Prudentius de Bárcino

¿República laica?

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Joan Tardà, ese diputado extravagante que Esquerra Republicana tiene destacado en Madrid, se descolgaba el sábado en su twitter, después de la celebración religiosa de la fiesta de Sant Jordi en el palacio de la Generalitat, con la siguiente reacción: “No dejaremos de ver a un eclesiástico en el Palau de la Generalitat el día de San Jordi hasta que no se proclame la República laica”. En su bendita ingenuidad, parecía ignorar el diputado que su propio jefe de filas, Oriol Junqueras, se hallaba presente en la misa, ocupando el lugar protocolario que le correspondía como vicepresidente del gobierno en el sitial de honor. Tremenda incongruencia con los postulados laicistas que propugnaba el propio Tardà. No sé si el incongruente es Tardà o el mismo Junqueras, ese problema ya se lo arreglarán entre ellos, al igual que no sé si algún día llegará su anhelada República catalana, lo que sí puedo afirmar es que el día en que llegare esa república seguro que no sería laica.

En Italia he escuchado más de una vez el siguiente aforismo: “La religione niente. ¡La Chiesa è un grande negozio!”. La afirmación viene como anillo al dedo a la Cataluña de nuestros días. Somos uno de los enclaves más secularizados del planeta (“La religione niente”), pero tenemos una vida pública absolutamente clericalizada (“¡La Chiesa è un grande negozio!”). Obispos, abades, monjas, frailes, curas de diversa laya y condición. Todos tenemos más de un ejemplo en nuestras mentes y vemos como se hallan presentes en muchos ámbitos de la vida civil. Una vida civil que en los pueblos se visualiza con esos campanarios con bandera estelada, con la anuencia del párroco.
En este último Sant Jordi se hizo patente ese clericalismo con la presencia de tres obispos en la capilla del Palau de la Generalitat. No uno, el ordinario del lugar, como había sucedido siempre, sino tres. Omella, como arzobispo diocesano; el cardenal Martínez Sistach, como emérito y el auxiliar Taltavull. Tres prelados para contribuir con mayor pompa y circunstancia a una festividad presidida por el gobierno que nos ha de llevar a una república laica. Tan laica que necesita a tres obispos para dar mayor prestancia a la festividad del santo patrón. El año que viene pueden llamar a Godayol, que también reside en esta diócesis. O al pleno de la Tarraconense, y así hacemos la fiesta completa. Y de paso, encrespamos a Tardà. 
Hasta ahora la misa y bendición de rosas de Sant Jordi en el palacio de la plaza San Jaime siempre había contado con la asistencia de un solo obispo. Nunca había comparecido un auxiliar, ni en los tiempos del cardenal Carles, que llegó a contar con cinco. Tampoco Jubany ni Carles, cuando eran eméritos, a pesar de residir en Barcelona, concelebraron con el titular de la diócesis. No sólo en esa festividad, sino en la práctica totalidad de las celebraciones religiosas del año. Máxime cuando el diocesano todavía no era cardenal y surgía el inconveniente protocolario de relegar a un purpurado por detrás de un mero obispo.

Con Sistach ha desaparecido esta costumbre, que, cual todas las costumbres (fuente del derecho), se corresponden con una práctica generalizada y, en el caso que nos ocupa, suele respetarse en casi todo el orbe eclesial. Difícilmente verán al cardenal Rouco celebrar con el obispo Osoro en Madrid o al cardenal Amigo con el obispo Asenjo en Sevilla. Sistach ha decidido no respetar este comportamiento protocolario. Estoy seguro que su presencia cuenta con la plena conformidad del arzobispo Omella, ¡qué va a decir!, pero su aparición en todos los actos, relegado además en un inevitable segundo plano, es fiel muestra de ese talante omnipresente, que tanto hemos conocido y relatado en sus años de pontificado. El cual, como parece, se resiste a abandonar.

No me dirán, en definitiva, que este Sant Jordi de 2016 no ha representado más que el penúltimo ejemplo del despropósito e inconsecuencia que se ha apoderado de Cataluña. Tres obispos en la Generalitat. El gobierno de la futura república laica asistiendo a misa y uno de los diputados de uno de los partidos de gobierno renegando de la celebración. Como dicen por aquí: “N’hi ha per llogar-hi cadires”!


Oriolt

27 d'abril: Festa de la Mare de Déu de Montserrat

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Rosa d'abril, morena de la serra,
de Montserrat estel:


il·lumineu la catalana terra,
guieu-nos cap al cel.

 

Escolanía de Montserrat:"Germinans Germinabit"

Sistach busca "su espacio" en la nueva era Omella

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El pasado 18 de abril el diario El Punt-Avui publicaba una entrevista malintencionada a Don Juan José Omella, el titular puesto con toda la mala baba decía: "Cataluña no necesita una conferencia episcopal propia". Esta afirmación hacía salir de las cavernas a lo más rancio del nacionalismo e independentismo catalán para dejar a caldo a nuestro actual arzobispo. Germinans publicó algunos de los comentarios de los lectores de ese diario, para comprobar el malestar provocado por esas declaraciones. Al cabo de tan sólo cinco días, coincidiendo con la Diada de San Jordi, toda la prensa mediática que criticó a Omella, se deshace en alabanzas hacia n.s.b.a... y jubilado cardenal Martínez Sistach, con motivo de sus palabras en la homilía de la Santa Misa en el Palau de la Generalitat en que definió a Cataluña como "un pueblo vivo que quiere mantener las esencias como nación".

¿Casualidad? No creo mucho en las casualidades cuando hay política catalana de por medio. El expresidente Jordi Pujol marcó una manera de hacer y de manipular la realidad en la que aún estamos viviendo, y aunque ahora todos corren a renegar del padre y fundador de la actual coyuntura catalana, su espíritu sigue estando muy vivo. Y él es uno de los promotores de la idea de los buenos y malos catalanes, los buenos los que siguen la hoja de ruta del nacionalismo, los malos los que no quieren pasar por el aro. En el caso concreto que nos ocupa, está muy claro: Omella es el malo y Sistach es el bueno, como anteriormente, para Pujol, Don Narcís Jubany era el bueno y Don Ricardo Carles, el malo.

Don Juan José, será muy simpático, sencillo y cercano, muy sensible a los problemas de los más necesitados, características que a los "progres" católicos y no católicos les encantan. Pero no es nacionalista, eso es más que evidente, ni siquiera hace el esfuerzo de intentar pasar discreto en este tema. Se ha reafirmado en lo que dijo en Aragón sobre las obras de arte del Museo de Lérida y ha afirmado claramente que Cataluña no necesita una conferencia episcopal propia. Y eso aquí, entre los sectores más intransigentes del nacionalismo no se perdona. 

Pero también quiero dejar claro, que de la misma manera que en nuestra tierra se manipula y distorsiona la realidad interesadamente, también desde otros lares se dicen cosas que no son verdad. Estos días he leído afirmaciones como que Don Juan José estába compinchado con Sistach para que éste dijera las palabras que dijo, o que cuando tomó la palabra se refirió él también a Cataluña como nación, cosas que son completamente falsas. Ni Omella sabía lo que iba a decir Sistach, ni habló entonces, ni creo que hable nunca de Cataluña como nación. Lo que realmente dijo fue: "“Fa pocs mesos que sóc aquí però ja començo a estimar aquest poble i aquesta gent que veig que m’estimen” (Hace pocos mesos que estoy aquí, pero ya empiezo a querer a este pueblo y a esta gente que veo que me quieren). 

En cuanto a Don Lluís, tengo que decir que yo he sido uno de los más críticos con su gestión al frente de nuestra archidiócesis, pero siempre le reconocí una exquisita neutralidad ante el fenómeno secesionista. Todo el mundo sabe que Sistach es nacionalista, moderado, pero nacionalista. Lo que pasa es que siempre tuvo un ojo y un oido ciego y sordo para los desmanes que se cometían en su diocesis, y en cambio el otro ojo y el otro oido bien abiertos para lo que pudieran decirle desde Roma. Y las órdenes vaticanas eran muy claras, nada de declaraciones polítícas en este tema, que nada tiene que ver con la Iglesia y que divide a los fieles católicos catalanes. 

Pero ahora ya no tiene porqué mirar ni escuchar a Roma, ya no se juega nada eclesialmente hablando, puede decir lo que realmente piensa, y eso es lo que hizo en la homilía del Dia de Sant Jordi y con eso ganarse muchísimas simpatías en el ámbito nacionalista que ahora se encuentra huérfano de pastor y lo necesita más que nunca, frente a un nuevo arzobispo que como decían Pujol y señora de San Juan  Pablo II: "Aquest home no ens entén" (Este hombre no nos entiende). Y el nacionalismo ya ha dejado claro que el arzobispo aragonés "no les entiende", no comparte sus anhelos y reivindicaciones separatistas.


Además el copríncipe Joan Enric está desaparecido en combate, el obispo más nacionalista de todo el episcopado catalán, está calladito y silencioso, está tocado y hundido. El hecho de no haber cumplido su sueño de venir a Barcelona y ser el Patriarca espiritual de una futura Cataluña independiente, además de Cardenal de la Santa Romana Iglesia, le ha dejado momentaneamente en fuera de juego. 

Al que también veo algo descolocado es al obispo auxiliar Don Sebastià Taltavull, mientras Sistach a diferencia de sus antecesores, está activísimo en la diócesis que ya no regenta, y está encontrando su sitio en la etapa de Omella, que por su bondad no lo ve como una sombra, el menorquin, parece que no acaba de saber adaptarse a los nuevos tiempos, no sé si esto tiene algo que ver con los rumores que lo sitúan de titular de otra diócesis, o simplemente porque el papel de obispo bueno, simpático y cercano que jugaba con un Sistach al que no tragaban ni los progresistas ni los conservadores, se lo ha comido casi por completo el actual arzobispo.

Antoninus Pius

El Duranismo eclesial

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http://ecx.images-amazon.com/images/I/514m5AIU5SL.jpg Esto de la representatividad del voto católico en España da para mucho. Hoy hablaremos de Duran. De Duran Lleida.
UDC tenía una cuarta parte de los cargos que obtuviera CiU según los acuerdos internos de la coalición. Para un partido como la UDC de Duran eso era mucho poder porque iba muy corto de militantes. Como dice el amigo de un servidor: “si et feies d’Unió, de seguida tocaves cuixa” [si te hacías militante de Unió, rápidamente a la novia tocabas, metáfora de que algún cargo público te caía].
Esta situación daba a Duran Lleida un poder omnímodo de colocación y a UDC uno de atracción de oportunistas de aquí de espero. Con una militancia muy exigua y envejecida, cualquier joven o de mediana edad que entrara a militar en UDC alcanzaba tras dos telediarios algún cargo. Y si eras mujer, en tres, un escaño del Parlamento de Cataluña.
Las personalidades históricas del partido como Sánchez Llibre, moderado, trabajador, patriota y hombre de fiar conformaba un grupo desgraciadamente demasiado reducido. Esta falta de personal se complementaba con la llegada de los citados arribistas, sujetos en la mayoría de los casos con una formación y convicciones demócrata cristianas muy tenues. Estos últimos acabaron conformando el sistema clientelar de Duran.
http://in.directe.cat/imatges/noticies/duran-palace.jpg
Duran Lleida (UDC) en el Hotel Palace
Esta reclutada clientela acostumbraba a ser personal que en otras latitudes se hubiera encuadrado en el PP, pero que el anticatalanismo de esta formación y las oportunidades de colocación de UDC hacían girar el plato de la balanza hacia este último partido.   
A lo medieval, la prestación de obediencia era remunerada con un feudo. Pues mucha era la tierra a repartir en las manos de Duran y pocos los viejos y envejecidos militantes disponibles en el partido. La canalla d’en Duran, la mesnada, le debían el comer al habitante (els dies de feiner) del Hotel Palace de Madrid. 
Este sistema piramidal de reclutamiento tenía un punto muy débil: como hemos dicho una formación y convicciones demócrata cristianas en la mayoría de los individuos muy, muy tenues, por no decir nulas en algunos casos. Y esto tuvo unas consecuencias muy graves pues hizo de UDC un partido demócrata cristiano sin demócrata-cristianos.  
http://www.mon.cat/cat/img2/2016/02/titon_lailla_antoni_castella_i_nuria_de_gispert_al_congres_fundacional_de_democrates._475195.JPG
Miting de Demòcrates de Catalunya (escisión de UDC),
a quien corresponde hoy Afers Religiosos
¿De donde le venía la tierra a repartir a Duran? La respuesta es simple: del 25% o cupo que le tocaba a UDC de lo que pillara CiU.
¿Por qué CDC le daba esta cuarta parte a UDC? Porque representaba que UDC aportaba a CiU el voto católico nacionalista. Colectivo que en los 80’s no era poca cosa, pero que se ha ido reduciendo con el envejecimiento progresivo y el fenómeno de masas de la descristianización de la juventud catalana.
Duran -que representaba lo que  representaba- necesitaba acrecentar la proyección de la sombra del menguante voto católico nacionalista para poder continuar conservando el 25%. El lector astuto ya habrá observado el importante papel de la imagen en toda esta representación.  
Un segundo fenómeno se sumó a la reducción de la “materia” representada. Es decir, no solo el envejecimiento hacia mella en el voto católico nacionalista. El catolicismo más dinámico en Catalunya, reducido pero germinante y mucho más joven, no provenía de las viejas momias del catolicismo catalán que había abandonado el Magisterio. El catolicismo germinante en sus varias declinaciones y por lo general wojtyloano no era tan sumiso y dúctil al mecanismo de "ríeme las gracias que yo te paso pasta", de la miope e interesada política religiosa de CiU. Duran, porque no supo o por puro cálculo de riesgos, escogió quedarse con las momias para hacer ver que representaba algo.
https://pbs.twimg.com/media/CgqwntgWgAAXhDO.jpg
El católico Germà Gordó haciendo campaña
para liderar la secretaria general de CDC
Los repartos de poder parieron aquí la secretaria de Afers Religiosos de la Generalitat, un lupanar entregado en exclusiva a UDC y donde CDC no podía ni proponer alternativas formas de negocio. Unos Afers Religiosos que se sumaron a toda la política religiosa de CiU de apoyar descaradamente y sin la más mínima vergüenza a todo el catolicismo heterodoxo de Catalunya. Tan cortos de “materia representada” iban, que la UDC de Duran vía Afers alimentaba vía presupuesto incluso las plataformas progre-eclesiales de personal afín al socialista PSC! (la Fundació Joan Maragall, el Centre d’Estudis Conciliars de Pipo Carbonell…). El catolicismo heterodoxo ha funcionado con pólvora de rey en Cataluña desde hace décadas, necesitado él mismo de munición para hacer mucho ruido y hacer ver que representaba al catolicismo idiosincrático catalán, aquel que se atribuye de forma exclusivista y abusiva el tarannà propi del país.  
http://www.polyvore.com/cgi/img-thing?.out=jpg&size=l&tid=26224623UDC condenada a alimentar las momias y las momias condenadas a vivir del pan de los chinches que desde la Generalitat tiraban a lo "tites tites". Duran, para marcar que representaba algo y algo fiel a CiU; y las momias para obtener proyección y aparentar que eran más fuerte de lo real y decirle a Roma y a Nunciatura/CEE: "Ep nois que la Iglesia en Catalunya somos nosotros". Un matrimonio de interés, un teatro de sombra chinas, una merienda de blancos pagando el contribuyente, también el católico, para abanderar una representatividad de una realidad mucho menor que la aparentada.
La UDC de Duran se equivocó. Ni el clientelismo político de cargos que propugnó Duran era demócrata-cristiano en su inmensa mayoría, ni supo que debía abstenerse de interferir en materia eclesial y no apoyar un catolicismo progre-sáurico, heterodoxo y estéril. Ignoró la existencia de un catolicismo wojtyliano/ratzingeriano al cual se le negó el pan y la sal en los medios de Comunicación públicos. No existían. No podían existir. El montaje de sombras chinas del de la Franja se hubiera ido abajo. El final de la historia es suficientemente conocido. 
R. Subirà Poblet

La Glosa Dominical de Gérminans

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Reflexión a modo de notas hacia dónde nos orienta la liturgia dominical
PITIDOS Y FIASCOS: ¡SON UNA DECEPCIÓN!

Una historia que resulta imposible no comprender. Aunque sucedida hace casi veinte siglos, conserva una sorprendente actualidad.
Hubo algunos que venían de Judea que daban a entender que habían recibido un encargo preciso, que sin embargo nadie les había confiado. Un encargo para hacer aceptar las propias ideas más bien mezquinas. Un encargo que pretendía imponer como necesarias algunas prácticas de las que el Evangelio no se había jamás ocupado. Debió representar una ingente tarea para aquellos dos embajadores, Pablo de Tarso y Bernabé, el poder contrarrestar aquellas maniobras retorcidas. Pensad que el cristianismo estaba dando los primeros pasos y ya la pequeñísima comunidad cristiana demuestra una enorme capacidad de elegancia y precisión al tratar las cuestiones. Es un momento dramático. Si entre ellos no florece la armonía, si deciden rendirse, la Iglesia no empezará la singladura. Quizás resonó en sus mentes el eco de aquella pregunta inquietante de Jesús: “¿También vosotros queréis marcharos?
Y Pedro, el discípulo canalla de la increíble intuición, fijó los ojos en Jesús y le susurró: ¿Señor, a quién iremos? ¡Sólo Tú tienes palabras de vida eterna!” Señor, tus palabras dan una vida que te llena para siempre, no tenemos que seguir a ninguno más allá de Ti. Los otros discípulos notan el sudor bajar por la frente. Pedro ha interpretado bien el sentir común. Y hoy no se apela a los tribunales competentes, sino que en la ciudad de Antioquía y de Jerusalén se compara, se escucha, se decide entre todos: “se decidió que Pablo y Bernabé y algunos otros entre ellos fuesen a Jerusalén”.
C:\Users\FRANSESC\Desktop\32.jpg
Rembrandt: Pedro y Pablo tras el Concilio de Jerusalén
¿Te imaginas a Santiago, obispo de la Iglesia Madre de Jerusalén, iniciando el primer concilio para ayudar al cristianismo a empezar a caminar? ¿Te imaginas la dulzura, la dimensión de autoridad, la preocupación de aquellos primeros enamorados de Cristo que intentan todos que en el camino nadie se pierda? ¿Te imaginas los primeros dimes y diretes, las primeras envidias, los primeros celos entre los apóstoles en las tierras a evangelizar, sobre la diversidad de los carismas, sobre la modalidad con la que enamorar a la gente hablando del Señor Jesús?  Sin embargo es importante que den en el blanco.
Iglesia envuelta en los vendajes del Espíritu Santo, acariciada por el soplo de la eternidad, llamada a jugar como titular y protagonista el partido de la historia humana. No tiene que haber miedo en el corazón de Felipe y de sus compañeros de aventura que sobrepasan los confines de Samaría, tierra de infieles, cismáticos y traidores. Aquella mujer de Samaría, conquistada espléndidamente por el Hombre de Nazaret en el brocal de un pozo en un caluroso mediodía todo hebreo, es la esperanza de un futuro rico de siembra por la palabra de su Maestro. ¡Basta dibujar confines, plantar vallas, trazar fronteras!
C:\Users\FRANSESC\Desktop\img_men_2094_2014-5-19_11.jpg¡Tendréis la fuerza del Espíritu Santo que descenderá a vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría hasta los confines del orbe! He aquí el poder del Espíritu Santo que la Escritura compara con el viento. Porque el viento evita que el agua se estanque y se pudra. El viento modela la montaña, la roca, el mármol, los rostros. El viento que transporta en su brisa el polen, colabora llevando adelante la vida. El viento bate, eleva las cosas. Al viento no lo puedes agarrar ni modelar. Así es el Espíritu: es misterio, profundo e insondable misterio, que se deja anudar en el manto del silencio. “Si me amáis, observaréis mis mandamientos”. Aquel Maestro tan exigente no pide signos extraordinarios a los discípulos, les suplica elegancia en sus vidas, refinamiento en sus miradas, finura en sus gestos. Sólo así lograrán responder a los desafíos de un mundo que les interroga, les atormenta, los empuja a exponerse, les invita a salir de sus propias iglesias para vivir en los senderos del hombre. Una primera Iglesia de frontera, aquella primitiva.
Conocí a un sacerdote, párroco en el sur de Italia, que fue asesinado cuando se disponía a celebrar la santa misa, porque había osado denunciar la corrupción y las ilegalidades en su tierra. Quien disparó lo hizo en la sacristía para recordarle que una Iglesia que no molesta no tiene nada por lo que preocuparse. Pero se convierte en una Iglesia que no exhala el perfume de aquel fascinante misterio que circunda a su Maestro.
C:\Users\FRANSESC\Desktop\Pedid-y-se-os-dara.jpg
¡Es bien raro tu Evangelio, Señor! Un libro completamente diferente a los otros. Guarda sorpresas brutales. Y cuanto más lo leemos, más intranquilos nos sentimos. Un estudiante que haya profundizado en un determinado tratado, va seguro al examen. En cambio quien conoce el Evangelio, acaba perdiendo las seguridades. Sólo quine lo ignora puede mostrar una cierta seguridad. El estudio de los libros humanos te procura el aprobado. El estudio del Evangelio te regala el suspenso. Como hoy, Señor. Me sentía en paz y descubro que estoy en paz. Pero en la paz de Satanás. Es decir: me he equivocado en todo. Señor, perdóname. ¡Perdona a mi cabeza que no se entera ni entiende nada!-
 
Fr. Tomás M. Sanguinetti  

Una casa para todos: gotas de alegría y esperanza

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C:\Users\FRANSESC\Desktop\IMG-20160428-WA0010.jpgContinuando con la celebración del cincuentenario de la fundación del Oasis de Jesús Sacerdote, el pasado sábado 23 de abril, los Jóvenes de San José y las Hermanas Servidoras de Jesús del Cottolengo, con un numeroso grupo de pobres sin techo y enfermos, que forman una hermosa familia espiritual, peregrinaron al Monasterio de la Inmaculada del Oasis para compartir con las hermanas oasistas un día de acción de gracias y fraternidad cristiana.
Fueron muchos los pobres y enfermos que preparándose a la celebración eucarística se confesaron, asistiendo a la Santa Misa con un silencio y recogimiento admirables. Posteriormente aquellos a los que aún no se les había impuesto el escapulario, lo recibieron. Las muestras de alegría y gratitud fueron continuas en el interior de la humilde capilla: todos vivieron esos momentos con auténticas muestras de fe. Me quedé con un comentario realmente hermoso de un enfermo del Cottolengo que me manifestó “su pena por los pobres sin techo que no tienen casa”. Una espléndida muestra de verdadera misericordia de un enfermo incurable del “Casal del P. Alegre” que es capaz de compadecerse de la suerte de los pobres sin techo y que de esa manera  confiesa convencido que el Cottolengo es su casa y su hogar.
C:\Users\FRANSESC\Desktop\IMG-20160428-WA0006.jpg
Mn. Muñoz a  mesa con el voluntariado
¡Qué belleza escuchar de las bocas de los enfermos y las religiosas del Cottolengo el canto de “Dios es mi Padre” interpretado como regalo por todos ellos a las monjas del Oasis apiñadas en el locutorio entre rejas! Y el amor y la alegría de unos para con otros de los allí presentes. ¡Qué regalo para esas religiosas de vida contemplativa que no salen de su clausura que los pobres vayan a su puerta! Y compartir la misa y la mesa. ¡Qué bien sabe tejer las cosas la Divina Providencia! Y que derroche de amor a la Virgen de todos los participantes que escucharon predicar con emoción a Mn. Muñoz de María Santísima. Y que unieron sus lágrimas a las del sacerdote en sentida corona de gratitud y confianza marianas. 
El detallazo de los Jóvenes de San José a toda la concurrencia es digno de subrayar: el regalo de un libro de piedad y una rosa para todos los allí presentes.
¡Qué bien sabe hacer las cosas Dios! Un tiempo soleado todo el día y sólo cuando el último enfermo subía a la furgoneta, empezó a llover. Antes todos habían compartido las gotas de alegría y esperanza con que la fe nos baña, en medio de tantos desiertos de soledad y tristeza. Dios siempre prepara un oasis para los yermos del mundo. Y un techo para ampararnos.
Coia Rius Jané

La doble O y el tablero de Menorca

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Aunque la diócesis menorquina es una de las más insignificantes de las demarcaciones episcopales españolas, con sólo 80.000 habitantes y 37 sacerdotes, se está desarrollando en ella una interesante partida de ajedrez que viene a constituir fiel ejemplo de la división actual del episcopado español. Vacante desde el pasado mes de julio, en que su anterior obispo, Mons. Salvador Giménez Valls, fue trasladado a Lérida, parecía que la designación de un nuevo prelado no iba a requerir especial problemática. Tan es así que el cardenal Cañizares, arzobispo de Valencia y metropolitano de Menorca,  visitaba la isla el pasado mes de febrero y declaraba que el nombramiento podría conocerse por Semana Santa. Es más, el obispo Piris, que había sido residencial de la diócesis, antes de su destino ilerdense, presidió la última misa crismal y se atrevió a decir que el nombramiento “ja està ben cuit”.

Ni cuit ni tan siquiera a l’olla. Los vaticinios de Cañizares y Piris han resultado erróneos y el proceso de designación ha vuelto a empezar. Y cuando los dos prelados valencianos, especialmente todo un cardenal y metropolitano, afirmaban que el trámite estaba ultimado, a nadie se le escapa que es porque se había designado al candidato auspiciado por el propio Cañizares. O un sacerdote valenciano o, quizás, su fiel colaborador Juan Miguel Ferrer Grenesche, que volvió de Roma con él y al que no puede colocar como auxiliar valentino. Otro feo que le están haciendo a Cañizares.

Con esta jugada queda claro que se está orillando premeditadamente al cardenal de Valencia. Y quienes lo están orillando son los obispos que tienen mano en los últimos nombramientos episcopales. Osoro y Omella, la doble O del papa Francisco en España. Especialmente, Omella por su cargo en la Congregación para los Obispos. Las últimas designaciones de Mondoñedo, Ciudad Real, Jaén, Palencia y el desbloqueo del auxiliar del cardenal Blázquez, provienen del área de influencia de la doble O. A su vez, esta aceleración en la provisión de vacantes episcopales se ha efectuado con el nuncio Fratini tan desaparecido en combate, que no asistió, por primera vez, a la última plenaria de la Conferencia Episcopal.

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Mn.Gerard Villalonga Hellín, Administrador diocesano de Menorca
Y es que el interés de la doble O se prolonga hacia las elecciones del año que viene en la CEE, cuando finalice el mandato del cardenal Blázquez. Cierto es que al prelado vallisoletano le cabe la prórroga por un segundo trienio, pero tanto el hecho de que se hallará ya en edad de renuncia como su perfil bajo, aconsejan a la doble O pasar a la acción e intentar tomar las riendas del episcopado español. Además, por su edad, si no lo intentan en 2017, seguro que se les pasa el arroz. Por esta causa, se han decidido a postular nuevos obispos, tanto residenciales como auxiliares, que sean de su cuerda. Especialmente  religiosos, como los preconizados obispos de Mondoñedo y Palencia.

La próxima partida se juega en Menorca y Osoro, y especialmente Omella, han tomado partido en ella, obviando el candidato de Cañizares y presentando una nueva terna. Terna en la que no está presente Taltavull, que podría ser el candidato natural, pero al que Omella quiere a su lado durante su pontificado barcelonés. Tampoco está el administrador diocesano Gerardo Villalonga, un prestigioso canonista, formado en el seminario de Astorga, que no parece que goce de las preferencias de la doble O. Como tampoco estará Cristau, del que Sáiz Meneses es muy reacio a desprenderse, a no ser que le designen un auxiliar de inmediato. Con toda seguridad va a tratarse de un sacerdote y a nadie le extrañaría que se tratase de un religioso catalán, preconizado especialmente por Omella. Nombres hay más de uno sobre el tapete. Lo que es indudable es que Menorca es la próxima partida de la doble O. Después vendrán Logroño, Plasencia, Osma- Soria y algún auxiliar. Todo ello con la vista puesta en su operación Añastro 2017.

Oriolt

La primera macro-ordenación de Omella NO será en la Sagrada Familia

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Con gran alegría recibí la noticia de la ordenación de cinco nuevos sacerdotes para nuestra  Iglesia diocesana, la primera que presidirá nuestro arzobispo Juan José, pero mi gozo aún fue mayor cuando vi en la invitación la nota: "Entrada libre", algo que ya casi habíamos olvidado después de tantos años necesitando una invitación para tener acceso a la Casa de Dios, donde se realizaban estas consagraciones al Señor y a su Iglesia.

Y es que la primera macro-ordenación de la etapa Omella no se va a hacer en la basílica de la Sagrada Familia, sino en la de Santa María del Mar, donde antaño tantas ordenaciones se habían producido hasta que llegó  n.s.b.a... y jubilado cardenal Martínez  Sistach y fue abducido por los encantos del templo de Antonio Gaudi, donde vivió sus mayores momentos de gloria.

La basílica de Santa María del Mar no es precisamente un templo pequeño
Cuántos malos ratos ha hecho pasar este capricho de nuestro anterior arzobispo a cientos de fieles barceloneses y foráneos, al quedarse en las puertas del templo, con un palmo de narices, sin poder entrar, porque unos agentes de seguridad se lo impedían por no llevar acreditación. No les importaba que fueras un familiar directo venido desde lejos, ni siquiera un sacerdote con clergyman o traje talar, sin entrada era imposible acceder, un verdadero drama para muchas personas que desconocían esa obligatoriedad de credencial y que habían ido a montones de ordenaciones en catedrales y basílicas  de todo el mundo y jamás se les pidió entrada.

Cuántas veces a un servidor se le habían cambiado los planes a última  hora en domingo por la tarde y sabiendo  que había  ordenaciones,  me hubiera  gustado asistir, pero sabia que sin entrada no había  nada que hacer. Y lo que es peor, cuántas veces organizándome con días de antelación había ido expresamente a ver al Rvdo. Turull, (que controlaba y fiscalizaba los pases) y éste con cara avinagrada y mirándote por encima del hombro te decía que ya no había entradas.

Por una vez, nadie va a tener que pasar por este control y humillación para los fieles y el clero, estaremos estrechitos sí, pero sin agobios ni prisas, ni controles ni gaitas, un acto abierto a todo el Pueblo de Dios que quiera ir, como tiene que ser, sin restricciones ni numerus clausus, como había sido siempre antes de Sistach y como lo es en casi toda la catolicidad.

Los Turull y compañía ya se encargarán  de intentar convencer a Don Juan José que Santa María del Mar es demasiado pequeño y que hay que aprovechar la Sagrada Familia con un aforo mucho más grande. Y en esta ocasión tendrán parte de razón, porque cinco ordenaciones son muchas y lógicamente atraerán a mucha gente, pero también sucede lo mismo en otras diócesis y nadie pone el más mínimo problema. Sin ir muy lejos, el pasado 17 de abril hubieron 4 ordenaciones conjuntas en la catedral de Terrassa (3 diáconos y un sacerdote) y anteriormente el 18 de octubre de 2015 de 6 sacerdotes, y eso que el aforo de la Sede egarense es menor que el de Santa María del Mar.
Ordenación de un  sacerdote y tres diáconos en la catedral de Terrassa el pasado 17 de abril
Quizá no sea necesario ordenar tantos sacerdotes a la vez, hace unos años mayoritariamente las ordenaciones eran individuales, y eso que se ordenaban más sacerdotes que ahora. Esa especie de competición entre Sistach-Turull y Saiz Meneses-Cristau para ver quien hace ordenaciones más pomposas y solemnes no tiene ningún sentido. Y creo que este tipo de cosas a Don Juan José le importan un pimiento.

Sería bueno que nuestro actual arzobispo desterrara muchas de las manías y malas tradiciones que había impuesto su antecesor, en muchos casos supeditadas a su ego, y a su querer aparentar. Lo que tiene que hacer un buen pastor es mirar lo que es mejor para su rebaño, y no lo que es mejor para sí mismo, o para ese ejército de trepas y pelotas que el cardenal había cultivado a su alrededor.

Antoninus Pius

La cultura de la Muerte en los Maristas Valldemia de Mataró

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Una aula de la escuela habilitada como sala de hospital con un cajones y muñecos
simulando cajas de muertos y niños descuartizados.
El Túnel del Terror, con este nombre se organizó el sábado 16 de enero una actividad que trasformó per unas horas una parte considerable de la escuela de los maristas en Mataró. Se acondicionaron diversas aulas y salas para simular diversas partes de un hospital. Valldemia estaría llena de enfermeras, inyecciones, virus y zombies durante unas horas. Y no era la primera vez que se organizaba semejante espectáculo ni es el único centro marista en que esto se produce (Maristas de la Inmaculada de Barcelona…).  
Con el beneplácito de los propietarios del centro (maristas), los monitores del grupo Scout La Soca se disfrazaron de zombies deambulando por salas y pasillos delante de los niños de primaria y secundaria que participaron de la actividad.
A la izquierda, Una de las organizadoras
con un collar con una muñeca descuartizada
Si San Marcelino Champagnat hubiera asistido a semejante espectáculo hubiera llorado un montón. No es nada agradable comprobar como la cultura de la muerte se impone en una escuela católica donde a la vez se disimula hasta el extremo la cultura de la Vida que defiende el catolicismo.

Los maristas son una pura caricatura patética de lo que fueron. Ante la falta de vocaciones, la dirección puesta en manos de seglares no ha sido ni mucho menos una solución. La selección del profesorado -en no pocas veces- se produce siguiendo todos los criterios mundanos menos el del principal objetivo fundacional de San Marcelino Champagnat: la EDUCACIÓN CRISTIANA en el seno de la Iglesia CATÓLICA. Como consecuencia, al Profesorado, en la mayoría de los casos, tanto le da el ideario de la escuela.
La hermosa capilla neogótica de la escuela Maristas Valldemia es el espacio menos frecuentado del colegio. La pastoral está en manos de profesores con unas grandísimas carencias formativas. El ideal cristiano es un totum revolutum de buenismo políticamente correcto y transfuguismo del Magisterio de la Iglesia. La vida de piedad inexistente. 
Foto de grupo de los organizadores con los monitores y los participantes actores. La mayoría con batas blancas con manchas rojas que simulaban sangre.
El túnel de terror se organizó explícitamente para “los mas pequeños” (textual). Y tal como se explica en la crónica del acto “el túnel fue todo un éxito, cooperamos y estamos orgullosos del resultado”.
Pero no sufran los organizadores. Nadie hará nada. La cultura de la muerte ha ganado en Valldemia. Y menos lo harán los maristas, un instituto en extinción en Catalunya y propietario del centro. Y luego se quejan de no tener vocaciones. Ellos se lo han buscado. Una especie de chip autodestructivo anida en estos institutos. Después que no busquen responsables.  

Étienne Marlhes-Hermitage 

Familia y sexo

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Por Daniel Arasa

El día 15 de mayo es el día inter­nacional de la Familia, instaura­do por la ONU, y en los próxi­mos días Barcelona será la sede de varios actos y galas en que se pronun­ciarán conferencias y se entregarán los premios cinematográficos Familia, los empresariales y los de Luchadores por la Familia, promovidos por diversas entida­des que trabajan en este campo.

Todas las encuestas en las que se pre­gunta acerca de lo que las personas más valoran dan inequívocamente el mismo resultado: La familia ocupa el primer lu­gar. Sin excepción, en todo el mundo y en todos los grupos de edad, incluido el de los jóvenes, siempre más fluctuante e imprevisible.

Tratar de la fanúlia es hacerlo de la per­sona en si misma, por lo que son miles las vertientes posibles y resulta interminable profundizar en cada una, pero me cen­traré en una aportación reciente. La revista científica Applied Research in Quality of Life publica un estudio de los profe­sores Félix Nieto y Maria da Conceiao Pinto, de la Universidad de Oporto, que concluye que la mejor vida sexual es la que se vive en el matrimonio yendo uni­dos el amor y la apertura a la vida. En este caso no se trata de una afirmación de la Iglesia católica o de comunidades protes­tantes aunque coincida con lo que aquellas enseñan.


Los dos psicólogos utilizaron una muestra de 1.283 personas adultas y su objetivo era estudiar otros aspectos de las relaciones familiares, pero les salió aque­lla conclusión de manera imprevista. Re­sulta que las personas que van a la iglesia son más felices y están más satisfechas de su vida sexual que las no religiosas. Ser persona religiosa favorece la vida emo­cional... y también la sexual.

No es el primer estudio que llega a con­clusiones similares. Un informe del 2013 de la Universidad de Chicago señalaba que para lograr una vida sexual satisfac­toria deben implicarse todos los aspectos del ser humano, los emocionales, intelec­tuales e incluso espirituales, además de los fisicos. El mayor placer sexual se pro­ducía en personas casadas que asistían a la iglesia al menos una vez a la semana.

Otros estudios más conocidos conclu­yen que la mejor salud mental y una ma­yor satisfacción en la vida se da en la vida matrimonial. Rompen esquemas según los cuales el mayor disfrute de la sexualidad estaba en el sexo por el sexo.

*Escrito publicado por Daniel Arasa en "La Vanguardia", el 4 de mayo de 2016

La Glosa Dominical de Gérminans

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Reflexión a modo de notas hacia dónde nos orienta la liturgia dominical
JESÚS DE REPOSO: EL DESEMBARCO DE  LA CATEQUISTA
Ella, pobre, lo había intentado. Pero cuando ahora lo recuerdo me parece  ridículo lo que decía. Nos hablaba de la Ascensión -a nosotros, niños que íbamos a catequesis con la pelota o el patinete- aferrándose a un sentimentalismo azucarado, caduco y cansino, a imágenes en desuso, mal encajadas: “Jesús, después de haber trabajado tanto, tenía el derecho de irse a descansar al Paraíso, donde también nosotros iremos cuando acabemos nuestro camino por este valle de lágrimas…”. Sólo faltaba que nos hiciera cantar a coro: “Dale, Señor, el descanso eterno. Que la luz perpetua le ilumine. Descanse en paz. Amén” y el funeral hubiera concluido. Quizás con algún caramelito para festejar el fin de curso de la catequesis. Es decir que para la catequista, la Ascensión era un periodo de reposo y convalecencia en las altas cotas, donde el aire es sano, los enfermeros simpáticos y el hospital de lujo. Jesús en versión “paciente”. Y nosotros, chavales, obligados a escucharla bajo pena de no ser admitidos a la primera comunión.

Sin embargo yo, me quedaba lleno de dudas, creo que igual que los apóstoles que agachados sobre la cima de aquel monte, asistieron en directo a la escalada hacia el cielo de su Maestro. San Mateo, uno de los que la presenciaron con sus ojos, sintetiza todo con un verbo muy duro: “Sin embargo ellos dudaron”. Es decir, no creían. Quizás empujados por las lejanas olas de aquel mar amigo, postrados en el suelo oían decir: “Recuerda, Pedro, el Maestro te ama y apacentarás sus ovejas. Recuerda, Juan, que reclinaste la cabeza en Su pecho y escuchaste el latido de un corazón ajeno. Recuerda, Tomás, que has dudado porque querías verle. Y ahora que lo has visto ya no puedes perderlo nunca más. Recuerda, Santiago, aquella improvisada empresa constructora en el Tabor: montar tres tiendas en un abrir y cerrar de ojos. Recuerda, Mateo, aquel mostrador de los impuestos que abandonaste por Amor…”
Es como decir: “Recordad y marchaos” Recuerdos tristes, gravosos, improvisadas imágenes sobre los hombros demasiado débiles para aguantar. Quizás era mejor la Cruz: al menos la podías mirar y tocar, embalsamar y ungir, adorarle y hablarle. Llorar, esperar y desear. O el pesebre navideño: estrellitas y alfombras de musgo en torno al Niño, aprisionándolo en una fiesta que nos recuerda la infancia, los recuerdos contados junto a un camino de luces. Hoy lo piensas y te preguntas: ¿Dónde están y para qué sirvieron aquellos pesebres? Aquel Niño al hacerse mayor, dejó su casa y su pueblo. Inútil esconderlo: también nosotros hubiéramos preferido un Dios de barro como los viejos ídolos, ante el cual rezar, bailar, imprecar, soñar, volver a empezar. Un Dios para exponerlo en la iglesia para la colecta de los donativos, con el que dar un nombre a un equipo de fútbol, o sacar a relucir en toda ocasión: política, religiosa, pastoral. Un Dios versión “huevo Kinder”, magdalena “La bella Easo” o miel “de la Granja San Francisco”.
Me parece verlos: con la imagen fija de aquel cielo, vuelven a Jerusalén y están siempre en el templo. Parecen atontados, dormidos en una fábula prolongada poco más de 36 meses y pocas horas. ¡Qué hermoso! Sería la Iglesia que tantos soñarían: una Iglesia que contempla las nubes, que no molesta a nadie, que se ocupa de las cosas del alma. Una Iglesia recluida en la sacristía, que cultiva las flores en el jardín. Una Iglesia que te ayuda a dormir, que te da seguridades, que atonta, que duerme en el centro del barrio. La tentación de los apóstoles es la de empantanarse en los recuerdos, en las nostalgias, en la añoranza por lo que fue, por lo que hubiera podido ser, por lo que nunca fue. Vivir melancólicamente, comer los recuerdos del pasado hasta explotar, beber el agua de la morriña hasta sentir la panza llena, coleccionar los cromos de un pasado en que todo era más fácil, más fascinante, menos complicado. Cristo es tajante: volved en seguida a la ciudad. A Jerusalén: entre las risas, las burlas, las maldades de quien está pasándoselo bien. Quedaos allí, hasta que irrumpa el Espíritu Santo y os empuje a salir, a anunciar, a predicar al precio de una muerte segura, prometida, cierta.
Y ellos, discípulos atemorizados, dispuestos a una pregunta directa: ¿Cuándo sucederá todo esto? ¡Avísanos con tiempo! ¡Tenemos miedo! El hombre es siempre el mismo. De entrada, prisa, impaciencia, orgullo de estar entre los que asisten al estreno de la solución final. Ansia de ver resultados, manía por los primeros puestos, instinto de éxito inmediato. Como en casa: rápido, “sí señor”. ¿Quieres una contrapartida? El domingo sucede eso: Cristo te lleva a un lugar a solas, te da instrucciones, después te invita a salir “escoltado” por el Espíritu Santo. Pero te das cuenta: tendremos un día entero para estar con Él: el domingo. No es únicamente la misa. Reposar la mente, dilatar el tiempo, respetar el descanso dominical es ley divina. Hasta el punto que pagarás aquí todo el tiempo que no has usado para descansar. Dios no bromea: te obliga a reposar para poder hacer aquello que entre semana no puedes hacer. El domingo es hacer gratis las cosas que nadie te pide, te impone, te paga: estar con los amigos, visitar un enfermo, estar con la familia sin reloj, organizar una partida de cartas, un paseo. ¿Y en cambio? Todos al mar en verano, a la montaña en invierno. Al futbol, por la autopista, al torneo, de rebajas. Y la  cosa más absurda: juventud que duerme hasta las 5 de la tarde porque volvieron a las 9 de la mañana de la discoteca, como zombis, idiotizados por el ruido, las luces, el sueño, las drogas, el cansancio.
De esta manera lo perdieron de vista: ayer ellos, hoy nosotros. Porque no comprendieron que lo suyo fue una broma: subir a los cielos para esconderse en cualquier lado aquí en la tierra. Bastaba bajar, abandonar la capillita construida en el monte y arriesgar. Bastaba eso y lo habrían encontrado en los brezos barridos por el viento, en los graneros desconocidos convertidos en improvisadas posadas, en las crestas de las montañas, debajo de la cama o sobre los tejados de la ciudad, en la inmundicia de una cárcel. En los ojos de la gente. Y fue así que entre los hombres la Ascensión se convirtió en tristeza.
Y la catequista pudo dormir sueños tranquilos porque tantos la creyeron.
Fr. Tomás M. Sanguinetti

Camino de una década

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C:\Users\FRANSESC\Desktop\800px-Floreal2.jpg
Esta semana, el martes día 10 de mayo, se cumplen 9 años del alumbramiento en la red de Gérminans. Resultaría parcial e incompleto definir aquel día del mes Floreal, así denominado en el calendario republicano francés, como la aparición de una página digital. Gérminans más allá de ser un grupo de amigos y compañeros, es un índice de opinión del estado del catolicismo en Cataluña,  es un movimiento de convicciones consolidado en la red.
Lo que resulta original y paradigmático en nosotros es que no nacimos de un particular liderazgo personal, sino colectivo. Un grupo de laicos y sacerdotes que nos atrevimos a hacer las cosas distintas. Que tuvimos el valor de ponernos delante de nuestros ordenadores y ser diferentes. Sin miedo al qué dirían y usando un lenguaje que se pudiera comprender y seguir con facilidad. Nuestros primeros seguidores fueron claves para nuestro éxito. La persecución a la que nos sometieron nuestros adversarios ideológicos fue nuestra mejor baza. Confirmó que lo que estábamos haciendo tenía repercusión. Y animó a muchos a salir de su pesimismo y unirse, de una u otra manera, a nosotros. Y empezamos a ser conocidos. Con nuestra creciente popularidad se despertó el interés por doquier hacia nosotros. Adquiríamos entidad, se nos prestaba atención y cada vez más, la gente iba sintiéndose identificada con nuestros postulados.
Al inicio, los integristas, tarados, inmorales, en una palabra la escoria de los de Gérminans parecía que hacíamos el ridículo. Ahora aquellos que no leen Gérminans cada día parece que hacen el ridículo si puntualmente no entran en la página. Todos corren por comentar lo publicado. Desde los canónigos de Murcia a los párrocos de Madrid. Desde los curas progres de Zaragoza hasta los miembros del Opus en Tarragona.
Hemos conseguido que por fin fuese verdad eso de la “Església Plural”:  que se quebrase la rígida uniformidad obligatoriamente progre de esos pluralistas de pensamiento único y férreo. Hemos conseguido visualizar una realidad eclesial que se empeñaban en ocultar y negar los que tenían el monopolio de la verdad, del Evangelio, del Pueblo de Dios, o más exactamente “del nostre poble”.    
Pero todo esto es puramente anecdótico. Lo que realmente en esta hora nos ocupa y entusiasma es el futuro eclesial, muy especialmente en nuestra Archidiócesis de Barcelona.
C:\Users\FRANSESC\Desktop\clavelina-de-mar-0090.jpg
Clavelina de mar, la flor del 10 de mayo
En estos pocos meses desde su llegada, Don Juan José ha conseguido lo que Martínez Sistach se propuso pero no pudo conseguir: la paz diocesana. A Mons. Omella no lo critican ni los progres ni los ortodoxos. Para los progres Omella es el hombre del Papa y mientras dure el idilio con Francisco, éstos lo respetarán. Para el sector ortodoxo (pongamos ese calificativo al amplio espectro que también nosotros conformamos y en el cual nos incluimos), Omella representa un cambio muy positivo de estilo y de contenido con respecto al pontificado precedente. Las expectativas son muchas, y el deseo por inaugurar una nueva y más fructífera etapa diocesana es enorme. Aparte don Juan José es un hombre simpático y mediático que puede aportarnos mucho.
Sin embargo algún día tendrá que empezar a hacer nombramientos y a aceptar jubilaciones. Ahí lo vamos a ver. Y a criticar si es necesario. Especialmente sobre la cuestión del Seminario y los Vicarios Episcopales, pero también sobre la delegación de Pastoral Familiar. Tenemos buen rumbo en la de Pastoral Juvenil: basta que se disipen todas las brumas y sombras del anterior delegado Toni Román, y el bueno y trabajador de Mn. Bruno Bérchez lo tendrá más fácil. Lo mismo sucede con Mn. Joan Obach, delegado de Liturgia, que está dando un enorme vuelco a las celebraciones diocesanas.
Don Juan José tendrá que dar juego a los sacerdotes “germinantes” hasta ahora arrinconados y despreciados. Tendrá que depositar su confianza en los laicos bien formados y preparados para tantos asuntos y proyectos. Pero debe partir con el supuesto de que la diócesis está muy mal. Nadie le pedirá que entre como un elefante en una cacharrería, pero ha de haber un cambio más que notable en la orientación pastoral de la familia diocesana. ¡Som un gran poble, necessitem un gran pastor! 

El Directorio de Mayo Floreal
de Germinans Germinabit

¿Por qué Cataluña es el lugar con menos X a favor de la Iglesia?


Un politburó caducado

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Observen la foto con detenimiento: un Pipo Carbonell trasteando con el móvil, ajeno a la conferencia que está escuchando; un circunspecto y abstraído Vives, pensando, quizás, en la oportunidad perdida de ser arzobispo de Barcelona; un envejecido abad de Montserrat, más atento que los otros, pero con su típica pose desagradable, con los hombros encogidos y la espalda curvada; un Joan Rigol, con el rictus de siempre, ya sea para una boda o para un funeral; el director d’afers religiosos, Enric Vendrell, con expresión de pasmo y un Albert Batlle, capitidisminuido, como si pretendiese disimular su presencia en esa fila VIP. Una fila VIP que estaba asistiendo, con evidente desgana, a un debate titulado “Europa, retrobar l’ànima”, organizado por la subvencionadísima editorial Publicacions de l’Abadia de Montserrat y la no menos subvencionada Fundació Joan Maragall. 

El debate, seguido con descriptible ilusión, era moderado (¡cómo no!) por el omnipresente Francesc Torralbay contaba con dos intervinientes, tan absolutamente similares, como el filósofo (y hoy votante de la CUP) Josep Ramoneda y el escritor Vicenç Villatoro. Los dos colaboradores de un mismo periódico: el también más que subvencionado Ara. Los de siempre y como siempre. Tanto la fila VIP de la foto como el omnipresente Torralba representan el politburó de la esglèsia catalana. Un politburó similar a aquel del Comité Central del PCUS que formaban, entre otros, Brézhnev, Andrópov y Chernenko, que creía que iba a ser eterno y luego se diluyó como un azucarillo.
Esa sensación de tedio que transmite la fotografía es la real expresión del estado actual de quienes han venido rigiendo, desde hace más de cuarenta años, la Iglesia en Cataluña. Una generación amortizada, sin futuro, sin relevo entre sus propias filas y sin que tengan que aportar nada que ilusione ni concite el menor entusiasmo entre el pueblo cristiano. Seguirán organizando jornadas y conferencias, mientras el poder autonómico les siga regando con esas generosas subvenciones que le suministran un oxígeno, sin el cual se hallaría moribunda. Pero se trata de una respiración artificial, un coma inducido, al que sólo falta que le retiren los tubos. 

https://www.catalunyareligio.cat/sites/default/files/styles/galleryformatter_slide/public/node_images/europa0img_2613.jpg?itok=zo-qu3H6
Se acaban de publicar, en el DOGC de 2 de mayo de 2016, las subvenciones acordadas por la Dirección General d’Afers Religiosos. Los organizadores del acto se llevan este año la congrua de 41.000 € la Fundació Joan Maragall y de 26.000 € la editorial Publicacions de l’Abadia de Montserrat.  Por hablar únicamente de las convocantes. Si repasan el listado de la resolución comprobarán con alarma como se tira nuestro dinero. Por citar un solo ejemplo: el portal de Llisterri ya se lleva la misma subvención que los diarios de papel. Los 20.127,51 € que se regalan a Catalunya Religió son los mismos que se lleva calentitos El Punt-Avui. Eso que Llisterri no gasta ni papel ni talleres de impresión. ¡Así cualquiera!

Es evidente que ni con este politburó caducado ni con este mundo editorial subvencionado vamos a ninguna parte. Son la viva expresión de un fracaso. Ayer, nuestro Prudentius de Bárcino, nos hablaba del futuro que nos espera en nuestra archidiócesis de Barcelona, recalcando, con acierto, que el cambio ha de ser notable. Cierto es que algún tímido avance se está empezando a notar, en algunas singulares anécdotas, pienso especialmente en la gozosa noticia de que en la Basílica de la Sagrada Familia se va a celebrar una misa cada domingo, lo cual no es suficiente, pero ya representa un cambio con esas misas bi-mensuales que solo podía presidir el cardenal Martínez Sistach.

El pueblo fiel que nutre la Iglesia en Cataluña hoy en día se halla absolutamente alejado de ese politburó caducado y esos medios subvencionados. De igual manera los sacerdotes jóvenes, que no participan de ese mundillo endogámico y encerrado en sí mismo. O apostamos por ellos o no habrá futuro. Disuelvan el politburó y no esperen a que caiga el muro y los cascotes nos entierren a todos.

Oriolt

¿Por qué Cataluña es el lugar donde menos se marca la X a favor de la Iglesia?

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Una primera mirada al mapa que aparecía este domingo en La Vanguardia, no deja lugar a dudas, Cataluña es con diferencia la región de España donde menos declaraciones de la renta son favorables a la Iglesia católica, la única que está por debajo del 20%.

Pero sería un error atribuir este completo desastre a un sólo factor, o hacer afirmaciones contundentes, muy propias de los extremismos, tanto políticos, como nacionalistas (catalanistas y españolistas). Cataluña tiene unas particularidades que la hacen diferente a otros territorios, tanto política como eclesialmente, por eso es bueno analizar detalladamente la situación y hacerlo de la forma más imparcial posible.

1.-La tierra más descristianizada de España: 

Los datos de la renta, no son aislados, son paralelos a otros datos estadísticos, como el número de alumnos que cursan la clase de religión o el número de matrimonios canónicos. Y no vale el falso argumento de que las sociedades menos rurales, o con los niveles de riqueza más elevados son menos religiosas. La comunidad de Madrid tiene una situación sociológica muy similar a Cataluña  y las ciudades de Barcelona y Madrid tienes muchas similitudes estadísticas globales, pero eclesialmente son el día y la noche.

No hay duda de que hay muchas cosas que se han hecho mal en la Iglesia que peregrina en Cataluña, en Germinans lo hemos analizado muchas veces. Aquí se apostó por una pastoral "progresista" que se ha demostrado absolutamente estéril y caduca. Los resultados son evidentes, pero no sólo en Cataluña, sino en cualquier lugar del mundo donde se haya intentado evitar la "revolución wojtyliana" y se hayan quedado plantados en el 73 como un ciprés.
Titular del Portal digital "elMón" financiado, entre otros, con publicidad de la "católica"  Fundació Pere Tarrés

2.-Un catolicismo inmigrante que no conecta (o no le dejan conectar) con la Iglesia catalana

Cataluña, como Madrid y otros territorios, ha sido tierra de acogida de emigrantes, que buscaban honradamente un trabajo y una vida que no podían encontrar en sus lugares de origen. Mientras en Madrid, se integraron relativamente fácil a la Iglesia de su nuevo destino, aquí las cosas fueron diferentes, muchos se sintieron tratados como católicos de segunda categoría, sus costumbres y religiosidad despreciadas, por no ser las propias de la tierra y por ser consideradas por una buena parte del clero como "extranjeras".

Lo peor de todo es que la historia se repite, lo que sucedió hace ya décadas con la emigración de otras zonas de España, ha sucedido recientemente con la llegada de latinoamericanos y católicos de otras latitudes. Mientras en otros lugares se han adaptado mayoritariamente a las iglesias a donde han llegado, aquí se han sentido extraños, sin entender el idioma y el estilo de la mayoría de las celebraciones, y se han apartado rápidamente de la fe o han ido a engrosar las filas de las Iglesias protestantes, aunque le rezan a la Virgen María todas las noches. 

Estamos hablando de muchos católicos que en sus tierras de origen no hubieran dudado en poner la cruz que les identifica como miembros de la Iglesia, pero aquí no se sienten identificados con ella y lo expresan también con su vacío en el recuadro de la declaración. Es lo que sucede con muchos inmigrantes que aquí no van a la iglesia, pero que cuando vuelven momentaneamente, por ejemplo por vacaciones, no tienen ningún problema en ir a Misa y a otros actos de culto.

3.-Un catolicismo nacionalista que no conecta con la Iglesia española

También hay que tener en cuenta que dentro del catolicismo practicante catalán hay un importante sector, que se siente orgulloso de no poner la cruz en la declaración porque dicen que es para ayudar a "la Iglesia española" con la que ellos no comulgan. Utilizan un eslogan atractivo como aquel de "Espanya ens roba" para decir que ese dinero es "para mantener la COPE, 13TV y otros medios anti-catalanes". 

En la entrevista que Don Juan José Omella concedió al diario El Punt-Avui, la periodista insiste una y otra vez sobre lo mismo, que el dinero de la declaración sirve para financiar unos medios de comunicación que son muy agresivos y que ofenden a los catalanes. El arzobispo responde rotundo "Aunque la Conferencia Episcopal Española ayuda un poco, estos medios se autofinancian mayoritariamente". Los comentaristas de este diario independentista, entre los que hay muchos teóricos católicos, ponen a Omella a caer de un burro y le tildan de mentiroso por decir esto. Y es que el mantra de que poner la cruz es sinónimo de COPE-13TV ha calado profundamente entre el nacionalismo, también el católico.

Cartel en catalán de la campaña de este año
Pero a pesar de las criticas despiadadas hacia nuestro actual prelado no-nacionalista, Omella tiene toda la razón en este tema. De los 250 millones de euros que recibe la Conferencia Episcopal Española por la declaración de la renta, cuatro quintas partes (unos 200) van a parar al sostenimiento de las diócesis (todas, incluyendo las catalanas que reciben proporcionalmente lo que les corresponde, como cualquier diócesis española), los otros 50 millones se reparten en pequeñas partidas variadas, como Seguridad Social (16 millones), Acción caritativa de la Iglesia (6 millones), centros de formación (5,6 millones), rehabilitación de edificios (4,8 millones) y una partida con el nombre "actividades pastorales" (con 7,7 millones) en la que entran muchísimas cosas y también allí se apoyan mínimamente los medios de comunicación de la Iglesia, que como dice nuestro arzobispo, practicamente se autofinancian con la publicidad y otros ingresos propios.

Podemos discutir si esos medios (COPE-13TV...) son actividades pastorales de la Iglesia. Yo personalmente tengo muchas dudas, pero de lo que no tengo dudas es que la campaña que desde algunos sectores nacionalistas se hace de que la cruz de la  declaración de la renta es para mantener esos medios es pura demagogia, pero a base de repetirlo, una y mil veces, hay muchos que se lo han acabado creyendo.

Francesco Della Rovere

Matabosch se la ha colao a la Colau

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Una permuta urbanística permitirá al Arzobispado hacer pisos junto a la parroquia de Santa María de Sants


El edificio que ven en la fotografía con esa inmensa estelada, es el Centre Social de Sants, situado en la calle Olzinelles del barrio de Sants de Barcelona y es propiedad del arzobispado de Barcelona. El local necesitaba una importante rehabilitación, ya que hace unos años cayó una parte del techo de la segunda planta, lo que obligaba a apuntalar y reforzar las vigas, así como buscar una solución a las goteras

El hábil ecónomo del arzobispado, el sacerdote Antoni Matabosch ha conseguido deshacerse de este edificio,  que se utilizaba para las actividades de esta entidad, sin ninguna implicación pastoral. El local pasará a ser propiedad del Ayuntamiento, gracias a una permuta urbanística, por la que el Obispado podrá hacer pisos en un terreno situado al lado de la parroquia de Santa María de Sants, un  espacio que estaba catalogado como "equipamiento".

Con el "pelotazo", el obispado sacará unos importantes ingresos económicos que le permitirán hacer reformas en las instalaciones parroquiales dando cabida a diversas inicitivas dependientes de Cáritas en favor de los mas desfavorecidos. Este nuevo complejo caritativo llevará el nombre de Mn. Pere Oliveras, un sacerdote del mismo barrio de Sants, fallecido hace unos años con fama de santidad, dedicado a los más pobres, especialmente toxicómanos y ex-presos.


Edificio de Mn. Pere Oliveras (en la esquina) antes de su demolición
Y con eso se cierra el círculo, ya que ahí es donde está el negocio. Porque Mn. Oliveras dejó un importantísimo patrimonio inmobiliario en herencia, que debía administrar el arzobispado de Barcelona, para un proyecto en favor de la rehabilitación de ex-presos. Se trata de un enorme edificio en la misma carretera de Sants (número 214), que ya ha sido derribado, provocando el consiguiente disgusto de muchos vecinos que sabían de la gran obra que  el fallecido sacerdote había realizado en él, y que además era un edificio ya emblemático para el barrio. Pero el negocio es el negocio, y Matabosch tiene otros planes mucho más crematísticos para ese local.

Resumiendo: El arzobispado se saca de encima un edificio que no le servía para nada y que necesitaba de obras urgentes, y con el dinero obtenido hace reformas en la parroquia de Santa María y cumple aparentemente con el deseo testamentario de Mn. Oliveras de tener un espacio para jóvenes salidos de prisión, matando dos pájaros de un tiro y pudiendo disponer del apetitoso local de la carretera de Sants para una venta multimillonaria, que le saldrá completamente limpia y sin contrapartidas.

Aquí, en esta web, nunca hemos dudado de la capacidad de gestión del Dr. Matabosch, lo que siempre nos hemos preguntado es que hace un hombre tan preparado para ser empresario o director de una gran empresa y viviendo secularizadamente como lo hace, ejerciendo como sacerdote. Otra cosa distinta es lo de su subalterno Mn. Ramon Batlle, que jugando a ser Matabosch en Mataró, puede realizar una chapuza de imprevisibles consecuencias en el "pelotazo" de la Llar Cabanellas, de la que ya informó también esta web en su momento.
Imagen actual, con el enorme edificio de Mn. Pere Oliveras, ya destruido
El Pleno del Ayuntamiento aprobó mayoritariamente el proyecto presentado por el Arzobispado, la alcaldesa Colau y su grupo, además de CiU, ERC, PSC, PP, Ciutadans, todos votaron a favor. Sólo la CUP se resistió al encanto de Matabosch, y es que eso ya hubiera sido demasiado. Su portavoz María José Lecha dijo: "El acuerdo permitirá al Ayuntamiento hacer las mejoras necesarias en el local, pero a la Iglesia se le da la posibilidad de construir pisos y, de nuevo, esta multinacional obtiene beneficios económicos". Aparte de la gracia de la Iglesia como "multinacional", no va muy equivocada la edil anti-clerical y anti-sistema.

R. Tribulete

Sacerdote olímpico

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Carlos Ballbé estuvo en Londres 2012 pero dejó el deporte para ser cura
"Sólo prométeme que si encuentro a la mujer de tu vida te saldrás". Así respondió David Alegre, jugador del Polo y subcampeón en Pekín 2008, al mail que recibió una mañana de septiembre de 2007. Carlos Ballbé, deportivamente conocido como Litus, no había tenido valor para decírselo personalmente ni a su entorno más cercano. Mandó un correo y, a continuación, un mensaje de texto: "Os acabo de enviar un mail. Leedlo, por favor, es urgente". 

"Me daba vergüenza y miedo. No sabía cómo se lo iban a tomar porque yo nunca les había hablado de mi vacío", recuerda Litus. Las reacciones fueron de lo más variopinto. A alguno le tuvo que explicar que la Teología no tenía nada que ver con el estudio de las estrellas o que los seminaristas no vestían túnicas con capucha, pero todos le ofrecieron su apoyo. "No cambies", fue lo único que le pidieron.

Ballbé nunca fue de pasar los fines de semana tocando la guitarra y cantando canciones religiosas, un estereotipo del que siempre sospechó. Iba a misa, sí, pero hacía deporte y salía de noche, que era lo que diferenciaba a los "chicos normales" de los "raros". "Era el primero en apuntarse a la fiesta y podías contar con él hasta el final", recuerda Roc Oliva, compañero en el Terrassa y la selección desde 2006. 

Su comportamiento en el campo tampoco había denotado una espiritualidad especial. Le costaba controlar el carácter y acatar la disciplina y el orden jerárquico. Fue expulsado por rebelde de una concentración de la selección catalana juvenil y su stick voló más de una vez por los aires en los campos de entrenamiento del Atlético Terrassa. "Una vez el entrenador suspendió la sesión después de que Litus se enfadara porque no le pitaron una falta a favor", recuerda otro compañero.

En diciembre de 2006 Ballbé tenía 21 años, la carrera de Periodismo encarrilada, el sueño de ser reportero de guerra y un asiento reservado en la élite del hockey europeo. También un puñado de pretendientas y una fobia enfermiza al compromiso. Entonces, la muerte de su abuela María hizo que todo aquello, de pronto, le supiera a poco. "Sentía que, teniéndolo todo, había algo que fallaba. Estaba consiguiendo mi sueño, pero no me llenaba", explica. María nunca ocultó que durante años había rezado, sin éxito, por que uno de sus hijos se hiciera sacerdote. 
En las siguientes semanas Litus empezó a percibir ciertas señales que parecían empujarle a cumplir el viejo sueño de su abuela. Una sucesión de "cositas", explica, que desembocaron en un diagnóstico que le cambió la vida. En junio de 2007, a unos días de partir con la selección a disputar el Europeo y el Champions Trophy, contrajo una mononucleosis -"sí, la enfermedad del beso", bromea- que le dejó fuera.

Sin nada que hacer, al recuperarse aceptó una propuesta para viajar a Medjugorje, localidad bosnia famosa por las supuestas apariciones marianas. Allí aumentó la intensidad de las señales y se convenció de que debía "cambiar el chip". "No me veía como cura, pero tenía que probar para averiguarlo", recuerda. Escribió a sus íntimos, primero, y al Terrassa, después, e hizo las maletas para pasar un año en un hogar del Opus Dei en Pamplona, escalón previo al seminario, que aún le aterraba. El primer paso de un camino que concluyó el domingo 8 con su ordenación como sacerdote. Un camino al que no le han faltado obstáculos, pero cuyo principal escollo fue hacer compatible el monacal régimen del seminario con el deporte. Litus había asumido la obediencia, el celibato y el resto de limitaciones, pero no se sentía capaz de dejar el hockey.
Tanto el Atlético como el seminario pusieron de su parte, pero el principal sacrificio lo asumió él. La jornada de un seminarista arranca al alba y se prolonga hasta casi la medianoche. Necesitó tomar suplementos vitamínicos para aguantar. Especialmente duro fue 2012, año en el que regresó a la selección para preparar los Juegos de Londres. "Siempre fue un poco pupas, pero ese año iba realmente justo de fuerzas", recuerda Oliva. Tras los Juegos llegó el momento inevitable. Desde entonces mata el gusanillo en un equipo de amigos, pero admite que echa de menos la adrenalina de la competición. 

Aunque ha cambiado el chándal por el alzacuellos, el deporte sigue muy presente en su vida. Ha puesto en marcha un partidillo semanal con los chicos del barrio en la parroquia de Santa María, en Mataró, donde ha ejercido de diácono, y sueña con un proyecto deportivo para jóvenes en riesgo de exclusión social. "Soy quien soy gracias al deporte, en lo humano y en la espiritual. El sacrificio, por ejemplo: si te dicen que con un esprint más te mueres pero ganas, lo haces. También el trabajo en equipo, dar un paso atrás para dejar a un compañero...", explica. Aunque el deporte también tiene sus sombras. En los últimos tiempos le costó convivir con la soberbia. "Que alguien que juega bien al hockey trate con superioridad a uno que no juega pero tiene un doctorado, por ejemplo, me sabe mal. ¡Iniesta no es mejor que un padre de familia!", lamenta.

Litus ha cumplido su palabra. Aunque ya no va a las copas de los jueves, sus amigos coinciden en que sigue siendo el mismo. "Cuando se lo presento a alguien siempre me dice lo mismo: ¡ostras, no parece cura!", cuenta Oliva. Pero Ballbé aún tiene una promesa pendiente. Ante la insistencia de Alegre, aquel día de septiembre accedió. "Sí, si encuentras a mi alma gemela me salgo", le dijo. Hasta ahora no ha tenido suerte, pero el jugador del Polo no se da por vencido. "Lo voy a intentar hasta el último momento", bromea. El plazo acaba a las cinco de esta tarde.

*Escrito publicado por Paco Roche y Francesc Adelantado en el periódico deportivo "MARCA", el 12 de mayo de 2016 

La Glosa Dominical de Gérminans

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Reflexión a modo de notas hacia dónde nos orienta la liturgia dominical
TRASTORNOS, HURACÁN, PENTECOSTÉS, FINALMENTE…
No damos la talla, no bromeemos. No, no estamos a la altura. Nadie que tenga una mínima dosis de realismo puede verdaderamente hacerlo. No somos capaces de anunciar el Reino con suficiente transparencia, con mínima coherencia, con la pasión necesaria.
El mundo explota en su misma crisis y en su incurable agresividad y también nosotros hemos sido contagiados y abrumados. Y sentimos el peso de nuestra fragilidad personal y comunitaria.
Esta historia de confiar a la Iglesia, a esta Iglesia, las riendas del Reino ha sido una broma, o un engaño o una locura. Seamos serios. Es lo que se han dicho durante horas los impávidos discípulos reunidos en el Cenáculo. Jesús realmente se ha ido y ellos deben comprender qué han de hacer. Anunciar el Reino, de acuerdo. ¿Dónde, cómo, a partir de cuándo, diciendo qué?
Fuera aún se respira un mal ambiente para los discípulos del Nazareno. ¿Por qué razón masoquista tendrían que salir y hacerse arrestar de nuevo? Pedro y los otros lo saben muy bien, lo han experimentado en su propia piel: no están a la altura del encargo. ¡Diantres, pero si sólo hace un mes habían huido con el rabo entre las piernas! ¿Cómo esperar una diferente reacción, un comportamiento a la altura de la situación? Piensan y discuten los apóstoles. Algunos se hacen un poco los valientes pero cabizbajos. No tienen fuerza, no solos, no ahora.
Se está levantando el viento. Extraño, en Jerusalén esto no suele suceder en primavera. No es un viento: es el huracán. Un huracán que les arranca de sus certezas, que los devasta, que los estropea y los desmelena, en una palabra, que los convierte. El fuego baja al corazón y los consume. El terremoto derriba sus pequeñas certidumbres y sus ansiados proyectos. No, ciertamente, no pueden llevarlo a cabo. De acuerdo.
Será el Espíritu que actuará. Ha llegado, el don anunciado por el Resucitado. Es más loco y anárquico de como nadie osase imaginárselo. Más que cualquier otra luz, más que cualquier convicción o determinación, más que cualquier proyecto o plan pastoral. He aquí el Espíritu.
El corazón está repleto, salen por las calles, paran a los peregrinos de paso en Jerusalén por Pentecostés. Hablan del Maestro, lo profesan Mesías y Señor y presente. Ha llegado el Espíritu. Pentecostés.
Los evangelistas se divierten jugando con nosotros.  Picándonos y sacudiéndonos de encima el síndrome de “lo sabemos ya todo”. Cada uno de ellos bromea y nos provoca: ¿Cuándo ha bajado el Espíritu? Juan dice que Jesús dona el Espíritu desde lo alto de la Cruz, muriendo. O quizás en el atardecer de Pascua, apareciéndose a los discípulos. O a juicio de Lucas, en la fiesta hebrea de Pentecostés. Enigmas a desvelar para llegar a comprender quién es el Espíritu.
El Espíritu nace de la Cruz porque la Cruz manifiesta la medida del amor de Dios que es el Espíritu. Es don total, definitivo, vital. El Espíritu es regalo del Resucitado y lleva consigo los dones de la paz de corazón y la capacidad de perdonar. El Espíritu es la Nueva Ley que sustituye aquella dada por Dios a Moisés en el Sinaí, la fiesta que los judíos festejaban en el día de Pentecostés. Ahora  la Ley se encuentra escrita en los corazones y es el Espíritu que nos la recuerda.
Finalmente. El Consolador, para erradicar toda soledad, para hacer de la Iglesia la compañía de Dios a los hombres. El Vivificador, para arrancar el asfalto y cualquier otra costra de las que obstinadamente recubren el rostro de Dios y la Palabra. El Paráclito para defendernos del miedo y de la parte oscura que hay en nosotros y que nos turba impidiéndonos ser verdaderamente discípulos. El Sugeridor, para recordar a los discípulos lo que nos ha dicho Jesucristo cuando nos olvidamos de ello. Él reconstruye los lenguajes, nos da la gracia de comprendernos, de comunicar. Supera la arrogancia del hombre que construye torres para manifestar la propia fuerza y usa el lenguaje del poder que no hace comprender, que confunde, que aleja. Pentecostés es el Antibabel, el otro modo de comprenderse, unidos en la misma búsqueda interior.
He aquí el fuego, que calienta e ilumina, que indica un camino en la noche. He aquí la nube, que mantiene alejados a los egipcios e ilumina el camino del pueblo que huye hacia la libertad del corazón, la niebla que desplaza cualquier otro punto de referencia para confiar en Dios únicamente. He aquí el viento que sopla donde quiere: hemos de ser nosotros los que orienten las velas para recogerlo y ponernos a navegar. He aquí el terremoto que socava desde lo hondo. He aquí la paloma, portadora de buenas noticias, cuando vuelve a las manos seguras de Noé que la ha enviado para saber si el diluvio ha acabado, humilde y dócil.
Prudencia. Al Espíritu encerradlo en el armario, por favor. Es peligroso, devastador, inquietante. Cuando la Iglesia se sienta o se enroca hace nacer santos que la vuelcan. Cuando pensáis que vuestra vida ha acabado, aniquilada, os abre la mirada del corazón. Cuando nuestras parroquias languidecen, se clericalizan, se vacían, se acostumbran, se cansan, se iluden, Él sacude los cimientos, derriba los palacios de la retórica y nos impulsa a salir a las calles de nuestro barrio a decir “Dios”.
Todo el relato parece una escena cómica en la que el Espíritu la lía y los apóstoles corren en vano buscando comprender qué hacer verdaderamente. Es el Espíritu el que guía a la Iglesia, aunque busquemos continuamente corregir el rumbo. Es Él, si quieres, el que puede orientar la vida hacia los caminos de la santidad. Es Él el que sopla, a pesar de todo.
Fr. Tomás M. Sanguinetti
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