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Un soplo de aire fresco sobre la Cataluña Central

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Cataluña está huérfana de aquel humanismo integral con raíces cristianas que busca soluciones sabias a los problemas de los ciudadanos. Visiones libres, no sujetas a los intereses partidistas y que conciencien moralmente a los ciudadanos y los haga más responsables. La vieja fórmula de Pascal y Kant de vivir como si Dios existiese, adquiere cada vez más actualidad. Ahora se trata de darle visibilidad y contenido práctico. Hay que esbozar los límites morales a las acciones, comportamientos, decisiones, proyectos y leyes. A esta tarea deben contribuir tanto personas firmemente creyentes como personas que admiren los valores del cristianismo y que se acerquen al mensaje cristiano viviéndolo desde un punto de vista ético.
Analizar los problemas de Cataluña dentro de los grandes problemas que atañen a la cultura europea, es un acierto. Manifestar común preocupación por una civilización occidental amenazada en su interior por el relativismo y el multiculturalismo, es un buen planteamiento y un mejor punto de partida. Señalar al cristianismo como común denominador cultural de los pueblos de Europa frente al iluminismo, resulta un acierto. Este es el camino para el redescubrimiento de la identidad cultural de Cataluña. 
Veguerías catalanas y mapa de la veguería de la Catalunya Central
La tarea de individuar y “gestionar” los fundamentos de los conceptos de igualdad y de solidaridad que deben regir las relaciones sociales, no puede quedar en manos ni de quienes han perdido su identidad política por haber sucumbido al rechazo de la base humanístico-cristiana de su ideario (llámese PP o Convergencia…), ni en manos de postulados marxistas o anticapitalistas arcaizantes que atribuyen al capitalismo todos los males del mundo. "El hombre del humanismo cristiano -decía Maritain- sabe que la vida política aspira a un bien común superior a una mera colección de bienes individuales (…); que la obra común debe tender, sobre todo, a mejorar la vida humana misma, a hacer posible que todos vivan en la tierra como hombres libres y gocen de los frutos de la cultura y del espíritu (...); el hombre del humanismo cristiano aprecia la libertad como algo de lo que hay que ser merecedor; comprende la igualdad esencial que hay entre él y los otros hombres y la manifiesta en el respeto y en la fraternidad; y ve en la justicia, la fuerza de conservación de la comunidad política y el requisito previo que llevando a los no iguales a la igualdad, hace posible que nazca la fraternidad cívica.”   
Necesitamos voces que condenen el relativismo y la incertidumbre cultural que asola a nuestra sociedad contemporánea y que desarrollen el tema de la verdadera identidad cultural catalana, española y europea que tiene sus raíces en la fuerza ética y social del cristianismo. El compromiso de los católicos debe catapultarlos fuera de sus convicciones privadas y visibilizarlos en la coherencia de su comportamiento ético. Los cristianos debemos comprometernos en todas las esferas de la vida civil e institucional poniendo nuestra mirada en los problemas de todos los ciudadanos y en la solidaridad social. Según mi humilde parecer, hay que poner a la luz la Doctrina Social de la Iglesia: que es una gran doctrina, dentro del marco de una gran escuela y una gran tradición de pensamiento social y político. Es necesario educar sobre los dos grandes pilares: por una parte la atención y defensa de nuestra tradición europea y occidental que es la referencia a mantener; y por otra parte la custodia de la autonomía individual de la persona, que es la condición sobre la que hemos de velar. 
Tanto Pablo VI en su encíclica “Populorum Progressio” (1967) de la que el año próximo se celebrará el cincuentenario, como Juan Pablo II en su encíclica Sollicitudo Rei Socialis, convirtieron  el concepto de humanismo integral en parte sustancial de su preocupación por la cuestión cultural de nuestros tiempos, tema central también del pontificado de Benedicto XVI.
En este sentido, desde Gérminans queremos saludar con esperanza la aparición de una revista digital centrada en la realidad de la Cataluña Central (comarcas de Osona, Moianès, Bages, Solsonès, Berguedà y pronto Anoia) que a nuestro parecer asume esos postulados. Se trata de Revista Digital de la Catalunya Central  aparecida en la red el pasado martes 9 de febrero. Más allá de la crónica de sucesos en esas comarcas de la Cataluña interior, creemos que en su visión de las cosas, tanto sus promotores como sus editorialistas  y colaboradores, intentan sopesar los acontecimientos y las noticias en atención a sus causas y a sus fines, valorando las normas y condiciones que dan razón a su existencia. La publicación, a pesar del tan esperado sarcasmo que surgirá de los llamados hombres teóricos que ostentan el poder, intenta ser eficaz en grado sumo y esbozar razones de esperanza; porque  la esperanza tiene que ver con el deber ser de las cosas, no con lo que son, y el hombre no puede vivir y actuar sin esperanza.
Creo que esta nueva publicación digital tiene un hermoso recorrido por delante, y que será  muy  eficaz. Eficaz claro, siempre que quien la lea lleve en su corazón, con honestidad intelectual,  las esperanzas más nobles de nuestra sociedad y sus individuos. Un soplo de aire fresco pues, a favor de la libertad y de nuestra más genuina tradición humanístico-cristiana. Benvinguts a casa, companys!
Prudentius de Bárcino 

NOTA: En la sección "Escritos recomendados" encontrarán el artículo de nuestro colaborador Dom Adalbert Puigseslloses que acaba de publicar la Revista Digital de la Catalunya Central a la que hace referencia este artículo

Un obispo extrovertido

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Decía Fray Tomás M. Sanguinetti, en una de sus magníficas Glosas, que lo contrario de cristiano es triste, no ateo. Ese aserto chestertoniano se cumple a la perfección con el obispo Omella. Lo pude comprobar el pasado 11 de febrero, en la misa que ofició en la catedral, con motivo de la festividad de la Virgen de Lourdes. Don Juan José transmite afabilidad, empatía, incluso diríamos coloquialmente que “buen rollo”. La realidad es que no podía haber entrado con mejor pie. No estábamos acostumbrados en Barcelona a obispos simpáticos. Desde el rigor canonista de Jubany, pasando por el hieratismo melancólico de Carles o la probidad funcionarial de Sistach, les faltaba a nuestros prelados el buen humor y la llana franqueza del turolense.

Reitero: lo comprobé en la misa de Lourdes. No sólo en la homilía, espontánea y no sujeta a papel alguno (aunque ciertamente imita bastante al papa Francisco, en especial al centrarla en tres iconos, cual suele hacer el Santo Padre); sino en la procesión de las antorchas y en la oración final y bendición de los enfermos en la capilla del claustro. Al final de la misma, el arzobispo se paró a besar a cada uno de los enfermos y discapacitados que venían con la Hospitalidad y después a saludar a cada uno de los fieles que se le acercaban. Y a todos les preguntaba de dónde eran, hasta el punto de que, con esa socarronería aragonesa, a unas mujeres que eran de Bilbao, les espetó “Ay, las bilbaínas, ¿qué hacen en Barcelona?”. Y ciertamente la despedida se hizo larga, sin que el obispo demostrase prisa alguna por concluirla.

Los comentarios de los fieles eran inevitables: “Esto jamás lo hizo el cardenal Sistach”. Ciertamente son dos personalidades muy diferentes, pero está claro que en alegría y extroversión gana el turolense. Como uno no quiso ser menos, también se acercó a saludarle, darle la bienvenida y decirle lo contentos que estamos con su llegada. Y desde esa mirada miope, con sus gafas de varias dioptrías, se le veía feliz y enormemente agradecido de la acogida que se le dispensaba. 

Tras saludarle y comprobar el estupendo ambiente que está produciendo en la diócesis, pensé que ese breve saludo no debía ser el último. Es evidente que los puentes entre Germinans y la Curia están rotos desde hace mucho tiempo y que un sector de la misma nos guarda especial inquina. Pero el talante del nuevo arzobispo puede ser la ocasión especial para hacer tabla rasa del pasado e iniciar una nueva etapa, sin los resquemores acumulados desde hace años. En lo que pueda contribuir, mi granito de arena está aportado desde ahora.

Cual bien manifestó, al iniciar su pontificado, es el momento de escuchar y conocer a todos y cada uno de los que forman la diócesis. Pese a quien le pese, Germinans también forma parte de ella. No sólo como modesto medio de comunicación, sino especialmente como corriente de opinión, formada por quienes en ella escribimos y por cuantos seguidores nos leen y proporcionan la inmensa mayoría de las noticias que publicamos. A menudo los articulistas nos limitamos a dar forma y sentido a las inquietudes y anhelos de una porción destacada de esta diócesis.    

Ni hablo por hablar ni tan siquiera hablo por mí solo. Monseñor Omella nos tiene a su plena disposición. Queremos conocerle y que nos conozca. Charlar, como hace él, de forma abierta, sin libretos ni predisposiciones. Tal como es él y tal como somos nosotros. Le ofrecemos el guante y la mano tendida, con la esperanza de que el acercamiento no sería infructífero.

Oriolt

El clero progresista descolocado con Omella

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El poco tiempo que lleva entre nosotros Don Juan José Omella ha demostrado que todo parecido con su antecesor n.s.b.a... y jubilado cardenal Martínez Sistach es pura coincidencia. Son tan distintos, que el clero pregresista está desorientado y no sabe como actuar y qué hacer ante un arzobispo que rompe esquemas, que no conoce a nadie y por tanto no recibe influencias ni órdenes de nadie, que ven como se mete a la gente en el bolsillo, aunque haga y diga cosas (todas en castellano) que no les acaban de convencer.

El clero progresista conocía a Don Lluís como la palma de su mano, era "dels nostres" (de los nuestros), había estudiado en Barcelona, fue sacerdote raso en nuestra ciudad, luego empezó a ocupar cargos en la era Jubany, codeándose con la flor y nata de la U (Unió Sacerdotal), obispo auxiliar de la misma Barcelona y después titular de dos diócesis cercanas en la misma Cataluña. Lo recibieron con entusiasmo y rápidamente le hicieron firmar la llamada "pax sistachiana" o acuerdo de no agresión durante todo su pontificado a cambio de unas estrictas condiciones. Aún así, su pontificado acabó con el clero progresista decepcionado y alejado de su pastor, cumplieron con su palabra de no atacarle hasta él penúltimo momento (Romeu ya lo hizo justo antes de marcharse), pero no le tenían ya ninguna simpatía en sus últimos años al frente de nuestra diócesis
 
Omella, Sistach y Taltavull
Todo lo contrario es el caso de Don Ricardo Carles, fue un forastero desde el principio, se le dio un pequeño margen para adaptarse al "tarannà" (carácter) catalano-barcelonés, pero al no hacerlo, fueron a por él con la más dura artillería pesada. Estaban convencidos de que acabarían derribándolo y que su destino sería el exilio como Don Marcelo. Pero se equivocaron, San Juan Pablo II lo mantuvo en el cargo y le añadió dos años "oficiales" de prórroga en su pontificado. Esa decisión sacó todo el odio y las peores artes de un clero furioso, que consiguió asustar a Roma y propiciar la llegada de Sistach.

Pero ahora la cosa es distinta, porque a Don Juan José no lo ven como a uno "dels nostres" pero tampoco como a un forastero-enemigo como Don Ricardo. Saben además que su nombramiento es una decisión personal y directa de S.S. el Papa Francisco, ese pontífice, que no se cansan de alabar pública y privadamente. Saben además que al obispo aragonés no lo van a poder torcer ni manipular, y saben que contará siempre con el apoyo total del Santo Padre que no se anda con chiquitas. 

Estoy convencido que a estas alturas, si Don Ricardo hubiera empezado su pontificado haciendo algunas cosas que ha hecho Don Juan José, tendrían las escopetas a punto para ir a la guerra contra el obispo que no se adapta a sus consignas. Me refiero por ejemplo al hecho de predicar hasta ahora siempre en castellano, que justifica con el hecho de que "así se expresa mejor" o que en "Cataluña se hablan los dos idiomas". Don Ricardo que es bien sabido que se expresaba mucho mejor en castellano y que era su lengua habitual antes de llegar a Barcelona (incluso en Tortosa) no dudó en hablar desde el primer día en catalán-valenciano, para evitarse las primeras críticas.

No se crean que esto lo hace sólo en las grandes celebraciones para tener una mayor seguridad (Catedral, Sagrada Familia...). Me comenta un sacerdote que ha participado de los retiros cuaresmales que está haciendo el arzobispo a los sacerdotes por zonas pastorales, que las predicaciones también las hace en castellano, aunque ofrece el texto básico de su reflexión (del que siempre se sale espontáneamente) en bilingüe.

Omella,un obispo simpático y cercano
Me dice este amigo presbítero que en estos retiros Don Juan José ha impuesto la celebración de la Penitencia, para que todos los sacerdotes se confiesen, y lo hagan, claro está, como manda la Santa Madre Iglesia, con confesión individual y no como lo hace una buena parte del clero barcelonés (con absoluciones colectivas o sin confesión individual). El arzobispo es el primero en confesarse con uno de los sacerdotes presentes para dar ejemplo. Me han pasado el examen de conciencia que se da a los sacerdotes previo a la confesión y me ha llamado la atención el punto 14 que dice exactamente: "¿Sigo y enseño con fidelidad y obediencia el Magisterio de la Iglesia?". Toda una declaración de intenciones.

En otros tiempos con situaciones como esta, el clero progresista ya se estaría reuniendo y conspirando para ver que hay que hacer contra este arzobispo. Pero no lo van a hacer, están demasiado descolocados y saben que esa guerra la tendrían perdida de entrada. Don Juan José es un hombre de una proximidad y cercanía extrema, pero no le busques las cosquillas que entonces le saldrá el carácter de aragonés puro, con toda su dureza.

Además hay algo que les inmoviliza, miran sus filas y están diezmadas y envejecidas, el ejército de sacerdotes progresistas ya no está para muchas batallas, y menos contra un enemigo fuerte. Algunos de sus cabecillas ya pasaron a mejor vida, otros a la residencia de jubilados, y los que quedan ya tienen en su mayoría una edad considerable.

Antoninus Pius

El futuro del "Convictorio Sacerdotal"

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Trias concedió al Arzobispado un proyecto en un jardín protegido
El equipo de CDC en el Ayuntamiento de Barcelona, encabezado por el exalcalde Xavier Trias, permitió al Arzobispado iniciar una gran operación inmobiliaria en unos jardines protegidos en el barrio de Les Corts. La decisión, tomada dos meses antes de que empezara la campaña electoral, permitió a la iglesia ceder unos terrenos a una empresa privada para construir una residencia de investigadores que funciona de facto como un hotel cualquiera.

Los vecinos del barrio se han levantado en pie de guerra ante un proyecto que consideran lleno de irregularidades. Según las siete comunidades de vecinos que se han personado contra la promoción, el Ayuntamiento aprobó un plan especial hecho a medida para permitir que el Arzobispado pegara un pelotazo en unos jardines que están protegidos y en los que no se puede edificar. La residencia de investigadores que se ha proyectado consta de 7 plantas y 115 habitaciones. La empresa concesionaria la explotará durante 50 años.

Un plan especial a medida 

El pleno del Ayuntamiento aprobó el 27 de febrero de 2015 un “Plan especial urbanístico integral y de mejora urbana” para la finca en cuestión. Según los expertos en derecho urbanístico consultados, es el procedimiento habitual para este tipo de proyectos. La propuesta se aprobó sin ningún voto en contra y con las abstenciones de ICV y el PSC. Según el acta del pleno de ese día, una edil del PSC constató que la altura prevista para la residencia superaba la altura permitida, pero el grupo socialista permitió su aprobación con su abstención. Entre los ediles de ICV que se abstuvieron estaba Janet Sanz, la actual responsable de Urbanismo en el equipo de Ada Colau.

Los vecinos denuncian que el plan especial aprobado vulnera la normativa de protección del patrimonio histórico del distrito, que establece expresamente que deben conservarse los jardines de esa finca. El edificio y sus jardines, llamados Can Capellanets, están incluidos en el catálogo de patrimonio arquitectónico de Barcelona.

“El espacio verde es muy pequeño, pero ejerce de pequeño pulmón en un barrio que tiene muy pocas zonas verdes”, explica Álex Vallejo, uno de los vecinos afectados. “Cuando se hace un plan especial, el barrio ha de ganar algo; no entiendo qué ganamos con esa residencia”, remacha.

Otra de las quejas de los afectados se centra en el hecho de que nadie les avisó del proyecto. “Se hizo en silencio y sin avisar a los vecinos”, apunta Vallejo. “Nos dimos cuenta cuando vimos las primeras grúas en el terreno”.

La residencia proyectada tampoco cumple con la altura máxima que establece el Plan General Metropolitano. El proyecto prevé un edificio de 22 metros cuando el máximo permitido en esa calle son 17,70 metros.

Un hotel encubierto

Entre la larga lista de irregularidades que destacan los denunciantes, los vecinos explican que la residencia para investigadores que se ha proyectado funciona como si fuese un hotel cualquiera.

RESA, la empresa concesionaria, dispone de otra residencia con la misma tipología situada en el centro de la ciudad. Un vecino escribió la semana pasada a esa residencia explicando que no era ni investigador ni docente, pero que buscaba alojamiento. La respuesta, por escrito, fue la siguiente: “Funciona casi como un hotel, usted no tendría que acreditar si es investigador, cualquier persona se puede alojar aquí. No se preocupe”.

La finca en cuestión está calificada como de equipamientos en el Plan General Metropolitano. Esto quiere decir que no se puede construir ningún hotel, aunque sí una residencia de docentes. EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con la empresa adjudicataria pero no ha sido posible que ningún portavoz diera su versión. Tampoco el Arzobispado ha querido hacer ninguna declaración.
La finca figura en el catálogo de patrimonio arquitectónico de Barcelona

Vulnera la moratoria hotelera

Más allá de las presuntas irregularidades a la hora de diseñar el plan especial, la residencia proyectada también choca con la moratoria a las licencias hoteleras que aprobó el equipo de Colau a principios de julio, pocas semanas después de llegar a la alcaldía. La moratoria afecta a todos los proyectos que estuvieran tramitándose en ese momento y por eso afecta a la residencia que quiere construir el Arzobispado.

La moratoria incluye residencias de estudiantes aunque no de docentes. La residencia proyectada se define en su memoria como una residencia de investigadores, personal docente y estudiantes de másters y posgrado. La defensa de los vecinos considera que esto implica que el proyecto sí está afectado por la moratoria en cuestión, ya que incluye estudiantes de másters, más allá de que actuaría de facto como un hotel al uso.

Colau no lo paraliza

A pesar del catálogo de presuntas irregularidades que rodea este proyecto, el equipo de Ada Colau en el Ayuntamiento concederá la licencia definitiva de obras “próximamente”. Así lo ha confirmado un portavoz del departamento de Urbanismo, que ha rechazado contestar a las demás preguntas de este periódico. Este portavoz ha trasladado la responsabilidad al equipo de Gobierno anterior y ha asegurado que se solicitaron ciertas modificaciones a los promotores de la residencia. El grupo municipal de CDC, responsable de la aprobación del proyecto, tampoco ha respondido a las preguntas de este periódico y se ha limitado a contestar que “el terreno era edificable”.
Varios de los vecinos consultados aseguran que el Ayuntamiento les ha trasladado en privado su desacuerdo con el proyecto, pero les cuentan que no quieren suspender las obras porque “costaría mucho dinero”. Estos responsables del consistorio alegan que las posibles demandas que el Arzobispado y la empresa adjudicataria presentarían contra el consistorio podrían ser muy costosas.

*Escrito publicado en la web "El Español" el 16 de febrero de 2016 y firmado por Pol Pareja.

No sólo de pan vive el hombre

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Si buscamos periferias para volcar en ellas nuestro apostolado, no es necesario que nos embarremos buscando villas miseria. Mucha mayor miseria tenemos dentro de nosotros, en nuestra propia sociedad: económicamente opulenta, sobre todo si la comparamos con esas villas miseria que nos pueden dar tanto caché apostólico, pero moralmente en la indigencia más extrema. Bien están los apóstoles que dan pan y aliento a los que viven en la miseria económica; pero es estremecedora la escasez de apóstoles dispuestos a dar testimonio del Evangelio en esta sociedad nuestra que se hunde cada vez más en la peor indigencia moral. Evangelizar en estas periferias es mucho más duro que hacerlo entre los parias de la tierra, porque estos apóstoles son vilipendiados por los infieles, creando la imagen de rechazo y repudio del Evangelio por parte de éstos; mientras que quienes se dedican a aliviar la miseria material, son lisonjeados con gran fervor por los infieles y descreídos, creando con ello ilusión de gran eficiencia evangelizadora.
Sin andarse con rodeos, el cardenal Charles Maung Bo denunció los ataques que sufre la familia en las naciones ricas, empeñadas en dinamitarla: introduciendo en ella a través de las leyes, cuerpos extraños cuyo único fin no es, como dicen, ampliar la familia con nuevas formas, sino destruirla desde dentro. Lo que antaño fue la lucha política contra la explotación inmisericorde y contra la pobreza, se ha convertido hoy en la lucha política contra la familia natural, para proteger “nuevas familias” basadas en nuevas formas de entender el sexo, y por consiguiente en nuevas formas de entender la manera de tener hijos.
¿Y quién es este cardenal Bo? ¿De dónde ha salido? Pues de Asia (Birmania), de una de las periferias de la Iglesia. Aunque por la fuerza con que laten esas periferias asiáticas y africanas, más propio sería afirmar que son el nuevo corazón de la Iglesia. Se pronunció en este sentido en la homilía del 51º Congreso Eucarístico Internacional de Filipinas, en el que fungió de embajador pontificio. “Un peligro mortal más grande que la bomba atómica y que el terrorismo, se yergue sobre la humanidad entera; porque algunas naciones han optado por el camino de la destrucción de la familia a través de las leyes”.
Esta conciencia a la que da voz el cardenal Bo, de que la destrucción de la familia en la sociedad occidental (¡mayoritariamente cristiana!, al menos en origen), es más terrible que una bomba atómica, no es demasiado compartida en la porción de la Iglesia que la sufre. Y sin embargo es totalmente cierto. Es una tragedia muchísimo mayor para toda la humanidad la destrucción de una institución tan vital como la familia, que la pérdida de una de sus grandes ciudades por un ataque nuclear. La familia es una de las mayores creaciones de la humanidad, destilación de milenios y de culturas, gracias a la cual se ha resuelto de la forma más estable y satisfactoria la convivencia entre los seres humanos. Una institución a la que el cristianismo aportó a lo largo de muchos siglos, la mayor consolidación y la máxima calidad humana. La ruina del trabajo de tantas generaciones, a la que asistimos impávidos, constituye una tremenda catástrofe para la humanidad.
El cardenal Bo es, en efecto, una rara avis en el clima de perfil bajísimo y de silencio preocupante en que se ha colocado el alto mando de la Iglesia. Para la multitudinaria manifestación en Roma en defensa de la familia, han sido los laicos los que se han movilizado ante la mirada cualquiera diría que displicente de la jerarquía. Ésta, en efecto, ni impulsó ni participó en la organización. Unas semanas antes del evento, la Conferencia Episcopal Italiana se limitó (¡algo es algo!) a invitar a los católicos a participar. Los organizadores fueron un grupo de laicos que liderados por un médico, formaron un comité denominado “Defendamos a nuestros hijos”.
Es sumamente preocupante que mientras los laicos se organizan con enorme escasez de recursos para poner en pie a la población en defensa de la familia, la jerarquía católica, con su incalculable potencial económico y propagandístico venga de organizar una larga y espectacular movilización, el sínodo de los obispos, cuyo contenido publicitado (quizá ocurrió lo mismo que en el Concilio: que una cosa es lo que fue, y otra lo que trascendió ¡y quedó!), fue cómo se posicionaba la Iglesia ante la poligamia diacrónica, el divorcio católico llamado también nulidad exprés y la fórmula más oportuna para asimilar en la Iglesia la nueva polisexualidad. El indisimulable desequilibrio en el tratamiento dado por la jerarquía de la Iglesia a estos dos frentes (el de la familia con perfil bajísimo, y el de la polisexualidad a bombo y platillo), tiene apaciguados y hasta exultantes a los enemigos de la Iglesia; pero inquietos y desasosegados a muchos fieles.     
Por eso es tan consolador escuchar en la Iglesia voces como la del cardenal birmano: “Muchas naciones ricas tienen dinero, pero no tienen familias”. ¿De qué les sirve a esas naciones ganar todo lo que ganan si acaban perdiéndose ellas mismas? Si se destruye la familia, que es la primera célula social, nos convertimos todos en masa inerte, que ése debe ser el objetivo de la nueva ingeniería social. Masas de individuos sin vinculación sólida entre sí, cohesionados únicamente por el Estado. Masas amasadas a conveniencia del poder.
¿Acaso no hay en Filipinas pobreza, desequilibrios sociales, inseguridad, conflictos étnico-religiosos, migración y demás? Sí, pero resulta que todos esos conflictos, todos ellos, son más llevaderos si se mantiene la familia en pie. “En Filipinas luchamos por las familias pobres y oprimidas porque creemos en el fundamento de la vida y de la unión familiar”, dice el cardenal Bo. Y ya en tono profético, afirma: “Filipinas es la única nación asiática de mayoría católica destinada a la gloria, a la prosperidad y  a la espiritualidad. Y tendrá la tarea de ser luz no sólo para Asia, sino para el mundo entero”. He aquí cómo la familia se nos ha ido a la periferia y sólo se defiende con fervor en las periferias geográficas y sociales.
No deja de ser un consuelo para los creyentes que mientras asistimos al hundimiento de los países más ricos, en los que “la familia corre peligro incluso dentro de la propia Iglesia católica” (son palabras del cardenal), contemplemos la luz de la fe y de la civilización celosamente guardada por países pobres en bienes materiales, pero ricos en moral y en bienes espirituales.
Y entretanto, cediendo a la tentación del diablo, que nos insiste para que convirtamos las piedras en pan. Es imposible: esos corazones duros como pedernales, de esa misma Europa que hace aspavientos ante el drama de los refugiados sirios después de haber creado el problema, de esa Europa que se está empleando a fondo en destruir la familia, ¿qué pan puede salir? ¿Cree alguien que es menos criminal la destrucción de Siria y de otros países árabes, con el tremendo problema migratorio que ha ocasionado, que la destrucción de la familia? ¿De qué nos maravillamos? Los autores son los mismos: y para ambas fechorías necesitan tener corazón de pedernal. Como dice el cardenal Bo, es difícil encontrar en el mundo actual una tragedia comparable a la destrucción de la familia. Esto sí que es miseria, esto sí que es ruina. Es preocupante que mientras nos empeñamos en ayudar a los pobres para darles de comer, no nos importe que les roben algo tan valioso como la familia. Ellos, los pobres, son los que más la necesitan.   
Sí, ya sé que LAS PENAS CON PAN SON MENOS. Pero si me dan a elegir penas con pan o penas con la compañía de la familia, pues qué quieres que te diga, prefiero la familia; que al fin y al cabo, como pilles la costumbre de comer, no paras; y esos mismos pobres pasan de la pobreza de no comer, a la pobreza sarcástica de la obesidad.
Y sí, lo que me levanta más dudas, es que los malvados de corazón de piedra se empeñan en darte pan; pero eso sí, a cambio de la familia. Te imponen el progreso, es decir la ideología de género, el matrimonio que es cualquier otra cosa, la familia del progenitor A y el progenitor B; los embriones como juguete preferido de la ciencia, los hijos como mascotas a la carta, el aborto de principio a fin y la eutanasia, y todo esto enseñado y promovido por la escuela, por las leyes y por los medios. Ellos lo financian todo. Y de propina te dan pan, como si sólo de pan viviese el hombre. Efectivamente: convencidos de que vive sólo de pan. Sí, sí, haz que estas piedras se conviertan en pan... un pan que muerdes y se te caen los dientes. ¿Y qué otro pan iba a inventar el diablo?
Nos estamos obsesionando con el pan (haz que estas piedras se conviertan en pan) y nos estamos olvidando de toda palabra que sale de la boca de Dios. ¿Olvidándola? ¡Escondiéndola! Tiempo ha, toda la Iglesia que daba pan, lo daba bajo la mirada de la cruz y acompañada del Evangelio. Hoy, gran parte de la Iglesia que da pan, esconde la Cruz y el Evangelio. Se sienten más cómodos haciendo de ONG totalmente laica, porque así reciben subvenciones del G y, por qué negarlo, ¡les mola más! Procuran no entrar en conflicto doctrinal con el Banco Mundial, con el Fondo Monetario Internacional y con la ONU, que también dan pan (si por el pan fuese, serían la más viva imagen del Evangelio). Y los pobres comen pan, claro que sí; pero se les caen los dientes. Es el precio que les impone el diablo cuando despliega con ellos su generosidad.
Cesáreo Marítimo

La Glosa Dominical de Gérminans

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Reflexión a modo de notas hacia dónde nos orienta la liturgia del domingo
EL COCIENTE DE ABSURDIDAD DE DIOS
La llamada de Dios es siempre un signo de partida. Para Pedro la vida no había sido fácil desde los días en los que había abandonado la barca para seguirle. Que ahora el Maestro tuviera que “sufrir mucho” hasta “ser llevado a la muerte”  no debió digerirlo con facilidad. Pero, allá arriba, en la cima del monte es sobre eso sobre lo que Él vuelve a hablar con dos ancianos, Moisés y Elías. Lo que pasa en aquel monte es una anticipación de aquel mundo transfigurado que esperamos. Algunos momentos de luminosa plenitud en los que exclamamos: “qué bien se está aquí”, pueden acontecer ya hoy. Quisiéramos detener el tiempo, plantar tiendas que resistan al viento. Pero son sólo momentos, en los cuales podemos quedar petrificados. Porque es necesario bajar del monte. Es una orden. Una exigencia de amor.
Y una tentación para nosotros, que hemos sido hechos para los embrujos, detenernos donde uno es feliz, olvidar las tribulaciones de allí abajo y el destino de los demás. Como Pedro y su primer descuido: él, pescador de un mar estrecho entre olas, allí él quisiera transformar en morada definitiva aquella alegría, en un abrigo protector contra la cruz. No quiere volver al valle, ni bajar aquellas tres tiendas de campaña hasta allí, aquel dulce vivir de unos pocos, sin afanes, sin nunca jamás morir. Y resuena el eco de aquella esplendida declaración de ternura que el Nazareno dedica a Pedro: “cuando eras más joven, te ceñías el vestido e ibas donde querías, cuando seas viejo extenderás tus manos, otro te ceñirá el vestido y te llevará donde tú no quieres ir”. Como sobre el monte, la invitación a llevar a tus amigos hacia lo alto, lejos del ruido, y hacerles ver tu rostro, patentizar cómo es hermoso para nosotros estarnos aquí. Tocarles y darles fuerza, quitándoles el miedo. Después, sin levantar tiendas, volver a vivir en el propio espacio cotidiano. Es verdad: tú sabes cuál es la meta. Pero a la que hoy llegas no es definitiva. Al alba uno parte sin saber dónde en la noche plantarás la tienda. Se reirán de ti, te ultrajarán, pensarán que eres un imbécil porque no construyes casa, no inviertes en muebles, no levantas barricadas ni verjas con mando a distancia. Se reirán porque para ellos no tienes los papeles en regla.
Uno acepta el partir, pero al menos le gustaría soñar con la dirección. Abrahán era pastor: husmear los pastos era su pasión, su profesión. Setenta y cinco primaveras (y otros tantos inviernos): tiempo de testamentos a firmar y recuerdos para custodiar, tiempo de pasados y de nostalgias y de añoranzas. Dios irrumpe en su mundo cotidiano y le hace vivir la experiencia del absurdo. Setenta y cinco años es la edad buena para empezar a vivir. “Vete de tu tierra” Es decir: sé un apátrida, un gitano, hacia el país que yo te indicaré. ¿Entenderías algo? Estamos acostumbrados a que los periódicos nos mantengan sentados. Los grandes -a través de ellos- para cada problema nos dan por adelantado la respuesta que tenemos que dar: la papeleta para votar, el partido al que adherirse, la película para ir a ver y la que no tenemos que ver, el diario que hemos de leer, las noticias que hemos de escuchar, el agua que es bueno beber, los alimentos que debemos comer, el camino para recorrer, el traje que ponernos, las palabras que hemos de usar. Les gusta que estemos sentados, porque todo movimiento es un atentado a la autoridad. El evangelio en cambio te lanza a la palestra, con una Palabra como equipamiento.  El único recurso, el único apoyo: ¡qué consolador!
Y no obstante Abrahán cree. Pero el tiempo pasa y sin embargo cree. Dios parece no mantener las promesas y a pesar de ello Abrahán cree. Parece haberse olvidado de las promesas y él continúa creyendo. Cree. No se lamenta. No arrincona el sueño. No le asustan las burlas. Cree porque ha intuido la técnica de Dios: interviene únicamente cuando el hombre ha quemado todas las posibilidades. Mantiene con puntualidad la Palabra cuando ya ha pasado el tiempo, cuando ya no hay nada que esperar. Es como decir: “Ahora o sujetas mi mano o sujetas mi mano”. Ésta es la paradoja increíble y lacerante de la fe. Si la aceptas, descubres a un Dios magnífico: un Dios que te levanta, que te despierta, provoca, hace nacer, interpela, escuece, despierta la creatividad, abre horizontes, discierne los pasos. Te libera. Tiene sin embargo un defecto: siempre va por delante. La tierra prometida está por delante: prohibida la nostalgia, el volver la cabeza atrás. Ellos te adoctrinan, Él te vacía para encender la libertad. El hombre es estático y repetitivo, Dios es dinámico y sorprendente. Tal vez por eso aún hoy en día sigue estando un poco más allá. 
Fr. Tomás M. Sanguinetti

Ahora les toca a ellos revisar

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Que estamos en tiempos en que no podemos dormir, lo deberían saber todos los católicos conscientes del valor de su fe. Que la voluntad de Dios no nos quiere inactivos, es una verdad de cajón que todos deberían haber asumido. La izquierda progresista eclesial en Cataluña, como por ende en todo el mundo, ha tenido siempre dificultad para ello, más si cabe ahora que sus ideólogos han envejecido o han salido trasquilados en su pretensión de renovación eclesial basada en los parámetros a los que acríticamente se adhirieron en la década de los 60. Ni siquiera el inexorable paso del tiempo, cincuenta años recién celebrados de la conclusión del Concilio, ha permitido cambiar la perspectiva histórica de todos aquellos que arguyendo el espíritu del Vaticano II, valoran el punto de llegada en el que nos encontramos con una pertinaz evaluación negativa que les impide dibujar una nueva trayectoria eclesial. 
Para ellos la trayectoria eclesial contemporánea, especialmente desde el pontificado del santo papa Juan Pablo II y cómo no, del peyorativamente “gran revisionista” eclesial que para ellos constituyó el papa Ratzinger, ha sido un fracaso. Desde su mentalidad progresista tienen altísima dificultad para mirar al pasado y encontrar rasgos negativos en su trayectoria, todos aquellos que nos han llevado a desembocar en esta parálisis pastoral, no la neguemos, y en ese pesimismo que de manera corporativa ellos llevan a sus espaldas. Ni siquiera el pontificado de Francisco ni la nueva etapa diocesana que en nuestras coordenadas representa la llegada de don Juan José Omella, les ha hecho cambiar hasta ahora de postulados.
C:\Users\FRANSESC\Desktop\untitled-3_escudo1-300x238.gifPara el progresismo eclesial barcelonés, y por extensión catalán, aún está pendiente la auténtica revolución eclesial que auspició el Vaticano II. Se olvidan de que ya juzgaron así, desde inicios de los 70, el pontificado y la obra del papa del Concilio por antonomasia que fue Pablo VI. Ellos se pretendían precursores de éxito, no revisaron su historia ni su acción pastoral entrando en la cuenta de resultados, y se negaron a admitir cualquier controversia que no pasase por la aceptación a ultranza de los postulados que fueron su armazón ideológico. Imposibilidad pues de diálogo con cualquier sector que no representase el ideal progresista que ellos encarnan.
¿Dónde se encuentra pues el secreto para desbloquear esa parálisis mental y la cerrazón en que se encuentran atrincherados? Esencialmente en la revisión de tres premisas que ellos adoptan como innegociables:
  1. Admitir la utilización acrítica de los documentos con que los teólogos de las comisiones preparatorias del Concilio prepararon el evento y que ellos maximizaron en demasía, convirtiéndolos en “el Concilio”.
  2. Reconocer el uso de los documentos conciliares de manera forzada para conducirlos en beneficio de sus propios fines o ideas preconcebidas, en la acción pastoral concreta.
  3. Reconocer asimismo la falta de contextualización de los mismos en la tradición eclesial barcelonesa precedente, desvalorizando caprichosamente todo aquello que no viniese de la “pars melior et proba” de la diócesis (la mejor y más integra parte): consideración con la que ellos pretendían ser identificados.
En Barcelona, el camino del diálogo y de la reconciliación diocesana pasa por no contarnos una de piratas y por abandonar muchas vanagloriadas denominaciones, que ellos han adoptado como estructura mental. La corriente de opinión que Gérminans representa (y que no discurre por los mismos cauces por los que fluye el río opusdeísta -aunque coincidimos en muchos postulados), al encontrarse marginada y bandeada continuamente por la pretendida mayoría eclesial que esgrimen ser los progresistas, ha tenido la oportunidad de operar un continuo revisionismo de postulados y acciones. A ellos les falta ese gozne. Sin embargo, dado que les atribuimos una cierta altura y preparación intelectual y sobre todo un bien probado pragmatismo en la acción, al menos en los viejos líderes, no estaría de más (visto cuán exiguo es el contingente que les queda de herederos, y cuán paupérrima es su preparación intelectual) que adoptasen una actitud más tendente al diálogo que la que hasta ahora han exhibido.
Como gran obstáculo para ello tienen la tentación de querer contentarnos con las migajas y concesiones de estilo con que suelen alimentar a los opusdeístas, que capitaneados por Joan Costa y Xavier Pagès, desfilan entrenados y compactos. Los toleran porque éstos han admitido el dogma nacionalista, piedra angular de sus postulados eclesiales. Olvidan no obstante que cuando ellos se reúnen (me refiero a la docena de sacerdotes jóvenes que agrupan), tras salir del Centro Sacerdotal Rosellón van a comer al restaurante bebiendo agua y pagando a escote. Nosotros, no lo olviden, cocinamos puchero, no comemos chapatitas y panecillos de sésamo sino hogazas al corte, y bebemos vino, aunque no  siempre de batalla sí brioso y tánico. Del que fa sang! Y además pagamos a rondas. ¡Qué diferente es nuestro mundo!
La pregunta retórica final es obvia. ¿Están dispuestos a un proceso de reconciliación, abandonando el deseo de muerte en la hoguera y la guillotina con que desean ver rodar nuestras cabezas? Quizás don Juan José sea propicio a ello. Los acontecimientos darán la respuesta. Nuestra actitud tiende a ello. La pelota está en su tejado. 
Prudentius de Bárcino

Mi historia en Germinans

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Me llamo Oriol Trillas, casado, padre de dos hijos, abogado en ejercicio desde hace 28 años. Lamento defraudar las rocambolescas teorías pergeñadas por parte del nacional-progresismo eclesial que situaban detrás de mi seudónimo a prestigiosos sacerdotes de esta diócesis. Mira que lo tenían fácil. Oriolt: mi nombre de pila y la primera inicial de mi apellido. Incluso lo tenían más fácil: si hubiesen rastreado la red, habrían hallado mi nombre y apellidos, junto con mi seudónimo (siempre fue el mismo), en el antiguo Foro JAI. Pero ya se sabe que nuestros progres no destacan por su pericia, sino más bien por su indolencia y la afición a las historias conspiranoicas. Detrás nuestro estaba el obispo de Terrassa, cuando no el cardenal Rouco. ¡E ingenuos de nosotros, sin recibir ni una triste prebenda! 

Cuando me invitaron a participar en la aventura Germinans, no quise adoptar ningún seudónimo latino, sino continuar con el que había usado de Oriolt. Me fijé como norma no escribir nada que no pudiera escribir con mi nombre verdadero. A su vez, pensé que la aventura iba a ser breve y pronto saldríamos con nuestro nombre y apellidos. ¡Qué equivocado estaba! A los cuatro meses de nuestra irrupción, ya se hacía circular por las parroquias de Barcelona una carta mccarthystaen la que se acusaba a once sacerdotes barceloneses de formar parte de nuestro grupo. Tan solo un año después aparece en la Vilaweb de Vicenç Partal, un llamado “Informe Germinans”  en el que pone nombres y apellidos a cada uno de nuestros seudónimos. Después vino la creación de la contra-página “El Integrismo es pecado”y la de “Qui és Germinans”. Se ha demostrado que no acertaron ni una. Todas ellas perecieron y Germinans siguió su singladura.

http://www.germinansgerminabit.org/images/denunciagg.jpg
La carta mccarthysta anti-Germinans
Únanse a ello las investigaciones por medio de detectives, las amenazas a sacerdotes, el juicio por el que nos pedían penas de cárcel y el cierre del portal o el intento de despido de Pablo Ginés de La Razón, por acusarle de colaborar con esta página. ¡Con estos antecedentes, cómo iba a escribir sin seudónimo!

Han pasado casi nueve años y no han podido callarnos, a pesar de habernos atacado por tierra, mar y aire. Creo que, al final, se nos acepta como parte de esta diócesis. Respetada como medio de información y detestada, todavía, como corriente de pensamiento. Por eso salgo ahora a la palestra. ¡Porque nadie me lo pide! ¡Simplemente, porque quiero! Bueno, lo pide Mn. Moretó, pero este buen hombre llega tarde. Sigue con la página web de su parroquiadedicada en exclusiva a Germinans y si por él fuese ni Frederic Soler podría haber firmado como Pitarra ni Mariano Jose de Larra como Figaro. Por cierto, él que nos acusa de tener tiempo de sobras, debo decirle que atiendo mi despacho, preparo mis juicios y redacto informes, sin que escribir en Germinans suponga la mayor merma en mi trabajo profesional. Él que dice que no le queda tiempo para contestar mails y whatsapps. Realmente, la indolencia del nacional-progresismo eclesial se revela en la pereza de Moretó.

Nunca he tenido que ocultarme de nada y seguiré escribiendo con el seudónimo de Oriolt. Los curiosos ya saben ahora que sencillo era averiguar mi verdadero nombre. En 9 años no lo han conseguido. He tenido que salir a contarlo. Muy espabilados no han demostrado ser.

Oriolt

NOstach fue SIstach y Omella fue NOmella

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En la década de los ochenta, un nuevo párroco fue destinado a una parroquia del Bajo Aragón, al cabo de un tiempo se produjo la siguiente anécdota: un día al finalizar la celebración de la Santa Misa un grupo de mujeres esperan al párroco y al salir éste le comentan: "Nos tiene usted desconcertadas", a lo que el sacerdote extrañado les contesta: "¿Porqué?", y éstas le responden: "Porque usted a diferencia de su antecesor se lleva muy bien con los de izquierdas", el mosén lanza una sonora carcajada y les dice: "Yo intento llevarme bien con todo el mundo".

Supongo que todos nuestros lectores han deducido que el entonces joven párroco no es otro que Don Juan José Omella, cuando era, lo que según él siempre quiso ser: "un cura de pueblo". No sorprende esta anécdota porque todos sabemos a estas alturas, que nuestro actual arzobispo ha sido siempre un hombre conciliador, que ha intentado no ganarse enemigos en ningún frente, y que siempre se mantuvo distante de la política más beligerante del sector rouquista con los gobiernos socialistas. Aún así, la actitud de nuestro pastor, manteniéndose en silencio ante el Padrenuestro blasfemo recitado en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona ha decepcionado a muchos católicos que esperaban algo más de él. Porque la ofensa ha sido muy grave y no puede pasar desapercibida por muy conciliador que uno intente ser.

Podrá argumentar en su defensa que está acabado de llegar y que "políticamente" no le conviene un enfrentamiento de insospechadas consecuencias con el actual consistorio de su nueva ciudad, o incluso que ha recibido presiones por parte del Ayuntamiento de que si se mueve se le va a tirar encima toda la caballería y artillería municipal, así como todos los medios y allegados afines. Pero no es de recibo que un obispo se mantenga callado cuando se hieren los sentimientos más profundos de los fieles como es la oración del Padrenuestro blasfemada.

Es por ello que he querido hacer referencia a esta polémica, con un titular algo polémico, que seguro que más de uno me lo va a criticar. He rescatado el título que nuestro colega Don Francisco José Fernández de la Cigoña popularizó para n.s.b.a... y jubilado cardenal Martínez Sistach, al que en diversas ocasiones le llamaba "Nostach" por el hecho de que no estaba, ni hacía lo que tenía que hacer como obispo de Barcelona, por lo que las dos primeras letras SI, se cambiaban por el NO. Es decir que NO daba la talla, ni actuaba en coherencia con su condición de pastor, dejando que el nacional-progresismo acampara a sus anchas por la diócesis de Barcelona, mientras él se lo miraba impávido, para no poner en riesgo el statu quo pactado con ellos, también conocido como la pax sistachiana.

Pero en este caso, el que en otras ocasiones fuera NOstach ha sido SIstach, y ha hablado, diciendo sobre la polémica que “La fe religiosa de las personas requiere el respecto de todos. Es una exigencia de la educación y del derecho a la libertad religiosa”. No es gran cosa pero al menos algo ha dicho, contrastando con el silencio absoluto de su sucesor. También se han pronunciado otros obispos catalanes como el de Terrassa,  Don José Angel Saiz: “En el ayuntamiento de BCN leen un texto blasfemo. Recuerdo a Cicerón: "Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?"¿Hasta cuándo?”. O el arzobispo de Tarragona, Don Jaume Pujol: “Para una buena convivencia es muy importante el respeto. También, para las creencias religiosas. Herir al prójimo no es el mejor camino”.

Y lo más curioso del caso es que personalidades destacadas del progresismo eclesial como Sor Lucia Caram o el teólogo jesuita P. José IgnacioGonzález Faus, han movido fichay también han criticado la lectura del poema blasfemo y la permisividad del mismo por parte de la alcaldesa Colau.Reconozco que me he quedado sorprendido y no son los únicos, he oído muchos sacerdotes y religiosos del sector más progresista indignados y molestos por lo sucedido, cuando yo pensaba que se mantendrían al margen de esta batalla. Por eso todavía sorprende más la actitud del arzobispo que decepciona a todos los sectores, al más conservador mucho y al más progresista bastante.

Si alguien se pensaba que estábamos abducidos por los encantos de Don Juan José, desde hoy se dará cuenta de que no es así, vamos a seguir como hemos hecho siempre, lo que sea elogiable de nuestro nuevo pastor lo aplaudiremos y destacaremos (¡y esperamos que sea mucho!), pero si hay algo que no nos gusta también lo criticaremos y nos lamentaremos, como hemos hecho siempre con todos los obispos catalanes. Y en este caso tenemos que afirmar con justicia que Nostach ha sido Sistach y Omella ha sido Nomella, porque creemos que  que no ha estado a la altura de lo que se le pedía ante una blasfemia tan grande.

Antoninus Pius

¡Todo va on fire, señor obispo! (si no entramos en detalles)

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El pasado domingo, el programa de TV3 Signes del Temps entrevistó al dominico Jaume Boada con motivo de los 800 años de la fundación del Orden de los Predicadores. Pese al aura de normalidad que se le quiso dar a la entrevista, la verdad es que el panorama del orden en Cataluña es desgraciadamente de liquidación pese que el orden de los predicadores está viviendo una verdadera primavera en otras latitudes occidentales.
Esto me dio de pensar que existe una premeditada voluntad en los ambientes progre-eclesiales de Cataluña de presentar las cosas como lo que no son. Esto se consigue no observado ni comparando la realidad eclesial de más allá de nuestras fronteras, y haciendo un análisis superficial y autocomplaciente de la realidad interna.
Un ejemplo

Algunos curiales sistaquianos temían la llegada de Don Juan José. Segis, para citar un ejemplo, calificó alto y claro el nombramiento de Monseñor Omella para la sede de Barcelona literalmente como una ''imposición'' del Gobierno a través del ministerio de exteriores y las presiones de Garcia Margallo y la embajada de España en Roma. Pero hay que sobrevivir y ya va amoldándose con rapidez, como se dice en catalán, al pa que donen
La táctica que toca ahora de este personal, ya pocas les quedan, es intentar vender un panorama eclesial idílico. Durante las visitas del obispo Omella no han sido pocos los episodios de “venta de motos” y de aquel lema laportista que hizo época, el: Al loro, que no estamos tan mal.
Por poner un ejemplo, en la ciudad de Mataró hay tres comunidades masculinas que regentan tres grandes complejos escolares: escolapios, maristas y salesianos. Por lo que respecta a escuelas regentadas por religiosas, estos son 5: el de las clarisas de la Divina Providencia de la Madre Arguyol, el de las misioneras del Corazón de María del P. Masmitjà, los dos de las Franciscanas de los Sagrados Corazones de la beata Carmen González de Antequera y el de las Hermanas de la Misericordia de Moissac. En total: 8 escuelas católicas. Que son 9 si sumamos la Escuela Balmes del Centro Católico, escuela cuyo concierto pende de un hilo.
A estas realidades, hay que sumar las Siervas de María que asisten enfermos a domicilio y las Hijas de la Caridad que regentan los Comedores sociales Sant Joaquim de la calle Real. 10 casas de regulares a las cuales habría que sumar la Casa Madre de las Concepcionistas hoy residencia de religiosas ancianas.
Por lo que se refiere a monasterios contemplativos, existen dos, el de las carmelitas descalzas y el de las capuchinas.  
Si dejásemos aquí la descripción, el panorama seria francamente alentador y habríamos vendido una buena BMW al obispo Omella. Pero ¿cual es la realidad?
Si exceptuamos las Franciscanas de los Sagrados Corazones – la única casa de regulares que tira de Mataró- se puede contar con los dedos de una sola mano y sobran dedos los religiosos/as que dan clases en una ciudad de 124.000 h. Ninguno en los escolapios, 1 o 0 para los salesianos, lo mismo para los maristas y las clarisas de la Divina Providencia, 0 en el Corazón de María y las Hermanas de la Misericordia de Moissac (las dos comunidades reducidas a menos de cinco ancianas).
Las casas de escolapios, salesianos, maristas, concepcionistas, Corazón de María, Hermanas de Moissac y Siervas de María en Mataró son al día de hoy literalmente residencias de la tercera edad con ningún religioso menor de 65 años (salvo 1 hermano marista según destino y año). Los monasterios de las Capuchinas y de las Clarisas de la Divina Providencia, con unas comunidades muy mermadas, y las hermanas de menos de 65 años son todas extra-comunitarias. Y no seguimos para no ponernos a llorar.
C:\Users\ramonreixach\Desktop\IMG_5899.jpg
Novicios estudiantes de los dominicos de la provincia de San José (la que corresponde aproximadamente a Nueva Inglaterra, Estados Unidos) 2015-2016
Si pasásemos a analizar la pastoral juvenil, pese a la teórica existencia de escuelas cristianas y de movimientos juveniles de complicadas siglas, la realidad es muy dura. Si exceptuamos el movimiento de Paz y Bien de las Franciscanas de los Sagrados Corazones y los jóvenes que atrae alguna cofradía como la del Cautivo, la pastoral juvenil parroquial local difícil lo tendría de llenar la ermita de Sant Simó. Muchas siglas, mucha literatura, muchos delegados y nada más. La elección del delegado de juventud protegido del Vicario Episcopal Segis apuntilló una pastoral juvenil ya muy mermada.
La pastoral matrimonial es un completo desastre a nivel de ciudad. Una pantomima en el caso de las parroquias de Segis.
Mn. Segimon García, alias "Segis"
El Centro Católico-Sala Cabañas, fundado en 1884, no realiza ningún tipo de apostolado en ningún ámbito. Una república independiente  absolutamente desligada del arciprestazgo y abandonada a su suerte.
Las Caritas parroquiales penden de un hilo con un equipo de voluntarios sin relevo y con una edad media superior a los 65 años.
Todo lo que medio funciona en Mataró eclesialmente hablando –pese a la edad tan avanzada de sus protagonistas- tiene sus raíces en la época preconciliar. Todo lo que ha venido después ha sido devastación. Y no es esto un ataque al Concilio Vaticano II si no a la interpretación que en estas latitudes se hizo de dicho Concilio.  
Es por eso que todo va bien… si no entramos en detalles. Sobre el papel todo se aguanta. Pero a la que se toca la realidad, el panorama no es como lo pintan los vendedores de motos que proliferan estos días en las visitas que Don Juan José está realizando por los arciprestazgos de su diócesis.
O.P. (Oleguer Puigventós)    

"El hecho más doloroso de mi vida"

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Se oye una voz en Ramá, lamento y llanto amargo. Raquel llora por sus hijos;
rehúsa ser consolada, por sus hijos que ya no existen (Jr 31,15)

Guillermo Zapata, concejal del Ayuntamiento de Madrid, gran cancerbero ideológico y político de Podemos en el consistorio, conspicuo representante pues de la ultraizquierda española, nos ha desvelado la gran mentira del aborto. Una mentira fabricada por la izquierda como pieza clave de la imposición de su nueva doctrina política, que ya no es la lucha de clases y la justicia social a través de la justa distribución de la riqueza, sino la ideología de género. En cuestión de dinero todos han llegado a ser iguales… Y del mismo modo que impusieron su ideología política por más que doliese y por más ruina que les trajese a sus “beneficiarios”, tampoco les preocupa imponer su nueva ideología de izquierdas, la ideología de género, por mucho dolor que les produzca a sus hipotéticos beneficiarios: las mujeres en lo que respecta al aborto, y los hombres que han caído víctimas de la homosexualidad de diseño promocionada ya desde la escuela, con el tremendo desquiciamiento que les acarrea esa sexualización contra natura, inducida y exacerbada exclusivamente por intereses político-ideológicos.
Ahora resulta que a don Guillermo Zapata, señalado representante de la ultraizquierda española, le duele el aborto de su chica. Y le duele porque lo compartió con ella. No lo quiere recordar, no quiere que se lo recuerden, porque según sus propias palabras, fue “el hecho más doloroso de mi vida”. Repítalo, por favor, don Guillermo, repítalo, que no me acabo de centrar. ¿Dice usted, un hombre tan insensible como para encontrar gracioso eso de meter cinco millones de judíos en un cenicero o que el cementerio esté cerrado para evitar que Irene Villa vaya a buscar repuestos; dice usted, don Guillermo, que el hecho más doloroso de su vida fue el aborto al que indujo a su chica? ¿Y cómo es que Nuria, su chica, se queja de la ligereza con que se habla del aborto, diciendo que “todo el mundo opina, pero al final me pasa a mí, sólo a mí”? ¿También a ella le dolió? ¿También a ella le duele que le recuerden su aborto?

Aquí hay algo que chirría… ¿Así que el aborto duele, incluso les duele a sus más eximios promotores? ¿Y no se ruborizan de traicionar tan flagrantemente y nada menos que en público, uno de los mayores dogmas de su doctrina? Muy profundamente tuvo que marcar ese aborto a don Guillermo. Y no hay para menos. Alegaron que “el feto” venía, el pobre, con síndrome de Down. ¡Santo cielo! ¿Así que le hicieron pruebas? ¿estaba ya muy adelantado el embarazo? Eso parece indicar el pretexto alegado para el aborto. La ley, en efecto, solo exige motivaciones cuando el embarazo está ya bastante adelantado; cuando los padres han podido verle ya la cara a la criatura. Sí, claro, las ecografías son impresionantes. Y encima, en el hospital les identificaron como el “padre” y la “madre” de aquella pobre criatura que la ecografía mostraba moviéndose llena de vitalidad en el vientre de su madre. Les dolió y aún sigue doliéndoles que los identificasen tan contra la ley de la IVE. Pero no fue la imprecisión del lenguaje lo que les dolió. Fue la realidad que no había manera de tapar con siglas y eufemismos.
 
Hasta los más comunistas lloran por su aborto. No por el aborto como doctrina, sino por su aborto. Estoy segurísimo de que a don Emiliano todavía le persigue la imagen de su hijo muerto en el vientre de su madre. Seguro que sabe perfectamente el método que los médicos emplearon para matarlo. No, no, para el señor Zapata eso no fue ni un IVE ni tan siquiera un aborto; porque si fuese eso, no diría que es el hecho más doloroso de su vida. Lo es, lo es, claro que sí. Y él como inductor por lo menos. De verdad, Sr. Zapata, de verdad, se me abren las carnes sólo de pensar qué duro ha de ser vivir dentro de su piel. De verdad, yo no sería capaz. ¡Son tan potentes las ecografías mostrándonos toda la vitalidad de esa criatura que pide que se la deje nacer! ¡Es tan difícil borrar de la memoria esa cara, esos ojos, esas manos…!
Pero mire, señor Zapata: usted es un simple prototipo de político absolutamente típico: quiere para los demás lo que no quiere para usted. A usted el aborto de su hijo le ha hecho muchísimo daño. Es el hecho más doloroso de su vida. Tiene toda la razón. No puedo imaginarme un hecho más doloroso que ése. No, claro, no fue un accidente. Fue un acto explícito de voluntad. Tan voluntario fue, tan de posicionamiento doctrinal y de tal voluntad adoctrinadora, que usted y su chica sacaron pecho presumiendo de él y ¡lo publicaron! para enardecer la lucha política en favor del aborto.
Y ahora, cuando en justo desagravio con su chica la coloca en su Ayuntamiento con un buen sueldo, un periódico se acuerda de esa carta que publicaron sacando pecho por lo valientes que fueron ejerciendo su derecho a interrumpir voluntariamente la vida de su hijo. Y usted se queja y se lamenta, don Guillermo, porque lo considera un golpe bajo del periódico. ¡Qué va, qué va! Si en aquella carta pública propagandística del aborto no hubiesen engañado a los destinatarios, eso no sería un golpe bajo. ¡Cómo va a ser un golpe bajo que les recuerden que se sacaron una muela o un absceso! ¡Menuda bagatela! Pero en esa carta ustedes mintieron. Engañaron a los incautos, convenciéndoles de que aquello fue como un picnic. Pero resulta que no, que aquello fue el hecho más doloroso de su vida.
Me preocupa, don Guillermo, que por su perfil humano usted seguirá promocionando el aborto como si fuese el gran don de la izquierda a la humanidad. A pesar de constarle cuán doloroso es. Para quien lo comete y para quien lo sufre. Porque sí, claro que lo sufrió su hijo. El pobre tuvo una muerte horrible. Y usted tuvo mucho que ver con esa muerte. Por eso es el recuerdo más doloroso de su vida.
Permítame un consejo, don Guillermo: usted que conoce en carne propia lo que es un aborto, ¿por qué no se pasa al bando de los defensores de la vida? Sea usted un verso suelto, que se lo permitirán; ya verá como sí. Es lo mejor que puede hacer por su hijo, por tantos hombres y mujeres que como usted sufren el aborto como la más dolorosa experiencia de su vida, y por ayudar a sanar una humanidad tan enferma. Cuente con mis oraciones, don Guillermo. Rezaré para que Dios toque su corazón y convierta su dolor en el suave consuelo del arrepentimiento y la reparación del daño causado.    
Custodio Ballester Bielsa, pbro.
www.sacerdotesporlavida .es  

La Glosa Dominical de Gérminans

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Reflexión a modo de notas hacia dónde nos orienta la liturgia del domingo
AL ESPEJO: ¡QUÉ GUAPO QUE SOY!
Una cena de trabajo entre amigos. Se celebran sus treinta años de carrera política (si hubiera sido eclesial no cambiaría nada). Él un poco estirado, un poco chuleta, ante el pastel con treinta velitas fanfarronea diciendo: “Yo me he hecho a mí mismo. Ni mi madre se lo creía”. El problema es la convicción. Tan convencido, que lo pronuncia con una buena dosis de orgullo, engreimiento y altivez. “Estoy contento” -comenta uno de los presentes mirándolo con una mezcla de ternura y compasión-. ¿Por qué? -inquiere  un tanto sorprendido el hombretón, símbolo del fracaso de cierta política-. “Porque esto descarga a Dios de cualquier responsabilidad” -replica decididamente el invitado.
Un chulería infructuosa, un maestro decidido, una lección de impagable claridad. Y hoy el evangelio te coloca en el suelo, te hace sentir un don nadie. Puñado de tierra cerrado en las manos de Dios. 

 Y sí que parece una fábula: “Un tal plantó una higuera en su viña y vino a buscar sus frutos…”  Parece una fábula, en cambio es la historia espeluznante de un Dios que se pone a la búsqueda del hombre. Apenas había clareado el alba de la Creación cuando Dios, arquitecto de maestría insuperable, diseñó los primeros pasos en el jardín del Edén, escondiendo su Amor en una pregunta: “Adán, ¿dónde estás?” Pregunta porque preguntar significa cuidarse, crear lazos, urdir relaciones. Pregunta porque para Dios la felicidad es estar con sus propios hijos; por ello (y no por obsesión de protagonismo) ha mandado a sus profetas para deshilachar la historia. Enviados para recordar al pueblo que ha de dar frutos. Pero Dios ciertamente es un padre desafortunado. A pesar de su solicitud, de su ternura, de su paciente sabiduría, no consigue que el hijo crezca bien. Es el tercer año que viene para recoger frutos de aquella higuera, pero no los encuentra. Entiende la amargura escondida en sus palabras de decepción. “Córtalo” porque tres años no es un trienio cualquiera, son los tres años que Jesús ha invertido en los caminos de la humanidad, tres años en los que el pueblo no ha sabido descubrir la novedad que suavemente soplaba sobre su historia, tres años en los que el Amor buscaba abrazar historias, rostros que enjugar, misterios para trazar. Tres años en los que se respiraba un mensaje para todos: tanto para el hombre de la calle como para la persona culta, tanto para el campesino como para el escriba, para el pastor de rebaños como para el doctor de la Ley, para el creyente como para el que anhela creer. Y el amo manda cortarlo. Es el juicio justo: cortarlo. Porque la higuera se apropia de los dones de la tierra hinchándose de hojas son dar fruto. No sólo no produce, sino que vuelve improductiva la tierra.
Pero el viñador, misterioso intérprete de la ley escondida en los surcos del terreno, pide un año más de tiempo al amo: “déjalo aún un año más, hasta que cave alrededor y lo abone”. “Déjalo”. Es decir: usa misericordia. “Este año es la duración de nuestra historia”, que dura siempre un año de más: siempre por la intercesión del Hijo. Todos somos precarios a los que se renueva cada año el contrato. Quizá para los demás, nosotros -higueras improductivas por profesión- somos ya leña para echar al fuego. Nuestros semejantes pedirían la extirpación. Como cuando en el evangelio todos piden arrancar la cizaña. Todos, menos Uno que dice: “Dejadlos crecer juntos”. Es decir, te deja vivo, te deja por ti mismo, te da confianza porque ve en ti los frutos que tú no sabes dónde están. Te deja vivo porque es paciente, porque cada año su voz resuena para excusarte frente al amo de la viña. ¡Un año aún! ¿Y después? Quizá permitirá al amo que te corte. O tal vez repetirá el mismo discurso el año próximo, después el otro y el otro, como un desmemoriado viñador que finge envejecer. Aún un año porque Él, a pesar de todo, no te avergonzaría jamás ante la historia. Un año porque a sus ojos, ¡anda que no eres valioso!
Eres tierra estéril si te conviertes en esclavo de las costumbres, si repites cada día el mismo recorrido, si no encuentras el valor para inventar nuevos caminos, si no arriesgas las certezas para capturar un sueño. Tierra estéril si no viajas, no lees, no escuchas música, si eres triste. No produces frutos cuando abandonas un proyecto antes de iniciarlo, cuando pasas los días lamentándote, cuando no haces preguntas por miedo a ruborizarte, cuando no abres la mente. “Déjalo aún un año más” para evitar morir poco a poco, para recordarte que estar vivo es algo más que respirar. Es música, son pasos, es sudor.
“Me he hecho a mí mismo” ¿De qué, moreno? También tú eres como la higuera del evangelio: vives únicamente porque el viñador es paciente, porque continúa cavando a tu alrededor, porque no se cansa de abonar soñando siempre con el mañana. Precario yo, precario tú. Precarios pero inmerecidamente recomendados porque el Amo nos regala aún un año de vida. Un mes. Un día. Una hora. Un segundo. ¡Ríete! Es siempre tiempo añadido, no descontado. Claro el mensaje, transparente la belleza. Que no es la búsqueda de los frutos (todo campesino espera que el árbol produzca) ni la voluntad de cortarlo después de tres años sin fruto (cualquier campesino haría lo mismo), ni siquiera la decisión de cortarlo si después de un año no diese fruto (faltaría más…) La novedad yace en el hecho de que a una higuera tan estéril y desahuciada se le regale aún una posibilidad. Hay quien piensa: Dios es paciente, siempre hay tiempo. La parábola nos sugiere más bien otra actitud: el cambio, la conversión es aún posible, pero no se puede programar ni podemos aprovecharnos de la paciencia de Dios.
De vez en cuando me enfado y digo a Dios: “no es justo, te equivocas, no  aproveches el hecho de que eres Dios” Hay días en los que soy como Jonás: no quiero que al pecador se le conceda otra posibilidad. Él me deja desahogarme, incluso me deja insultarle, incluso crucificarle. Para después mostrarte que el hombre es sin duda la criatura más rara: debes aprender a amarla cuando menos se lo merece. Porque entonces es cuando más lo necesita. Que es como decirle a la higuera: “tú hace tres años que no das frutos, pero también este año apuesto por ti”. ¡Por mí! En verdad, conmigo siempre finges ser un viñador desmemoriado. 
Fr. Tomás M. Sanguinetti

Respeto por la fe religiosa

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 Por Juan José Omella
Arzobispo de Barcelona


Ahora que ya han pasado unos días de la lectura del poema Mare nostra en el Saló de Cent de nuestra ciudad, me gustaría romper el silencio que estos días he mantenido para no alimentar una controversia política que, de rebote, hiciera mayor la herida que ha producido a miles de barceloneses el hecho de que se programara en un acto público, organizado por el consistorio, la lectura de un poema que parafrasea con poca fortuna la plegaria central de los católicos.

Tal como lo expresaba Simone Weil en su escrito sobre el padrenuestro, “esta plegaria contiene to- das las peticiones posibles”. Nos hace andar por un camino de progreso que nos autorrealiza ya que es imposible pronunciarla una vez sin que un cambio quizás infinitesimal pero real ocurra en el alma”.
 
El padrenuestro nos hace levantar los ojos a Aquel que Jesús nos ha enseñado a que es nuestro Padre. ¡Es poner la mirada en el cielo! El padrenuestro es la plegaria de los sencillos, de aquellos que ponen su corazón confiado en el Padre en el Cielo. Es la plegaria de los limpios de corazón, de los que buscan la justicia, de los que aceptan las propias limitaciones y depositan sus esperanzas con una dependencia amorosa del Dios que nos ama. Nos hace ser agradecidos y corresponsables también en el servicio misericordioso al prójimo. Es una plegaria al Padre que incluye en su infinitud al Dios que es padre y madre, tal como nos enseñó el papa Juan Pablo I en aquella bonita expresión “Dio è papa anche mamma”, por lo tanto, nos ponemos en manos de este padre/madre que nunca deja de serlo y trascendiendo la masculinidad y la feminidad. Como decía Romano Guardini, “lo más importante ante esta plegaria es la busca del rostro de Dios”. Toda otra desfiguración del padrenuestro no es ni responde a la plegaria que nos enseñó Jesús.

El padrenuestro es una plegaria que nos emociona y nos interpela. Todas las plegarias pueden hacerse desde el grito y el dolor, pero siempre tendrían que ser expresadas con las palabras adecuadas a Aquel a quien nos dirigimos.

Ante los hechos ocurridos estos días ya manifesté que “a veces callar es la mejor respuesta”, el mismo silencio que Jesús manifestó ante el Sanedrín. Responder a la provocación con el silencio es una forma de tomar distancia delante del despropósito. Tomada esta distancia, hay que recordar que el respeto por la libertad de expresión y creación es un valor incontrovertible de nuestra sociedad, reconocido en el artículo 20 de la Constitución. También es incuestionable el derecho a crear una obra artística. Ahora bien, ética y moralmente puede ser cuestionable el hecho de que una obra artística que resulta ofensiva para un colectivo de personas sea incluida en el programa de un acto oficial organizado por un Consistorio que representa a todo el mundo.

La defensa de la libertad de expresión tiene que ser compatible con el respeto por la fe religiosa de las personas. La libertad religiosa empezó con aquellas lapidarias palabras de Jesús para dar a César lo que es de César y dar a Dios lo que es de Dios. Ahora más que nunca, la libertad religiosa es un aspecto fundamental que pulsa el grado de civilización de nuestras sociedades plurales. La Iglesia no es ni quiere ser un agente político pero tiene un profundo interés por el bien de la comunidad política, cuya alma es la justicia. La Iglesia sigue ofreciendo a la sociedad, con generosidad y constancia, el compromiso por el bien común que, cuando está inspirado en el testimonio de la caridad, tiene un valor superior al compromiso meramente secular y político.

En definitiva, sólo pedimos que nuestros representantes políticos preserven la libertad religiosa como un activo que nos pertenece a todos y que nos corresponde a todos preservar.

*Escrito publicado en La Vanguardia por Don Juan José Omella Omella, el 29 de febrero de 2016

Cuando los maños se ponen, tiembla el misterio

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Mosén Roberto Ignacio Ferrer Sarroca (izquierda) y Mosén Antonio Mas Arrondo (derecha)
Un amable lector subrayaba en un comentario a mi artículo del pasado lunes, el carácter burlón y mordaz que suelo usar habitualmente en mis escritos. Sin duda, humildemente lo admito, una de las características generales de mi estilo es ese tono entre ácidamente sarcástico e irónico que tanto nos gusta a los catalanes y que calificamos sencillamente como “sorna”. No todos entienden ni gustan del temperamento que en catalán llamamos “sorneguer” y que no es otro que el socarrón castellano, el sournois francés y el sornione italiano. No es el talante sobrio y austero del castellano viejo muy dado a la socarronería. Los valencianos que gustan mucho de ella, como buenos representantes del alma mediterránea, de manera popular tildan de “enfotedor” a ese estilo y recurso dialéctico.
Debo certificar sin embargo, tal como era mi convicción, que tampoco los aragoneses usan mucha finura y sorna cuando se lanzan a la arena, sino que más bien tienden a utilizar substancias cáusticas como el ácido sulfúrico cuando se sulfuran. Y cuando se ponen, se ponen y tiembla el misterio. Yo a su lado soy como un infantico del Pilar.
Infantico del Pilar
Pero vayamos por partes. Este pasado martes, y con fecha de 17 de febrero, todos los sacerdotes de Barcelona hemos recibido en nuestras parroquias una carta con matasellos de Zaragoza, en la cual figuraban dos documentos. Por una parte una fotocopia del artículo del Periódico de Aragón del domingo 17 de enero, que situaba la polémica surgida tras la denuncia ante el juzgado civil de Zaragoza de los tres declarantes contra Mons. Ureña, requeridos a este fin presuntamente por Mons. Omella, por Mons. Fernando Chica y por Mosén Germán Arana. Se trata de la ex notaria del Tribunal Interdiocesano de Zaragoza Dña. María del Carmen Amador por una parte, y su directo superior jerárquico Mn. Roberto Ignacio Ferrer Sarroca por otra, junto con Mn. Antonio Mas Arrondo, profesor del Centro de Estudios Teológicos de Aragón (CRETA)
Junto a esta fotocopia, una carta adjunta fechada el 17 de febrero titulada “El cierzo llegó a Barcelona tras pasar por Roma” que por decencia no publicamos, pues en Gérminans aún somos decentes a pesar del parecer de algunos, y que con tono demoledor nos “alerta” de la maldad intrínseca y perversidad de nuestro Arzobispo. Sin duda, aquel mismo con el que ellos colaboraron (sic) en su declaración contra Mons. Ureña. Utilizando la clásica “captatio benevolentiae”, por una parte dirigen sibilinamente al clero nacionalprogresista barcelonés su diatriba contra Omella, subrayando su condición de forastero y su presunto fariseísmo. Y por otra le imputan su talante populista y carrerista, según ellos dibujan la personalidad de Mons. Omella. Y es muy posible que subrepticiamente se dirijan a nosotros, sabedores quizá de que uno de los motivos de la lucha de Gérminans ha sido la batalla contra el enchufismo carrerista de la era sistachiana.
No conocemos la autoría de la carta, pero es de suponer que salga de la mano de alguno de entre todos aquellos que han sido objeto directa o indirectamente de la purga, entre los que no hay que descartar ni a los miembros depurados del equipo de formadores del Seminario y de alguna Vicaría, ni a alguno de los susodichos denunciantes. Estos, según reconocieron ante el rotativo zaragozano, “tras colaborar y declarar en el expediente contra Ureña, se sienten defraudados porque en vez de ver premiada su colaboración han sido quitados de en medio”. Defenestrados en una palabra. Pero colaboradores necesarios en el desalojo de Ureña, no lo olvidemos.
Mn. Germán Arana (izquierda) Mons. Fernando Chica (derecha)
El cierzo, reverendos autores epistolares heridos, con más aspiraciones que luces, no es un viento que azote Barcelona. Baja acanalado por el valle del Ebro y azota las comarcas del Bajo Ebro, las Terres de l´Ebre, donde popularmente es llamado “vent de dalt”. Viento de noroeste o a veces del norte, de carácter frío, seco y violento como esta carta que nos llega, esta sí, de manera gélida y sangrienta contra nuestro recién estrenado pastor diocesano.
La gente de Gérminans, cuya decencia e integridad moral quiero proclamar, no juzgará a Mons. Omella por las acciones del pasado en el ejercicio ministerial tanto de su sacerdocio como de su episcopado. No se atrincherará contra él partiendo de prejuicios ni de inquinas preconcebidas, resultado de una lucha y unas heridas que no son las nuestras. Nuestro lema, también a la hora de posicionarnos respecto al nuevo obispo, es: “Ni santo sin pasado, ni pecador sin futuro”; es decir que nos atendremos al presente continuo que Dios nos ha deparado.  Los catalanes, aún a pesar de lo que nos puedan atribuir algunos, solemos ser gente cabal y ecuánime, que no cometeremos el insolente error de hacer el juego a gente que con esta acción han exhibido una moral muy poco fraterna. La de los zaheridos zaragozanos. Tengan éstos conexiones con Roma o no, y con los que allí vivan y trabajen, que es un decir. Nadie de entre nosotros busca ser subalterno de nadie. Ni nadie trabaja ni trabajará desde ningún burladero. Trabajamos para la gloria de Dios y el bien de su Iglesia, y en trincheras muy duras. Más recias de lo que jamás muchos puedan llegar a imaginar, atrincherados en los centros del poder eclesial zaragozano del que muchos jamás han salido. Infamias, pues, las justas, apreciados baturros.
A Mons. Omella le diremos o ante él denunciaremos lo que creamos en conciencia, en nuestra misión de velar por las almas. Nuestra ley suprema es la “salus animarum”, no el deseo de las poltronas y los tronos de este mundo pasajero.  Si este grano es el que Yanes sembró en Zaragoza, Dios coja confesado a don Vicente Jiménez. Si sembró vientos, no permitiremos que arremetan contra nosotros sus tempestades. Omella será o no será, hará o dejará de hacer, perpetrará malas acciones o neutralizará las que otros intenten, construirá sólidos proyectos o no lo hará. No lo sabemos. Sólo sus obras aquí entre nosotros, le tendremos en cuenta. Más, sería malbaratar nuestro tiempo y nuestra oportunidad. La que ahora es de Barcelona. 
 Prudentius de Bárcino

Omella prohibe una conferencia de Charamsa en la parroquia de Sant Medir

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Krzysztof Charamsa, en su época de monseñor en Roma y actualmente después de salir del armario
Krzysztof Charamsa, se hizo famoso en Cataluña por ser el único representante vaticano que dio apoyo a la independencia en un programa de la radio pública catalana, presentado por la "bienpagá" Mónica Terribas. En aquel momento era secretario adjunto de la Comisión Teológica Internacional, dependiente de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. El sector nacionalista estaba encantadísimo de haber encontrado por fin un apoyo eclesiástico, después de haber buscado, sin escatimar gastos, hasta debajo de las piedras, pero pronto se supo el porqué. El monseñor polaco tenía un amante catalán (Eduard Planas) funcionario de la Generalitat de Cataluña y ferviente defensor de la causa independentista.

Tal descubrimiento hizo que Charamsa tuviera que salir del armario, y vestido todavía con alzacuellos, reconocer su homosexualidad y su amor hacia su "novio" catalán, con el que aparecía abrazándose ante las cámaras de todos los medios de comunicación. Pero no sólo fue eso, sino que desde aquel mismo momento empiezan sus declaraciones en defensa de la causa gay y en contra de la que había sido hasta entonces su casa:"la Iglesia profesa una falsa doctrina y odia a los homosexuales", todo ello cuando el Santo Padre Francisco estaba a punto de inaugurar las sesiones del Sínodo de la Familia de 2015. Como era de esperar, su obispo Don Ryszard Kasyna, (titular de Pelplin, en Polonia), lo suspende del ejercicio de su sacerdocio, "por defender postulados contrarios a la Fe" y le prohibe explícitamente utilizar la vestimenta eclesiástica, con la que se ha había paseado provocativamente por toda Barcelona, después de su salida del armario.

Charamsa con su "novio" catalán, Eduard Planas
Parece increíble que con este historial una parroquia pueda invitar a este personaje a dar una conferencia en tiempo cuaresmal, pero en Barcelona, todo lo que parece imposible puede ser real, y allí está la parroquia de Sant Medir (San Medín), para abrirle las puertas al defenestrado monseñor, y dejarle hablar de sexualidad ante su feligresía. Porque la charla que debía producirse el próximo 3 de marzo a las 21'30 h. no era para hablar de la Cuaresma, ya que tenía por título "Cristianismo y sexualidad", es decir para que Charamsa pueda explayarse en su defensa de la homosexualidad.

Semejante barbaridad ha llegado a oídos de nuestro arzobispo, Don Juan José Omella, que no ha dudado en intervenir, prohibendo la celebración de la citada conferencia en la parroquia de Sant Medir. No es algo nuevo, n.s.b.a... y jubilado cardenal Martínez Sistach ya había vetado la presencia del teólogo arriano Juan José Tamayo en esa misma parroquia, después de que la Conferencia Episcopal Española hubiera manifestado públicamenete las ideas heréticas de este teólogo.

Pero el párroco de Sant Medir, el Rvdo. Enric Subirá, buscó un subterfugio ante la prohibición del entonces cardenal-arzobispo y trasladó la conferencia a un local contiguo, alquilado por la parroquia a la formación Esquerra Republicana. De esta manera Sistach quedaba bien ante Roma y la Conferencia Episcopal Española (como siempre fue su objetivo), mientras que la charla se hacía exactamente igual, pero a tan sólo unos pasos del lugar previsto originalmente.

Mn. Subirá junto a Tamayo en la sede de Esquerra
Es evidente que ni Sistach, ni Omella pueden prohibir que se haga una conferencia en un local que en este momento regenta un partido político, pero nuestro actual arzobispo ha ido más allá de su antecesor y ha prohibido al párroco acudir al acto (si este finalmente se hace en la sede del partido independentista). En el caso del "tamayazo" (el del teólogo, no el del político que favoreció que el PP gobernara en Madrid hace unos años), el Rvdo. Subirá, no sólo participó del acto, en la sede de Esquerra, sino que lo presentó y permaneció al lado de Tamayo durante toda la conferencia (tal como puede verse en la fotografía). Don Juan José tiene claro que la presencia del párroco en el acto, da legimitimidad y bendición desde la parroquia, algo que no es tolerable, por lo que se ha querido asegurar que el sacerdote no aparezca por allí.

Ya dije en su momento que este obispo me daba buenas vibraciones, lo comenté con motivo del retiro cuaresmal que está realizando a los sacerdotes de la diócesis, y me ratifico con su actuación ante esta conferencia de Charamsa. Lo critiqué por no actuar rápidamente ante las ofensas blasfemas a la oración del Padrenuestro. Finalmente ha actuado, y ha argumentado porqué lo ha hecho tan tarde, sigo pensando que tenía que haberlo hecho antes, pero más vale tarde que nunca. Quizá me equivoque, el tiempo lo dirá, pero creo que Don Juan José nos va a dar más alegrías que disgustos.

Antoninus Pius

¿Es normal lo de Moretó?

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Pasó el Adviento, transcurrió la Navidad, luego el Año Nuevo, nos metimos en Cuaresma y en la página principal de la web de la parroquia de San Ignacio de Loyola  no hay mención alguna a cualquiera de los tiempos litúrgicos. Tampoco se observa ninguna reflexión pastoral, teológica o espiritual procurada al interés de los feligreses. Por el contrario, desde el mes de diciembre pasado se agolpan cuatro escritos (uno detrás de otro) del párroco, Mn. Xavier Moretó Navarro, relativos a Germinans.

Las dos primeras disertaciones ya fueron objeto de críticay análisispor nuestro Prudentius de Bárcino. Eran las de diciembre y enero. Ahora, aunque sea el febrerito corto y quizás porque es bisiesto, el rector Moretó se ha descolgado con dos escritos más. Uno directamente contra este portal y otro dirigido a los fieles que nos leen, advirtiéndoles que esta web no es cristiana, es decir, perniciosa para la salud de sus almas, lo cual la haría merecedora de ser incorporada al Index Librorum Prohibitorum.

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/7/7b/Index_Librorum_Prohibitorum_1.jpg/240px-Index_Librorum_Prohibitorum_1.jpg
¿Es normal esta obsesión en un párroco? ¿Es normal dedicar en exclusiva la página web de la parroquia a anatemizar a Germinans? ¿Es normal que quien acuda a interesarse por la actividad parroquial de San Ignacio de Loyola se encuentre únicamente con cuatro escritos dedicados a esta web? ¿Es normal que se dilapide el dinero de la parroquia y la actividad de su rector en arremeter contra nosotros? ¿No existen otros temas de los que nos pueda hablar, Mn. Xavier Moretó?  ¿Es bueno para la salud espiritual de los feligreses? ¿Es bueno, incluso, para la salud mental del párroco, tanta insistencia y tanta manía persecutoria?

Independientemente de filias, fobias, tendencias o simpatías; nadie en su sano juicio puede tachar dicho comportamiento de normal. Ni en una persona corriente ni mucho menos en un sacerdote que tiene encomendada la responsabilidad de una parroquia. Expresar una idea con esa inusual persistencia, puede alterar la vida habitual de una persona hasta extremos inexplicables. Forzar que una idea ocupe tanta parte de su tiempo puede llegar a alterar otros elementos de la psique. ¡Y él nos recomendaba ayuda psicológica! Realmente sería preocupante que esta patología se produjese en un párroco cualquiera. Nos limitamos a describir una realidad, que se revela más que palmaria con un simple vistazo a la web parroquial.
http://1.bp.blogspot.com/-AldmtXREp7M/Vh4oJmbk9UI/AAAAAAAAITw/m3LSsjzzZjk/s1600/Parroquia%2BSant%2BIgnasi%2Bde%2BLoiola.jpg
Ignoro que le habrá sucedido a Mn. Moretó al haber emprendido esta desproporcionada campaña contra Germinans, lanzada, no desde sus medios particulares, sino desde los propios de la parroquia. Sin embargo, es bueno que sepa que en esta web se han recogido las informaciones y denuncias que nos han hecho llegar muchos de sus feligreses, en especial cuando nos escribieron escandalizados por las dos conferencias que realizó la ANC en su parroquia. Ya se advertía con ello su propensión a utilizar los espacios parroquiales (físicos o virtuales) para satisfacer sus ideas personales; no en vano, se manifiesta en sus escritos en la web como partidario de la independencia e, incluso, con un tufillo de preponderancia racial, suelta que reconoce que “algunas cosas buenas también tienen los castellanos”. Lo cual permite entrever que tendrán muchas cosas malas. 

Sí, Mn. Moretó. Quienes nos han pasado todas las informaciones han sido feligreses de su parroquia. Quienes nos avisan cada vez que usted perpetra un nuevo escrito contra nosotros en la página web de la parroquia son sus feligreses. Incluso quienes formulan comentarios criticando su labor parroquial son fieles de San Ignacio de Loyola. Por eso, como se ha percatado de que las informaciones tienen origen en su parroquia, les dirige esa carta previniéndoles que la lectura de nuestra web es ofensiva e inmoral. Realmente el problema lo tiene usted, no nosotros.

Oriolt

Cor Iesu, Vultus Misericordiae

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Congreso en Barcelona en el Jubileo de la Misericordia
Mosaico de la Divina Misericordia - Santuario de San Maximiliano Mª Kolbe, Niepokalanów (Polonia)
Desde Germinans Germinabit queremos apoyar esta iniciativa que desde diversas entidades católicas de Barcelona se ha programado en nuestra ciudad para los días del 31 de marzo al 3 de abril de 2016. Son muchas las actividades interesantes que se realizan en nuestra diócesis, pero muchas veces pasan desapercibidas por falta de información y de difusión, y por el lamentable silencio que muchos medios oficiales de la diócesis les han dado hasta ahora.

Además los dias que dure el Congreso se contará con las reliquias de Santa Teresita y de sus padres que llegarán desde el Santuario de Lisieux. Entre los convocantes a este Congreso se encuentran el Apostolado de la Oración, Schola Cordis Iesu, Instituto Santo Tomás (Balmesiana), Templo del Sagrado Corazón (Tibidabo), Basílica Nuestra Señora de la Merced, Instituto Internacional del Corazón de Cristo y las Aulas de Teología desde el Corazón de Cristo.

PROGRAMA DEL CONGRESO

Jueves 31 de marzo
TESTIMONIAR LA MISERICORDIA (Instituto Santo Tomás, Balmesiana. Duran i Bas 9. Barcelona)

19.30 h Testimonio: Tim Guénard 

VIERNES 1 DE ABRIL (primer viernes)
RECIBIR LA MISERICORDIA: CELEBRACIÓN PENITENCIAL (Basílica de Nuestra Señora de la Merced) 

17.00 h. Inauguración del Congreso COR IESU, VULTUS MISERICORDIAE 
17.20 h. Ponencia inaugural: “Dios, Rico en Misericordia”, Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba 
18.15 h. Hora Santa – Confesiones – Predicación de Mons. Romà Casanova 
19.30 h. Santa Misa 
20.15 h. Veneración de las reliquias de santa Teresita y de sus padres 
20.30 h. Procesión de las reliquias hasta la Balmesiana

SÁBADO 2 DE ABRIL (primer sábado)
CONOCER LA MISERICORDIA: JORNADA ACADÉMICA (Fundación Balmesiana) 

09.30 h. Santa Misa 
10.30 h. Sesión I: La Misericordia del Corazón de Cristo: principios teológicos (I) 
  • “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios: La Misericordia divina en la Sagrada Escritura”, D. Ignacio Mª Manresa hhnssc 
  • “Es propio de Dios tener Misericordia: La Misericordia divina según sto. Tomás de Aquino”, Dr. Enrique Martínez
11.00 h. Descanso
12.00 h. Sesión II: La Misericordia del Corazón de Cristo: principios teológicos (II)
  • “Dios es el Dios del corazón humano: La Misericordia divina según s. Francisco de Sales”, Dr. Jaime Pérez-Boccherini, pbro. 
  • “El sacramento de la penitencia: a la fuente de la Misericordia”, Dr. Joan Antoni Mateo, can. 
  • “María, Madre de Misericordia: esperanza para nuestro mundo”, Dr. Francisco Mª Fernández, pbro.
    12.00 h  Sesión III: Apóstoles de la Misericordia del Corazón de Cristo
    • “El Corazón de Jesús, fuente de Misericordia: La Misericordia del Corazón de Cristo en sta. Margarita Mª”, D. Juan J. Infantes, pbro. 
    • “La Humanidad no encontrará paz hasta que no se dirija a la Misericordia divina. El mensaje de Jesús a Santa Faustina Kowalska”, Dr. Marcin Kazmierczak 
    • “San Pío y San Leopoldo: apóstoles del confesionario”, Fra Valentí Serra de Manresa OFMCap
      14.00 h Comida
      16.00 h Sesión IV: La Misericordia del Corazón de Cristo según santa Teresa del Niño Jesús 
      • “La familia, hogar de Misericordia en los santos esposos Luis y Celia Martin”, Dr. José Mª Alsina 
      • “La Misericordia de Jesús en el Corazón de la Iglesia, según santa Teresa del Niño Jesús”, Dr. Recaredo J. Salvador, pbro. 
      • “Ante Dios como un niño. El descubrimiento del Dios misericordia en Santa Teresa del Niño Jesús”, D. José Mª Alsina Casanovas hhnssc
      18.00 h. Ponencia de clausura: “El Amor Misericordioso en el Acto de ofrenda de santa Teresita”, P. François-Marie Lethel, OCD 
      19.00 h. Vísperas, presididas por Mons. Sebastià Taltavull, obispo auxiliar de Barcelona, con veneración de las reliquias de santa Teresita y sus padres, y bendición
      DOMINGO 3 DE ABRIL, de la Divina Misericordia
      CELEBRAR LA MISERICORDIA (Templo Expiatorio Nacional del Sagrado Corazón del Tibidabo) 

      10.30 h Sesión V: Las obras de Misericordia
      • “Visitar al enfermo”, Servidoras de Jesús del Cottolengo 
      • “Visitar el que está en la cárcel”, P. José Mª Carod, OM 
      • “Consolar al que está triste: Proyecto Raquel”, Sra. Teresa Lamarca 
      • “Enseñar al que no sabe”, D. Emili Boronat 

      12.30 h Santa Misa
      14.00 h Comida
      15.00 h Hora de la Misericordia y veneración de las reliquias
      16.00 h Representación teatral:“El triunfo de la misericordia y de la justicia, entre el Purgatorio y el Paraíso”

      Para más información pueden visitar la web www.istomas.org/coriesuwww.istomas.org/coriesu, o enviar un correo electrónico a la dirección coriesu@istomas.org

      Por favor, perdón, gracias

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      La religión de la Nueva Era (New Age) contra el Evangelio
      A ver, no es que vaya directamente en contra, sino que se presenta como fórmula de  modernización y puesta al día del Evangelio. Una forma de hacer sonar el Evangelio con nuevos ecos, que sintonicen a la perfección con las tendencias religiosas de hoy, caracterizadas por su enorme sincretismo. Una religión universal, totalmente abierta, en la que caben igual de cómodos los animistas, los espiritistas, los budistas, los hinduistas, los de la cienciología, los musulmanes, los judíos ortodoxos, los teosofistas, todo pelaje de cristianos, los panteístas, los ateos por la gracia de Dios y tutti quanti. Todos son bien venidos a la casa común de la Nueva Era.

      Pero lo más inquietante son los educadísimos modos en que se ofrece la nueva religión universal: nada de choques, nada de contradicciones, nada de incompatibilidades, sino que se presenta como fiel aliada de todas y cada una de las religiones y antirreligiones. Es un fenómeno parecido al del marxismo (llamado también progreso: de ahí lo progre y los progres), que se presentó nada menos que como el mejor aliado del cristianismo: por eso la mayor parte del clero y de la jerarquía católica se arrojó en sus brazos. Cayó el muro de Berlín y esos pobres se quedaron con un marxismo totalmente andrajoso y con un catolicismo apolillado. Y como ya no son ni lo uno ni lo otro, prestan oídos a las nuevas formas de liberación que ofrece el progresismo después de haber fracasado en la liberación de los pueblos: sobre la que construyeron su “teología de la liberación”, cuya cimentación y plataforma de lanzamiento fue el Concilio Vaticano II. De ahí nació la progresía de la Iglesia.
      Pero eso está ya superado: lo nuevo es la “teología de la liberación sexual”, a la que ha servido de plataforma de promoción (no institucionalización, sino tan sólo promoción) el reciente Sínodo de la nueva familia. El fenómeno es el mismo: totalmente de la mano de los movimientos político-sociales rabiosamente anticristianos. Con amigos así, ¿qué necesidad tenemos de enemigos? Y efectivamente, el Sínodo hoy, igual que el Concilio ayer, ha sido lo que los medios han querido que fuera. Y en efecto, los medios nos lo han presentado como la valiente apertura de la Iglesia a la moderna ingeniería social de la ideología de género, a pesar del reducido grupo de reaccionarios. Una apertura que no ha podido ser más explícita por culpa del búnker ultraconservador, pero que ha echado a andar, y ya no habrá quien la detenga. Ahora ya todo es cuestión de tacticismo. Ése ha sido el mensaje de los medios, eso es lo que ha calado. Y de eso se trataba, ¿no? ¿Para el mundo o para la Iglesia? Chi lo sa!
      El desencadenante de esta reflexión ha sido uno de los sermones cuaresmales, dedicado íntegramente a estas tres palabras mágicas, que proceden del Ho’oponopono, una de las joyas de la Nueva Era. El celebrante cantó las excelencias de este arte hawaiano que se ha mostrado tan eficaz en la resolución de conflictos, y que ha seducido a millones de personas de diversas religiones en todo el mundo. En realidad a esta trilogía le faltaba la cuarta ala: “te amo”, que no mencionó el sacerdote. Cuando después de la misa le dije que ese sermón ya lo había escuchado y leído en múltiples fuentes fuera de la iglesia, quedó desconcertado. En efecto, cuando para remachar el clavo le dije que esas palabras y la doctrina que encerraban eran bellísimas; pero que no me sonaban en el Evangelio, ni en las epístolas, ni en el Antiguo Testamento, fuentes todas ellas repletas de doctrina aún más bella, vio claro que le habían hecho morder el anzuelo. Un anzuelo tan dorado como lo fue en su día el comunismo: rebosante de bondad humana.
      Una vez más la confusión ha entrado en la Iglesia por la puerta grande: no hemos tenido bastante con la superior bondad evangélica que nos ofreció el marxismo y que pudrió a la Iglesia, que ahora vamos de nuevo cual gráciles mariposas libando el dulcísimo veneno de otras flores de bellísima apariencia. No nos bastó el marxismo, que ahora nos apuntamos a la New Age y a la ideología de género, a la que le hacemos la ola con la nueva teología de la liberación sexual.
      Y no vayamos a creernos que esto ha surgido de repente. Son los mismos a los que les falló el suelo bajo los pies al quedar demodé la teología de la liberación, los que hoy se apuntan al último grito de lo progre. En la Cueva de San Ignacio, en Manresa, se viene haciendo camino desde hace bastantes lustros. Los jesuitas han presumido siempre de ser los grandes innovadores. Pues en eso están, en la innovación New Age, a la que han dedicado su cueva como gran laboratorio en que se ensaya el progreso de la Iglesia. ¿Y quién asiste a esas enseñanzas? ¿Quién acude a la santa cueva a aprender técnicas zen y New Age para prestarle muletas a la nueva evangelización? ¡Pues quién va a ser! Gente de Iglesia que no ve suficiente fuerza en el Evangelio: que lo ve necesitado de soportes mundanos para acercarlo al mundo.  En vez de llevarle el Evangelio al mundo, traerse el mundo al Evangelio. En eso trabajan intensamente los jesuitas de Manresa en su cueva, y no sólo ellos. Ésos, los de la caverna ignaciana, llaman cavernícolas a todos los que se atreven a criticarles.
      Ellos son los constructores de puentes hacia todas las demás espiritualidades que nos ofrece el supermercado religioso de la New Age; los constructores de puentes hacia las últimas novedades familiares; los ensayistas de la nueva Iglesia del siglo XXI. Los que en vez del rosario, nos adoctrinan en el mantra nuevaerano “por favor, perdón, gracias”, coronado por el sublime “te amo”. Y mira por dónde, resulta que este mirífico mantra está a salvo de su conversión en rutina y en simple fórmula de cortesía, aseveran sus promotores; porque trae la fuerza ancestral hawaiana y las altas bendiciones que le prodiga el Universo a la nueva religión universal. Es que no escarmentamos. El hombre es el único animal que tropieza infinitas veces en la misma piedra.
      Pero bueno, si nos sirve de consuelo, podemos escribir en Google “Por favor, perdón y gracias” y veremos lo que hay. En primer lugar el artículo de Wikipedia, referido todo él al disco del cantautor argentino León Gieco, publicado en el año 2005 (hace ya 11 años). Es su decimotercer álbum de estudio. A juzgar por el posicionamiento en Google, parece que ésa ha sido la principal puerta de entrada (o al menos de gran divulgación) de este mantra en nuestra cultura. Pero tampoco es el caso de que ahora hagamos cuestión sobre quién lo descubrió antes. Lo importante para nosotros es ser conscientes de que por genial que sea este mantra, estando el Evangelio tan lleno de pasajes y frases que lo superan con creces, tiene muy poco sentido que nos dediquemos en la Iglesia a predicar el bien bebiendo de otras fuentes, cuando mana del Evangelio una doctrina que las supera por goleada.
      Virtelius Temerarius

      La Glosa Dominical de Gérminans

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       Reflexión a modo de notas hacia dónde nos orienta la liturgia del domingo
      EL CABRITO Y LAS PROSTITUTAS: SUCEDÁNEOS DE DIOS
      Con el patrimonio en el bolsillo prematuramente. Aquel hijo está hasta la coronilla del ambiente de casa: mejor los cerdos, las bellotas y las mujeres. Historia bien conocida y bien común, desgraciadamente. Historia que más que implicarnos nos conmueve, historia de un hombre y de un Dios que se buscan mutuamente. El hijo marcha porque Dios le deja libre, porque sin libertad no son posibles aquellos movimientos del corazón que Él busca. Dios te deja marchar. Siempre. Aunque el riesgo de no volver a verte sea grande. Te deja marchar: después se asoma a la ventana. ¡Y cuando te ve en el fondo del callejón sin salida, te transforma!
      Seis verbos para saborear: “Lo vio”. El hijo aún está lejos. Quizás el hijo aún no vislumbra al Padre. El hijo va cabizbajo. No importa: el padre lo ve. Ojos que se abren. Ojos que buscan. Ojos que lloran.
      “Se conmovió”. El tiempo para ver el contorno de aquel hijo nostálgico; y el corazón del Padre tiene un vuelco: se conmueve. Se conmueve porque tiene un corazón de padre y uno de madre. Porque custodia la severidad y la ternura, la mirada severa y el alma delicada. Se conmueve porque su mano es una caricia. Mano que consuela, Mano que nutre. Mano que alienta. Mano que dice: “Buenas noches”. Mano que espera. Mano tendida, mano que construye, mano que levanta: ¡mano de un padre! ¿Has sido un golfo? Levanta la vista y míralo: apenas te reconoce de lejos, no sólo se conmueve, sino que empieza a correr. Corre aunque en el mundo oriental el correr no es cosa digna para un anciano. Corre, porque el otro que viene hacia él, el joven, correr no puede, tanto lo ha agotado el hambre. Corre porque el amor ha soltado dentro de él un muelle que lo desbloquea por dentro. Corre, como Zaqueo que parece un mono sobre el sicómoro. Pasa de las formalidades, cuelga su dignidad sin importarle lo que diga la gente y corre. Y corriendo acorta la distancia que lo separa de su niño. ¡Sí, también hoy aquel es su hijo! Un Dios que corre: ¿pero cómo haces para no conmoverte?
      Y después derrama su humanidad. Lo ha visto de lejos, ha sentido el corazón que le explota, se ha puesto a correr y ahora “se le tira al cuello”. Se tira. No se apoya, ni lo abraza, ni se posa. No: se le tira encima. ¿Sabes por qué? Porque Dios sabe que en el fondo, en el fondo del fondo, todos estamos enfermos de “mimitis”: todos necesitamos a alguien que nos abrace, que nos apriete fuerte hasta el amanecer, que nos mire y nos diga: te quiero mucho. Pequeños o grandes, no importa: basta ser humano para tener necesidad de amor. Dios lo sabe. Y te clava un abrazo. Te hace llorar, porque abrazándote, impide que te arrodilles, impide que tengas que pedir perdón. ¡Delicadeza, sorpresa, amor! Dios te lleva en brazos. Te lleva así para poder besarte.
      “Y el Padre -sintetiza la pluma de Lucas- lo besó” Abrazar es tanto. Besar es más. Dios apunta al máximo. Indignarse, ¿pero qué dices? Reprocharle. ¡Anda ya! Venga, vete, bésale. Cristo besa al hombre: es decir, le mira a la cara, apoya sus labios en los suyos, le hace sentir su aliento y el aliento se convierte en su voz. Lo besa porque el beso lo es todo. El beso encierra todo. El beso lo dice todo: estoy bien contigo, te amo, estoy muy cerca de ti. Atención: a una persona que besas no puedes tratarle de usted, debes tutearle. A una persona que te besa no le puedes hablar con miedo. Se dice que Dios mantiene a cada persona con un alambre. Bien, cuando uno comete un error, un pecado, el alambre se rompe. Entonces Dios repara de nuevo el alambre anudándolo. Y es así como Dios termina acercándonos aún más cuanto más uno se aleja. Hasta besarle. Le ha besado. Y pensar que aquel vagabundo estaba convencido que el padre ya no querría saber más de él. Que después de aquella estúpida aventura, el padre estaría ya más que harto de sus bobadas. En cambio se da cuenta de que el Padre no resiste su ausencia, ya no soporta su lejanía. “Pronto, traed el vestido más hermoso y vestidle”. El único resarcimiento de “daños y perjuicios” exigido por el patrimonio dilapidado de aquella manera, es no rechazar los signos de un amor que ya no podía esperar.
      El padre espera; pero para el hermano, aquel hijo no se merece nada. Como si hubiese muerto. No se da cuenta de que él tendría que regresar admitiendo, finalmente, que tiene muchas e iguales cosas que hacerse perdonar. Ciertamente: hacerse perdonar aquella regularidad sin arrebatos, aquella respetabilidad gruñona, aquella adulación descarada, la pretensión de ser el hijo ejemplar sin aceptar al otro hijo de su padre. Hacerse perdonar la obediencia sin alegría, el trabajo interesado (interés por un mísero cabrito) la atmósfera gélida que con su presencia crea en casa. Hacerse perdonar la alergia a la fiesta y al perdón. Hacerse perdonar también  que no le ha preocupado lo más mínimo la suerte del hermano. Que por la angustia del padre -que cada día se asomaba a la verja a ver qué- no ha sentido ternura. “Hijo, todo lo que es mío es tuyo”. Justamente esto es lo que le da miedo. Tiene miedo de acabar teniendo el corazón de papá, su amor sin medida. Si se tratase de administrar justicia y castigar, no tendría la más mínima dificultad. Pero aquí se trata de prodigar. Y se queda allí, de pie en el umbral de casa. Condenado a envejecer soñando cabritos y alimentándose de quejas. No ha podido disfrutar de unos corazones (el de su padre y el de su hermano) a los que se les ha devuelto la vida.
      Fr. Tomás M. Sanguinetti

      ¡Necesitamos conocimiento de Dios, Don Juan José!

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      Vivimos en una sociedad que rechaza toda forma de intelectualismo, toda forma de autoridad, sobre todo cuando esta atañe al ámbito religioso. Nuestra sociedad es de tipo existencial, basada en la experiencia humana, empírica pues, y entregada a compartir sensaciones interiores y subjetivas. Esa mentalidad egocéntrica tan característica de la “New Age” que ha bombardeado Europa y a muchos miembros de la Iglesia. A causa de esto, términos como “teología o doctrina” no son populares entre los ambientes cristianos que a menudo los denigran y desprecian. Escuchamos muchas veces decir que “no necesitamos conocer todos esos rollos teológicos y doctrinales. Sólo tenemos necesidad de conocer a Jesús” o “yo no soy un teólogo ni quiero serlo, simplemente amo a Jesús.”
      Pero conocer y amar a Jesús en verdad forma parte de las enseñanzas de las Escrituras. Doctrina es simplemente un nombre para la enseñanza y Teología quiere decir conocimiento de Dios. A menudo el término Teología se utiliza de una manera general para hablar de otros ámbitos de estudio que tienen una relación con el conocimiento de Dios. La teología bíblica es la enseñanza de todas aquellas verdades que nos procuran el conocimiento de Dios, del hombre, de la salvación, de la santificación, de la Iglesia, en una palabra, de la vida y de la Vida en abundancia a través de las Sagradas Escrituras. Jesucristo mismo dijo: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn.8,32). Y cuando pronunció su gran plegaria sacerdotal, dijo: “Santifícalos por tu verdad: tu palabra es la verdad” (Jn.17,17) Además de ser una actitud de ignorancia, una tal actitud hacia la doctrina y la teología es un desprecio a la Palabra en tanto que inspirada y revestida de la autoridad de Dios. Es como tratarla en trato de igualdad con tantas informaciones superfluas y pasadas de moda que nos bombardean, y de las que no tenemos necesidad. Tratar de equiparar reflexiones filosóficas o de manual de autoayuda con la Palabra revelada, es elevar la sabiduría de los hombres por encima de la sabiduría de Dios cuando en realidad el orden de valores debería ser totalmente a la inversa. Sólo hay una manera de experimentar la salvación y la santificación de Dios, y es a través de Jesucristo y la vida que nos da en Él. Por lo tanto, no podemos experimentar todo eso si no es a través de la escucha de sus enseñanzas (doctrinas) que son el índice de nuestra fe y la práctica de esas enseñanzas. Unidad pues de Fe y vida, en la acción.
      C:\Users\FRANSESC\Desktop\año_de_la_fe.jpgComo dije al inicio, vivimos en un ambiente anti-intelectual, existencial, emocional, egocéntrico, que se empeña en conducir a la gente por caminos nuevos hacia la experiencia religiosa. Pero ese ambiente rechaza a Cristo como Palabra definitiva de Dios, al tiempo que busca recortar o añadir algo a Cristo en tanto que solución de Dios. Porque recordemos, “Cristo es la respuesta  a todas las preguntas que el hombre se hace sobre el sentido de su existencia” (S. Juan Pablo II).
      Nuestra misión como apóstoles y evangelizadores, como hombres y mujeres de Iglesia no es presentar la fe como una fuerza para la trasformación personal, concebida para ayudar a la gente a cambiar su vida. A menos que las personas conozcan a Cristo, eso les induciría a error. Conceptos como “centraos en vosotros”, “meditad” “estad en contacto con vuestro espíritu”, “haced el vacío en vosotros”  e “invitad  a la fuerza de la vida a entrar en vuestro corazón” son fuertemente peligrosos y dañinos. Estas ideas que de entrada nos podrían parecer pensamientos místicos de Santa Teresa o San Juan de la Cruz, son trampas hacia el vacío y un precipicio letal.
      Los hombres y mujeres de nuestra sociedad necesitan, lo sepan o no, experimentar la gracia de Dios en Cristo. En primer lugar, los creyentes necesitan comenzar su crecimiento en Cristo y este es uno de los objetivos claros de los Evangelios respecto a ellos: formar adecuadamente para crecer con buena salud. ¿Quiénes son los responsables del crecimiento espiritual de los creyentes? Por una parte, los pastores como responsables de conducir a las personas al Señor, enseñándoles la buena doctrina; y por otra parte el creyente mismo. Sí, cada uno de nosotros tenemos nuestra parte de responsabilidad en la formación de nuestra fe. Hemos de luchar pues contra la pereza y la indiferencia que nos conducen a la inmadurez espiritual y falta de crecimiento en la fe. Y recordemos que en este ámbito cuando no crecemos, menguamos.
      C:\Users\FRANSESC\Desktop\olor.jpg
      Juega en contra el intento constante de hacer buscar a la gente una respuesta a sus necesidades espirituales lejos de Cristo. La gravedad del problema reside en que si nos falta comprensión de la gracia de Dios y de la fe en la obra de Dios en Cristo, pasaremos de lado junto a la vida abundante en Cristo que es la nuestra, sin que ella nos alimente ni nos arraigue en la Verdad de la Fe que sólo podemos encontrar en Cristo. Y de ello depende nuestra salvación, nuestra santificación, nuestro cambio espiritual y la experiencia de una vida transformada en Cristo, una obra del Espíritu a la que nosotros cooperamos por la Fe.
      Hablando con lenguaje hegeliano tan a la moda entre “los nuestros de aquí”: ninguna superestructura puede ser construida al margen de esa formación cristiana, ninguna apta para resistir a las luchas que corresponden a la vida cristiana. “La vida del hombre sobre la tierra es milicia” (Job, San Ignacio, San Josemaría…)
      Necesitamos que nuestros pastores, empezando por nuestro Arzobispo construyan sobre roca, no sobre arena. Sólo eso nos dará estabilidad y evitará la destrucción y la ruina de la Iglesia y de cada uno de nosotros. Necesitamos crecer y avanzar en nuestra madurez cristiana. Necesitamos doctrina clara y sana,  sólidos fundamentos. Ello es importante para los fines y los planes de Dios y para que el Pueblo de Dios no se desvíe.
      Conocer a Dios y experimentarlo en todos los aspectos de la vida es al mismo tiempo factual: implicando una comprensión intelectual de la verdad; y también personal, implicando una respuesta personal a esa verdad, por la Fe. No podemos evitar ese orden. La fe queda finalmente sin valor a menos que esté basada en la verdad, que es la que nos capacita, dispone y nos orienta hacia nuestro fin último, la liberación del mal y la adhesión al Bien que es Dios mismo. Conocer a Dios es experimentarlo por la salvación que nos ofrece en Cristo y experimentarlo a través de la acción de Dios en el corazón, o si queréis sobre las emociones, pero jamás excluyendo el conocimiento y la verdad de la doctrina católica.
      En este sentido, hoy he experimentado como una bocanada de aire fresco, como un aroma de anticipada primavera, llena de esperanza,  al leer no sólo la carta dominical de este domingo 6 de marzo  sino el anuncio que en ella hace don Juan José de una serie de cartas dominicales dedicadas a la Eucaristía. Barcelona tiene muchas esperanzas puestas en el Sr. Arzobispo. Tanto el laicado  como los sacerdotes que quieren ser fieles a su vocación, anhelan que don Juan José sea para esta Iglesia que es su Esposa y para toda la sociedad, como grano de café que nos dé el buen aroma de Cristo (bona odor) y que con éste empape a toda nuestra sociedad llevándonos a Cristo, Camino, Verdad y Vida. La carta dominical de este domingo, que recordemos es publicada cada semana en la edición dominical de La Vanguardia, y la serie que en ella se nos anuncia, constituyen un  aliciente para caminar y salir del tedio y la tibieza  que tantas veces nos inunda y paraliza. Desde este portal, la más sincera enhorabuena por la dirección tomada y nuestro apoyo para esta tarea de evangelización que se nos presenta a todos tan ardua como estimulante. Recuerde don Juan José, que “la Providencia de Dios nos conduce sin pausas, y no escatima su auxilio -con milagros portentosos y con milagros menudos- para sacar adelante a sus hijos”. Nos lo recordó ese magno santo maño (perdonen el pleonasmo) que fue San Josemaría. 
      Prudentius de Bárcino
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